Exasperación
Mundo
DEL
MULTILATERALISMO AL NEOREGIONALISMO
No es el tamaño del acuerdo ni su concentración
lo que sorprende, sino la forma en la que se han
llevado a cabo las negociaciones y los alcances
que podrÃa tener.
NI
ISLAM NI LOCURA, EL TERRORISMO ES POLÃ?TICA
Según los primeros datos de la
investigación, parece que el autor de la vil
matanza de Niza se burlaba de la religión, no
rezaba, no respetaba el Ramadán, coleccionaba
conquistas masculinas y femeninas, llevaba una
vida disoluta, era aficionado a las webs
violentas y tenÃa una lamentable tendencia a
arreglar sus diferencias con una pistola
automática.
EXASPERACIÓN
HACIA UNA GRAN PARTE DE LA ÉLITE POL�TICA
DIRIGENTE MUNDIAL. Un
sentimiento compartido en muchos paÃses del
mundo, incluida América Latina, que se traduce
en una mezcla de cólera, desesperación,
frustración en lo referente a posible salidas de
la situación actual
Latinoamérica
UNA
IZQUIERDA LATINOAMERICANA SIN ECOLOGÃ?A CAERÃ?
DE NUEVO EN LA CRISIS DE LOS PROGRESISMOS . Cualquier renovación
de la izquierda sólo es posible si se incorpora
la mirada ecológica. En caso contrario, la
izquierda volverá a caer en meros progresismos.
LA
ESCANDALOSA FALTA DE ÉTICA EN BRASIL El
paÃs, desde cualquier ángulo que lo
consideremos, está contaminado de una espantosa
falta de ética. Es necesario crear una atmósfera
ética repitiendo con el gran Aristóteles: “no
reflexionamos para saber lo que es la ética,
sino para hacernos personas éticas�.
CHILE:
LA PERVERSIDAD DEL SISTEMA DE LAS AFP
Según dijo Riesco, con la plata que recaudan las
AFP a través de un sistema de reparto se podrÃan
duplicar las pensiones.
Mundo
DEL MULTILATERALISMO AL
NEOREGIONALISMO
Oscar Ugarteche, Jorge Arturo
Luna
El Acuerdo
TranspacÃfico de Cooperación Económica (TPP) es
el tratado comercial plurilateral más grande (12
paÃses miembros) desde el Tratado de Ottawa de
Cooperación Imperial de 1932 (58 estados
miembros) por el que se fortalecÃa el Imperio
Británico y se consolidaba la zona monetaria de
la libra esterlina. El TPP, incluye a Estados
Unidos, Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Japón,
Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y
Vietnam, quienes en total suman cerca del 40% de
la economÃa global. De esto, Japón y Norte
América suman las cuatro quintas partes.
No es el tamaño del acuerdo ni
su concentración lo que sorprende, sino la forma
en la que se han llevado a cabo las
negociaciones y los alcances que podrÃa tener.
En general si hay algo que esconder es una mala
señal en los tiempos de la transparencia. En
términos comerciales de bienes no ofrece nada
nuevo y poco adicional dado que existen TLC
entre casi todos los 12 paÃses miembros y entre
éstos y Estados Unidos con pocas excepciones
como Australia y Nueva Zelandia. En esto es
análogo al Tratado de Ottawa de 1932, siendo
Gran Bretaña el centro del acuerdo de la época y
sin excepciones.
Evocando el acuerdo de 1932
dice Obama en el Washington Post “El mundo ha
cambiado. Las reglas cambian con él. Los Estados
Unidos y no China, deberÃa de escribirlas.â€?
Obama enterró el multilateralismo de la OMC con
esa frase y está listo a que Estados Unidos de
manera unilateral defina las reglas. Quizás como
el acuerdo de 1932 deba ser bautizado como un
“acuerdo imperial�. De todos modos es un acuerdo
que señala al debilitamiento del
multilateralismo. La manera de las negociaciones
quizás señala hacia la privatización de la
gobernanza global. No se negocia como un acuerdo
público sino como acuerdos privados.
