Venezuela finaliza el año enfrentando ataques a su economía



Javier Rodríguez

Caracas, 31 dic (PL) Venezuela finaliza el año 2002 en medio de una fuerte
batalla para enfrentar uno de los ataques más duros hechos contra su
economía y estabilidad política en muchos años.
La nación sudamericana es escenario de una fuerte arremetida de sectores
conservadores nacionales que, según voceros oficiales, tienen conexiones
foráneas en el empeño de terminar con el gobierno del presidente Hugo Chávez
y el proceso de cambios vigente.
Para ello, se puso en marcha un plan desestablizador de la economía
nacional, con incidencia fundamental en la paralización de la industria
petrolera, generadora del 80 por ciento de las divisas recibidas por
Venezuela.
Este paso fue vital como soporte del llamado a un paro nacional hecho por la
Coordinadora Democrática (CD) que agrupa a las organizaciones adversarias de
Chávez, proclamado como herramienta decisiva para lograr la dimisiòn del
Jefe de Estado.
A medida que se fue comprobando el carácter parcial del acatamiento de la
medida de fuerza se hizo más evidente la necesidad de dirigir todos los
esfuerzos hacia la detención de labores en la corporación Petróleos de
Venezuela (Pdvsa) y para ello se contó con la alta gerencia de la empresa.
Las labores administrativas fueron paradas en su gran mayoría, se detuvo el
trabajo de las refinerías usando, incluso, el saboteo de sus sistemas
computarizados, y se colmó la capacidad de los inventarios para impedir que
continuara la producción de los pozos.
Golpe fuerte contra una rápida normalización de la situación fue la
neutralización del transporte marítimo y terrestre del combustible, lograda
con el apoyo de los empresarios privados contratistas de Pdvsa, en medio de
una monumental campaña de medios de difusión comprometidos.
La contraofensiva gubernamental se basó en la permanencia en sus puestos de
trabajo de buena parte de la nómina contractual, es decir los trabajadores
vinculados directametne con la producción, y en la acción decisiva de las
fuerzas armadas.
Bajo la orden de Chávez como su Comandante en Jefe, los militares asumieron
el control de todas las instalaciones de Pdvsa, así como del transporte
terrestre, y rescataron varios de los barcos fondeados por sus capitanes
plegados al paro.
La situación actual, en víspera de iniciarse el 2003, permite ver el
desarrollo de un proceso gradual de normalización de la industria por parte
del gobierno, incluyendo el complicado asunto del abastecimiento de
combustible al mercado interno.
La oposición mantiene todo un programa de movilizaciones de sus partidarios
en las calles para seguir prsionando al gobierno e inició el giro hacia un
intento de desobediencia civil, incluyendo el cese de pago de las
obligaciones tributarias.
Independientemente de que logre controlar totalmente la situación, el
Ejecutivo admitió ya las grandes pérdidas ocasionadas por la huelga
petrolera, calculadas por el ministro de energía y minas, Rafael Ramírez, en
tres mil millones de dólares.
Su efecto sobre la economía se sentirá en el primer trimestre del nuevo año,
pero también provocará, evidentemente, un reajuste político nacional

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Nello

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