Fw: [ATTAC] INFORMATIVO 520 -



 
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Sent: Monday, October 05, 2009 2:54 PM
Subject: [ATTAC] INFORMATIVO 520 - NUEVO PARADIGMA DE DESARROLLO



Latinoamérica

HONDURAS. MILITARES Y POLICÍAS: INSTRUMENTOS GOLPISTAS DE REPRESIÓN. El golpe de Estado del 28 de junio puso en evidencia el carácter instrumental del ejército y la policía como cómplices del poder político y económico que produjo, sostuvo y sostiene al gobierno golpista, situación que se ha intensificado con el retorno del presidente Zelaya,
A DOS AÑOS DE LA DECLARACIÓN ONU SOBRE DERECHOS INDÍGENAS
POR LA ONU. 
Los Estados y las multinacionales están arremetiendo con más fuerza contra estos derechos, pero los pueblos indígenas avanzan en la articulación de sus luchas y sus propuestas.
PARAGUAY: LOS DILEMAS DE LUGO A un año de su asunción, Fernando Lugo debe administrar al mismo tiempo varias crisis. Tercera parte.



HONDURAS. MILITARES Y POLICÍAS: INSTRUMENTOS GOLPISTAS DE REPRESIÓN
                                                                                              Leticia Salomón


Teóricamente, las Fuerzas Armadas son una institución del Estado, creada y diseñada para la defensa de la soberanía e integridad territorial, en tanto la Policía es una institución orientada a mantener el orden público y la seguridad de las personas y sus bienes. Teóricamente también, la misión de las Fuerzas Armadas es la defensa del territorio ante una amenaza externa y la misión de la Policía es la protección de la ciudadanía ante la amenaza de la delincuencia común y organizada.

El golpe de Estado del 28 de junio puso en evidencia el carácter instrumental de ambas instituciones como cómplices del poder político y
económico que produjo, sostuvo y sostiene el gobierno golpista, situación que se ha intensificado con el retorno del presidente Zelaya, lo que se ha puesto de manifiesto en diversos hechos que se detallan a continuación:

1. Participación decisiva en el golpe de Estado

Sin la intervención de las Fuerzas Armadas, el Golpe de Estado no se hubiera producido. El elemento determinante del golpe fue el control directo sobre las dos instituciones represivas del Estado, lo que  permitió ver a militares y policías en las calles, cumpliendo su papel  de contenedores y represores de la movilización social en contra del  golpe de Estado. Ambas instituciones se definieron por el golpe de  Estado, lo que significa que se definieron también en contra de todos  los sector es que se opusieran al mismo, creando una situación compleja  en la que estas instituciones del Estado, llamadas a defender los  intereses generales de la sociedad, se convirtieron en instrumento  represivo de un grupo golpista que llegó a controlar directa e indirectamente, los poderes del Estado.

2. Ideologización del discurso

En las causas que provocaron el golpe de Estado se entretejen zafios intereses personales, políticos y económicos que intentaron disfrazar  como defensa del sistema ante la amenaza de Chávez. Los viejos  fantasmas, articulados con nuevos y viejos temores, fue un recurso  utilizado por los militares, asimilado por los policías, manipulado por  los líderes religiosos y enarbolado por el discurso golpista para  asustar a la ciudadanía y atraer la simpatía de los Estados Unidos ante  la aventura golpista. Todos ellos coincidieron en la identificación del  enemigo y del mal, y en la justificación de todos los recursos para  combatirlo.

3. Protección privada a los golpistas

La reacción masiva contra el golpe de Estado y la identificación pública  de los autores intelectuales y materiales del golpe de Estado, con sus  residencias y sus empresas, provocó una mayor identificación de las  instituciones represivas con los intereses de los golpistas y  aparecieron de día y de noche, y con más intensidad cuando la  resistencia salía a las calles, cuidando sus pertenencias, acompañando a  sus familias y sirviendo de guardaespaldas privados del poder golpista.

