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Venezuela: La encrucijada histórica de un pueblo
- Subject: Venezuela: La encrucijada histórica de un pueblo
- From: "nello margiotta" <nellomargiotta55 at virgilio.it>
- Date: Wed, 26 Nov 2003 20:04:06 +0100
ALAI, América Latina en Movimiento 2003-11-24 Maximilien Arvelaiz, Moisés Durán Una vez más el poder mediático no esconde su deseo de ver "interrumpido" el mandato de un presidente democráticamente elegido. Mientras una ola de imágenes y mensajes se abate sobre el mundo entero, ocultando nuestra experiencia de democracia participativa bajo la máscara de un país supuestamente ingobernable y caótico en el que sería urgente intervenir. En realidad, si hoy en día Venezuela parece despertar de un largo letargo es porque una palabra ciudadana crítica, múltiple y contradictoria ha hecho irrupción. Los excluidos de la mundialización por fin han tomado la palabra. Millones de venezolanos se encuentran hoy construyendo una ciudadanía emancipada y auténtica. Fortalecido por la Constitución Bolivariana -una de las más democráticas del mundo-, el pueblo venezolano convertido en actor consciente de sus derechos y de sus deberes exige a sus gobernantes, no solamente que sean elegidos democráticamente sino que además gobiernen democráticamente. El mecanismo del referéndum revocatorio es una de sus grandes conquistas. Según lo establece el articulo 72 de la Constitución, "todos los cargos y magistraturas de elección popular son revocables. Transcurrida la mitad del periodo para el cual fue elegido el funcionario, un número no menor de 20 por ciento de los electores (...) podrá solicitar la convocatoria de un referendo para revocar su mandato". En el caso del Presidente de la República, la oposición tendrá que reunir unas 2 millones y medio de firmas. Es la misma oposición que en su gran mayoría se unió al poder mediático para deponer nuestro gobierno por vías no legales y asfixiar el impulso del movimiento emancipador contra el neoliberalismo que hoy atraviesa nuestra América Latina. No podemos olvidar ni el golpe de Estado del 11 de abril -que destruyó por 24 horas todas las instituciones democráticas y desató una cruenta represión contra los sectores populares- ni en diciembre del mismo año, el lock- out patronal y el saboteo de nuestra industria petrolera lo que le costó al país diez millardos y medios de dólares de manera directa, sin considerar el incremento de la inflación, del desempleo, la caída del PIB, la quiebra de miles de pequeñas y medianas empresas, etc. El gobierno revolucionario siempre insistió en que la única salida a cualquier crisis política era el mecanismo del referéndum revocatorio. Un instrumento casi único en el mundo pero que curiosamente la oposición venezolana prefirió poner de lado y privilegiar soluciones aventureras con un afán marrullero insurreccional. Por cierto, quienes hoy en día chantajean al pueblo venezolano al afirmar que si no hay un referéndum habrá una guerra civil, se opusieron a la aprobación de la actual constitución en 1999, justamente el instrumento jurídico que establece dicho derecho. En realidad, a la oposición venezolana nunca le ha interesado seriamente la utilización de mecanismos democráticos y constitucionales para procesar los conflictos políticos en nuestro país. La razón es obvia: a ellos les resulta casi imposible derrotar a las fuerzas populares y revolucionarias en el marco de un referéndum o de cualquier proceso electoral, por lo que de manera permanente han procurado la destabilización y la disolución de las instituciones democráticas como paso previo al derrocamiento de nuestro gobierno. Ya en febrero de este mismo año, la oposición había intentado convertir un referéndum consultivo en uno revocatorio, tergiversando interesadamente la existencia de ambos instrumentos en nuestra Constitución. Para ello, anunciaron al mundo haber recolectado supuestamente unas 5 millones firmas. Miles de denuncias posteriores, revelaron que apenas habían recolectado alrededor de un millón trescientas mil firmas, de las cuales, muchas fueron falsificadas. En la actualidad, a pesar de los esfuerzos realizados por el Consejo Nacional Electoral para establecer normas claras, precisas y transparentes que regulen la materia refrendaría, nada garantiza que la oposición no incurra de nuevo en otro intento de fraude. Mientras tanto, el gobierno revolucionario, con fuerza y tranquilidad, profundiza sus reformas y la construcción de un Estado Social de Derecho y de Justicia: se legaliza la propiedad de las tierras de los extensos barrios populares; se entregaron hasta ahora mas de un millón seiscientas mil hectáreas a los campesinos mas pobres del país; se desarrolla la Misión Barrio Adentro (Atención integral en salud directamente en los barrios populares más deprimidos), la Misión Robinson (Plan Nacional para la alfabetización de más de un millón de ciudadanos), la Misión Ribas (Incorporación a la educación básica formal de cientos de miles de ciudadanos excluidos), la Misión Sucre (Incorporación al sistema de educación superior de casi medio millón de bachilleres sin cupo), la Misión Identidad (Registro y cedulación de centenares de miles de ciudadanos), se está promoviendo la creación de nuevas radios y televisoras comunitarias. La Revolución Bolivariana expresa la necesidad de los pueblos de buscar respuestas concretas a las problemáticas inherentes a la mundialización, tal y como ha sido varias veces manifestado en distintos foros sociales a nivel mundial: Porto Alegre, Florencia, París y mas recientemente en Belo Horizonte. Contamos con la solidaridad vigilante de los movimientos sociales hermanos para los últimos meses del mes de noviembre. La mejor manera de defender nuestra revolución Bolivariana y de contribuir con su consolidación es hacer conocer nuestra experiencia al mundo entero, hacer conocer la realidad de nuestro proceso y hacer respetar nuestro derecho a la información tantas veces burlado por los grandes medios de comunicación. La alianza entre solidaridad y creatividad es capaz de cambiar el equilibrio de fuerzas. El poder mediático es probablemente uno de los poderes más fuertes que ha conocido la humanidad, pero es incapaz frente a la unidad y a la solidaridad de todas las fuerzas progresistas del mundo. Nuestro deber es respetar y hacer respetar la esperanza y el camino que ha escogido el pueblo venezolano. http://alainet.org/active/show_news.phtml?news_id=5059
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