Seguidores y críticos del gobierno de Venezuela 
cargan sus baterías con miras a la crucial batalla que seguirá al 19 de este 
mes, cuando se habilite la posibilidad de poner a referendo revocatorio el 
mandato presidencial de Hugo Chávez. 
Nicolás Maduro, dirigente del 
gobernante Movimiento Quinta República, informó a corresponsales extranjeros que 
”durante toda la semana próxima miles de seguidores del presidente estaremos en 
las calles, en recorridos, foros y celebraciones de los tres años de gobierno”. 
Mientras que la oposición reunida en la Coordinadora Democrática, de 77 
partidos, sindicatos y grupos civiles pedirán se active la consulta con el aval 
de 2,8 millones de firmas que dicen haber recogido en febrero y que entregarán 
el 20, un día después de cumplirse la mitad de los seis años de mandato de 
Chávez. 
En ocho marchas sobre otras tantas avenidas de Caracas se espera 
movilizar el miércoles de la próxima semana ”medio millón de personas” en apoyo 
del referendo, señalaron los dirigentes opositores Carlos Melo y Enrique Naime. 
Así, las dos partes tienen centradas sus expectativas en el día 19, 
cuando se cumple el periodo exigido por la Constitución aprobada en 1999 e 
impulsada por el propio Chávez para convocar un referendo, bajo ciertas 
condiciones, con el fin de revocar el mandato presidencial. 
Lo mismo 
contempla la ley fundamental para cualquier autoridad elegida por voto popular 
transcurrida la mitad de su periodo. 
Los choques entre partidarios de 
Chávez y opositores ya dejaron muertos y heridos en las calle de Caracas y de 
otras ciudades del país entre abril de 2002 y mayo de este año, cuando arreció 
la crisis política. 
La jornada más trágica fue la del 11 de abril de 
2002, cuando perecieron baleadas 19 personas de uno y otro bando al cabo de una 
gigantesca marcha opositora que derivó posteriormente en el golpe de estado 
cívico-militar que alejó del gobierno por 47 horas a Chávez. 
Para evitar 
la reedición de ese libreto, tanto los organizadores de los actos como las 
fuerzas de seguridad extreman ahora medidas para mantener separados a los 
bloques de manifestantes. 
La opción por el referendo es el nudo de un 
acuerdo firmado el 28 de mayo entre el oficialismo y la oposición para zanjar la 
crisis, al cabo de cinco meses de esfuerzos del secretario general de la 
Organización de Estados Americanos (OEA), César Gaviria, quien actuó como 
facilitador, 
Gaviria dirigió un grupo tripartito, conformado por la OEA, 
el estadounidense Centro Carter y el Programa de las Naciones Unidas para el 
Desarrollo, respaldado por los llamados países amigos, una instancia que reunió 
a Brasil, Chile, España, Estados Unidos, México y Portugal. 
Tras el 
acuerdo, la gestión internacional de la crisis dejó el terreno a los 
venezolanos, aunque en los últimos días varios episodios mostraron por ejemplo 
el enorme interés en la vecina Colombia por cuanto sucede en Venezuela. 
Eso muestra al menos lo expresado en una entrevista por el presidente de 
Colombia, Alvaro Uribe, al indicar que ”el gobierno de Venezuela en su soberanía 
verá si comete el error de politizar a su Fuerza Pública, pero nosotros no vamos 
a permitir que nos venga a dividir a nuestros empresarios por razones 
políticas”. 
Uribe no oculta su disgusto por el perjuicio ocasionado al 
comercio bilateral el control de cambios implantado en Venezuela desde enero. 
Esa medida significó una fuerte caída del intercambio y demoras en la 
entrega de 300 millones de dólares a exportadores colombianos. 
Por su 
parte, Chávez y sus ministros han deplorado que empresarios colombianos 
celebraron el efímero golpe en su contra, pero esta vez no replicaron la crítica 
de Uribe. 
”A veces es mejor no meterse en las cosas del hermano, 
respetar la soberanía del hermano”, fue la respuesta del presidente venezolano. 
También el periódico El Espectador, de Bogotá, publicó el domingo a toda 
página la entrevista a un supuesto ex piloto de Chávez que habría transportado a 
líderes de la guerrilla colombiana por órdenes del vicepresidente venezolano, 
José Vicente Rangel. 
Los servicios de seguridad de Colombia no demoraron 
ni 48 horas en demostrar que el entrevistado, Moisés Boyer, es sólo un farsante 
ávido de publicidad que nunca fue piloto ni militar ni tiene conocimientos 
elementales de aeronáutica, pero la versión fue reproducida con despliegue por 
medios venezolanos. 
”Hay empresarios en Colombia que persiguen el 
derrocamiento de Chávez”, observó Rangel, tras identificar al magnate Mario 
Julio Santodomingo como ”uno de los que bailaron cumbia durante el gobierno de 
facto de Pedro Carmona”, el líder de la asociación empresarial Fedecámaras que 
asumió la presidencia durante el efímero golpe de estado de abril de 2002. 
Uribe, además, recibió esta semana a Timoteo Zambrano y Asdrúbal Aguiar, 
representantes de la Coordinadora Democrática. 
Zambrano informó que el 
mandatario colombiano les dijo sobre la situación de Venezuela que, ”si bien soy 
prudente, no soy indiferente”. 
Mientras, el general Richard Myers, jefe 
del estado mayor conjunto de Estados Unidos, apuntó el martes en Bogotá que 
”cualquier vecino que dé asistencia o confort a los terroristas está equivocado 
en esta guerra. Los vecinos deben cooperar”, al tiempo que alabó los esfuerzos 
de Uribe en su lucha contrainsurgente. 
”Esa declaración y las visitas de 
altos funcionarios (estadounidenses) a Bogotá muestran que Colombia es el país 
consentido de Washington en el área andina y reiteran que Venezuela está 
sometida a observación internacional respecto de su comportamiento como 
democracia”, comentó a IPS analista de asuntos internacionales Carlos Romero. 
”En el exterior desean, como rezan resoluciones de la OEA y el acuerdo 
firmado en mayo, una salida de la crisis que seas pacífica, democrática, 
constitucional y electoral”, agregó. 
Pero para poder efectuar el 
referendo u otra elección es preciso nombrar los cinco miembros del Consejo 
Nacional Electoral, algo que no ha podido hacerse porque las fuerzas parejas en 
el parlamento (84 oficialistas, 78 opositores y 3 neutrales) no logran reunir 
las dos terceras partes necesarias para ello. 
Si el Congreso no lo hace 
esta semana, el Tribunal Supremo de Justicia ya ha anunciado que los designará 
de modo provisorio en los 10 días siguientes, por lo cual el recalentamiento de 
la calle coincidirá con el nombramiento del árbitro electoral. 
Una de 
sus primeras tareas será atender la solicitud de referendo revocatorio, para lo 
cual se requiere el respaldo de al menos 20 por ciento del padrón electoral, que 
hoy es de unos 12 millones de ciudadanos. 
Ese porcentaje es superado por 
las firmas en poder de la Coordinadora, pero será necesario esperar si el 
Consejo las acepta como válidas. 
Las rúbricas están en papeletas cuyo 
encabezado puede impugnarse, pues convoca directamente al referendo sin 
solicitarlo al Consejo. 
Además, el oficialismo sostiene que se deben 
recoger nuevas firmas después del 19 de agosto, que es cuando nace el derecho de 
solicitar la herramienta de la consulta. 
En ese marco de discusión, el 
referendo puede chocar en 2004 con las elecciones para gobernadores regionales y 
alcaldes, prevista para julio de ese año