4. Protección a los grupos de apoyo a los golpistas

La creciente presencia de la resistencia en las calles obligó a los  golpistas a organizar su propio grupo de apoyo, del que formaban parte  feligreses arrastrados por las iglesias; empleados públicos presionados  por quienes les pagaban; trabajadores de la empresa privada obligados y  estimulados monetariamente para participar; parientes de golpistas en su diversidad política, económica, mediática y religiosas, y más de algún  ciudadano manipulado por los medios de comunicación al servicio del  golpe de Estado. Las instituciones represivas de la resistencia contra  el golpe de Estado, se convirtieron en instituciones protectoras de esos  grupos con sus marchas blancas, impregnadas de un patriotismo  trasnochado, de una democracia deformada, de una paz etérea y de una  santidad saturada de malos presagios.

Mientras militares y policías acosaban y acosan a la resistencia  esperando el momento adecuado para reprimirlos, acompañan a las marchas  blancas en su recorrido, les abren paso, las protegen de cerca, eliminan  obstáculos a su ruta, previenen peligros desde lugares estratégicos y  cumplen con su papel instrumental al servicio del poder.

5. Estigmatización de la resistencia como delincuente

El posicionamiento de militares y policías al lado del gobierno de facto  y la asociación de toda resistencia al golpe de Estado como el enemigo  que hay que combatir, hace que todos ellos, militares, policías y demás  golpistas, uniformen su discurso acusando a la resistencia de  delincuente y asociando su condición delictiva con su condición de  seguidores del presidente constitucional de la república. De ello  participa la Policía que no ha terminado de aprender que los únicos  llamados e emitir fallos de culpabilidad son los jueces, luego de una  minuciosa valoración de los casos presentados por los fiscales del  Ministerio Público. Anunciar en boletines públicos, como el del 23 de  septiembre, que los seguidores del presidente Zelaya son delincuentes,  es un posicionamiento parcializado, politizado, ilegal y éticamente  cuestionable.

6. Exceso de fuerza en la represión de la resistencia

La represión que ha sufrido la resistencia en su larga lucha contra el  golpe de Estado es sorprendente, por la furia desatada, el odio  manifiesto y la violencia implícita: golpean con tubos de metal que han  sustituido los tradicionales toletes de madera, utilizan palos con  clavos para que los golpes sean más certeros, atacan en grupos, arrasan  con mujeres, jóvenes y niños, se ensañan con los más indefensos,  arrastran por el suelo a los jóvenes que detienen y se los llevan con  rumbo desconocido. Esta situación se ha intensificado con la llegada del  presidente Zelaya porque se han sumado los miedos de los golpistas con la vergüenza de las instituciones represivas por la llegada no  detectada, la euforia de la resistencia y las tácticas de respuesta  social focalizada en barrios y colonias, que los ha dejado en evidencia  como incompetentes ante propios y extraños e incapaces de contener la  respuesta social con los métodos represivos tradicionales.

7. Presión sicológica sobre el Presidente de la República

El presidente y las personas que se encuentran en la Embajada de Brasil  se han convertido en blanco de la irracionalidad golpista, situación que  se expresa en la intensificación de sonidos, ruidos intensos asociados  con activación constante de fusiles, marchas de pelotones, iluminación  intensa dirigida a la embajada. Este comportamiento irracional es  indicativo de la desesperación asociada con la etapa final de un proceso en el que ellos han salido perdedores, pero también es una evidencia de  los extremos a los que pueden llegar como instituciones represivas,  cuando actúan sin ninguna ética y sin ningún respeto a las normas  internacionales que regulan su papel ante la población civil.