Desde su creación las
negociaciones se llevaron a cabo en secreto y
ahora que poco a poco va saliendo a la luz puede
observarse distintos ángulos que dicho tratado
trae consigo. Los derechos de propiedad
intelectual, las patentes de medicinas, la
posibilidad de que las empresas demanden a los
gobiernos, asà como menores requisitos a las
normas de origen, son temas que generan mucha
inquietud. Igualmente merecen atención los
capÃtulos 9 y 11 sobre inversiones y servicios
financieros.
Médicos sin Fronteras alertó
que el TPP extenderá el periodo de vigencia de
las patentes más allá de los 20 años previstos
actualmente, con lo que se retrasa o bloquea la
disponibilidad de medicamentos genéricos. Los
altos precios de los medicamentos de marca los
mantendrán inalcanzables para las personas más
pobres y con eso la calidad de la salud de las
personas en las economÃas menos prosperas de la
región no verá mejora a pesar de existir
retrovirales, medicinas para el corazón y
tratamientos de cáncer, por nombrar algunos que
están con las patentes por vencer. En el Perú,
el presupuesto de salud para el programa de
retrovirales dobló entre el 2010 y 2015 pero la
cobertura se redujo a la mitad. Hay tres muertos
al dÃa de SIDA, una enfermedad que ya no es
letal si es tratada correctamente. HabrÃa que
ver si la relación es directa entre esto y el
ingreso del Perú al TLCAN o si es efecto de la
intervención de la iglesia católica en el
Ministerio de Salud.
El endurecimiento en los temas
de propiedad intelectual afecta además el acceso
a música, pelÃculas, libros y materiales y hace
que el conocimiento en general se mantenga mucho
más difÃcil y costoso, dificultando asà el
desarrollo de las economÃas emergentes.
El TPP también pone en riesgo
la soberanÃa de los paÃses. Un documento
revelado por WikiLeaks hace unos años muestra
que el TPP permitirá a las grandes empresas
demandar a los gobiernos y solicitar millonarias
indemnizaciones a cuenta de los contribuyentes
cuando sus intereses o ganancias se vean
afectados por regulaciones internas. Esto lo
está trabajando Gutiérrez Haces en detalle para
el conjunto de paÃses con BITs, acuerdos
bilaterales de inversión, por sus siglas en
inglés en el marco del CIADI.
Según Gutiérrez Haces, en el
CIADI las empresas pueden demandar a los
gobiernos ante paneles de arbitraje integrados
por abogados corporativos que eviten los
tribunales nacionales y que anulen la voluntad
de los Parlamentos en caso de no conseguir lo
que quieren. Los juicios en el CIADI pueden ser
incluso por ganancias esperadas no logradas. Es
decir, si se anticipa 12% de rentabilidad de una
inversión minera pero se incrementa el canon,
por ejemplo: entonces la empresa enjuicia para
que el Estado le restituya lo pagado. Con esto
se destruirÃa por completo la legislación y los
derechos fundamentales de los Estados
democráticos que entrarán en riesgo más allá de
los acuerdos de estabilidad fiscal de inversión
inicial.
En cuestiones laborales, el TTP
obliga a los estados miembros a modificar sus
legislaciones laborales, para garantizar una
mayor explotación de la fuerza de trabajo; esto
no sólo tiene consecuencias para los paÃses
económicamente dependientes, también para la
clase obrera norteamericana, que tendrá como
presión el traslado de sus fuentes de empleo a
otros paÃses, y con ello la disminución de sus
respectivos salarios y la pérdida de empleos. El
beneficio para los otros once es la generación
de empleo que ahora carece de derechos tras las
reformas laborales que disolvieron los
sindicatos, al menos en América Latina. Los
sindicatos que sobreviven son los protegidos por
partidos de gobierno.
El tratado también establece
menores requisitos en las reglas de origen en la
industria automotriz, un sector muy importante
para naciones como México. Esto lo convierte en
una atracción para Argentina cuyo socio
automotriz es Brasil. De este modo Argentina
pide ingresar a la Alianza del Pacifico (AdelP)
como observador camino al TPP. Por eso está un
paÃs del Atlántico buscando entrar en la AdelP.
