Fw: [retebolivariana] El testigo dijo que Jorge 40 y el ex director del DAS, Jorge Noguera (nuevo consul en Milan) apoyaron el complot.



 
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Sent: Tuesday, March 14, 2006 10:51 AM
Subject: Re: [retebolivariana] El testigo dijo que Jorge 40 y el ex director del DAS, Jorge Noguera (nuevo consul en Milan) apoyaron el complot.



retebolivariana <retebolivariana at yahoo.it> ha scritto:
El testigo dijo que Jorge 40 y el ex director del DAS, Jorge Noguera (nuevo consul en Milan) apoyaron el complot.
Detrás de las acusaciones de la fiscalía venezolana contra el DAS por su supuesta participación en el complot para asesinar al fiscal Danilo Anderson, hay una historia de mentiras e intereses oscuros.


"Quiero decir aquí, responsablemente, que el DAS está implicado en la muerte de Danilo Anderson", dijo el miércoles de la semana pasada el fiscal de Venezuela, Isaías Rodríguez, ante la Comisión de Ciencia, Tecnología y Comunicación Social de la Asamblea Nacional, en Caracas.
Para acallar los murmullos, Rodríguez aclaró una de las ! dudas que flotaban en el ambiente sobre la posibilidad de que detrás de la muerte del fiscal Anderson, que investigaba el golpe de Estado de abril de 2002 contra el presidente Hugo Chávez, estuviera la agencia de seguridad colombiana. "No estoy acusando a un gobierno –dijo–. Este es un caso aislado que compromete a funcionarios del DAS, algunos de ellos ya fuera de sus cargos, que facilitaron la infiltración de los paramilitares en una esfera muy importante. Vamos a hacer esfuerzos para traerlos a declarar".
La intervención de Rodríguez fue motivada por un debate impulsado por los medios que acusan a la Justicia de dar palos de ciego en su afán de demostrar que Giovanny Vásquez de Armas, un ex paramilitar colombiano, es un testigo creíble, y que consideran que el Gobierno está ejerciendo la censura por medio de la llamada "ley mordaza" que prohibe a la prensa informar sobre procesos judiciales declarados secretos. El ! caso Anderson es el primero de ellos.
Pero detrás de la insistencia de la Justicia venezolana de incriminar al DAS en el asesinato del Fiscal hay una historia de intrigas, corrupción, retaliaciones y mentiras. CAMBIO la reconstruye con base en varias fuentes de Caracas y Bogotá, y en testimonios y documentos inéditos.

El testimonio



Vásquez de Armas entró en escena en Caracas el lunes 29 de agosto de 2005, pero había llegado días de antes de Bucaramanga y tenía en sus manos ! un permiso de permanencia indefinida en Venezuela que le consiguieron los agentes de Inteligencia que habían recibido en la estación.
El colombiano llegó a las 10:30 a.m. al despacho del magistrado Gúmer Quintana del Tribunal 19 de Control, que lo había citado por solicitud del fiscal Gilberto Landaeta, y quien conocía un informe confidencial del servicio de inteligencia de la Fuerza Armada Nacional, FAN, avalado por la Fiscalía, que lo consideraba "fuente confiable".
Vásquez se presentó como miembro de la unidad logística de las Auc en La Guajira y su declaración causó sorpresa en los medios. Comenzó diciendo que había entrado a Venezuela los 12 kilos del explosivo C-4 que la noche del jueves 18 de noviembre de 2004 destruyeron la camioneta Toyota conducida por Anderson en el cruce de la Avenida de Las Ciencias con la Calle Vargas, poco despué! s de salir de una clase en el Instituto Universitario de la Policía Científica.

El testigo colombiano ejercía la psiquiatría con documentos falsos.

Luego aseguró que la periodista Patricia Poleo, directora del diario El Nuevo País –reconocida antichavista y famosa por haber descubierto la presencia en Venezuela de Vladimiro Montesinos, poco después de la caída del presidente peruano Alberto Fujimori–, había participado en tres reuniones en las que varios opositores definieron a Anderson como el primer blanco de una serie de asesinatos selectivos. "Esos encuentros se realizaron en la región panameña de El Darién, en Maracaibo y en Miami, y fueron apoyados por el FBI, la CIA y las autodefensas colombianas",! declaró Vásquez.
El testigo mencionó, además, nombres del mundo empresarial y financiero y de las Fuerzas Armadas, considerados aliados de Pedro Carmona, sucesor de Chávez durante las pocas horas que duró el golpe de 2002. Uno de ellos fue el de Nelson Mezerhane, banquero y empresario vinculado a Ávila Mágica, operador del teleférico de Caracas, Globovisión y el diario El Globo, medios que les habían hecho eco a denuncias sobre la existencia una "red de extorsionadores" a la que supuestamente pertenecía Anderson.
Las denuncias comenzaron un mes después de que el Gobierno declaró a Anderson "héroe nacional", cuando la periodista Tamoa Calzadilla obtuvo copias de una declaración judicial de Julio César Farías, cuñado del fiscal asesinado, que aseguró que Anderson tenía una caja fuerte en la que guardaba grandes sumas en efectivo para protegerse en cas! o de que le investigaran sus cuentas bancarias.
Para rematar, Lourdes Anderson, hermana del Fiscal, aseguró a las autoridades judiciales que éste tenía un "fondo común" con los fiscales Yoraco Bauza y Sonia Buznego que, paradójicamente, fueron asignados a la investigación del asesinato del Fiscal.

