[Prec. per data] [Succ. per data] [Prec. per argomento] [Succ. per argomento] [Indice per data] [Indice per argomento]
la lotte dei pacifisti negli USA (la Jornada)
- Subject: la lotte dei pacifisti negli USA (la Jornada)
- From: "Nello Margiotta" <animarg at tin.it>
- Date: Tue, 23 Oct 2001 08:41:26 +0200
A contracorriente, la lucha de grupos pacifistas de Estados Unidos JIM CASON Y DAVID BROOKS /I CORRESPONSALES Washington y Nueva York, 21 de octubre. Observar a Daniel Berrigan, sacerdote católico y una de las figuras más famosas del movimiento antibélico estadunidense desde los tiempos de Vietnam, participando nuevamente en marchas y manifestaciones a favor de la paz, provoca esperanza y tristeza. Todo, tal vez nada o poco ha cambiado en 40 años. Nuevamente hay una guerra, bombas estadunidenses son arrojadas y hombres, mujeres y niños están muriendo; hay denuncias contra el complejo industrial-militar, olas de patriotismo que consideran traición casi cualquier disidencia. Pero en esta ocasión, algo fundamental sí ha cambiado. Promover la paz dentro del país más poderoso del mundo, que por primera vez en su historia moderna es víctima en su propio territorio, es tal vez el desafío más difícil que han enfrentado las corrientes "progresistas" en las últimas décadas. Aunque las encuestas indican que 90 por ciento de la población expresa su aprobación al presidente y su nueva guerra, empieza a renacer un movimiento de paz en Estados Unidos. Sin embargo, aquellos que se han dedicado a promover el desarme, la resolución pacífica de conflictos, de solidaridad con otros países víctimas de las políticas estadunidenses, que abogan por los derechos humanos y las corrientes que conforman el nuevo movimiento contra la globalización empresarial, jamás han enfrentado una coyuntura como ésta. Las batallas, la sangre, los muertos y heridos, los reprimidos, siempre estaban en otros países -en Centroamérica, en Medio Oriente, en Africa y Asia-. Ahora hay miles aquí. ¿Cómo responder? Un debate entre la paz y la guerra, la venganza y la justicia, la violencia y la solidaridad crece en el país, y no sólo entre los autoproclamados "progresistas" y "activistas", sino en las iglesias, sindicatos, universidades, y, tal vez al nivel más amplio, en la televisión -tanto en programas de charla como en series dramáticas- lo más cercano a un "zócalo" nacional, el punto de reunión más masivo. En los primeros días en que se preparaba y después se lanzaba la respuesta militar estadunidense, los activistas subrayaban que lo primero que tenían que hacer era "llamar la atención al hecho de que no todos están pidiendo guerra en estos difíciles días", recordó Janis Shields, de la organización nacional pro paz American Friends Service Committee. Ese grupo, junto con War Resisters League, Peace Action, Pax Christi, y otros que integran el movimiento de paz "tradicional" estadunidense, convocaron a vigilias y marchas, o participaron en otras casi espontáneas en todo el país. Los estudiantes y los jóvenes reaccionaron, primero, convocando a marchas, manifestaciones y vigilias en más de 100 universidades, acciones que han continuado hasta hoy. Hace una semana, en universidades como Princeton, Wesleyan, de California en Davis, pasando por Berkeley, de Michigan y otras en el país, los estudiantes abandonaron aulas para concentrarse y pedir una respuesta al ataque del 11 de septiembre que no provocara el derramamiento de más sangre. Cientos de talleres en los que se analiza el ataque, la zona de conflicto, los grandes temas filosóficos se han realizado en decenas de escuelas, desde primarias hasta universidades. En las calles, coaliciones de agrupaciones pacifistas, religiosas, de solidaridad; activistas del movimiento contra la globalización empresarial, partidos políticos marginales y los activistas profesionales se han manifestado, o han organizado foros, dando a conocer su disidencia con la idea de que la justicia se puede lograr sin violencia. Citando a Gandhi y a Martin Luther King, afirman que una respuesta violenta sólo genera mayor violencia y declaran su oposición a esta guerra: las acciones bélicas estadunidenses se realizan pero "no en nuestro nombre", proclaman. Sin embargo, las dimensiones de esta oposición siguen siendo muy limitadas en términos numéricos