Los paÃses Latinoamericanos que
son parte del tratado pueden esperar poco
dinamismo en sus exportaciones, Perú, México y
Chile, ya son hoy en dÃa socios de muchos de los
miembros. Colombia, que tiene industria, banca y
burguesÃa nacional no se suma al TPP. La
burguesÃa compradora, como fue bautizada hace
varias décadas por AmÃlcar Cabral en referencia
a Ã?frica, no lo hace. El problema para estos
últimos es que no tienen mucha alternativa:
venden materias primas o mano de obra barata.
Son inversionistas financieros en el mejor de
los casos.
Los paÃses firmantes del TPP
tienen grandes diferencias entre sÃ. Por
ejemplo, mientras un australiano tiene un
ingreso medio de 60 mil dólares anuales, un
vietnamita gana 2 mil dólares. En cuanto a
ingreso per cápita, del grupo de paÃses
firmantes, México sólo supera a Vietnam y Perú.
La desigualdad entre los paÃses que conforman el
TPP nos hace pensar quienes serán los ganadores
y quienes los perdedores. Lo que separa a los
paÃses desarrollados de los paÃses en desarrollo
es una brecha en el conocimiento, y el TPP hará
que esa brecha sea más difÃcil de cerrar.
El TPP representa asimismo una
maniobra geopolÃtica encabezada por Estados
Unidos para influir en la Cuenca del Pacifico
que ha sido dominada por China en los últimos
años. Al mismo tiempo busca destruir aquellas
integraciones regionales suramericanas que dejen
fuera a Estados Unidos, tal es el caso del
MERCOSUR en Suramérica. En ese sentido, Mauricio
Macri, presidente de Argentina, ha dejado en
claro en repetidas ocasiones que buscará ser
parte del TPP.
Por otro lado, China ha puesto
en marcha su propia versión del TTP, el llamado
Acuerdo de Asociación Económica Integral
Regional (RCEP, su sigla en inglés) que cubrirá
un mercado de 3.400 millones de personas y
estará compuesto por los diez paÃses que
integran la Asociación de Naciones del Sudeste
Asiático (Asean), es decir Malasia, Indonesia,
Brunei, Vietnam, Camboya, Laos, Myanmar,
Singapur, Tailandia y Filipinas, además de seis
paÃses con los que la Asean mantiene tratados de
libre comercio: Australia, China, India, Japón,
Corea del Sur y Nueva Zelandia. La ventaja del
RCEP con respecto al TPP es que contara con
reglas menos estrictas, lo cual podrÃa hacerlo
más atractivo para los paÃses en desarrollo. El
comercio intra RCEP se hará en yuanes.
A pesar de todo el misterio
detrás del TPP, las intenciones están claras, se
sabe quiénes serán los beneficiados y quienes
los afectados, de nuevo son las grandes
corporaciones las que se llevaran la mejor
parte, dando como resultado una mayor
concentración del capital que se suma a los
argumentos ya conocidos de Anthony B. Atkinson,
Thomas Piketty, and Emmanuel Saez.
- Oscar
Ugarteche, Instituto de Investigaciones
Económicas UNAM, SNI/Conacyt. Coordinador del
Observatorio Económico de América Latina, www.Obela.org .
Ex presidente y Miembro del Consejo Directivo
de ALAI. Alai-AmLatina <alai-amlatina at alai.info>
Â
NI ISLAM
NI LOCURA, EL TERRORISMO ES POLÃ?TICA
Bruno Guigue*
Madaniya
Según los primeros
datos de la investigación, parece que el autor
de la vil matanza de Niza se burlaba de la
religión, no rezaba, no respetaba el Ramadán,
coleccionaba conquistas masculinas y femeninas,
llevaba una vida disoluta, era aficionado a las
webs violentas y tenÃa una lamentable tendencia
a arreglar sus diferencias con una pistola
automática.
