Fw: [Laotra-l] Seguimiento de las denuncias de los adherentes a la Sexta- 14 de febrero



 
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Sent: Wednesday, February 15, 2006 7:13 AM
Subject: [Laotra-l] Seguimiento de las denuncias de los adherentes a la Sexta- 14 de febrero

Chiapas
SCLC. Un nuevo ataque contra la Librería Mono de Papel
 
Compa, parece  que las agresiones, por acá, están subiendo de tono. En la Librería Mono de Papel sufrimos el tercer asalto y agresiones a su personal. En el primero, un “delincuente solitario” le robó la cuenta a Luvia Magadalena Sánchez mientras las Sextas de por acá nos encontrábamos reunidos en San Felipe para organizar la jornada Nombremos a nuestros muertos. El segundo fue más grave pues en la tercera semana de enero, dos hombres y una mujer secuestraron a María Díaz - indígena ch’ol -, le exigieron dinero y las llaves de la panadería Doña Isabel, donde antes trabajaba. Temerosa, María abandonó la ciudad y se fue con su familia a Ocosingo. El tercero fue el sábado 11 de febrero, otro “delincuente solitarió” asaltó a Daniel Santis – indígena tzotzil - y le pidió el dinero de la venta. Dany pidió auxilio y el delincuente lo agredió con una arma cortante causándoles cuatro heridas – por fortuna leves – en el rostro.
Es probable que estos tres ataques consecutivos al Mono de Papel – desde donde distribuimos La jornada en la región -, se deban al creciente clima de inseguridad en San Cristóbal de Las Casas y de asaltos al llamado pequeño comercio mientras, que la “autoridad” municipal ocupa las “fuerzas de seguridad” para desalojar y perseguir a las y los tzotziles que venden artesanías en la plaza de Caridad.
Es probable, también, que se trate de la política de Estado para atacar a las y los adherentes a la Sexta declaración de la selva Lacandona con operativos encubiertos de “delincuencia común” que siguen un patrón semejante a las agresiones que sufrieron Mariza Kramsky, Gustavo Jiménez, Gabriel Ramírez,, Georgina Rivas, Miguel Ángel García, y Silvia Velásquez, lo que involucraría a los gobiernos federal, estatal y municipal de Fox, de Pablo Salazar y Carlos Lobato respectivamente.
Como quiera la otra Campaña va. Lec’oy quermano, ko’pon batik.
Gaspar Morquecho
 