8. Represión, intimidación y derroche de barbarie

Los militares y policías, obedeciendo de forma entusiasta las órdenes  del presidente de facto de “mantener el orden, tranquilidad y seguridad  en toda la geografía nacional”, reforzados por militares del interior  del país y amparados por el toque de queda que deja en el desamparo y la  indefensión a la ciudadanía en general y a la resistencia en particular,  se dedicaron la noche del 23 de septiembre a visitar los barrios y  colonias de la capital de la república, disparar balas de verdad, lanzar  bombas lacrimógenas y gas pimienta, entrar por la fuerza a las casas de  habitación, golpear con tubos y sacar a los jóvenes de sus hogares. Todo  ello representa un ataque feroz contra la resistencia, una intimidación  agresiva y una presión sicológica y física para impedir que la misma  siga en las calles haciendo demostraciones de fuerza como la que se  produjo el día de hoy. El saldo de heridos, golpeados y apresados en esa  noche fue muy alto, provocando confusión por desconocer el lugar a donde  condujeron a los detenidos sin ninguna garantía a su seguridad personal,  en el mismo estilo de la seguridad nacional aplicado en nuestro país en  la década de los ochenta. La violencia e irracionalidad del  comportamiento militar y policial hizo pensar a la ciudadanía que estos  se encontraban bajo los efectos de las drogas, situación que fue  percibida en distintos puntos del país pero con más intensidad en la  capital. Estos actos constituyen la antesala y la preparación de  condiciones para que el gobierno golpista haga una demostración de apoyo  popular artificialmente construido, sin una resistencia que empañe las imágenes que quieren lanzarle al mundo, particularmente a los que están  reunidos en la Asamblea de la ONU. Los militares y policías se preparan  también para facilitar y garantizar la llegada de la fuerza de apoyo al  gobierno de facto a lugares estratégicos como la Casa de las Naciones  Unidas o la misma Embajada de Brasil en donde se encuentra el presidente  constitucional de la república.

La llegada del presidente Zelaya no provocó la confrontación de sus  seguidores con los grupos golpistas, como vaticinaban algunos analistas  internacionales que intentaron impedir el retorno del presidente Zelaya.  Pero sí ocurrió lo contrario: un incremento de la represión del régimen  golpista contra las actividades pacíficas de la resistencia, imposición  de un toque de queda de 50 horas continuas en todo el país, que impedía  el derecho ciudadano a la libre movilización, situación que llevó al  límite la paciencia de la ciudadanía y obligó al gobierno de facto a  interrumpir por siete horas el toque de queda, para evitar la amenaza de  saqueo generalizado de supermercados y bodegas por parte de una  población desesperada por el agua, las medicinas y los productos alimenticios básicos.

Reflexión final

Estamos en presencia de una clara politización de las Fuerzas Armadas y  de una reconfirmación de la militarización de la Policía en su  concepción, metodología y prácticas cotidianas. La agresividad,  irracionalidad e impunidad con que actúan las instituciones represivas  del Estado, evidencian la misma actitud demencial de quienes los dirigen  y apoyan, los cuales han traspasado el límite de lo aceptable. No pueden  colocarse dos grupos en igualdad de condiciones, si uno de ellos tiene  el monopolio del uso de la fuerza (militar y policial), el control de  instituciones clave del Estado y la impunidad asociada a la complicidad  de los otros poderes del Estado, y el otro se encuentra desarmado,  indefenso y a merced de las instituciones del Estado que controlan la  represión, la justicia y el presupuesto nacional.

* Leticia Salomón es Socióloga y economista hondureña, investigadora asociada del Centro de Documentación de Honduras (CEDOH), www.cedoh.org


A DOS AÑOS DE LA DECLARACIÓN ONU SOBRE DERECHOS INDÍGENAS
Estamos vivos, presentes y seguimos avanzando

A dos años de la adopción de la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas por la ONU , los Estados y las multinacionales están arremetiendo con más fuerza contra estos derechos. Pero los pueblos indígenas avanzamos en la articulación de nuestras luchas y nuestras propuestas.

Hace dos años, después de más de dos décadas de discusión, la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas adoptó la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. ¿Cuánto se ha avanzado desde entonces? ¿La cumplen los Estados? ¿Tiene la ONU mecanismos para sancionar a aquellos que la vulneran?

