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Argentina: rivolta sociale
- Subject: Argentina: rivolta sociale
- From: "Nello Margiotta" <animarg at tin.it>
- Date: Fri, 21 Dec 2001 15:56:41 +0100
Rebelión social en Argentina contra la política neoliberal del Gobierno Agencias Una dura protesta popular siguió ayer a las breves palabras con las que el presidente Fernando de la Rua confirmó la implantación del estado de sitio. Un fuerte cacerolazo estalló en toda la ciudad, se prolongó hasta entrada la madrugada, en un hecho que no tiene precedentes en Buenos Aires, y se extendió incluso al resto de la ciudad, a Rosario, a La Plata y al sur del Gran Buenos Aires. Al tiempo que la gente se movilizaba, la televisión anunciaba que el gabinete en pleno había presentado su renuncia, incluido el titular de Economía, Domingo Cavallo, cuyas medidas económicas dispararon los índices de pobreza y desempleo de la tercera economía latinoamericana a índices históricos. Ninguna fuente oficial confirmó la versión, según la cual la idea sería que el opositor Partido Justicialista (peronista) participe en la conformación de un nuevo gabinete. La movilización surgió sin previa convocatoria. Apenas terminado el corto mensaje en que De la Rúa decretó el estado de sitio por 30 días, haciendo otra vez oídos sordos a las demandas populares, cacerolazos y bocinazos comenzaron a escucharse en todos los barrios, mientras muchos vecinos (trabajadores, familias completas, amas de casas) se reunían en las esquinas, la mayoría para marchar hacia la Plaza de Mayo. Allí, frente a la casa de gobierno, los manifestantes entonaron a la medianoche el himno nacional y pacíficamente exigieron la renuncia de Cavallo, pero como respuesta llegó la represión policial. Muchas personas optaron por retirarse, pero otras se trasladaron al vecino Ministerio de Economía, donde esta madrugada se registraban incendios y desmanes. Ese fenómeno también se registró en el resto de la ciudad. Surgieron manifestaciones espontáneas, la Avenida Independencia estuvo cortada por los vecinos desde Balcarce hasta la Avenida Nueve de Julio, se sumó a ellos una marcha del Centro de Estudiantes de Ingeniería y la Plaza de Mayo, como otras tantas veces, volvía a ser el centro de atención: una caravana de un centenar de autos, la rodeaban al sonar de sus bocinas. Mientras, sucedían dos cosas: cuando faltaban quince minutos para la llegada del jueves, cerca de trescientas personas se dirigían a pie, con cacerolas en las manos, y la Guardia de Infantería tomaba posiciones de defensa tras el vallado que rodea la Casa de Gobierno. Los manifestantes, que encendieron algunas velas en el piso de la plaza, gritaban: "Que se vayan, que se vayan...". Previamente la izquierdista Confederación de Trabajadores de Argentina, la más pequeña de las tres centrales obreras y principalmente formada por trabajadores estatales, había llamado a una huelga general para este jueves. El desborde social, que ya se había advertido al gobierno desde hace tiempo, se inició la madrugada del miércoles como incontenible, con una sorprendente violencia policial, especialmente en la provincia de Buenos Aires. Los saqueos se extendieron desde la madrugada del martes por el Gran Buenos Aires, como se conoce a la zona que rodea la capital: San Martín, Ciudadela, Tigre, La Matanza, Moreno, San Miguel, Florencio Varela, Villa Celina, Lanús, Quilmes y Avellaneda. La escena comenzó a repetirse en todo el país, especialmente en Concepción del Uruguay, Entre Ríos, donde desde hace días se venían registrando manifestaciones de empobrecidos habitantes para pedir comida, así como en Rosario, Santa Fe, donde murió un muchacho de 15 años al parecer asesinado por un comerciante. Muchos habitantes de barrios marginales se lanzaron a las calles como un "efecto dominó", ante los reclamos y saqueos que ya habían comenzado en los días recientes, cuando la realidad de las medidas gubernamentales (virtual confiscación