Paramilitares y DAS



La nómina de los sindicados de ser autores intelectuales del crimen por el testigo colombiano, se cerraba con los nombres de Salvador Romaní Arrieta y Eugenio José ! Añez Núñez. El primero es hijo de Salvador Romaní, veterano periodista y presidente de la Junta Patriótica Cubana en Venezuela, que congrega a exiliados perseguidos por Fidel Castro. El segundo es un general retirado de la Guardia Nacional, que en octubre de 2002, aún en servicio activo, se declaró "militar demócrata" y pidió a sus compañeros de armas, por medio de un sitio en internet, mantenerse en guardia para evitar que Venezuela se hiciera comunista de la mano del Gobierno.
Pero Vásquez de Armas también mencionó a dos colombianos como agentes de apoyo del complot criminal: el jefe paramilitar Jorge 40 –Rodrigo Tovar Pupo– de quien dijo que había asistido a la reunión de Maracaibo entre el 3 y el 4 de marzo de 2004, en un apartamento de propiedad de las Auc en el sector de Milagro Norte. "Jorge 40 saludó allí por su nombre al general Eugenio Añez –dijo el testigo–. De eso me acuerdo como si hubiera sido esta! mañana".

El testigo dijo que Jorge 40 y el ex director del DAS, Jorge Noguera apoyaron el complot.

El segundo fue el del entonces director del DAS, Jorge Noguera, quien según el testigo facilitó la salida de los explosivos por la frontera guajira. "Para trasladar el C-4, comprado a un oficial del Batallón Cartagena, en Riohacha, recibí órdenes del comandante Jorge 40 –aseguró–. Me comuniqué con el director del DAS, de apellido Noguera, y le dije que tenía que entregar el explosivo en El Moján, estado Zulia. Allí lo recogió una camioneta de Marshall Security, una compañía de Salvador Romaní, que lo llevó a La Guaira y lo entregó a un abogado".
Conocida esta versión en Colombia, Noguera le restó importancia. "Es una fábula fabricada quién sabe con qué intención", les dijo a los periodistas.

Mentiras y engaños



Andrés Peñate, entonces director (e) del DAS, pidió a las agencias de seguridad la información disponible sobre Vásquez de Armas. La primera respuesta la dio el coronel Manuel Augusto Rojas, coordinador del Programa de Atención Humanitaria a los Desmovilizados: Vásquez de Armas sí militó en las Auc, en el Bloque Central, y el 14 de abril de 2004, en el marco de las conversacio! nes de Ralito, dejó las armas. Recibió beneficios y cobró 19 millones de pesos de recompensa a cambio de información sobre actividades de los paramilitares.
No obstante, su prontuario judicial previo ponía en tela de juicio su credibilidad. Según el informe 128SIA del CTI de la Fiscalía, en agosto de 2003 fue capturado en Santa Marta, donde ejercía como médico psiquiatra en un consultorio de la Clínica Milenio con documentos falsos, y se identificaba con la cédula venezolana V-10.575.652. "Lo capturamos cuando atendía a la paciente Ana Margarita Fernández, a quien prescribía medicamentos de alto riesgo –recuerda un agente del CTI–. Encontramos que no tenía registro médico y que no era cierto lo que consignaba en su hoja de vida en el sentido de que se había especializado en John Hopkins University, cerca de Washington".
El Sistema Nacional de Antec! edentes también reportó una orden de captura vigente –la 19.247 de la Fiscalía 25 de la Unidad Especial de Reacción Inmediata– por simulación de investidura o cargo y falsedad en documento público, y que había dictado conferencias sobre prácticas forenses en dependencias policiales de Valledupar y Riohacha con constancias apócrifas del FBI. Por su parte, la Registraduría certificó que Vásquez de Armas nació el 1 de septiembre de 1969 en Riohacha y que su cédula era la número 84.086.579. La cancillería colombiana envió la información a su par de Venezuela pero no tuvo impacto alguno en el proceso por la muerte de Anderson.
El caso no está cerrado y aún lo rodean bastantes dudas. Por eso muchos creen que el de Anderson es uno más que se suma a la socorrida teoría de la conspiración que tanto estimula el gobierno del presidente Hugo Chávez.

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