El panorama no es alentador. Los derechos consagrados en la Declaración son sistemáticamente vulnerados en nuestros países por los Estados y empresas transnacionales. Se violentan territorios, se criminaliza a las organizaciones indígenas, no se consulta a los pueblos indígenas las leyes y proyectos extractivos que los afectan, no existe el más mínimo respeto por la autonomía y la autodeterminación. Todo esto sin mencionar la exclusión de servicios esenciales como salud y educación interculturales, entre otras muchas carencias.


Oscuro panorama

En el Perú, los dos últimos años han sido precisamente los del recrudecimiento de la represión, con once decretos legislativos de criminalización de la protesta y cientos de dirigentes indígenas procesados por graves delitos, incluso el de terrorismo, por defender los derechos de sus comunidades. Y la profundización del neoliberalismo tiene su punto más alto en la expedición de un centenar de decretos legislativos para implementar el Tratado de Libre Comercio: normas inconstitucionales, inconsultas y que violentan múltiples derechos de los pueblos indígenas. La terquedad del gobierno de Alan García por imponer esas normas para servir al saqueo de las transnacionales, provocó el conflicto con los pueblos indígenas amazónicos que desembocó en la Masacre de Bagua.

En Colombia, los pueblos indígenas son víctimas de una guerra que les es ajena pero se libra en sus territorios. Miles de desplazados, secuestros, desapariciones, torturas y muertes, son cotidianos en ese país. La política de seguridad democrática impuesta por el gobierno de Álvaro Uribe y su Plan Colombia financiado por los Estados Unidos, ha llevado al borde de la extinción a 18 pueblos indígenas colombianos, encerrados entre el fuego de las fuerzas regulares (policía, ejército), los movimientos guerrilleros y los paramilitares. El motivo de la guerra y la instalación de siete bases militares estadounidenses no es el narcotráfico: son los bienes naturales que albergan los territorios indígenas.

En Chile, las incursiones armadas de carabineros a las comunidades mapuches son pan de cada día, con varios asesinatos en su haber. Los presos políticos mapuches son procesados con la ley antiterrorista de la dictadura, el gobierno de Michelle Bachelet ha desatado una nueva “pacificación de la Araucanía ”, mientras impone reformas constitucionales sobre los pueblos indígenas sin consultarles. Todo ello para favorecer a empresas extractivas, principalmente forestales.

En Ecuador, la nueva Constitución ha reconocido el Estado Plurinacional y dice basarse en el Buen Vivir. Sin embargo, el gobierno de Rafael Correa legisla a favor de la minería, no recoge las propuestas indígenas para la Ley del Agua, insulta a sus organizaciones e incluso continúa reprimiendo violentamente a los pueblos indígenas. Hay una seria contradicción entre el discurso y la práctica. Pese a hablar de nacionalismo y defensa de los derechos de la naturaleza, no se toca los privilegios de las transnacionales.

Bolivia es una excepción en este panorama, allí se ha dado rango de Ley Nacional a la Declaración de la ONU (que es nuestra propuesta para todos nuestros países) y la Constitución también ha reconocido el Estado Plurinacional. Las organizaciones indígenas están vigilantes para garantizar que las leyes de desarrollo constitucional materialicen en políticas concretas los postulados de la Carta Magna , mientras el mundo entero se solidariza con el proceso boliviano, acosado por las fuerzas más reaccionarias, que han llegado a ejecutar atentados terroristas.

Horas de lucha
Ante tal arremetida, los pueblos indígenas y sus organizaciones no hemos permanecido impasibles, sino que hemos avanzado en la articulación de nuestras luchas y nuestras propuestas, convocando una amplia solidaridad, generando alianzas y liderando los movimientos sociales de nuestros países y a nivel continental.

En el Perú se ha fortalecido y consolidado la alianza andino-amazónica, se ha logrado la derogatoria de cuatro decretos legislativos del TLC y se ha llamado la atención de los organismos de Naciones Unidas, que han cuestionado severamente al gobierno de Alan García.