de cuentas bancarias al limitar el retiro en efectivo para dejar así a las personas sin dinero) estallaba en los barrios. En Córdoba trabajadores tomaron la sede de la municipalidad y la destrozaron con una furia que sólo tenía explicación en la grave situación económica por la que atraviesa el sector, ya que al igual que en muchas provincias no reciben salarios desde hace meses. En este caso la represión fue despiadada y dejó decenas de heridos por balas de goma y golpes. En La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, empleados estatales intentaron ingresar a la legislatura para impedir que se votara una nueva ley que desembocará en despidos masivos. En la tarde el fantasma de los saqueos se acercó a la capital, cuando un grupo de familias con niños intentó ingresar a un supermercado en el barrio de Constitución, pero la policía lo impidió con inusitada violencia. Ya en las dos semanas psadas se dio una caída brutal de las ventas, pues las últimas medidas de Cavallo vaciaron los bolsillos de todos, al punto que ni siquiera se compraban los diarios. Desde la semana pasada los comerciantes se lanzaron a manifestaciones, las movilizaciones de diversos sectores recorrían las ciudades, los piqueteros (desempleados) organizaban cortes viales, sin que el gobierno se conmoviera, pues hasta insistió en ratificar al polémico titular de Economía. Imágenes del caos Las escenas mostraban a algunos jóvenes estrellándose contra las vidrieras para romperlas, y uno de ellos casi se cortó una pierna en el intento. Una discapacitada encabezó la toma de un supermercado y quedó un buen rato atrapada por la reja que ayudó a derribar. Ejércitos de pobres se lanzaron por los puentes al conocer que estaban saqueando algún comercio, para llevarse lo que fuera. En la bonaerense Ciudadela un comerciante de origen oriental lloraba mientras su comercio era destruido, ante la indiferencia policial; una mujer confesaba que era la primera vez que hacía algo así, pero que estaba sin trabajo; todos los que hablaban a las cámaras protestaban contra el gobierno, e incluso algunos señalaban a Estados Unidos y al Fondo Monetario Internacional como responsables. En estas escenas de guerra era sorprendente ver la cantidad de niños que participaban junto a sus padres en los saqueos, que dejaron al cierre de esta edición seis muertos (en disturbios o por disparos de comerciantes), más de un centenar de heridos y 300 detenidos. De la Rúa acude a los cuarteles No por anunciadas, estas imágenes del naufragio dejaron de ser dolorosas, mientras crece la alarma pues nadie cree que fue casual el mensaje reciente del presidente a las fuerzas armadas, cuando decretó que no se extraditará a los militares solicitados por la justicia de varios países por los crimenes de la última dictadura. Hubo otros gestos, como su aparición ayer en una sede eclesiástica rodeado de los altos mandos de las FF.AA (a la salida de la cual fue apedreado), o su discurso en una reciente cena con militares diciendo que era natural que estos acudan a salvar a la patria en los momentos de "peligro", o la autorización para que Carlos Menem comenzara a transitar por los cuarteles. Hubo siete muertos y casi 140 heridos durante los saqueos El día del gran estallido social fue, también, una jornada trágica. Siete personas terminaron muertas a balazos durante los saqueos a supermercados. Hubo dos víctimas en el conurbano, otras tres en Rosario, una en Santa Fe y otra en Cipolletti. En algunos casos, quienes dispararon fueron comerciantes decididos a defender su mercadería a cualquier costo. Y si no hubo más muertos fue por milagro. Según fuentes oficiales, al menos 138 personas fueron heridas. De ellas, 76 son policías, la gran mayoría en el Gran Buenos Aires. Villa Fiorito es uno de los barrios más pobres de Lomas de Zamora. Ayer a las 17 el dueño de un supermercado chino de la calle Recondo al 400 se subió a la terraza apenas vio que un grupo de personas se acercaba su