Argentina: Estado en agonía vendería la Patagonia



Antoine Bigo
Liberation

Traducido para Rebelión por Andrés Meléndez y Domingo García

"Los bancos extranjeros y el FMI le propusieron al presidente Duhalde hacer
la encuesta sobre el proyecto de pagar la deuda vendiendo territorios"
Un ex-diputado peronista

Petróleo y ovejas. Como insectos en la estepa, centenares de pozos de
petróleo extraen sin descanso el oro negro del desierto de patagones. Detrás
de una colina grisácea, erosionada por el viento, un grupo de ovejas se
alimenta de unos arbustos espinosos. La carretera de asfalto que une
Comodoro Rivadavia, la capital del petróleo, y Rawson, sede del gobierno de
la provincia de Chubut, es rectilínea en sus 450 kilómetros, en medio de un
paisaje sin fin. La única presencia humana es una gasolinera en medio del
trayecto; es casi como la replica de Bagdad Café. A la hora del almuerzo,
los camioneros silenciosos enfrían el motor de sus mastodontes, y devoran
enormes chuletas asadas. Los pasajeros des dos buses que se cruzan invaden
los servicios y se arrojan sobre las botellas de agua fría, antes de volver
a la carretera durante más de 200 kilómetros de planicies desoladas con un
viento arrasador. Imposible de evitarlo. Un letrero en el muro de la agencia
de coches de alquiler en el aeropuerto alerta: "Abra siempre las ventanillas
en dirección del aire".

Sobre las colinas de Comodoro Rivadavia, torres eolicas gigantescas
aprovechan un recurso inextinguible para producir una parte importante de la
energía que consume la ciudad. Por todas partes, los molinos de viento
invaden el paisaje. Ya que, al alejarse de los ríos, los molinos son la
única manera de extraer el agua potable que baja desde los glaciares
andinos. En las cinco provincias que constituyen la Patagonia (17,6 millones
de km2, es decir mitad de la superficie del país), viven 4 millones de
ovejas, y solamente un millón y medio de habitantes, de los 37 millones con
los que cuenta Argentina. Ninguna ciudad sobrepasa los cien mil habitantes.

Censo premonitorio

Hoy en día, en un país dónde la crisis es económica y de identidad, el miedo
de una Patagonia vendida a los extranjeros agita las mentes. Y no es
solamente por que existen millonarios estadounidenses que aprovechan los
bajos precios de las tierras para fundar asociaciones denominadas
"ecológicas", pagando así menos impuestos en Estados Unidos y comprando
miles de hectáreas en Patagonia. Hace unos meses, diputados y senadores
locales, hicieron un llamado al gobierno sobre la posible venta de la región
a Estados Unidos y a sus banqueros a cambio del pago de la colosal deuda del
país. Visto que la Patagonia está vacía, pero es rica en dos recursos
naturales: cerca de tres cuartos de las reservas de petróleo y de gas del
país, y de manantiales de agua potable. El senador de Caleta (la segunda
ciudad de la provincia de Santa Cruz), Carlos Prades, dice: «aquí en la
Patagonia no ocurrirá lo mismo que pasó en las Malvinas. Nosotros no lo
permitiremos, y defenderemos el territorio hasta sus ultimas consecuencias.»

Fue en marzo de 2002 cuando una empresa de encuestas desconocida hasta esa
época, alertó a la población argentina. Esta hizo unas preguntas
sorprendentes.

Según su director, Jorge Giacobe, la encuesta fue un pedido «de una firma
europea que deseaba hacer unas inversiones en Argentina, y cuyo nombre no
puede divulgar debido al secreto profesional». ¿Pero cuál es el interés de
un inversor extranjero en pedir a los habitantes de Comodoro Rivadavia, de
Trelew o de Puerto Madryn, si estarían de acuerdo en cambiar la Antártida
Argentina por la anulación de la deuda del país? O si aceptarían el vender
las tierras de Chubut para pagar la deuda acumulada por la provincia. O aun
más, si ¿estarían dispuestos a entregar la dirección de Argentina a un
funcionario del FMI o de otro organismo internacional? La encuesta fue
realizada cuando la economía del país estaba en su peor momento, y el peso
era devaluado.

Acorralado, el presidente Eduardo Duhalde contrata a una consultoría
especializada en lobbying, Zemi Comunicación, cuyo presidente es Henry
Kissinger, para ayudar al gobierno en sus negociaciones con los organismos
financieros internacionales. Ahora bien, el antiguo secretario de Estado del
presidente Nixon siempre ha considerado los recursos naturales de América
Latina como estratégicos para los Estados Unidos, que en un futuro cercano,
podrían ellos mismos explotar.