Opino que ya es hora de sacar
algunas enseñanzas de semejante retrato, que
ordena los hechos, y analizar los daños
colaterales que producen las interpretaciones de
los atentados. A años luz de las prácticas
islámicas habituales, ese retrato del autor de
la masacre del 14 de julio como hedonista
compulsivo, colérico y sin tabús, tiene mucho
interés. Lo menos que se puede decir es que
cubre de ridÃculo a la manada de tele-expertos
dispuesta a descubrir en cualquier golpe el
escalofrÃo apocalÃptico de la yihad global.
Para los que solo quieren ver
en el terrorismo el estadio supremo del
fanatismo religioso este desmentido es
categórico y no admite discusión. Resulta ya
difÃcil mantener la tesis de la responsabilidad
inmemorial del islam cuando sabemos que el
asesino era musulmán de la misma forma que los
Borgia eran católicos y que además 10 de las 84
vÃctimas de la masacre de Niza eran de confesión
musulmana.
Este examen implacable de los
hechos también pone contra las cuerdas a esos
polÃticos ansiosos que se arrojan sobre la presa
fácil del islam al menor suceso susceptible de
echar leña al fuego. Quizá con la esperanza de
pasar al Frente Nacional por la derecha, con una
arriesgada maniobra, no ven que se cubren de
vergüenza y cavan su tumba polÃtica. Mientras
alguno reclama a gritos la prohibición del velo
islámico en Francia para luchar contra el
terrorismo, no sabemos si reÃr o llorar ante esa
intención ridÃcula y el evidente intento de
manipulación.
Es obvio que el autor del
crimen abominable de Niza estaba poseÃdo por una
violencia sorda. Alimentada de fracasos y
frustraciones el asesino del Paseo de los
Ingleses la desencadenó de repente perpetrando
un acto
horrible, una carnicerÃa
masiva. ¿Por qué? En el fondo nadie lo sabe con
exactitud.
Se pueden glosar sin fin sus
motivaciones, recurrir a los expertos más
sabios, movilizar todos los recursos de la
psicologÃa y la sociologÃa, pero el objeto de
estudio ha desaparecido con el acto que lo hizo
nacer. El haz de sus justificaciones se
volatilizó con él y eliminó para siempre
cualquier explicación exhaustiva. Queramos o no
el engranaje que condujo a la tragedia del 14 de
julio corre el riesgo de permanecer rodeado de
misterio.
Sin embargo eso no significa
que no haya nada que comprender. Se ha señalado,
con razón, la falta de motivación polÃtica
explÃcita del asesino. Pero no todos los
terroristas dejan para la posteridad un
testamento polÃtico destinado a justificar sus
crÃmenes.
En este caso la ausencia de
discurso puede permitir cualquier discurso. Y
además hay que admitir que la lectura apolÃtica
de la acción criminal del 14 de julio está
seriamente rebatida por una reivindicación a
posteriori.
La justificación del acto por
la organización terrorista transforma el propio
acto a espaldas del autor, disipa la ambigüedad
inicial.
La reivindicación, formulada
por el Dáesh, serÃa muy oportuna, ¿pero quién
puede demostrarlo? Y si se presenta una prueba,
¿qué se podrÃa deducir? Añadida al modus
operandi utilizado (el camión asesino), la
reivindicación del atentado por parte de la
organización terrorista, sin excluirla
totalmente, parece invalidar la hipótesis de un
acto aislado, desnudo de toda significación
polÃtica y cometido bajo el efecto de un ataque
de locura.
SÃ, un atentado ha sido
perpetrado por un individuo decidido a matar
ciegamente y ese crimen ha sido reivindicado por
una organización terrorista internacional que no
deja de invitar a sus afiliados a cometer esos
crÃmenes. Con partidarios diseminados por todas
partes, en realidad el Dáesh no tiene ninguna
necesidad de organizar previamente los
atentados, ya que le basta con atribuirse la
paternidad después. La violencia de los adeptos
que pasan a la acción se inscribe
espontáneamente en el proyecto de subversión por
el terror que constituye la obsesión yihadista
desde la creación de Al-Qaida con el patrocinio
estadounidense-saudÃ.
