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Recolonización de América Latina
Heinz Dieterich Steffan www.rebelion.org
La ruptura de las relaciones diplomáticas con Cuba; el golpe de Estado
en Venezuela; la cancelación de las negociaciones de paz en Colombia y
la destrucción económica de Argentina para liquidar el MERCOSUR,
muestran los dramáticos avances de la recolonización de América
Latina. Después de dos siglos, la esencia anexionista de la doctrina
Monroe se ha convertido en el principio rector decisivo del
hemisferio. Con América del Norte y Centroamérica bajo el control
absoluto de Washington, el último campo de batalla anexionista es
América del Sur.
La ruptura diplomática de Uruguay con Cuba es sólo el inicio de una
reacción en cadena programada para este año y el siguiente. Amparados
en pretextos de diferentes grados de torpeza y hipocresía, las
naciones centro-americanas y andinas seguirán el sendero luminoso
trazado por la Casa Blanca y Miami que pretende consumarse con el
rompimiento de los vínculos interestatales entre la isla y algún país
grande del hemisferio.
El botín esperado por los operadores privados del proyecto, cuyo
instrumento ejecutor es el gobierno de Washington, no es del mismo
rango que el de otros megaproyectos del capital en la región, por
ejemplo, la apropiación de la Amazonía o de la Patagonia. Pero,
tampoco es despreciable. Tan sólo el valor de los recursos materiales
y de know how de la biotecnología y medicina cubana oscila en torno de
los 25 a 50 mil millones de dólares, según el plazo de cálculo; y el
potencial de urbanización y "desarrollo inmobiliario" de la isla, bajo
reglas de mercado, trasciende los 200 mil millones de dólares. Es esa
la energía criminal que propulsa incesantemente desde Miami el avance
de la ejecución del megaproyecto "Cuba".
El megaproyecto de anexión de Colombia, conocido como el "Plan
Colombia", tiene como blancos a la Amazonía de este país, sus recursos
de agua dulce, el petróleo, el carbón, la agroindustria y diversos
corredores transoceánicos fluviales y terrestres. En Argentina, la
política del Fondo Monetario Internacional (FMI) de los
estadounidenses y europeos, tiende hacia la instalación de una
dictadura neoliberal (tal como se pretendió en Venezuela) que
transforme al país en un protectorado, como ha sido propuesto por el
profesor Ruediger Dornbush, del MIT; que destruya la alternativa de
integración regional latinoamericana del MERCOSUR y que entregue la
Patagonia y los derechos argentinos de la Antártida a la burguesía
atlántica: las transnacionales estadounidenses y europeas.
El megaproyecto Venezuela que se planeaba instalar con el golpe de
Estado empresarial-militar del 11 de abril, tenía la función de
asegurar la más grande empresa de América Latina, Petróleos de
Venezuela (PdVSA), y las gigantescas reservas de minerales, gas, agua
dulce, biodiversidad y carbón, para las corporaciones transnacionales
de Washington. Dado que Venezuela es, en este momento, junto con
Argentina, la figura decisiva en el ajedrez hemisférico, la anatomía
del golpe amerita un breve análisis propio.
El "coup d´état" transnacional-militar venezolano fracasó básicamente
por tres factores: a) la división dentro de los subversivos alzados;
b) la gallarda resistencia de las clases populares y, c) la decidida
oposición de un grupo de militares patrióticos y constitucionalistas.
En cuanto al primer factor, hubo una especie de golpe dentro del golpe
que debilitó a los conspiradores. El sindicalismo patronal (Central de
Trabajadores de Venezuela, CTV), encabezado por el líder ilegítimo
Carlos Ortega, y la cúpula empresarial Fedecámaras, con su presidente
Pedro Carmona, se ostentaban como protagonistas visibles del coup
d´etat, cuando, de hecho, no eran más que títeres de una operación
transnacional planeada desde Washington, Nueva York, Miami, Madrid y,
muy probablemente, de un país terrorista de Medio Oriente.
El fácil triunfo del golpe envalentonó a su componente decisivo, el
transnacional, que decidió que la máscara de la "rebelión democrática
contra la dictadura de Chávez" ya no era necesaria y que podía
implementarse abiertamente la dictadura al servicio de Washington: con
la disolución de todas las instituciones democráticas; con el terror
contra los disidentes; la privatización de PdVSA (N. de E. Petróleos
de Venezuela S.A.) y la cancelación inmediata de los suministros
petroleros a Cuba. Fue esa acción prematura, la que aglutinó a todos
los sectores anti-dictatoriales en un amplio frente de rechazo que
decidió el destino de la subversión.
Dentro de esta alianza por la democracia y la Patria, fueron
importantes los sectores populares que con algunos líderes históricos
y otros emergentes enfrentaron a los subversivos de Fedecámaras y
Miami, dando un aleccionador ejemplo de praxis democrática y
conciencia política en la calle. Decisivo, sin embargo, fue la
"Operación Restitución de la Dignidad Nacional," mediante la cual 14
generales con 20 batallones, equivalentes a 20 mil hombres con tanques
y aviones de guerra, neutralizaron a los golpistas mediante un
ultimátum destinado a restituir la constitucionalidad.
El fracaso del golpe en Venezuela fue la primera derrota estratégica
del proyecto del Tercer Orden Mundial (TOM) de George Bush II,
consiste en convertir a la aldea global en un obraje global
militarizado. Por lo mismo, Bush tiene que revertir la derrota. Es por
eso que los golpistas avanzan nuevamente con toda velocidad el plan de
desestabilización, cuya nueva fecha de choque ya está programada para
el Primero de Mayo. Para parar estructuralmente a esos golpistas que
no tienen ninguna voluntad de reconciliación, el gobierno venezolano
tiene que resolver urgentemente cuatro tareas: 1. reorganizar
drásticamente el sistema de conducción del proceso; 2. superar la
actual improvisación y reactividad gubernamental mediante un plan
estratégico; 3. definir con claridad el carácter político-económico
del proyecto bolivariano para establecer alianzas internas y externas;
4. resolver el problema de los medios.
La versión moderna de la política de megaproyectos capitalistas fue
desarrollada por los estrategas de planificación de Adolf Hitler y
constituyó la base de su política anexionista en Europa
(Gross-Raumordnungspolitik) que desató la Segunda Guerra Mundial. El
proyecto de recolonización de América Latina es retoño de ese mismo
árbol.
Nello
change the world before the world changes you because another world is
possible
www.peacelink.it/tematiche/latina/latina.htm