En Colombia, la minga indígena del año pasado convocó la solidaridad unánime de los movimientos sociales de ese país y del continente. Y también el gobierno de Álvaro Uribe ha sido señalado por los organismos de Naciones Unidad como violador de los derechos humanos y los derechos de los pueblos indígenas.

En Chile se logró que el Estado adopte el Convenio 169 de la OIT sin recortes disfrazados de “interpretaciones”, los pueblos mapuches avanzan en su proceso de recuperación de territorios ancestrales y los organismos de Naciones Unidas han exigido al gobierno de Michelle Bachelet que cese la criminalización de estos pueblos y se cumpla con consultarles las leyes y proyectos que los afectan.

En Ecuador, las organizaciones indígenas han dejado claramente establecida su postura respecto al gobierno de Rafael Correa y se han declarado en movilización en defensa de sus derechos fundamentales, en cumplimiento de lo dispuesto por la Constitución.

En Bolivia, los pueblos indígenas y sus organizaciones han comprendido que es posible respaldar el proceso de cambio sin ceder un ápice ni en su autonomía ni en su derecho a fiscalizar al gobierno. Y el proceso boliviano ha convocado la más amplia solidaridad internacional, en el continente y el mundo.

Son, pues, horas de lucha, tiempos de esperanza. Los pueblos indígenas y sus organizaciones estamos vivos y avanzamos en la articulación de nuestras luchas y propuestas. Los ojos del mundo se vuelven hacia nosotros porque tenemos la experiencia y la sabiduría para salvar a la Madre Tierra , que es conducida a la hecatombe climática por el modelo de saqueo y depredación de la naturaleza. El mundo entero ha escuchado nuestro llamado a participar, del 12 al 16 de octubre, en la Minga Global por la Madre Tierra. Y la IV Cumbre de Pueblos y Nacionalidades Indígenas del Abya Yala (Puno Perú, mayo 2009) significó un hito histórico en este proceso.

La Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas es una conquista importante. Pero más de quinientos años de resistencia nos han enseñado que solo nuestra lucha articulada, el debate y la consolidación de nuestras propuestas y una efectiva incidencia internacional, harán posible que nuestros derechos sean una realidad.

Miguel Palacín Quispe - Coordinador General CAOI
Minga Global por la Madre Tierra : 12 al 16 de octubre
COORDINADORA ANDINA DE ORGANIZACIONES INDÍGENAS – CAOI
Bolivia, Ecuador, Perú, Colombia, Chile, Argentina - http://alainet.org/

PARAGUAY: LOS DILEMAS DE LUGO (Tercera parte)
La reforma agraria

Paraguay es hoy el cuarto productor mundial de soja. Entre 1995 y 2006, la extensión sembrada casi se cuadruplicó, pasando de 735.000 a 2.400.000 de hectáreas, equivalentes a casi el 25% de la superficie cultivable. Su producción—equivalente al 10% del PBI y al 40% de las exportaciones paraguayas1—es indisociable de lo que en tierras guaranies se denominan la "invasión brasileña". Según una estimación del investigador Sylvain Souchaud, el número de brasileños y sus descendientes—llamados popularmente "brasiguayos"—en Paraguay se acerca al medio millón. Ante esta realidad, unas de las principales promesas del por entonces candidato presidencial Fernando Lugo era la reforma agraria. A poco de la toma de posesión del ex obispo, los movimientos sociales campesinos iniciaron la toma de tierras de propietarios brasileños sin el aval explícito del gobierno. Fue entonces que Brasil movilizó tropas a las zonas fronterizas.