Eco-barones estadounidenses

Cesar Amaya, abogado que ejerce en Caleta Olivia, alerta entonces a la
opinión pública y a los diputados locales. "Lo que me preocupa, dice Amaya,
es que el sondeo fue presentado en el MIT ( Massachusetts Institute of
Technology ) por Rudiger Dornbusch, macro-economista y consultor de la
agencia Kissinger Associates. Poco tiempo antes, en el mismo foro, él había
lanzado la idea que Argentina debía abandonar cualquier soberanía en materia
de política fiscal y monetaria y ser administrada por un colegio de asesores
extranjeros que reúna a los funcionarios de los Bancos Centrales (Argentina
y Estados Unidos se supone) y del FMI".

Este texto, que está disponible en Internet, propone una campaña de
privatización masiva de los organismos financieros, por el cual la
Federación de agricultores argentinos manifiesta mucha desconfianza. Esto
porque los dos bancos en cuestión, el Banco Nación y el Banco Provincia,
poseen hipotecas sobre 14,5 millones de hectáreas de tierra. En caso de
privatización, el comprador, que visto el estado de la economía, tiene
grandes oportunidades de ser extranjero, sería propietario virtual de casi
la mitad de la pampa húmeda, es decir la parte más septentrional de la
Patagonia, que es el granero de trigo y ganado de Argentina. La idea avanza
en el seno del gobierno en Buenos Aires, gracias a la presencia de Norman
Bailey, miembro de la fundación estadounidense 'Potomac' y de la Comisión
Trilateral, organismos de reflexión conservadores. Bailey propone que las
"tierras fiscales", propiedad del gobierno argentino (que corresponden al
tamaño de Italia), sean canjeadas por una parte de la deuda. "Estoy
convencido que son los bancos extranjeros y el FMI que han sugerido al
presidente Duhalde realizar ese sondeo en Patagonia, para ver la reacción de
los argentinos sobre el proyecto de pagar la deuda vendiendo el territorio",
afirmó Juan Gabriel Labaké, analista político, abogado y ex-diputado
peronista.

El fenómeno actual de ventas de tierras a extranjeros, más allá de las
sospechas legítimas sobre el desmantelamiento del país, preocupa a los
argentinos, sobre todo si los compradores son los "eco-barones"
estadounidenses o ingleses. Estos son millonarios bajo la bandera ecológica,
en el sentido en que toman esos espacio vírgenes y que los utilizan como les
place. "Las propiedades compradas por los extranjeros son tan grandes y la
Patagonia tan alejada de Buenos Aires, que si un gobierno extranjero decide
construir una base militar, nos daríamos cuenta 20 años después", ironiza
Carlos Moreno, universitario e historiador de Patagonia.

Fundación sospechosa

Un estadounidense en particular, Douglas Tompkins, tiene una posición
especial en las asociaciones ecológicas. Este hombre ha comprado ya 276,000
hectáreas en el sur de Chile en nombre de su fundación ecológica llamada
Patagonia Land Trust . Douglas y su esposa Kristine McDivitt hicieron
fortuna en la venta de ropa y de artículos deportivos. Él, como fundador de
las marcas Esprit y North Face y ella creando Patagonia con el canadiense
Yvon Chouinard. Tanto uno como el otro han vendido sus acciones y han hecho
una fortuna evaluada en 150 millones de dólares.

Enamorados de la naturaleza y adeptos de una ecología intransigente,
comparten su existencia entre los fjords chilenos durante el verano austral
y su pequeña granja (170 hectáreas) en la provincia de Corrientes durante el
invierno. Sin embargo, el conflicto surge de las compras hechas en nombre de
su fundación. En la provincia de Santa Cruz, el rancho o estancia Sol de
Mayo (de 21,850 hectáreas), El Rincón (14,170 h.), Dor Aike (33,000 h.) y
sobre todo con 32 km de costa sobre el Atlántico, Monte León (61,270 h.) por
1,4 millones de dólares, es decir 1,3 millones de euros. Esta propiedad,
adquirida por Patagonia Land Trust, que fue "donada" (para beneficiarse de
ventajas fiscales sobre las inversiones en las zonas de biodiversidad) el 10
de mayo del 2001 a la ONG local Vida Silvestre (fundación ecologista) y que
deberá convertirse, en un plazo determinado, en un parque nacional. Pero si
el aval del gobierno argentino tarda demasiado, está previsto que Patagonia
Land Trust recupere sus bienes...

Martes 04 marzo 2003. Diario Liberation, París.
http://www.liberation.com/page.php?Article=92905#