Brasil, la gran oportunidad de la izquierda



10 de febrero del 2003
Entrevista con el teólogo de la liberación Frei Betto
Cecilia González      Masiosare


Por ser uno de sus principales promotores, Frei Betto es una de las figuras
más esperadas en el Foro Social Mundial. Durante este encuentro, accedió a
la petición de Masiosare para evaluar las implicaciones que el triunfo del
Partido de los Trabajadores wn Brasil tiene para la izquierda en el mundo.
"El triunfo de Lula representa la primera curva ascendente que vive la
izquierda mundial desde que cayó el Muro de Berlín", define este ferviente
defensor del socialismo. Más allá de su partido, explica, Lula encabeza lo
que puede ser una nueva izquierda latinoamericana y mundial. "Es un proceso
que se inserta en un momento histórico delicado, donde en nuevos contextos
democráticos, desde Ecuador hasta Venezuela, las clases populares están
pidiendo las reformas sociales que el neoliberalismo no ha sabido darles.
América Latina le ha dado un nuevo voto de confianza a la izquierda"

PORTO ALEGRE, BRASIL.- "Soy un ferviente discípulo de Jesús y por convicción
ideológica acredito que la única salida para el futuro de la humanidad es el
socialismo", advierte con firmeza Carlos Alberto Libanio Christo, teólogo de
la liberación, mejor conocido en todo el mundo como Frei Betto.

A sus 58 años, el sacerdote de cabello encanecido y sonrisa serena es uno de
los personajes más respetados de Brasil porque, al igual que su amigo el
presidente Luiz Inacio Lula da Silva, su trayectoria lo avala. Periodista,
antropólogo, filósofo, autor de 48 libros -entre ellos el polémico y famoso
Fidel Castro y la Religión, participó de la guerrilla urbana y fue apresado
por la dictadura militar en la década de los setenta. A su salida se fue a
trabajar a las comunidades eclesiales de base que llegaron a ser 100 mil en
todo el país y que fueron la semilla del cambio social que Brasil vive desde
el 1 de enero de este año.

"La izquierda no soporta más fracasos"

Por ser uno de sus principales promotores, Frei Betto es una de las figuras
más esperadas en el Foro Social Mundial. Tras un encuentro con la prensa
internacional, accede a la petición de Masiosare para evaluar las
implicaciones que el triunfo del Partido de los Trabajadores tiene para la
izquierda en el mundo.

"El triunfo de Lula representa la primera curva ascendente que vive la
izquierda mundial desde que cayó el Muro de Berlín", define este ferviente
defensor del socialismo basado en el reparto de los bienes del planeta entre
todos sus habitantes.

"La izquierda ya no soporta más fracasos", advierte; "el propio Lula ha
dicho que no podemos fracasar, él ha hablado de los casos de la izquierda en
Polonia, en Nicaragua, en Chile... propuestas populares, progresistas, que
por diversos factores fueron abortadas".

Más allá de su partido, continúa, Lula encabeza lo que puede ser una nueva
izquierda latinoamericana y mundial. "Es un proceso que se inserta en un
momento histórico muy delicado, donde en nuevos contextos democráticos,
desde Ecuador hasta Venezuela, las clases populares están pidiendo las
reformas sociales que el neoliberalismo no ha sabido darles. América Latina
le ha dado un nuevo voto de confianza a la izquierda".

Hambre Cero

El tono pausado de su voz y las respuestas cortas caracterizan a este hombre
que no oculta su optimismo por el triunfo de Lula y sabe del tamaño de la
esperanza que se ha creado. "Sabemos de la responsabilidad que pesa sobre
nuestros hombros", reconoce, "tenemos la responsabilidad histórica de
responder a las expectativas del pueblo brasileño, y su gran esperanza es
que este gobierno dé prioridad a las cuestiones sociales de un país que
ocupa el tercer lugar en desigualdad social, y donde hay 44 millones de
personas que pasan hambre. Esas son las prioridades de Lula, y antes que ser
propuestas en nombre de una ideología de izquierda, son propuestas a partir
de un elemental sentido humanitario".

Hoy, Frei Betto colabora con el Movimiento de los Sin Tierra y la Central
Unica de Trabajadores; orienta a jóvenes religiosos que realizan trabajo
social y a desocupados de Sao Paulo; encabeza la organización no
gubernamental Faça Parte, y por si fuera poco, fue nombrado asesor especial
de Hambre Cero, el programa social más ambicioso del gobierno lulista.

"Existen muchas campañas mundiales de combate al Sida. Si usted va a Santa
Mónica, en California, y abre la lista telefónica va a encontrar el número
de la Fundación Elizabeth Taylor contra el sida. Eso es bueno, pero no
suficiente porque lo que más mata en el mundo es el hambre y no hay ninguna
fundación contra el hambre", explica Frei Betto, un día después de que Lula
lanzó en Davos su propuesta de combatir el hambre a escala mundial. "No
queremos cambiar la sensibilidad de la gente. Sí, que crezcan las campañas
contra el sida porque es un problema muy grave, pero que también se
intensifiquen las campañas contra el hambre en todas las regiones del mundo,
sobre todo en Africa, porque a diferencia de Brasil, en donde el hambre
convive con la abundancia, lo cual es un escándalo y una ofensa a Dios, en
Africa el hambre convive con la penuria".

El programa fue presentado oficialmente el jueves ante pasado, pero incluso
desde antes de que Lula asumiera el poder el 1 de enero comenzaron a
escucharse voces críticas en contra de Hambre Cero, cuestionamientos que al
sacerdote hasta parecen divertirle. "Es como si desde ahora se criticara el
Cuarto Foro Social Mundial que se hará en la India... las personas todavía
ni siquiera conocen el programa y ya lo están descalificando. Está bien, el
debate nos ayuda porque representa una propaganda gratuita que hace que
todos sepan del programa sin que nosotros tengamos que contratar a grandes
agencias publicitarias", ironiza.

Frei Betto reconoce, sin embargo, que está aprendiendo de esas críticas. "Yo
tengo mis dogmas religiosos, pero participando en este programa no los
tengo", advierte.

Una vez lanzado Hambre Cero, el gobierno divulgará direcciones de correo
electrónico y páginas de Internet se pueden establecer vínculos de
solidaridad con el programa. El fin, pues, es que ayude a todo el que
quiera.

"¡Ocho, ocho!"

Lula gobernará sólo cuatro años -aunque en todos sus actos públicos sus
seguidores gritan "¡ ocho, ocho!", apostando desde ya a su relección- y el
sacerdote tiene bien definido los resultados con los que él quedará
satisfecho: "Que se consigan realizar las reformas tributaria,
penitenciaria, agraria, política y laboral. Si conseguimos eso y aseguramos
que cada brasileño coma tres veces al día se habrá cumplido la mayor de mis
expectativas".

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Nello

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