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MONTERREY La conferencia de la desigualdad
Diego Cevallos
MONTERREY, México, 20 mar (IPS) - La desigualdad entre las naciones del
mundo se manifiesta de modo físico entre las delegaciones enviadas por el
Norte y el Sur a la Conferencia Internacional sobre Financiación del
Desarrollo, que continuará hasta el viernes en esta ciudad del norte de
México.
La delegación del gobierno de Estados Unidos, que atrae la mayoría de los
micrófonos y reflectores de los más de 1.000 medios de comunicación que
cubren la cita, supera las 800 personas, incluidos los agentes de seguridad,
y ocupa cinco hoteles de lujo de Monterrey.
En contraste, Togo sólo envió a cinco representantes, que se hospedan en un
hotel sencillo y permanecen lejos de las cámaras de televisión y de la
sombra de los guardias de seguridad.
Las diferencias llegan a puntos extremos. El presidente de Islas Marshall,
Kessai H. Note, por ejemplo, que llegó solo a Monterrey, contrató como
ayudante a un estudiante universitario local para seguir los debates.
La mayoría de las delegaciones de los países más pobres del mundo pasan
prácticamente inadvertidas para la prensa en Cintermex, el centro de
convenciones de 64.000 metros cuadrados donde se realiza la conferencia
patrocinada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
"Aquí vemos quién es quién, los ricos son los que tienen la palabra y la
capacidad de decidir hacia dónde va el mundo, mientras los pobres no
importan y pasan desapercibidos", dijo Roberto Martínez, delegado de una
organizacion no gubernamentales de El Salvador.
Los postulados centrales de la conferencia, que comenzó el lunes y tiene
participación de más de 170 países, indican que en Monterrey se busca un
acuerdo entre ricos y pobres para superar los problemas de injusticia y
desigualdad que hoy agobian al mundo.
"Los acuerdos son impuestos por los que tienen el dinero para la ayuda, de
eso pocos pueden dudar", sostuvo Martínez.
La conferencia tuvo hasta hasta este miércoles nivel ministerial. En los
tres días transcurridos, la mayoría de las mesas de trabajo permanecieron
cerradas a los medios de comunicación, a pesar de que portavoces de
gobiernos y funcionarios de la ONU repitieron con insistencia que
prevalecería la transparencia.
El jueves y el viernes, los dos últimos días de la reunión, el protagonismo
corresponderá a los más de 55 jefes de Estado y de gobierno que de momento
confirmaron su asistencia. Entre ellos, los presidentes Fidel Castro, de
Cuba, y George W.Bush, de Estados Unidos, quienes se verán cara a cara por
primera vez.
Castro y el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, han anunciado que
defenderán posiciones discordantes con el modelo de desarrollo en vigencia
en el mundo.
Los activistas sociales que deliberan de modo paralelo a la conferencia
oficial, esperan que Castro y Chávez "pongan en su lugar" a los países
ricos, según expresaron algunos de ellos.
"Esto se pondrá bueno sólo desde mañana, jueves", es una de las frases que
se escucha entre los periodistas que cubren la cita.
Los primeros mandatarios en llegar a Monterrey fueron los primeros ministros
Andranik Margaryan, de Armenia, y Owen S. Arthur, de Barbados. Luego lo
hicieron el presidente de Islas Marshall, Kessai H. Note, y el primer
ministro de Togo, Agbéyomé Mezan Kodjo.
En los últimos tres días, los debates y las exposiciones que trascendieron a
la prensa estuvieron teñidos por la insistente demanda de las organizaciones
no gubernamentales de cambios en el modelo de desarrollo y mayores
contribuciones del Norte industrial a los países pobres.
Así mismo, expertos y funcionarios de la ONU destacaron los problemas que
afronta el desarrollo.
Las delegaciones de la Unión Europea (UE) y Estados Unidos atrajeron la
atención general tras anunciar, antes de la llegada de los jefes de Estado,
el aumento de su ayuda al Sur.
Pero el tope que Estados Unidos y la UE señalaron está aún lejos de la
recomendación de la Asamblea General de la ONU de llevar esas contribuciones
a 0,7 por ciento del producto interno bruto de los países ricos.
La ayuda oficial prevista no es suficientes para alcanzar la meta de la ONU
de reducir a la mitad en 2015 el número de pobres del mundo, reconoció en
Monterrey el dinamarqués Poul Nielson, jefe de la Comisión para el
Desarrollo y la Ayuda Humanitaria de la UE
Según el Consenso de Monterrey, el documento que suscribirán el viernes los
gobernantes de más de 170 países, el compromiso es aumentar la ayuda
desarrollo, pero también aplicar políticas económicas "responsables",
combatir la corrupción y alentar un comercio internacional justo.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, señaló el martes en la capital
de México que el panorama del financiamiento para el desarrollo no es
halagueño, pues no existe plena conciencia y voluntad de las potencias
económicas para apoyar a los países pobres.
Representantes del Banco Mundial y de la Organización para la Cooperación y
el Desarrollo Económico advirtieron en Monterrey que la violencia puede
aumentar en varios puntos del planeta si no se logra reducir la pobreza.
(FIN(FIN)
Nello
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www.peacelink.it/tematiche/latina/latina.htm