y de presencia en los medios. Hace dos semanas marcharon casi 10 mil personas en Nueva York, y poco antes unas seis mil en Washington, pero hace una semana, sólo 800 acudieron a un mitin contra la guerra en Washington en Nueva York, a pesar de la presencia de figuras importantes como el propio Berrigan, la cantante Patti Smith y el reverendo Al Sharpton. En las universidades acuden decenas, a veces cientos, pero no más hasta el momento. Y en las filas de la expresión progresista no hay consenso. "Somos sólo el comienzo de lo que será un creciente movimiento masivo contra la violencia", afirman uno y otro orador en las manifestaciones y marchas. Pero aún no se sabe si es la expresión de una esperanza o palabras de veteranos activistas que han vivido la dinámica social de oposición en este país en otras ocasiones. Tal vez el problema es que esta vez no se parece en nada a las anteriores. De hecho, hay voces progresistas que no se oponen a una "guerra justa" en respuesta a este "ataque" contra el país, y sólo debaten la forma en que se debería realizar. Por ejemplo, el editorial más reciente de la publicación progresista más importante, The Nation, indica: "creemos que Estados Unidos tiene derecho a actuar en autodefensa, incluida la acción militar" para responder a los ataques de una red terrorista del 11 de septiembre. Pero, agrega, eso "no es endoso de fuerza ilimitada. Tenemos que actuar efectivamente pero dentro de un marco de límite moral y legal". Más adelante señala que las acciones militares contra Afganistán deberían tener objetivos políticos limitados "y realizados con un mínimo de bajas civiles". Que los editores de esta revista progresista acepten una respuesta militar, siempre y cuando se haga con "un mínimo" de muertes de civiles, demuestra una vertiente importante del debate en los circuitos que uno supone entienden la historia y dinámica de la proyección de fuerza estadunidense en el mundo. O sea, en esta ocasión no se oponen a la intervención militar ni a la muerte de (uno, dos, tres ¿cuántos niños será "mínimo"?) civiles. Entre los activistas, algunos se oponen tajantemente a cualquier acción militar estadunidense y a toda respuesta violenta. Otros declaran, casi siempre en privado, que tal vez es justificable una "guerra justa" con el objetivo de asesinar a los responsables de los ataques del 11 de septiembre. Otros, liberales en su mayoría, están atrapados en su agonía de lamentar la posibilidad de demasiadas muertes de civiles inocentes, pero señalan a la vez que una respuesta estadunidense no puede ser una opción descalificada, ni tampoco necesariamente indeseable con tan atroz enemigo. Quizá lo más notable del debate en el circuito progresista es que, por primera vez, no hay nadie que exprese simpatía por el nuevo "enemigo" de Estados Unidos, en este caso Osama Bin Laden, y su red. Antes, parte de los movimientos de paz y antibélicos se proclamaban en solidaridad con el enemigo del momento; el Viet Cong y Ho Chi Minh, con los movimientos de liberación de América Latina, Africa y Asia, con el gobierno de Salvador Allende, con el Che Guevara, etcétera. Ahora la disidencia no tiene como punto de referencia el apoyo o simpatía al enemigo proclamado de Washington, sino el debate gira en torno al tipo de respuesta ante el ataque terrorista. Al mismo tiempo, las voces disidentes en el país "atacado" también enfrentan el desafío de no ser consideradas casi traidoras ante una ola de patriotismo que insiste en que es un momento para mantener la unidad, y no discutir las diferencias. Así se desencadena todo un debate sobre el concepto de patriotismo, y cómo ser un pacifista en medio de un mar de banderas e himnos nacionales. Esta realidad es evidente hasta en las universidades, donde las banderas de paz en algunos edificios están a lado de enormes banderas estadunidenses, unas sobre otras, o donde en cada mitin o manifestación hay estudiantes que defienden la política actual y "la bandera". O sea, la pregunta ahora es de quién es esa bandera. Nello change the world before the world changes you www.peacelink.it/tematiche/latina/latina.htm
- Prev by Date: trad, in italiano dell'art. di Pilger
- Next by Date: Namaste
- Previous by thread: trad, in italiano dell'art. di Pilger
- Next by thread: Namaste
- Indice: