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da ATTAC
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- From: "nello margiotta" <nellomargiotta55 at virgilio.it>
- Date: Tue, 5 Dec 2006 13:11:55 +0100
ESTADO DE DERECHO, DE EXCEPCIÓN, DE REBELIÓN un régimen político sin "estado de derecho" volvería al estado de barbarie VENEZUELA Y EL SUEÑO BOLIVARIANO En Suramérica está emergiendo un eje esperanzador que desafía a la dominación imperial en todos sus niveles. La democracia vaciada y sin alternativas del Norte, despierta esperanzas en el Sur. ECUADOR: LA OLIGARQUIA SE REMITE Con sus millones, sus humillantes y demagógicas promesas, sus desmanes autoritarios; con su Mercedes y sus hipócritas arrebatos místicos y, a la postre, con sus quejas plañideras, Álvaro Noboa estuvo patético. DIOS, EL DIABLO Y LA PACHAMAMA Tecumseh (³Pantera Agazapada²), jefe de la tribu shawnee, originaria de lo que hoy es Indiana, en Estados Unidos, se enfrentó en 1809 a colonos blancos que pretendían comprarle sus tierras y, según la leyenda, exclamó: ³¡Vender el territorio! ¿Por qué no vender las nubes y el gran océano? ¿Acaso el Gran Espíritu no creó todo eso para el uso de sus hijos?². INTEGRACIÓN: LA CLAVE ES LA COMUNICACIÓN Por más que, de un buen tiempo a esta parte, el tema integración se ha tornado recurrente, poco o nada ha modificado la figura de que siendo tan próximos con una geografía e historia comunes de por medio-, permanecemos distantes y ajenos, pues seguimos mirándonos con ojos de extranjeros que nos impiden conocernos y reconocernos. Leer en http://attac-info.blogspot.com/ ESTADO DE DERECHO, DE EXCEPCIÓN, DE REBELIÓN Enrique Dussel A. Se habla mucho del "estado de derecho". En efecto, un régimen político sin "estado de derecho" volvería al estado de barbarie. Desde los códices mesopotámicos, hace más de 40 siglos, los conflictos entre los miembros de un sistema político se resolvieron por intermedio de los jueces, y no con el "ojo por ojo, diente por diente" o por medio de linchamientos. Teniendo un sistema de derecho que goce de legitimidad, un cuerpo de jueces justos, puede aceptarse que las instituciones políticas acordadas tengan derecho al monopolio de la coacción. En México, prácticamente no ha existido un "estado de derecho" hasta el presente que goce de legitimidad suficiente; en la época colonial porque lo ejercían unilateralmente los españoles; durante el siglo XIX por la inestabilidad reinante; y después de la Revolución por el corporativismo, que puede fácilmente declarar inocente al rico o al que tiene "relaciones", y deja pudrir en la cárcel a un indígena que ha robado un pollo. Hemos visto banqueros que se apropiaron de miles de millones y no pudieron ser inculpados. Carl Schmitt, crítico del sistema liberal, y con razón, muestra que el "estado de derecho", fundado en instituciones políticas vigentes, no es razón última de la política. Para ello echa mano de un ejemplo: el "estado de excepción". La dictadura romana era una institución que en situaciones muy graves (el ataque, por ejemplo, de Cartago) nombraba a un ciudadano para defender a la patria, decretando la suspensión de todas las instituciones normales para unificar el mando en las manos del dictador. Una vez terminada la crisis, el dictador renunciaba y la normalidad retornaba a sus cauces. Giorgio Agamben ha estudiado con originalidad esta figura política. Con ello Schmitt mostraba que detrás del Estado de derecho había una voluntad política que podía instaurar la anulación temporaria del tal estado. De la misma manera Fernando de la Rúa, en Argentina, decretó en diciembre de 2001 un "estado de excepción" para paralizar los movimientos populares. Pero aconteció que el pueblo argentino, en vez de acatar dicha decisión presidencial salió a las calles en lo que pudiéramos llamar "estado de rebelión". No sólo dejó sin efecto el "estado de derecho" y el "estado de excepción", sino que destituyó de hecho al mismo presidente, el que fue remplazado días después. La pregunta es: ¿qué sentido tiene ese "Estado de rebelión"? ¿Qué sentido tiene que la multitud exclamara: "¡Que se vayan todos!", sabiendo que los burócratas políticos, aunque estén corrompidos, son necesarios e inevitables? ¿Nos está enseñando esta situación límite algo? Creo que sí, e intentaré pensar el tema. La premisa enuncia que todo poder político reside exclusivamente en la comunidad política, en el pueblo -tesis 2 de mi obrita 20 tesis de política, editada recientemente en Siglo XXI. La comunidad política, el pueblo, es la primera y última instancia del poder. Pero la comunidad política o el pueblo debe darse instituciones sin las cuales no puede operar. Toda institución es el lugar del ejercicio delegado del poder del pueblo. Cuando la institución política -presidencia, Congreso, jueces, burocracia estatal, policías, etcétera- se arroga ser sede del poder, hemos caído en algún tipo de fetichismo del poder, de corrupción, de injusticia. La estructura total del Estado no es soberana: el único soberano es la comunidad política o el pueblo. Hasta Francisco Suárez, aquel jesuita profesor de Salamanca y Coimbra a finales del siglo XVI y comienzos del XVII, quien consideraba a la democracia un sistema natural (pre institucional), tenía claro que la entrega del poder delegadamente a la autoridad (y al mismo rey, previo contrato revocable) no era total, sino que se recuperaba el poder cuando la autoridad hacía mal uso del mismo. Hasta Tomás de Aquino admite el tiranicidio (asesinato del tirano) cuando se ha tornado un peligro para el pueblo que lo había elegido. La elección, como instrumento secundario de la democracia (ya que la democracia es mucho más que mera elección de una autoridad una vez cada varios años, y en su esencia es un principio normativo y no un mecanismo electoral), es perfectamente revocable en toda la tradición del derecho. Hay políticos que, según su conveniencia, decretan la sacralidad de una elección política de un representante en el ejercicio delegado del poder, en una institución que, por otra parte, la fetichizan igualmente al olvidar que puede ser transformada o eliminada por la misma comunidad política o el pueblo que la creó en el pasado. La instancia última es la voluntad del pueblo y no una elección (una persona) o una institución (creada para el servicio del mismo pueblo). Esa voluntad, cuando tiene convicción subjetiva de haber podido decidir algo con participación igualitaria, otorga legitimidad a la institución y al elegido para ejercer delegadamente la función acordada. Por ello la elección de 1988 no fue legítima, y al no haberse contado los votos ante la duda, esa duda planeará sobre la de 2006 siempre ante la conciencia de los ciudadanos exigentes. Pero ese mismo pueblo, sufriendo injusticias económicas y humillaciones políticas de tantas instituciones (por ejemplo, de jueces que se asignan bonos millonarios, que por sentido común es una injusticia a la vista de todos, aunque no sea ilegal, porque las leyes pueden ser injustas; o de un gobernante que se la pasa haciendo propaganda de pretendidos actos de gobierno como si fuera publicidad de Coca-Cola, en vez de gastar ese dinero en cosas útiles) o un gobernante electo (que manda asesinar a miembros de su propio pueblo), ese mismo pueblo tiene todo el derecho de recordar a los que ejercen delegadamente el poder en las instituciones quién es la última instancia del poder, y de gritar: "¡Que se vayan todos!" Ese grito expresa una contradicción: por una parte, a) deberían irse todos, pero, de todas maneras, b) necesitaremos otros que, al no darse las condiciones necesarias, repetirán las injusticias pasadas. Por ello el significado es otro: "¡No olviden que es la comunidad, el pueblo la última instancia del poder!", y por ello tenemos el derecho a deponerlos. Ese hacerse presente en las calles, como en Oaxaca, es lo que denominamos "estado de rebelión". El pueblo muestra su rostro sufriente, hambriento, humillado y declara ser la sede última del poder. Las instituciones corrompidas, los gobierno ilegítimos corren a cubrir ese rostro con las máscaras de orden, en nombre del "estado de derecho", olvidando que hace tiempo que el tal estado ha sido negado por los que dicen defenderlo. En América Latina, y muy especialmente en México, un fantasma recorre el continente: son los pueblos, los pobres, los marginados, los humillados por los siglos que se van poniendo de pie en un "estado de rebelión" que manifiesta un proceso profundo de movimientos sociales que nos depararán grandes sorpresas. A los que piensan detenerlos con represión, policías, contrainsurgencia sin preguntarse por las causas profundas les pasará lo que está sufriendo George W. Bush, que atacó al terrorismo militarmente en Irak y le ha "estallado el petardo en la mano". En vez de ir a las causas de las injusticias quiso asesinar a los que se resistían, surgiendo muchos miles en su lugar y con mayor fuerza. La Jornada - México VENEZUELA Y EL SUEÑO BOLIVARIANO Tariq Ali En el mundo islámico, en algunos grupos religiosos militarmente eficaces, pero políticamente limitados predomina la resistencia al Imperio Americano. Asia está engreída por el capital. Europa yace profundamente sepultada por el sopor neoliberal y la izquierda y los movimientos sociales europeos ( Italia es el ejemplo más reciente) se hallan en avanzado estado de descomposición. Pero en Sudamérica está emergiendo un eje esperanzador que desafía a la dominación imperial en todos sus niveles. En el Norte la democracia vaciada y sin alternativas, despierta esperanzas en el Sur. La probable reelección de Hugo Chávez en Venezuela marcará una nueva etapa en este proceso. Su contrincante Manuel Rosales descrito en el Financial Times (del 30 de noviembre) como un candidato de ³centro izquierda² estuvo seriamente involucrado en el fallido atentado por derrocar a Chávez en el 2004. Rosales proclama que ³él no se sentará en el regazo de nadie² pero no es un secreto que se halla firmemente apoyado por la Casa Blanca. La ola de reacciones y de movimientos sociales desigualmente esparcidos hoy en día en el continente Suramericano son el inevitable resultado del Consenso de Washington, la esclavización económica del mundo. Latinoamérica fue el primer laboratorio para el experimento Hayekiano[1] <#_ftn1> que culminó en el Consenso de Washington. Los Chicago Boys conducidos por el fallecido Milton Friedman pionero del neoliberalismo económico, luego del golpe de Pinochet en 1973 usó a Chile como laboratorio. Era una buena oportunidad. La clase trabajadora chilena y sus dos partidos principales habían sido aplastados, sus cuadros dirigentes asesinados o ³desaparecidos² Seis años más tarde fue aplastada la revolución sandinista en Nicaragua por la contra revolución apoyada por los EEUU. A principios de noviembre , el líder sandinista Daniel Ortega, ganó la Presidencia de su país. Bendecido por la iglesia y flanqueado por un antiguo Contra como vicepresidente y todavía aborrecido por el embajador delos EEUU, Ortega será una enfermiza sombra de sí mismo, pero su victoria refleja sin duda el deseo de cambio de los nicaragüenses. ¿Seguirá Managua las radicales políticas redistributivas de la antiimperialista Caracas o se confinará a sí misma en la retórica y continuará siendo cliente del Fondo Monetario Internacional? Son aún mejores las recientes noticias de Quito. El sustancial triunfo electoral de Rafael Correa, un joven y dinámico economista formado en los EEUU y anterior ministro de finanzas que pregonó en su campaña electoral que retrotraería la participación de Ecuador en el Tratado de Libre Comercio de las Américas (ALCA) que reclamaría al ejército de los EEUU desocupar su base en Manta y que ingresaría en la OPEP y en el creciente movimiento bolivariano cuyo objetivo es unir a Suramérica contra el imperialismo. La victoria de Correa llega cuando Latinoamérica se está poniendo de nuevo en marcha. Se han producido algunas espectaculares demostraciones de entusiasmo popular en Porto Alegre, Caracas., Buenos Aires, Cochabamba y el Cusco, por citar solo unas pocas ciudades. Todo esto ha proporcionado una nueva esperanza en un mundo profundamente sumido en el letargo neoliberal ( los EEUU, la UE y el lejano Este) o víctima de las depredaciones militares y económicas del nuevo orden (Irak, Palestina, Líbano, Afganistán, el sir de Asia) . La lucha impulsada por la República Bolivariana de Venezuela contra el Consenso de Washington ha generado furia en la Casa Blanca. Se intentaron tres atentados ( incluyendo un golpe militar apoyado por los EEUU y la UE) para derrocar a Hugo Chávez. Chávez fue elegido por primera vez Presidente de Venezuela en 1999, diez años antes una insurrección popular contra el programa de ajuste del FMI, fue brutalmente aplastada por Carlos Andrés Perez cuyo partido estuvo mucho tiempo afiliado a la Internacional Socialista. En su campaña electoral Perez denunció a los economistas del Banco Mundial por cumplir el papel de ³empleados genocidas pagados por el totalitarismo económico² y al FNI por ser ³una bomba neutrónica que mataba al pueblo dejando intactos los edificios² Más tarde accedió a las demandas de ambas instituciones, suspendió la constitución, declaró el estado de emergencia y ordenó al ejército reprimir a los revoltosos. Más de dos mil pobres fueron eliminados por las tropas. Ese fue el momento fundante de la agitación bolivariana en Venezuela Chávez y otros jóvenes oficiales se organizaron para protestar contra el desquicio y la corrupción en el ejército. En 1992 oficiales radicalizados organizaron una revuelta contra quienes habían ordenado la masacre. Fracasaron porque fue muy poco después dela traumática situación de 1989, pero el pueblo no olvida. Así es como los nuevos bolivarianos llegaron al poder y comenzaron muy lenta y cautelosamente introduciendo reformas sociales y democráticas, a la manera del New Deal de Roosevelt y las políticas del Partido Laborista de 1945. en un mundo dominado por el Consenso de Washington esto resultaba inaceptable. De ahí el deseo de eliminarlo. De ahí el pedido de Pat Robertson, el líder de la política cristiana en los EEUU, de que Washington organizara inmediatamente el asesinato de Chávez. Venezuela, hasta entonces un oscuro país que el resto del mundo ignoraba se convirtió de pronto en un faro La mayor parte del pueblo que eligió a Chávez estaba muy disgustado y decidido. Durante diez años se había sentido no representado; había sido traicionado por los partidos tradicionales; no estaba de acuerdo con las políticas neoliberales vigentes que asaltaban a los pobres para mantener una oligarquía parasitaria, civiles corruptos y una organización sindical burocrática. Desaprobaba asimismo lo que se hacía con las reservas petrolíferas. Rechazaba la arrogancia de la elite venezolana que mantenía su bienestar y su piel clara a expensas de la mayoría pobre de piel oscura. Elegir a Chávez fue su venganza Cuando quedó claro que Chávez estaba decidido a hacer modestos cambios en la estructura social de la población , Washington tocó a rebato. En ninguna parte se evidencia tanto su amargado fanatismo como en las acciones y en la propaganda contra Venezuela de la campaña de desinformación masiva que realiza a través del Financial Times y el Economist Los une el prejuicio contra Chávez cuya llegada al poder es vista como una insana aberración a causa de que las reformas sociales se realizan con fondos procedentes del petróleo salud gratis, educación y viviendas para los pobres son vistas como una regresión hacia viejos malos tiempos y como un primer paso en la ruta del totalitarismo Chávez nunca ocultó sus políticas. Los dos referentes del siglo XVIII, Simón Bolívar y Rodríguez le enseñaron una lección muy simple: no sevir el interés de los otros; hacer su propia revolución económica y política y unir a Sudamérica contra todo imperialismo. Este es el núcleo de su programa, inaceptable para los que apoyan el Consenso de Washington. La clave del desafío latinoamericano hacia los EEUU reside en la cohesión regional. Esto es crucial. Cuando se lanzó hace unos dos años en Caracas el canal de cable Telesur, uno de los primeros programas puso de manifiesto el impactante nivel de ignorancia entre los suramericanos. . Virtualmente en cada ciudad capital los entrevistados ignoraban el nombre de su capital y la de los EEUU. Muy pocos podían nombras a lo sumo dos o tres capitales de su propio continente! De modo que la unidad - la Federación Bolivariana de Estados soberanos de que habla incesantemente Chávez - es necesaria para seguir adelante. Washington hará cualquier cosa para impedirlo tratando , en su propio interés individualmente con cada país antes que con agrupaciones regionales ( aún también con la UE). La unidad regional Suramericana puede producir un sorprendente impacto en el Norte en consonancia con el rápido crecimiento de la población hispana en los EEUU, ante la enorme consternación de ideólogos estatales como Samuel Huntington. El nuevo libro de Tariq Ali, Piratas del Caribe: eje de Esperanza ha sido publicado por Verso Traducción, Susana Merino ECUADOR: LA OLIGARQUIA SE REMITE Jorge Gómez Barata Con sus millones, sus humillantes y demagógicas promesas, sus desmanes autoritarios; con su Mercedes y sus hipócritas arrebatos místicos y, a la postre, con sus quejas plañideras, Álvaro Noboa estuvo patético. La victoria electoral de Correa, ofrece la oportunidad de percibir con exactitud una clara tendencia, que operando a escala latinoamericana, indica el fin del dominio de la antediluviana oligarquía criolla que sirvió de sostén a casi doscientos años de dominación neocolonial. La historia se comprende mejor cuando se examinan grandes períodos, preferiblemente épocas completas, escenarios en los que es posible apreciar las regularidades y se verifican las leyes que a través de la acción de los pueblos y sus vanguardias, dictan el perfil del tiempo. En ese contexto la Sociología asume con rigor el determinismo propio de las ciencias. De lo que se trata, es de la conformación de un entorno político al que en fecha reciente se han sumado, unos tras otros, varios países de Centro y Sudamérica, que unidos a Cuba y al conglomerado de naciones caribeñas, sin concertación previa ni homogeneidad ideológica, se colocan a la altura de la verdadera modernidad política. Se trata de otra evidencia de que si bien, coyunturalmente, el desarrollo social puede ser retrasado o detenido, incluso se le puede hacer retroceder, no se posible impedirlo. Detener el desarrollo económico, cultural y político de los países latinoamericanos y congelar la evolución de sus sistemas políticos fue hasta hace poco la obra cumplida de la oligarquía nativa, integrada por los terratenientes, el clero y el ejército, a la que se sumaron sectores retrógrados de la burguesía nativa desnacionalizada y elementos desclasados corrompidos por el sistema. La única muestra de flexibilidad y apego a lo moderno del régimen oligárquico autóctono, nacido del caciquismo y del caudillismo, que controló el atrasado medio rural después de la independencia, fue su capacidad mutante para adaptarse a los nuevos estilos de dominación imperial, sin alterar su condición privilegiada. Si bien la oligarquía criolla logró convivir con la urbanización, se adaptó al estilo y a la hegemonía de las transnacionales norteamericanas y europeas que explotaban el azúcar, el banano, las salitreras, las minas y otras y se reconvirtió para participar en las nuevas formas de saqueo asociadas al petróleo, el gas y las nuevas tecnologías, no sumó un ápice al progreso político. Semejante mezcla dio lugar a un entorno surrealista cuyos grotescos rasgos, dieron lugar a las obras magnificas de Rómulo Gallegos, Alejo Carpentier, Juan Rulfo, Roa Bastos, Pablo Neruda, Gabriel García Márquez y otros tantos que en Europa premiaron por su imaginación y en América comprendimos, por el crudo realismo de sus descripciones. Nunca hubo nada menos pintoresco y romántico en nuestra historia que el infierno de explotación, represión, miseria, atraso, exclusión a que durante doscientos años han enfrentado nuestros pueblos y que finalmente, con las mismas armas con que antes los engañaron y oprimieron, se desprenden de la pesada y repugnante costra de las nuevas formas de coloniaje. Con Noboa, Menem y Carlos Andrés Pérez, como antes ocurrió con Batista, Trujillo y Duvalier, un poco más tarde con Somoza y Strossner, se cierra un capitulo. El más terrible de la historia americana. No hay que confundirse. Esta no es la revolución, aunque probablemente el camino de desarrollo, progreso y paz que abre