Peru: Reprimen a huelguistas en varias ciudades; 15 lesionados



Acciones militares rompen el paro de agricultores y empleados del sector
salud
 Amenazan a maestros que no se presenten a laborar  Apoyo de la clase
política a Toledo
AFP, DPA Y REUTERS
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Lima, 28 de mayo. Las fuerzas armadas y policiales peruanas reprimieron hoy
con golpes, disparos y gas lacrimógeno a manifestantes y huelguistas en esta
capital, Huaraz, Chiclayo, Pativilca, Tacna e Iquitos, luego que el gobierno
de centro-derecha de Alejandro Toledo les entregó el control al decretar el
estado de emergencia. En las afueras de Lima hubo al menos 15 manifestantes
heridos, entre ellos varios de bala, que desafiaban la medida gubernamental.
Ante una oleada de huelgas de los maestros, de los trabajadores del Poder
Judicial, del Seguro Social y de los agricultores, el mandatario impuso a
partir de la medianoche del martes el estado de excepción por 30 días para
contener la efervescencia social y los reclamos por el incumplimiento de las
promesas de campaña.
En los enfrentamientos de este día en diferentes partes del país también 13
policías resultaron heridos y hubo unos 68 detenidos. Pero fue en Barranca,
al norte de Lima, donde la tensión subió cuando campesinos resistieron
bloqueando una carretera, por lo que se desataron los enfrentamientos con
los civiles heridos de bala.
Tras las acciones militares y policiales el gobierno logró romper las
huelgas de agricultores y empleados del Seguro Social, mientras se mantenían
en pie de lucha maestros y trabajadores del Poder Judicial. En tanto, en
Lima, decenas de militares con chalecos antibalas y armas automáticas
custodiaban el Congreso y se apostaron en puntos estratégicos de la ciudad.
Con las fuerzas armadas y de seguridad en las calles de las principales
ciudades, donde se observaban tanquetas, el control castrense abarca 12 de
los 23 departamentos del país, cuyos operativos lograron poner fin a los
bloqueos de los agricultores que el lunes habían empezado su huelga.
Desde la víspera la policía desalojó pacíficamente a cerca de 500 maestros
en huelga que acampaban desde hace una semana frente al Congreso. Asimismo
los uniformados dispersaron a empleados del Poder Judicial, que en las
últimas horas mantenían el paro en reclamo de reivindicaciones salariales.
Los agricultores y los trabajadores del Seguro Social sucumbieron al estado
de emergencia al decidir poner fin a sus respectivas huelgas, hasta que
concluya la medida. Los miles de agricultores desalojaron las carreteras
desde antes de que los soldados llegaran, aunque algunos grupos aún
resistieron en choques esporádicos.
En Pativilca grupos de manifestantes bloquearon nuevamente la carretera
Panamericana, que había sido despejada durante la madrugada por el ejército,
luego de que la víspera había sido bloqueada con troncos y piedras por los
agricultores. Ahí hubo disturbios y dos civiles salieron heridos por
perdigones.
El dirigente de los hombres del campo, Enrique Málaga, al anunciar la
suspensión de la huelga emplazó al gobierno de Toledo a levantar el estado
de emergencia en 48 horas para dialogar, ya que esto "no se puede hacer con
los tanques en las calles".
Pero los maestros, que mantienen paralizadas sus actividades desde hace 17
días, refrendaron su beligerancia y enfrentaron en las calles a los
uniformados en al menos seis ciudades. En Chiclayo cerca de 5 mil profesores
en huelga tomaron la plaza principal y varios colegios, mientras chocaban
con los agentes antimotines, que arremetieron con gas lacrimógeno en los
hechos más graves de la jornada.
La directiva del magisterio, que decidió continuar la huelga pese al estado
de emergencia, señaló que "a falta de soluciones integrales el camino del
garrote, de la represión y de la fuerza es lo que caracteriza a los
gobiernos débiles". Con todo, se hizo un llamado a la prudencia y la
serenidad, pero también a continuar con las movilizaciones, y exigió al
gobierno restablecer el diálogo.
El ministro de Educación, Gerardo Ayzanoa, declaró ilegal la huelga de los
cerca de 300 mil maestros iniciada el 12 de este mes, y amenazó con que los
que no se reintegren en menos de cinco días serán sancionados y no recibirán
el aumento de unos 29 dólares dispuesto por el gobierno, que no satisface al
gremio.
El estado de emergencia por 30 días suspende las garantías individuales como
los derechos de reunión y manifestación, y permite los allanamientos de
domicilios y detenciones sin orden judicial, con las fuerzas armadas como
encargadas del orden público.
Es la segunda vez que Toledo declara el estado de emergencia desde que
asumió la presidencia en julio de 2001; decretó la misma medida el año
pasado para sofocar otras protestas en el sur del país contra la
privatización de las empresas de electricidad.
Salvo algunas excepciones, la clase política peruana reaccionó en forma
favorable y casi unánime ante la decisión del gobierno de imponer el estado
de excepción, en medio de una imagen de debilidad que reflejaban las
protestas y cuando el mandatario goza de escaso nivel de aprobación.
El ex presidente Alan García, líder de la oposición, si bien respaldó la
medida, advirtió que la situación del país podría llegar al estado de sitio
y el rompimiento de la democracia si Toledo no convoca de inmediato al
diálogo a los gremios sindicales en huelga.
El líder de la socialdemócrata Alianza Popular Revolucionaria Americana
(Apra) dijo que ahora "se abre un momento de gravedad para el país" tras 10
años de emergencia generalizada por "un golpe de estado permanente", en
alusión al régimen de Alberto Fujimori.
En tanto, este día se sintió un temblor en Lima de 5.1 grados Richter, con
epicentro a 51 kilómetros en el mar, que causó deslizamientos de tierra de
cerros en la parte este y el farallón costero al oeste, pero sin causar
víctimas ni daños de importancia.