Es por lo que el autor del
crimen (individual) y su padrino (colectivo)
comparten claramente la responsabilidad. Ambos
en conjunto perpetran esta monstruosidad, uno
porque la comete y otro porque la reivindica. El
terrorismo no existe porque haya ciertos locos
que lo ejecutan, pero no existirÃan esos locos
si no hubiera una organización que difundiera
las consignas. No dejaremos de repetirlo: el
terrorismo es un asunto polÃtico. Y si brinda a
los desequilibrados un medio de expeler su
malestar es porque la organización existe antes
que los locos y los utiliza como «soldados de la
yihad».
Pero por el contrario, si se
interpreta el terrorismo desde el punto de vista
psiquiátrico se ofrece una coartada que oculta
el significado. Libre de cualquier racionalidad,
incluida la asesina, el yihadismo se reduce al
estatuto de curiosidad antropológica. Se
convierte en una especie de agujero negro del
pensamiento, una aberración sin causa asignable,
como si nada pudiera explicarla salvo el
desorden mental de sus actores. Se quiere
condenar a los terroristas por lo que hacen,
pero al mismo tiempo se les despoja de toda
responsabilidad polÃtica.
Al igual que la que solo ve la
impronta del islam, esta interpretación del
fenómeno yihadista, al ocultar su motivación
primigenia, lo despoja de cualquier análisis
racional. Y arroja una cortina de humo sobre las
razones de ese peligro letal que nuestros
dirigentes, por cinismo y cobardÃa, hacen crecer
pretendiendo combatirlo.
*Bruno Guigue, en la actualidad
profesor de FilosofÃa, es titulado en
GeopolÃtica por la École National
d'Administration (ENA), ensayista y autor de los
siguientes libros: Aux origines du conflit
israélo-arabe , L'Economie solidaire , Faut-il
brûler Lénine?, Proche-Orient: la guerre des
mots y Les raisons de l'esclavage, todos
publicados por L'Harmattan.
Traducido
del francés para Rebelión por Caty R.
Fuente: http://www.madaniya.info/2016/07/20/ni-islam-ni-folie-la-terreur-est-politique/
Â
EXASPERACIÓN HACIA UNA GRAN PARTE DE LA ÉLITE
POLÃ?TICA DIRIGENTE MUNDIAL
Jacques Sapir*
Traducción Susana Merino
Un sentimiento
compartido en muchos paÃses del mundo, incluida
América Latina, que se traduce en una mezcla de
cólera, desesperación, frustración en lo
referente a posible salidas de la situación
actual. También deben dar lugar a la reflexión,
las consecuencias que se producen en cuanto a la
vida polÃtica, al funcionamiento de las
instituciones y a la democracia. Un nuevo
término se está incorporando al debate polÃtico,
el de la exasperación. Y ciertamente una parte
importante de la población francesa se halla
exasperada. ¿De qué se trata? De una mezcla de
cólera, de desesperación, de frustración en lo
referente a las posibles salidas de la
situación, inmersa en un sentimiento de
urgencia. Pero si reflexionamos, la exasperación
puede ser analizada en términos polÃticos. Puede
convertirse en un nuevo contexto susceptible de
hacer cambiar las futuras decisiones polÃticas y
en especial las referentes a la elección
presidencial del 2017.
Definir la exasperación
Es necesario aclarar, en primer
término que entendemos por “exasperación�. Todo
el mundo sabe intuitivamente qué es estar
exasperado. Pero polÃticamente tiene otro
significado. Esta exasperación se halla dirigida
en su mayor parte hacia la élite polÃtica
dirigente. Y aún más, se traduce en una pérdida
de legitimidad de las instituciones
gubernamentales. Se trata de esa forma
particular y aguda de la crisis de legitimidad
de las instituciones conocidas de muchos paÃses
europeos, pero también del exterior del espacio
europeo como actualmente es dable observar en
los EEUU con el fenómeno Donald Trump (pero
también con Bernie Sanders). Es una exasperación
que tiene su origen en el sentimiento de
alienación que están experimentando grandes
grupos de población.
