Kissinger: Miami Herald - Le verità dei suoi contestatori



Posted on Thu, Dec. 11, 2003 


http://www.miami.com/mld/elnuevo/news/columnists/andres_oppenheimer/7462546.
htm

Los críticos de Kissinger tenían razón
ANDRES OPPENHEIMER

La celebración del Dia Internacional de los Derechos Humanos esta semana es
una buena ocasión para preguntarse si el gobierno del presidente Bush no
debería empezar a tomar distancia de la figura más influyente de la política
exterior de Estados Unidos en el siglo XX: el Dr. Henry Kissinger.

No estoy entre los cultores de teorías conspirativas que culpan al ex
secretario de Estado de Estados Unidos de todos los males del mundo,
incluidos el golpe militar chileno de 1973, y los abusos a los derechos
humanos en Indonesia y Bangladesh. Siempre he leído las acusaciones contra
Kissinger con interés, pero con cierto escepticismo, ya que muchas de ellas
han venido de activistas de los derechos humanos de dudosa parcialidad, que
denuncian los crímenes de la derecha, pero callan los de la izquierda.

Sin embargo, el artículo de The Miami Herald del 4 de Diciembre sobre la
reunión celebrada el 7 de octubre de 1976 entre el entonces secretario de
Estado Kissinger y el canciller de la junta militar argentina César Augusto
Guzzetti plantea serias dudas sobre las aseveraciones de Kissinger, según
las cuales es víctima de una campaña de desprestigio.

La reunión tuvo lugar durante la Asamblea General de las Naciones Unidas en
Nueva York, en momentos en que la dictadura argentina estaba en plena
''guerra sucia'' contra los guerrilleros de izquierda, sus simpatizantes, y
cualquiera que los militares consideraban sospechosos. Como es usual en
estas reuniones oficiales de alto nivel, un funcionario del Departamento de
Estado tomó notas de la conversación.

Ahora, ese documento ha salido a la luz, entre los miles de papeles
desclasificados por el Departamento de Estado que han sido examinados por el
Archivo de Seguridad Nacional, un grupo de investigación independiente de
Washington D.C.

Según la transcripción de la conversación, Kissinger le dijo a Guzzetti,
``Tengo un punto de vista pasado de moda, de que a los amigos hay que
ayudarlos. Lo que no se entiende en Estados Unidos es que ustedes tienen una
guerra civil. Leemos sobre los problemas de los derechos humanos, pero no
sobre el contexto. Cuanto más rápido triunfen, mejor''.

Guzzetti le había asegurado a Kissinger durante la conversación que la lucha
contra los guerrilleros terminaría antes de fin de año. Sin embargo, las
ejecuciones sumarias siguieron por casi dos años. Se calcula que entre 9,000
y 30,000 personas fueron ejecutadas, o ``desaparecidas''.

Luego de su encuentro con Kissinger, Guzzetti regreso a Buenos Aires ''en un
estado de euforia'', según escribió en un cable el entonces embajador de
Estados Unidos en Argentina, Robert Hill, un funcionario que había estado
presionando fuertemente a los militares para que respetaran los derechos
humanos.

¿Qué dice Kissinger a todo esto? Según su abogado y ex subsecretario de
Estado para Asuntos Latinoamericanos William D. Rogers, es ''totalmente
absurdo'' afirmar que Kissinger alentó las violaciones de los derechos
humanos en Argentina.

Por el contrario, hay evidencias de que Kissinger presionó a favor del
respeto a los derechos humanos, me dijo Rogers. El 24 de agosto de 1976,
menos de dos meses antes de esa reunión con Guzzetti, Kissinger había
enviado un mensaje inusual, firmado de puño y letra, a los embajadores de
Estados Unidos en Argentina y tres países vecinos, pidiéndoles que le
hicieran saber a los presidentes de los países donde estaban destinados, que
Estados Unidos cortaría su ayuda externa si no respetaban los derechos
humanos, afirmo Rogers.

En cuanto a las recomendaciones de Kissinger a Guzzetti, Rogers me dijo que
su ex jefe se estaba refiriendo a la economía, y no a la lucha contra la
guerrilla. Argentina estaba en un caos total, dijo Rogers.

'La idea de que él estaba diciendo `sigan adelante y maten un montón de
gente' es una locura'', me dijo Rogers. ``Estaba hablando de la economía,
del sistema político, y del desorden y el caos y la inestabilidad en el
país''.

¡Hum! Tengo mis dudas. La conversación Kissinger-Guzzetti tuvo lugar en los
últimos meses del gobierno del presidente Gerald Ford. El candidato Jimmy
Carter, un fuerte defensor de los derechos humanos, ya estaba arriba en las
encuestas.

En ese contexto, las palabras de Kissinger en el sentido de ''ayudar a los
amigos'' son una mancha en la historia reciente de Estados Unidos. En el
mejor de los casos, el gobierno de Ford estaba enviando señales
contradictorias a la junta militar argentina.

Por suerte, Carter cambió la política exterior de Estados Unidos hasta
nuestros días.

Cuando se le preguntó recientemente al secretario de Estado Colin Powell
sobre las sospechas de que Estados Unidos apoyó el golpe militar de Chile en
1973, respondió que ''esa no es una parte de la historia de Estados Unidos
de la que nos sentimos muy orgullosos''. Aunque el Departamento de Estado
pocas horas después sacó una aclaración de que Estados Unidos ''no instigó''
el golpe militar chileno, Powell podría extender su afirmación a la política
Argentina antes de Carter.