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Lula en Londres: Nuestra prioridad es la unificación sudamericana




Lula en Londres: Nuestra prioridad es la unificación sudamericana
 di Isaac Bigio

La nueva política exterior brasilera puede modificar la escena continental y
global. Así como la Unión Europea se expande, Sudamérica debe tener su
propia unión comercial, monetaria y parlamentaria. Brasil pide tener un
puesto permanente en el consejo de seguridad encabezando una política
exterior conjunta sudamericana.


El fin de semana pasado el presidente brasilero estuvo en Londres como parte
de una gira europea. Asistió junto a Blair, Clinton, los mandatarios de
Chile, Argentina y otras 10 naciones a la cumbre de gobernantes
'progresistas'. La relevancia que se le dio en la prensa británica contrasta
con la apatía que ésta usualmente adopta ante la visita de jefes de estado
latinoamericanos, incluyendo los peruanos.

La importancia de Lula se debe a que es el gobernante occidental que ha sido
elegido con más votos y a que se le percibe como un factor que puede alterar
la política mundial e incluso influir en la crisis del laborismo británico.

Estuvimos con Lula el lunes 14 poco antes que partiera para España en una
exposición que tuvo en la London School of Economics. Allí él fue presentado
por su rector, Anthony Giddens, el teórico internacional de la 'tercera vía'
, como un hombre que no solo puede cambiar a su región sino al planeta.

En plena Inglaterra Lula se congració de ser un presidente tan popular que
ni si quiera entiende el inglés, y que el eje de su política internacional
es la unidad de Sudamérica.

Para Lula los países sudamericanos deben acercarse más y priorizar su unión.
Un bloque económico y político sudamericano debe desarrollarse basándose en
la reconstrucción del MERCOSUR y su unión con los países andinos. Se deben
articular políticas agrícolas, industriales, sociales, culturales, y de
ciencia y tecnología y construyendo instituciones políticas conjuntas,
inclusive caminando en dirección a un parlamento, una moneda única y una
política exterior.

Sostuvo que él venía a imponer un cambio sustantivo en la política exterior
de su país. Anteriormente Brasil, como otros países de su continente, solía
privilegiar una relación comercial y diplomática con EEUU o Europa. Con él
se busca privilegiar una relación entre vecinos.

Su tesis es distinta a las practicadas por otros gobiernos desde Chile a
México quienes buscan vínculos especiales con Washington. Para él la forma
en la cual Sudamérica debe hacer frente a la globalización y al ALCA es
primero integrándose y haciendo que sus países busquen comerciar más entre
ellos.

Esto implica crear más caminos, oleoductos y rutas aéreas directas. Mencionó
la paradoja que algunos empresarios latinoamericanos para comercializar con
Brasil primero deben hacer escala en Lima o Miami, y que ello hace que
muchos de éstos prefieran llegar a hacer negocios en estas ciudades. Para él
se debe incentivar vuelos directos entre todas las capitales y grandes urbes
sudamericanas.

Uno de los problemas que él percibe es el proteccionismo de los países
ricos. Mientras a los países en desarrollo se les obligó a abrir sus
economías, las grandes potencias no permiten un mercado libre para productos
rurales y otros del Tercer Mundo.

Brasil junto al bloque sudamericano debe, según él, tener una cumbre con la
Liga Árabe, y crear relaciones con Rusia, China, India y África. Frente a un
auditorio británico Lula decía que el mercado europeo y estadounidense
estaba demasiado organizado y que posibles mejores ventajas podría obtenerse
de relaciones con otras economías en desarrollo. Es mas, propone que ese
tipo de relaciones demuestre a las potencias que los países pobres pueden no
ser dependientes de ellos y que podrían incluso prescindir de éstas en
muchos rubros.

Frente al Grupo de los 8 Brasil ha conformado junto a India y Sudáfrica, el
'Grupo de los 3', y espera ampliar éste. Brasil, además, debe dar mucha
fuerza a sus relaciones con África. El país con la segunda población negra
más grande del mundo debe incentivar vuelos directos y tratados comerciales
y culturales con el continente del cual partieron los esclavos.

Como parte de sus nuevas políticas de integración Brasil promoverá el flujo
de estudiantes sudamericanos y africanos a sus universidades.

Uno de las principales demandas que Lula puso ante Blair es la necesidad que
Brasil tenga un asiento permanente en el consejo de seguridad de Naciones
Unidas. Esta podría ser la primera vez que habría un latinoamericano en tal
situación y Brasil aduce contar con el apoyo para ello de muchas otras
naciones de su región. Para él el mundo ha cambiado mucho desde 1945 y la
presencia de Brasil y otros países importantes en vías de desarrollo en el
organismo máximo de la ONU ya hubiese permitido resolver diferendos como el
palestino-israelí sobre la base del reconocimiento de ambos estados.

Con relación a los problemas de violencia y delincuencia Lula sostuvo que
éstos solo podrían abordarse enfrentando la pobreza que les incuba y con
programas de inversión social. Para el caso específico brasilero sostuvo que
su gobierno tiene dos planes centrales: Primero Empleo y Hambre Cero. Su
meta central es hacer que por primera vez todos los brasileros puedan comer
tres veces al día.