negocio y disparó, según informaron fuentes policiales. Los balazos fueron dos. Uno le pegó en la cabeza a Diego Avila, de 24 años. El joven murió en un hospital de la zona, cuando lo atendían. El comerciante, dos años mayor que él, fue detenido. Por temor a una represalia en el barrio, lo llevaron a la comisaría de Ingeniero Budge. No fue el único caso en el conurbano. A la noche, en la localidad de Libertad -partido de Merlo- hubo un saqueo en un supermercado llamado Steffi, en Cambó y Helvecia. Esta vez el que usó su arma fue el suegro del dueño del negocio. Y, como en Fiorito, también hubo un muerto: Cristian Eduardo Legembre, de 20 años. En el conurbano, además, hubo varias personas heridas. Al menos siete, según se estimaba anoche. En Boulogne, una mujer de 45 años recibió un balazo en un pierna, y un custodio privado fue detenido por el ataque. En Villa Celina, en el partido de La Matanza, otra mujer resultó baleada en la espalda. En Rosario hubo tres muertos durante los saqueos. Claudio Lopratti (38), recibió un balazos cuando estaba mirando los incidentes desde el techo de un escuela del barrio La Flores, Trabajaba para un comedor comunitario. En tanto, Graciela Acosta, militante de derechos humanos, fue baleada en la vecina localidad de Villa Gobernador Gálvez, en las afueras de Rosario. Juan Delgado, de 27 años, murió en un enfrentamiento con la policía frente a un supermercado de Pasco y Necochea. También hubo 20 heridos. En la capital de la provincia, la víctima fue Miguel Pasini, un chico de 15 años que vivía en el barrio Cabaña Leiva, una zona humilde de la periferia de la ciudad. El adolescente recibió un escopetazo en la espalda y otro en la cabeza y murió antes de llegar al hospital Cullen. Se sospecha que el autor de los disparos fue un comerciante vecino a un supermercado que estaban saqueando. En El Talar, Tigre, por milagro no hubo muertos: el dueño de un supermercado salió con un escopeta y baleó a cinco personas. Ya entrada la noche en Cipolleti, Río negro, murió una mujer, Elida Avaca, de 42 años. Recibió un balazo durante un enfrentamiento entre gente que quería saquear un supermercado y la policía. En el Ministerio de Seguridad de la provincia no pararon de sacar cuentas. Desde las 3.30 de la madrugada hasta media tarde habían contado más de 30 focos de tensión. Saqueos consumados en supermercados grandes, medianos y chicos. De zonas humildes o calles comerciales céntricas, o de barros de clase media. Intentos fallidos, y pedidos nerviosos de comida, a veces satisfechos. La respuesta policial tuvo matices. Fue muy flexible en muchos casos, casi sin intervenir; y muy dura -con palazos, gases y balas de goma- en otros. Sumando un caso detrás de otro concluyeron que hubo al menos 9.000 personas involucradas. La lista de localidades dejaba a muy pocas sin nombrar. Hubo incidentes en el norte, en el oeste y en el sur. En Moreno, Villa Trujuy, El Palomar. Billinghurst, Ciudadela Norte, San Martin. José Ingenieros, José C. Paz, Lomas de Zamora, Villa Ballester, San Fernando, Pilar, Derqui, Tapiales, Boulogne, La Tablada, José León Suárez y Lanús. Las escenas fueron parecidas en cada lugar. Mujeres con sus bebitos en brazos que hacían llenaban sus bolsas con cajas de leche o paquetes de yerba o polenta. Muchachos que se llevaban changuitos llenos de productos para la fiestas. Comerciantes desconsolados que trataban de pararlos. Otros que resolvían que lo mejor era quedarse a un costado, resignarse, y tratar de salvar lo poco que quedaba. Anoche habían sido detenidas unas 551 personas, 350 personas de ellas en el Gran Buenos Aires. En las zonas donde no hubo saqueos, hubo tensión y pánico. En muchos centros comerciales bajaron la persianas ante el mínimo presagio de problemas. Con informaciones de Resumen Latinoamericano, La Jornada y Clarín Nello change the world before the world changes you www.peacelink.it/tematiche/latina/latina.htm
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