Este sentimiento puede
originarse en la esfera económica y social y se
cristaliza en el papel de la esfera financiera,
en los bancos y el dinero. Pero tiene también un
origen más polÃtico. En tal sentido tienen gran
parte de culpa los comportamientos
antidemocráticos de los dirigentes y de las
instituciones europeas. Es decir que traduce la
pérdida del control sobre su entorno, inmediato
o distante y que deriva de la mundialización
pero también del papel jugado en esta última por
la Unión europea como pudo verse en Francia en
el primer semestre del corriente año en
oportunidad del tratamiento de la “ley laboral�.
Este sentimiento se vuelve mucho más fuerte
cuando se producen acontecimientos trágicos,
como los atentados de estos últimos dieciocho
meses en Francia que muestran cruelmente a la
luz la ineptitud del gobierno y del Presidente [i] o que se conoce el
ejemplo de otros paÃses (Rusia por ejemplo) que
parecen ser aún dueños de sus propios destinos.
Esta exasperación tiene mucho que ver con el
tema de la soberanÃa.
Exasperación y voto
¿Cómo se traduce ese
sentimiento de exasperación en los votos? Se
puede partir del principio de que se vota por la
adhesión a ideas, por temor a otras ideas o por
personajes polÃticos. El “voto protestaâ€? del que
se ha hablado mucho en Francia a propósito del
PCF entre los años 1960 y 1980, luego del FN y
últimamente sobre Melenchon, aunque en realidad
excede esta categorÃa. Sin embargo los
observadores polÃticos no tenÃan la sensación
actual de hallarse frente a un electorado
efectivamente “exasperado� Estamos evidentemente
ante un fenómeno nuevo cuyas causas son
múltiples: pérdida de soberanÃa vinculada a la
orientación antidemocrática de la polÃtica de la
UE, situación económica con grandes masas en
paro y ataques a los derechos laborales,
atentados terroristas.
De modo que se puede
interpretar este fenómeno partiendo de una
revolución sobre la teorÃa de las preferencias
producido por “efecto del contexto� y por el
“efecto de dotación� Estos efectos permiten
comprender mejor como una persona a menudo sin
proponérselo, es conducida a cambiar sus
preferencias, aplicable, bien entendido a las
preferencias polÃticas. Esos efectos han
revolucionado la teorÃa de las preferencias
individuales, lo que permite comprender cómo los
elementos colectivos influyen sobre las
elecciones individuales.
En el caso de la “exasperación�
originada en causas múltiples pero que combinan
mutuamente, esta podrÃa generar un contexto
favorable a los candidatos de ruptura que
presentan opciones radicales. El mecanismo de
prudencia que existÃa anteriormente y que
inducÃa a los candidatos a moderar algunas de
sus opciones antes de las elecciones, no
funcionarÃa más. Por el contrario los electores
se pronunciarÃan mayoritariamente por las
opciones más radicales. El discurso sobre el
“sistema� o sobre el “establecimiento� como lo
llama J.P.Chevénement que tiende a incitar
prudencia a los electores y a desacreditar la
elección de propuestas muy radicales ya no
funciona o hasta funcionarÃa a la inversa.
Contrariamente al “voto de protesta� el voto de
la exasperación es más bien un voto de adhesión,
pero un voto que privilegia especÃficamente las
ideas más radicales. De modo que la idea de un
“plafondâ€? que limitarÃa a los candidatos
“radicalesâ€? ya no serÃa pertinente. He aquà un
gran cambio con relación a las elecciones
regionales de diciembre de 2015.
El impacto en la
polÃtica francesa
Si todo esto se confirmara los
candidatos más estigmatizados como “radicales�
deberÃan acusarlo. Pero la situación es menos
simple de lo que parece. ¿En que proporción se
halla la población exasperada? Es impensable que
lo esté en su totalidad. Esto le plantea un
problema al candidato “radical� que deberá
articular su discurso con propuestas que le
otorguen seguridad a la fracción “no exasperada�
del electorado y que mantengan suficientes
elementos radicales para la fracción
“exasperada� Este problema evolucionará en
función de la tracción que ejerza el electorado
“exasperado� Si este se convierte en mayoritario
el problema es menor.
