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BRASIL:Sobresaliente gira diplomática de Lula





Mario Osava

RIO DE JANEIRO, 11 dic (IPS) - El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio
Lula da Silva, sembró en apenas un mes y medio expectativas de un nuevo
liderazgo en América Latina, capaz de reactivar las relaciones
interamericanas sobre bases más justas.

Los viajes de Lula a cuatro países, concluidos este miércoles en México,
recogieron reacciones positivas e inesperadas y renovadas esperanzas de
cooperación, pese a la incógnita que representa este ex obrero que asumirá
el cargo el 1 de enero, en un país con graves problemas económicos.

Lula discutió este miércoles con el presidente de México, Vicente Fox,
formas de intensificar el comercio bilateral y combatir el proteccionismo
agrícola de los países ricos. "Necesitamos exportar más para promover el
crecimiento del país", dijo el presidente electo de Brasil.

En México se reunió asimismo con el líder del opositor Partido de la
Revolución Democrática, Cuauhtémoc Cárdenas, al que definió como "un viejo
compañero".

Pero el plato fuerte fue su visita a Washington. El encuentro del martes con
el presidente estadounidense George W. Bush "superó lo esperado" e inauguró
una nueva etapa en las relaciones de Brasil con Estados Unidos, según evaluó
el propio Lula.

La iniciativa de Bush --una reunión cumbre entre ambos en el segundo
trimestre de 2003 para poner en marcha una agenda común-- abre un diálogo
político que parecía casi imposible con el actual titular de la Casa Blanca,
absorbido por la situación en otras regiones y el combate internacional al
terrorismo.

La propuesta de Bush parece indicar una nueva actitud de Washington hacia
Brasil, que contrasta con el mal talante de los últimos años. La Cumbre se
celebraría en una ciudad brasileña, según la disposición de Bush, conocido
por su aversión a viajes al exterior.

Ambos países experimentan frecuentes roces por las negociaciones para
establecer el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), disputas
comerciales específicas y por discrepancias en asuntos como la presencia
militar estadounidense en la lucha contra el narcotráfico en Colombia, y el
bloqueo económico de Washington a Cuba.

Debería esperarse, por tanto, más distancia aún entre el conservador Bush y
el izquierdista Lula, líder del Partido de los Trabajadores (PT), nacido
hace 22 años con las banderas del nacionalismo, el antiimperialismo, la
revolución social y la admiración por Cuba.

Pero Lula hizo gala de pragmatismo en la campaña que lo llevó al triunfo
electoral del 27 de octubre y en la actual preparación de su gestión, en
particular respecto de su futura política exterior.

El presidente electó aseguró que cumplirá los compromisos internacionales de
su país, como el firmado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que
restringirá sus acciones económicas durante el primer año de gobierno.

Además, su equipo de asesores despejó muchas dudas de los inversores,
evitando mayores turbulencias financieras.

El diálogo "franco y directo" entre los presidentes puede alimentar
relaciones de respeto y provecho mutuos, reconociendo los intereses comunes
y las diferencias en el grado de desarrollo, dijo Lula.

Además reiteró que las cuestiones bilaterales y continentales no pueden
limitarse al comercio, sino que Brasil quiere profundizar la cooperación a
favor de la democracia, la paz, el combate al crimen organizado y a la
pobreza, en todos los países.

Los viajes de Lula, iniciados en Argentina y Chile la semana pasada,
reflejaron sus prioridades diplomáticas.

La primera es recuperar el Mercado Común del Sur (Mercosur), con una
integración estratégica "mas allá del comercio", mediante políticas comunes
similares a las de la Unión Europea, y que deberá extenderse a toda América
del Sur.

Lula se ganó las simpatías de muchos argentinos, que esperan de Brasil un
apoyo efectivo para superar el colapso económico y social que padecen.

La recuperación de Argentina es condición para reconstruir el Mercosur,
conformado también por Paraguay y Uruguay.

Si Brasil pretende fortalecer el bloque, tendrá que hacer concesiones a sus
socios, especialmente a Argentina, ayudando a su recuperación económica,
dijo a IPS Tullo Vigévani, profesor de relaciones internacionales de la
Universidad Estadual de Sao Paulo.

Por otra parte, "abrazar una causa regional" es el camino del éxito de Lula
ante los formidables retos internos que enfrentará su gobierno, como la
inflación en ascenso, la vulnerabilidad cambiaria, el desempleo y el
compromiso de reducir la pobreza, según el economista Paulo Rabello de
Castro.

Asumir el liderazgo y una "acción solidaria" en América del Sur ayudará a
Brasil a recuperar su economía, si amplía el comercio regional y la
captación de capitales disponibles en el mundo, a causa de la recesión en
las grandes potencias, arguyó Castro en un artículo publicado este miércoles
en el diario Folha de Sao Paulo.

Para atraer inversiones existe la Iniciativa para la Infraestructura
Regional Sudamericana, fomentada por el actual gobierno brasileño, y que
seleccionó 160 proyectos de transporte, energía y comunicaciones, para
integrar físicamente el subcontinente, recordó el economista.

Argentina es el principal problema exterior de Brasil por el efecto de su
crisis en el costo de la deuda externa, lo que justifica la asistencia y la
primera visita de Lula como presidente electo.

En opinión de Rabello de Castro, Chile fue el segundo país visitado, porque
su prestigio internacional es vital para impulsar la cooperación en el
ámbito sudamericano.

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Nello

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