la aplace, la haga menos urgente e incluso innecesaria. Con un paso de siete leguas, Ecuador ha hecho lo necesario: sumarse. Quien está ahora sola, es la oligarquía. Altercom - Agencia de Prensa de Ecuador. Comunicación para la Libertad. DIOS, EL DIABLO Y LA PACHAMAMA Roberto Bardini Tecumseh (³Pantera Agazapada²), jefe de la tribu shawnee, originaria de lo que hoy es Indiana, en Estados Unidos, se enfrentó en 1809 a colonos blancos que pretendían comprarle sus tierras y, según la leyenda, exclamó: ³¡Vender el territorio! ¿Por qué no vender las nubes y el gran océano? ¿Acaso el Gran Espíritu no creó todo eso para el uso de sus hijos?². En 1855, Seattle, jefe de los duwamish, le envió una carta al decimocuarto presidente Estados Unidos, el demócrata Franklin Pierce: ³¿Cómo puedes comprar o vender el cielo y el calor de la Tierra? Si no somos dueños de la pureza del aire o del resplandor del agua, ¿cómo puedes entonces comprarlos?². Y Toholholzote, chamán de los wallowa, habló en 1877: ³La Tierra es parte de nuestro cuerpo y nunca renunciamos a ella². De los Montes Apalaches a la Cordillera de los Andes, pasando por Chiapas y la Amazonia, la visión indígena del suelo es la misma: la naturaleza existe para que todos se beneficien sin causarle daño. En América del Sur, desde la época de los incas se adora en agosto a la Pachamama (³madre tierra², en aymara) en lo que hoy es Perú, Bolivia y el norte de Argentina. Mucho de esta filosofía fue retomada y expuesta el 15 de octubre por la Iglesia católica boliviana, que se refirió a la reforma agraria impulsada por el presidente Evo Morales como un tema ³candente² y consideró que ³es un principio ético y cristiano la justa distribución de la tierra que Dios creó para todos². Bolivia tiene una larga historia en materia de lucha por la tierra. La reforma agraria de 1953, impulsada por el gobierno popular de Víctor Paz Estenssoro, del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), se inspiró en el modelo mexicano iniciado 35 años antes. Posteriormente, bajo el gobierno de Hernán Siles Zuazo (1956-1960), el vicepresidente Núflo Chávez Ortiz, un poeta y catedrático universitario nativo de Santa Cruz de la Sierra, impulsó medidas para favorecer al sector campesino. Chávez Ortiz es autor de ³Bajo el signo del estaño² y ³Cinco ensayos y un anhelo², texto que sirvió como anteproyecto del programa político del MNR en 1952 e incluye un estudio sobre el problema de la tierra. Posteriormente se desempeñó como asesor del gobierno de Fidel Castro en la reforma del campo cubano y más tarde fue embajador de Bolivia ante la Organización de Naciones Unidas. La reforma agraria, sin embargo, quedó inconclusa y causó distorsiones que se agravaron con el tiempo y se extienden hasta la actualidad. En los 53 años transcurridos, los campesinos sólo accedieron a cuatro millones de hectáreas, mientras que los grandes propietarios se beneficiaron con 32 millones de hectáreas. El drama del campo boliviano bien podría haber sido narrado por el cineasta brasileño Glauber Rocha, realizador de ³Dios y el Diablo en la tierra del Sol², una áspera película de 1964. La historia, que un crítico de la época resumió como ³estética del hambre², narra el enfrentamiento de Sebastião, una especie de Cristo redentor moreno, y Corisco, el último de los cangaceiros perseguido por Antônio Das Mortes. Las dictaduras que se alternaron en Bolivia desde 1964 a 1978, con cortos periodos democráticos, asignaron los mejores campos del este del país a familias poderosas y a parientes, lo que provocó una concentración de latifundios en pocas manos. Según estudios del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en esa región que será la más afectada por la reforma agraria sólo cien familias poseen 25 millones de hectáreas. Por distintos motivos, terratenientes y campesinos hoy están en pie de guerra. Y como en el film de Glauber Rocha, la generosa Madre Tierra puede convertirse en campo de batalla entre Dios y el Diablo. Roberto Bardini es un analista político y periodista argentino residente en México D.F.
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