Pero la respuesta no sólo fue externa. Internamente también se vivió un sismo. Así lo demuestra una solicitada firmada por Mario Centurion en la página 13 del diario ABC Color del miércoles 20 de mayo: "Desde hace 7 años somos atacados sin piedad por supuestos campesinos sin tierra en la estancia 'Toro Blanco' (Caazapá), quienes ocupan las mejores tierras y nos impiden trabajar en la agricultura y la ganadería como la ley manda; cada vez que intento entrar en el lugar con los empleados recibo una lluvia de balas de su parte, por lo que no podemos hacer nada allí. (…) Como el gobierno no nos protege, pese a que soy un gran contribuyente sin recibir nada a cambio del maldito estado paraguayo: sólo perjuicio, pero como no voy a rendirme ante forajidos de esta calaña sin importar los millonarios perjuicios recibidos, busco e invito a por lo menos 20 hombres valientes que supongo deben existir aún en este país para trabajar 1000 ha. mecanizadas de nuestra propiedad. (…) Ofrezco compartir los beneficios que resultan. El objetivo es salvar la propiedad (…) Pienso que con 20 hombres corajudos, armados hasta los dientes, podemos repeler a los bandidos y trabajar tranquilos allí. Aclaro que hago esto porque el estado Paraguay administrado ahora por el cura guerrillero Lugo y su equipo de marxistas nos protegen y porque no me voy a rendir".

En este contexto, hasta la izquierda luguista comprende la parsimonia gubernamental: En términos políticos, ¿Cuánto puede esperar una reforma agraria?, le preguntó CIP Americas al senador Pereira de Tekojoja.

"Lo primero es hacer un catastro, o sea identificar las tierras públicas y recuperar al Estado. Eso va a implicar necesariamente confrontación, porque los latifundistas no se van a quedar de brazos cruzados.Lo cierto es que todavía no hay margen para plantear el tema agrario, cuando la fiscalía y el poder judicial siguen intactos. Esto, sumado a que gran parte del gobierno y junto a la oposición votan en bloque en el congreso contra cualquier intento. En resumen, dada la correlación de fuerzas, dudo que haya una política de Estado al respecto. Es por eso que los movimientos sociales y populares tienen que organizarse movilizándose activamente por el cambio."

Lo que se le cuestiona desde ese campo es lo dubitativo de la gestión de Lugo. Así lo ve Lacchi: "Lugo no tiene espina dorsal, cambia de opinión cada soplo de viento y no tiene fuerzas para imponer una visión, que ciertamente no es socialista. Lugo es un liberal-democrático-progresista-moderado, más moderado que progresista."

Sin embargo, más allá de los cuestionamientos, todos reconocen que algo ha cambiado en Paraguay con la asunción de Lugo. Y no se refieren sólo a algunas iniciativas progresistas, como las reformas en el campo de la salud que habilitan la atención gratuita en hospitales públicos. Se nota en la calle, dónde hay un resurgir del debate político, donde la filiación e identidad ya no está dada por la tradición y los colores (azules los liberales y colorados los colorados), sino que hay algo que se ha trastocado en el modo de hacer política.

Un ejemplo son los sindicatos y movimientos sociales, que a lo largo de los 61 años de coloradismo se han vinculado con el Estado a través de la represión o la prebenda. "En el Paraguay el vínculo entre el Estado y las diferentes organizaciones fue siempre personal, no como contrapartes. El trato era de cuate, de amigo, de correligionario. Ahora lo que está cambiando es la relación con la autoridad, se reconocen como actor político. Se dan cuenta de que ahora llegó el turno de exigir como sector, no de mendigar. Es por eso que el próximo gobierno no va a tener fácil la relación con los sindicatos. Ahora van a tener que negociar las cosas, no encontrarse con el diputado en su casa para charlar", agrega Lacchi. Y este tipo de cambios, más allá de lo que determine la estricta coyuntura y las falencias de gestión, son los que permanecen, perduran. IRCAMERICAS, especial para ARGENPRESS.info


Advertencia : Los documentos publicados no comprometen a la asociación ATTAC salvo mención en  contrario. Pueden ser la opinión de grupos temáticos, personas u otras organizaciones. Se trata solamente de aprovechar las experiencias y las ideas disponibles para poder construir  juntos ese otro mundo posible, para reapropiarnos de nuestro porvenir

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PDF: http://archive.attac.org/attacinfoes/attacinfo520.pdf
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Edición: Susana Merino




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