 
Distrito Federal
La dictadura del PRI no cae aún en el IPN
 
Esta es la tercera agresión que recibimos militantes del POS en actividades de difusión de La Otra Campaña en el IPN. Las otras dos fueron pegando carteles, pero no había pasado de que nos corrieran del lugar de los hechos. En esta ocasión nos agredieron físicamente.
El pasado jueves 9 de febrero, cuatro militantes del POS (dos de los cuales somos también estudiantes del Poli) fuimos al interior de Zacatenco a instalar una mesa de difusión de La Otra Campaña. Alrededor de la 1 de la tarde nos colocamos en un área verde de la ESIME con nuestro periódico (El Socialista), nuestra revista (Pluma), nuestro cartel y una hoja de contacto. La respuesta de la gente fue muy positiva, pero este no es el tema del presente texto.
No habían pasado más de diez minutos cuando se nos acercaron dos policías del Gobierno del DF que patrullan cotidianamente el interior de Zacatenco en bicicleta. Después de preguntarnos quiénes éramos y qué hacíamos inmediatamente nos dijeron, “no pueden hacer esto aquí”. Yo les dije, “yo soy estudiante de aquí del Poli y conozco la Ley Orgánica”, “pues entonces debes saber que estas actividades están prohibidas en el Poli”, respondió uno de los puercos. Pidieron que les mostrara mi credencial y yo se la mostré de lejos, negándome a dársela. Después de hacer una defensa oral de la libertad de expresión, nos exigieron que levantáramos nuestras cosas y nos fuéramos. Nos negamos.
Estudiantes que estaban cerca, en el área verde y en el kiosco de comida, se acercaron a ver qué sucedía. Llegaron otros dos policías, también nos pidieron que nos fuéramos, “esto no se puede hacer en el Poli”. Se acercaron más estudiantes. Decidimos no gastar más saliva con los policías y atender a la gente que se nos acercaba platicándoles de La Otra Campaña y nuestra intención de invitar a Marcos a dar un mitin en Zacatenco. Los estudiantes se mostraron muy interesados y nos preguntaban animadamente. Los policías se desconcertaron ante nuestra insolencia y la actitud de la gente. Desistieron y se retiraron.
Dos horas después, cuando no hay muchos estudiantes, pues los de la mañana ya se fueron y los de la tarde entran una hora después, decidimos retirarnos. Cuando comenzamos a levantar nuestro material se acercaron nuevamente cuatro policías, uno de los cuales estaba en comunicación instantánea con algún directivo mediante un walkie talke. Nos dijeron que “el director de la ESIME los está esperando en su oficina, los quiere ver”, “nosotros ya nos vamos y no queremos ver al director”, respondimos. Insistieron en que fuéramos a la dirección. Nos negamos rotundamente. Nos dijeron que al menos les diéramos nuestros datos, nombre, escuela, número de boleta. También nos negamos, pues conociendo a los funcionarios politécnicos, inmediatamente buscarían nuestro expediente y mañosamente nos perjudicarían académicamente (retrasando trámites o tramitando una suspensión o expulsión).
Nosotros seguíamos caminando hacia la salida de Zacatenco. Parecía que nos escoltarían hasta allí. Pero aún en la ESIME, en un lugar poco transitado, se abalanzaron sobre nosotros, jaloneándonos, “vamos a ir a la dirección, cabrones”. Todo esto dirigido desde el walkie talkie. Intentamos quitárnoslos de encima, cuando llegaron otros cuatro. Nosotros seguíamos caminando, con esos puercos colgados de nosotros. “Suéltenos, deja de jalarme, pendejo”, “vamos a la dirección”. De repente a nuestro compañero Willy le soltaron un puñetazo en las costillas. Yo me lancé sobre ese policía, pero antes de llegar a encararlo, dos puercos me jalaron por detrás. “Si el pinche director quiere vernos dile que no iremos a su oficina, que baje él a vernos porque no nos interesa visitarlo. Y te doy todos mis datos si me dices qué artículo de la Ley Orgánica estoy violando. Díganme qué acción ilegal estoy haciendo”. Callaron. Seguían comunicándose por el walkie talkie.
Minutos después llegó un funcionario decrépito. Muy amablemente (hipócrita) nos preguntó qué hacíamos. Le mostramos nuestro cartel, “PRI, PAN y PRD son lo mismo”, el funcionario se quedó pasmado. “Si ya saben que no pueden hacer esto aquí”. Repetimos la misma discusión. Llegó un segundo funcionario, el de asuntos jurídicos, de apellido Vences. “¿Por qué no quieren pasar a mi oficina?”, “Porque no tenemos nada que hablar con ustedes”, “A ver, momento –dijo enfurecido-. Están hablando con dos autoridades del Instituto, tienen que hablar con nosotros si nosotros queremos.”, “No tenemos nada que hablar contigo si no estamos haciendo nada ilegal ni contra la misma Ley Orgánica del IPN.”, “Deben saber que el Reglamento Interno habla de que deben enaltecer el nombre del Instituto”. En eso, Willy le respondió “¿y acaso el que nos mandes a la policía enaltece el nombre del Politécnico?, ¿esto –y mostró una herida en su brazo, con sangre escurriendo, provocado por un policía- lo enaltece?”. El funcionario calló.
Nos dijo Vences que si no queríamos ir a su oficina la otra opción era ir al Ministerio Público a caer encarcelados. Uno de nosotros dijo “pues preferimos que nos lleven al MP, y llévenos ya”. Los policías respondieron sorprendidos, “cállate, que tú aquí no mandas”. O sea, no nos quisieron llevar al MP. De nueva cuenta nos pidieron nuestros datos. Nuevamente nos negamos.
Finalmente, sin dar ningún dato y ya más de trámite, pasamos dos de nosotros a la oficina de Vences. Muy amable (otro hipócrita) nos intentó convencer de que lo que hacíamos no era correcto. Pero por otro lado, hasta nos llegó a decir que no estaba de acuerdo en la forma en que nos trataron los policías. Pero evidentemente la policía está allí por las autoridades, bajo el auspicio del gobierno capitalino del PRD.
Cuando ya estábamos por salir, entraron a la oficina entraron quince estudiantes miembros del CLEP (ESIME) y del CEP (ESIA), para apoyarnos. Aunque llegaron cuando lo más duro había pasado, da gusto que todavía haya respuesta entre los politécnicos ante estas agresiones.
Las autoridades del IPN en firme alianza con el gobierno perredista del DF han hecho todo lo posible por evitar que al interior del Poli se haga actividad a favor de La Otra. La dictadura del PRI no ha caído en el IPN y al gobierno del PRD no le interesa que caiga. Lo que no saben es que nosotros batallaremos por arrasar ese régimen fascista (¿se le puede llamar de otra forma?) que se vive en el Politécnico.
 


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MEJOR ESCRIBANOS A: laotra at ezln.org.mx

GRACIAS.