Con relación al Plan Colombia llama la atención que casi al mismo tiempo que
Lula, Kirchner y Lagos se reunían con Blair se realizaba una conferencia
internacional en Londres en la cual el Reino Unido coordinaba el incremento
de su ayuda en dinero, armas y entrenamiento en la ofensiva militar de
Uribe. Lula, en cambio, tiende a privilegiar una salida negociada al
conflicto, evitando una mayor injerencia anglo-americana en la región y
basándose en una mayor participación de la comunidad sudamericana y Naciones
Unidas.




El cónclave 'progresista'

La quinta conferencia de mandatarios progresistas se realizó en Inglaterra
entre el 11 y 13 de enero. Esta tiene el objetivo de crear una 'tercera vía'
internacional: una salida supuestamente intermedia entre el monetarismo
neoliberal y del intervensionismo estatista.

A ésta asistieron Gerhard Schröder (Alemania), Vladimir Spidla (República
Checa), Leszek Miller (Polonia), Ricardo Lagos (Chile), Jean Chrétien
(Canadá), Thabo Mbeki (Sud África), Meles Zenawi (Etiopía), Helen Clark
(Nueva Zelandia), Nestor Kirchner (Argentina) entre otras figuras.

La mayor parte de sus componentes provienen de partidos de origen
socialista, guerrillero o izquierdista que se han ido moderando hasta
aceptar la necesidad de incentivar la empresa privada en el capitalismo
global. Algunos como Clinton o los peronistas argentinos provienen de otras
tradiciones.

Llamó la atención el hecho que no asistiese el presidente Toledo, pese a que
él se reclama de la tercera vía. Por otro lado, Lula sostuvo que a Brasil no
le interesa la primera, la segunda o la tercera vía, sino su propia vía'.

El presidente peruano, pese a reclamarse de la 'tercera vía' no estuvo
presente.

Dicho bloque ha demostrado su heretogeneidad. La guerra iraquí le ha
golpeado. Tanto Blair como Miller apuntalaron la invasión a Bagdad mientras
que la mayor parte del resto no avaló ésta.

El primer ministro británico aprovechó la reunión para precisar su política
externa. Esta debe basarse en más intervenciones militares a países que
Londres considera que violan derechos humanos. Tal planteo llevaría a que
una minoría de poderes decida a su propia cuenta y al margen de la soberanía
de cada nación quienes pueden ser o no atacados. El gobierno laborista ha
sido cuestionado por activistas de su propio partido por tener una doble
política por que por un lado invaden Irak pero por otra venden armas a
Indonesia, Rusia, Colombia y otras naciones donde el ejército se ha visto
envuelto en seria violaciones a los derechos humanos.

Lula, Mbeki y Shroededer insisten en un mundo multipolar y ven como  un
peligro el que una super-potencia imponga su agenda. Su estrategia pasa por
potenciar Naciones Unidas.

La presencia de Lula generó una serie de debates en The Guardian, el
principal diario inglés. Roy Hattersley, dirigente histórico del laborismo,
caracterizó a la conferencia como una de 'progresistas sin progreso'. El
contrastaba a Blair quien va alejando a su partido de sus principios
sociales y sus bases sindicales con Lula quien sigue reivindicándose un
sindicalista y socialista. El cuestionaba a los progresistas por que su
planteo de pedir inversión privada en las empresas estatales era una
variante de las privatizaciones de Thatcher.

Sue Bradford, autora del libro sobre Lula, mostraba como el Partido de los
Trabajadores evolucionó desde un discurso clasista hasta haberse convertido
en una continuidad de los anteriores modelos económicos y que, en vez de
crear 8 millones de empleos ha despedido medio millón mientras que el 20% de
Sao Paulo sigue desocupada.

Lula hizo frente a esas críticas aduciendo que tuvo que contestar al desafío
del 'terrorismo financiero' quien empezó a fugar $ 6 mil millones. Mientras
que la izquierda acusa a Lula de estar expulsando diversos dirigentes de su
partido que se opone a la reducción de pensiones o que le critican por no
estar haciendo la reforma agraria que tanto prometió, él se defiende que sus
políticas han sido importantes para hacer que el dólar y la inflación bajen.



El Adiós de Guiddens

Con la presentación de Lula se despidió con lágrimas Anthony Guiddens del
rectorado de la London School of Economics. El dio mucha importancia para
transformar a ésta en la plataforma que necesitaba el principal teórico del
bloque Blair-Clinton para extender la tercera vía en el ámbito mundial.

Quien escribe estas líneas le ha visto desde su primera vez cuando hace 2/3
de década llegó a la LSE y ha escrito varios reportes para la gaceta oficial
de dicha universidad acerca de los encuentros entre éste y otros jefes de
estado. He sido y soy independiente y crítico a la tercera vía pero la obra
de Guiddens merece ser estudiada.

El hecho que el propio Guiddens haya decidido utilizar el encuentro con Lula
para anunciar su retiro muestra la importancia que el rector de la mayor
universidad global de ciencias sociales le da a Sudamérica y a sus intentos
de expandir la 'tercera vía' a países como el Perú y otros que la componen.