En el caso de Francia, si se
considera que una gran mayorÃa de la población
está “exasperadaâ€? , está implÃcito que los
candidatos representativos del consenso en el
sistema, los Juppé, Hollande y otros Bayrou
comenzarán con un serio hándicap. Por el
contrario los candidatos como Marine le Pen o
Jean-Luc Mélenchon y hasta Sarkozy partirán con
ventajas. El tema será saber de aquà en más si
las dos grandes familias polÃticas que han
compartido el poder desde hace 40 años, y en las
que se centra la “exasperación� del electorado,
sabrán tenerla en cuenta. En la izquierda está
claro que Jean-Luc Mélenchon es el mejor
candidato. Tiene más chances que Francois
Hollande de llegar a un segundo perÃodo. Pero el
P “S� siendo como es poco probable que lo
comprenda. Es muy probable, por lo tanto que
Jean-Luc Mélenchon, estará en la primera vuelta
en tercer lugar lo que constituirÃa para
Francois Hollande una amarga, aunque merecida,
derrota. Mientras que en la derecha el duelo
entre Juppé y Sarkozy, si bien puede ser
desviado tanto por la apertura de los centristas
como por los múltiples negocios turbios (entre
los que el asunto Tapie, no es solo el más
notable) podrÃa hallarse mucho más limitado que
lo que creen los analistas a causa del aumento
de la exasperación en una amplia franja de la
población.
Un dÃa de mayo de 2017…
En este marco, es hoy en dÃa
evidente que Marine Le Pen enfrentada a un
candidato de la ex UMP tiene reales
posibilidades de ser elegida. Esta chance deriva
de la radicalización de las opciones polÃticas
que llevará a una parte de los electores de la
izquierda a refugiarse en la abstención antes
que aportar su voto al candidato de la derecha
tradicional. Esa elección expresará la
preferencia por el “riesgo� que representa
Marine Le Pen frente a la certidumbre de
enfrentar una continuidad juzgada como
insoportable. No se tratará en modo alguno de
una elección “de protesta� sino más bien la
expresión de una preferencia aunque está última
sea el producto de un efecto del contexto que
traduce la creciente exasperación polÃtica y
social. Del mismo modo muchos electores de
derecha le fallarán a su candidato “lógico� y
por las mismas razones. La probabilidad de una
victoria de Marine Le Pen en la segunda vuelta
es todavÃa débil, pero aumentará con la
creciente exasperación de la población. Algo que
ya señalé en un reportaje para Rusia Today el 27
de abril último [ii]
· Economista
francés, profesor en el EHSS-ParÃs y en el
Colegio de economÃa de Moscú (MSE-MGU).
Especialista en problemas relacionados con la
transición rusa. Es también un reconocido
experto en temas financieros y comerciales
internacionales. Es autor de numerosos libros,
el más reciente « La Démondialisation »
(Paris, Le Seuil, 2011).
Â
Latinoamérica
UNA IZQUIERDA LATINOAMERICANA SIN
ECOLOGÃ?A CAERÃ? DE NUEVO EN LA CRISIS DE LOS
PROGRESISMOS
Eduardo Gudynas
Rebelión
Comencemos planteando
con claridad algunas cuestiones recientes en las
relaciones entre izquierda y ambiente en América
Latina: los progresismos gobernantes actuales
son regÃmenes polÃticos distintos a las
izquierdas que les dieron origen, y en esa
diferenciación, la incapacidad para abordar la
temática ambiental jugó unos papeles clave. Por
lo tanto, cualquier renovación de la izquierda
sólo es posible si se incorpora la mirada
ecológica. En caso contrario, la izquierda
volverá a caer en meros progresismos.
Las izquierdas
latinoamericanas, por lo menos desde la década
de 1970, tuvieron unas enormes dificultades en
aceptar y abordar la problemática ambiental.
Unos veÃan esos temas como excentricidades
burguesas importadas del norte; otros
consideraban que entorpecerÃan planes de
industrialización; y finalmente, estaban los que
entendÃan que en la militancia, por ejemplo, en
las fábricas, era inviable atender cuestiones
ecológicas.
