Chile: La otra cara del modelo



 10 de febrero del 2003

Entrevista a Gladys Marín, presidente del Partido Comunista Chileno

Eduardo Tamayo G.      Servicio Informativo "Alai-amlatina"


Chile es presentado como el paradigma del modelo neoliberal. Pero la imagen
que se vende al exterior no tiene nada que ver con el Chile real y
verdadero. En Chile todo se ha privatizado y es el "paraíso" del capital
extranjero, pero al mismo tiempo ha crecido la desigualdad social, la
corrupción, la inseguridad en el trabajo, en tanto que la represión está al
orden del día. Sobre estos y otros temas conversamos en Porto Alegre,
Brasil, con Gladis Marín, Presidenta del Partido Comunista de Chile, justo
después de terminado el Foro Social Mundial 2003.

P. Después de 30 años del golpe de Pinochet en Chile, ¿las cosas parecen que
están cambiando en América Latina?

R. Así es, se va a cumplir el próximo 11 de septiembre treinta años del
golpe militar fascista que financio, planificó y ejecutó los Estados Unidos.
Este golpe que derrocó al gobierno democrático del presidente Salvador
Allende fue, naturalmente, un retroceso, una derrota para el pueblo de
Chile, con el cual, además se instalaron dictaduras por toda América Latina.
Sin embargo, los pueblos lucharon. En el caso de Chile no hay un solo minuto
en el que el pueblo no haya luchado, sin embargo, hay que reconocer que no
tuvimos la fuerza para resistir el golpe, porque no estuvimos preparados, no
tuvimos la visión, una mirada más estratégica del proceso que nosotros
mismos estábamos impulsando, después nos dimos cuenta que ante el proceso de
grandes transformaciones que encabezaba Allende, la reforma agraria, la
nacionalización del cobre, el colocar los bancos y las empresas en manos del
Estado, tenía que venir la contrarrespuesta. Yo creo que ahora hay una
recuperación de la lucha de los pueblos que da como resultado un momento muy
importante. A pesar de la aplicación del neoliberalismo en el ámbito mundial
y todas sus consecuencias para la vida cotidiana de la gente, las
privatizaciones, el traspaso de la salud y la educación a manos privadas, la
política guerrerista de los Estados Unidos, el ALCA en América Latina, se
está viviendo un momento muy importante que se expresa en una nueva oleada
de respuestas democráticas muy radicales en América Latina.

P. En estos momentos de crisis, las miradas se vuelven hacia Chile, porque
es el país en donde se inicio la aplicación de las políticas neoliberales e
incluso es presentado como el paradigma de la aplicación del modelo. ¿Qué es
lo que ha pasado en Chile en estos últimos años?

R. Yo creo que los chilenos de izquierda, progresistas, que estamos contra
el modelo neoliberal tenemos una gran responsabilidad -y que no la hemos
cumplido plenamente- de dar a conocer lo que pasa en el Chile real, porque
lo que se vende hacia el exterior es que Chile es un país que se salva de la
crisis, que es el paradigma del modelo. En Chile también hay una crisis
instalada por la globalización capitalista que trae sus consecuencias, hay
crisis en cualquier parte del mundo y repercute dentro de las economías, no
es cierto lo que dice, con mucha demagogia, presidente Ricardo Lagos de que
Chile está totalmente blindado, de que la crisis en Argentina no va a
repercutir. Falso. Chile fue el primer país del mundo en el que se aplicó a
fondo el modelo neoliberal, dentro de la dictadura. Se llevó adelante el
proceso de privatizaciones, se abrió las puertas al capital extranjero y se
le dio todas las garantías. En Chile ya no hay nada que privatizar: las
telecomunicaciones, la energía, los caminos, los seguros, los bancos, las
radioemisoras, todo está privatizado. Este proceso iniciado por la
dictadura, no lo revertieron los gobiernos de la Concertación sino que lo
profundizaron, porque son gobiernos que no solo asumen el modelo neoliberal
sino se prestan para llevar adelante la política norteamericana. ¿Y cuál es
la realidad? La atención de la salud se ha degradado para el 80% por ciento
de los chilenos. El 56% de la fuerza laboral es una fuerza desregulada,
gente independiente, que no tiene previsión social, que trabaja en las
calles, que tiene trabajo por días, que no tiene trabajo fijo, y esta gente
ya no tiene ninguna garantía social. La consecuencia de la privatización de
los fondos de pensiones es que solo el 25 % de los trabajadores / as va a
recibir pensiones de jubilación, el resto no tiene jubilación porque los
salarios no les alcanza para conformar el fondo mínimo que se requiere para
la jubilación. Hoy día tenemos que Chile es un país en donde más se violan
los derechos humanos, con las jornadas más largas de trabajo.

P. De cierto modo ha habido un desarme ideológico, una fragmentación social
muy fuerte de las fuerzas populares...

R. Muy fuerte, porque el modelo se aplica en lo cultural, en lo social, en
lo ideológico. Se instalan los valores del neoliberalismo, la fragmentación,
el individualismo en todos los planos, el concepto de la política cambia, la
política ya no es una actividad portadora de ideas sino que está al servicio
de grupos, de elites. Es tremendo decir que en Chile tenemos la misma
Constitución que nos impuso Pinochet en el año ochenta, una Constitución
ilegítima en la forma y en el fondo, antidemocrática por donde se la mire,
que establece, en un artículo, que las Fuerzas Armadas son garantes de la
institucionalidad, de tal manera que cuando peligre la llamada
institucionalidad están llamadas a intervenir. Hay además un sistema
electoral que no permite la representación de otros sectores que no sean de
la derecha o de la Concertación, porque para tener un parlamentario se
necesita un 30 por ciento de la votación. La dictadura fue tan brutal, tan
fuerte el golpe, la forma de arrasar e imponer un verdadero genocidio social
y político en el país, que durante 17 años, todos los días, todas las horas,
se estuvo repitiendo el mismo discurso contra los marxistas, los
izquierdistas. Eso se metió en la cabeza de la gente, y la Concertación,
durante este tiempo, ha manipulado también este temor que quedó en el
conciente o subconsciente de la gente, porque cada vez que se exige que se
revisen las privatizaciones, que cambiemos la Constitución, que se revisen
los crímenes y los grandes negociados, siempre se amenaza con el golpe
militar, pero golpe militar en Chile no va a haber, porque lo objetivos del
golpe, los objetivos de la matanza, fueron la instalación de un
neocapitalismo, un capitalismo neoliberal, y estos objetivos ya están
cumplidos.


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Nello

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