Venezuela: quemar la casa para eliminar el comején



Consejo para Asuntos Hemisféricos, 22 de Diciembre de 2002

Larry Birns

(Traducción de G.J. Mata)

Las fuerzas antichavistas no son una oposición leal a Venezuela. Son un
grupo de fanáticos anticonstitucionales-muchos de ellos con pasados sucios y
credenciales dudosas-que están dispuestos a correr el riesgo de que sea
destruido el sistema constitucional del país para eliminar un gobierno que
simplemente no les gusta.

Los medios venezolanos no reportan sucesos, ayudan a crearlos. Su punto de
vista se encuentra no sólo en la página editorial, sino en todas y cada una
de las columnas de sus periódicos, en escandalosa contradicción con todo
sentido responsabilidad profesional.

La oposición apunta hacia la vena yugular, sin importarle el daño al tejido
social y económico del país.

Los Autodenominados Demócratas Clavan una Estaca a Través del Corazón de la
Democracia. El Final Puede estar Cerca.

Una clase media, históricamente más conocida por su venalidad que por su
compromiso con la democracia y que, durante décadas, apoyó las
corruptocracias conducidas por los lideres inescrupulosos de AD y Copei,
protagoniza su cuarta huelga general, que no busca reformar el gobierno o
demostrar un punto de vista, sino hacerlo caer, como de hecho ya lo hizo el
pasado Abril. Su última táctica es invocar un artículo de la Constitución
que permite a los venezolanos "desconocer cualquier régimen, ley o autoridad
que vulnere los valores, principios y garantías democráticos o viole los
derechos humanos." Los argumentos de esta oposición se desploman sobre la
base de la realidad: Chávez no ha incurrido en violaciones de los derechos
humanos y los principios democráticos no han sido "vulnerados" por las
autoridades. Por el contrario, es la oposición la que ha asumido la
filosofía de que "el fin justifica los medios" , la que ha hecho exigencias
erráticas e irracionales, la que ha invocado el totalitarismo para exigir a
los militares llevar a cabo su "misión" de derrocar a Chávez. Es la
oposición la que en este momento amenaza las bases democráticas del país.

Lo que está en juego

Es indudable que Chávez ha sido una figura controversial, contenciosa y
pugnaz, pero él se ha ajustado a las reglas del juego democrático mucho más
de lo que lo ha hecho la oposición. Sus múltiples fallas han sido más de
estilo que de sustancia. Pero si Chávez es derrocado en los próximos días-lo
que no es improbable-la tragedia será mucho más grande para el presente y
futuro de Venezuela que para Chávez. Los venezolanos pobres, los venezolanos
genuinamente patrióticos, recordarán a Chávez como un líder que peleó por
ellos-no siempre sabiamente, pero siempre con la mejor de las intenciones-y
no por su ganancia personal. El ariete con el que la oposición ha atacado a
Chávez ha tomado su impulso de argumentos tendenciosos y falaces, de
objetivos motivados por interés personal y posturas meretrices, así como de
una interpretación falaz de la Constitución y de una gama de justificaciones
fraudulentas para encubrir intereses particulares.

Una investigación detallada de el enfrentamiento entre Chávez

y la oposición arrojaría como resultado que es ésta última la que busca
bloquear las negociaciones promovidas por la OEA. Es también la oposición
quien llama a los militares a amotinarse. Es la oposición la que utiliza su
casi total control de los medios para difundir información falsa y una
interpretación consistentemente incendiaria y parcializada de los hechos. Es
la oposición y no el gobierno la que arriesga la vida de los venezolanos al
promover enfrentamientos de calle y es la oposición la que está promoviendo
la guerra de clases y el odio entre pobres y ricos.

La historia detrás de la historia

La oposición le teme, fundamentalmente, a un conjunto de Leyes reformistas
que incluyen un programa de reforma agraria en el que las parcelas ociosas o
excesivamente

grandes pueden ser transferidas a pequeños propietarios. En este momento.
41% de la tierra cultivable está en manos de menos del 5% de la población. Y
, de acuerdo a la Comisión Económica para Latinoamérica de la ONU, Venezuela
tiene una de las distribuciones de riqueza más desiguales de toda la región.
Los análisis demográficos demuestran que de sus 23 millones de pobladores,
80% son pobres o viven debajo del umbral de pobreza. Es este estrato social
el que sustenta mayoritariamente a Chávez. Y es esta gente la que no va a
renunciar fácilmente a las modestas reformas implementadas durante su
presidencia. Reformas que han llevado a los niños leche y almuerzo en las
escuelas, a humildes empresarios microcréditos y a todo el país programas de
construcción urbana y rural.

La oposición sostiene que Chávez fraterniza con terroristas, pero la
realidad es que Chávez, como sus predecesores, se ha reunido con sus colegas
de la OPEP para discutir precios y normas de producción. La oposición
reitera que existe una alianza oculta entre Chávez y Castro, pero nunca
presenta evidencia al respecto, ni especifica sus acusaciones y ni siquiera
presenta argumentos para apuntalar lo que no es más que propaganda pura. La
oposición habla de corrupción alrededor de Chávez, pero nunca menciona las
acusaciones en contra de algunas de las más controversiales y dudosas
figuras en la comunidad empresarial, en el movimiento sindical y en los
medios. Nadie menciona, así mismo, que la inmensa mayoría de los
funcionarios de la asfixiante burocracia de Venezuela fueron nombrados en
gobiernos anteriores; y que la mayoría de estos empleados están del lado de
la oposición.

Una solución a la crisis de gobierno en Venezuela tendrá que ser el
resultado de la adherencia a la Constitución, no el resultado de agitación
callejera o confrontación armada. Hay varios escenarios que implican un
grave peligro a las instituciones orgánicas de Venezuela. Una solución que
no siga el mandato de la Constitución socava las perspectivas de paz ,
estabilidad y continuidad del civismo político que ha sido tradicional en
Venezuela.

Puede haber una salida para los venezolanos de buena

voluntad. La oposición podría esperar hasta Agosto, cuando la misma
Constitución que ellos alegan está siendo "vulnerada" permite un referéndum
para decidir si Chávez debería o no terminar su mandato. La Asamblea
Nacional podría implementar un procedimiento para llamar a elecciones antes
del 2006, o aún quizás antes de Agosto. Un posible triunfo de la oposición
puede y tiene que venir por la vía del respeto a la Ley, no por intermedio
de la extorsión, o la manipulación del poder financiero y mediático de una
minoría.

Resolver los problemas de Venezuela mediante la amenaza de incinerar sus
instituciones políticas y financieras nos recuerda lo que pasó en Chile en
1973. En aquél momento, el Partido Demócrata Cristiano cometió la
imprudencia de usar a los militares para salir de Allende con el resultado,
no de obtener el poder que deseaban, sino 17 años de represión brutal bajo
Pinochet.

Este análisis fue preparado por Larry Birns, Director del Consejo para
Asuntos Hemisféricos

El Consejo Para Asuntos Hemisféricos, fundado en 1975, es una organización
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