Pero también existÃan algunos
grupos o militantes que abordaban esas
cuestiones, por muy diversos motivos. Unos
respondÃan a demandas ciudadanas, por ejemplo
las que partÃan de organizaciones campesinas que
denunciaban tanto injusticias económicas como la
contaminación de sus tierras y aguas. Otros
entendÃan que una crÃtica radical al capitalismo
era incompleta sino se consideraba el papel
subordinado de América Latina como proveedora de
materias primas (o sea recursos naturales). Se
pueden sumar otras cuestiones, pero más allá de
todo eso, debe reconocer que todos ellos
desempeñaban papeles secundarios en el seno de
la mayor parte de las organizaciones polÃticas
de la izquierda.
Las cosas no eran mejor a nivel
internacional, ya que sea en agrupamientos
partidarios como en la reflexión teórica, la
cuestión ambiental era minimizada o marginada.
Esfuerzos intensos en poner sobre el tapete, por
ejemplo a un Marx en clave ecológica (como es la
propuesta de John Bellamy Foster) o la
insistencia en una ecosocialismo (apuntada por
Michael Lowy), tuvieron impactos acotados.
Un cambio sustancial ocurrió a
fines de los años noventa y principios de la
década del 2000. Buena parte de ambientalismo
polÃticamente militante colaboró, apoyó o
participó directamente en conglomerados de unas
izquierdas más amplias y plurales que luchaban
contra gobiernos conservadores y posturas
neoliberales. En varios paÃses esos grupos las
elecciones. Hubo un aporte ambientalista en las
victorias de Alianza Pais en Ecuador, el PT y
sus aliados en Brasil, el MAS en Bolivia, y el
Frente Amplio en Uruguay; en menor medida
también participaron en Venezuela.
En los planes de aquellas
izquierdas se incorporaban temas ambientales, en
varios casos con mucha sofisticación al proponer
cambios radicales en las estrategias de
desarrollo, el ordenamiento territorial o el
manejo de los impactos ambientales. Unos cuantos
ambientalistas entraron a esos nuevos gobiernos,
y desde allà se lanzaron algunas iniciativas
remarcables.
El caso más destacado tuvo
lugar en Ecuador, donde esos militantes verdes
cosecharon algunos éxitos notables. Fueron
claves en instalar, por ejemplo, la propuesta de
una moratoria petrolera en la Amazonia, no
solamente como una defensa de su biodiversidad
sino también como un aporte para el cambio de la
matriz energética. Ellos también representaron
un apoyo clave en el reconocimiento de los
derechos de la Naturaleza en la nueva
constitución ecuatoriana, convirtiéndola en la
más avanzada del mundo en esa materia. La
izquierda más institucionalizada que se
encontraba en los paÃses del Cono Sur
(Argentina, Chile y Uruguay) no ponderó como
debÃa las innovaciones ambientales en el primer
gobierno de R. Correa.
Pero el problema es que esa
relación entre los nuevos gobiernos y la
temática ambiental comenzó a crujir. Esas
administraciones optaron por estrategias de
desarrollo donde priorizaban metas económicas a
costa de altos impactos ambientales. Sus
expresiones más claras fueron la explotación
minera y petrolera, y los monocultivos. Se
generó una relación perversa, ya que a medida
que más se profundizaba ese perfil
extractivista, menos se podÃan atender las
cuestiones ambientales, y más protestas y
resistencias ciudadanas se acumulaban. Muchos
ambientalistas que estaban dentro de los
gobiernos se alejaron, y lo que permanecieron se
desprendieron de sus compromisos con la
Naturaleza. Algo similar ocurrió en otras áreas,
especialmente las polÃticas sociales, volcándose
al asistencialismo monetarizado. Es de esta
manera que estaba en marcha la divergencia entre
las izquierdas plurales y abiertas iniciales y
un nuevo estilo polÃtico, el progresismo.
La maduración hacia al
progresismo ocurrió en todos los paÃses. Más
allá que en algunos casos se citaba a Marx o
Lenin, en todos se acentúo la subordinación a
los mercados globales como proveedores de
materias primas, los planes de ataque a la
pobreza se enfocaron sobre todo en paquetes de
asistencias monetarizadas, y se rompieron las
relaciones con muchos movimientos sociales. Ese
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