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La Triple Frontera, clave en la estrategia norteamericana (1ª parte)
- Subject: La Triple Frontera, clave en la estrategia norteamericana (1ª parte)
- From: "Nello Margiotta" <animarg at tin.it>
- Date: Thu, 31 Oct 2002 20:14:38 +0100
Víctor Ego Ducrot Primero revisaremos algunos de los tantos casos que demuestran las falacias argumentales de Estados Unidos. Falacias y mentiras similares a las tareas de desinformación desplegadas por Washington para justificar su ataque contra Afganistán después de los episodios del 11 de septiembre pasado, ya que nunca probó la participación de Osama Bin Laden en aquellos atentados. Falacias y mentiras también como las utilizadas en los últimos días respecto de un supuesto peligro de inminentes ataques radioactivos para justificar una inyección de 4.000 millones de dólares en su presupuesto defensivo. Luego analizaremos cuál es la verdadera naturaleza política y cuál la red de intereses que se esconden detrás de la campaña norteamericana en la Triple Frontera, campaña que cuenta con el apoyo de los gobiernos de la región, dependientes y alineados con los intereses del IPG. Caso 1.- El 21 de setiembre del 2001 la BBC de Londres afirmó: en un vasto operativo, efectivos de la brigada especial de la policía paraguaya fuertemente armados y vistiendo pasamontañas detuvieron a catorce libaneses y decomisaron computadoras en la ciudad de Encarnación, en el sur del país. En un despliegue similar en Ciudad del Este, un ciudadano de origen indio fue detenido porque su nombre figura en la lista de buscados del FBI, aunque su abogado aseguró que se trata de un caso de homonimia. El comandante de la policía de Paraguay, Blas Chamorro, explicó que las detenciones son parte de la operación de control redoblado que vienen haciendo las Fuerzas Operativas Policiales Especiales desde los atentados contra las Torres Gemelas y el Pentágono en los Estados Unidos. Días después, las autoridades de Asunción debieron liberar a todos los detenidos porque no consiguieron prueba alguna que sostuviese sus acusaciones. Caso 2.- En tanto, desde Washington, el departamento de Estado de Estados Unidos advertía que la región de la Triple Frontera (donde convergen las ciudades Puerto Iguazú, de Argentina; Fox de Iguazú, de Brasil y Ciudad del Este, de Paraguay) es un foco de movimientos islámicos extremistas. Mencionaron células de Hamas y Hezbollah. Voceros policiales de Paraguay dijeron que en Ciudad del Este se han instalado facciones de grupos como la ultrarradical Al Gammat Al Islamiya (Jihad Islámica), de Osama Bin Laden y de Al Moqwama, del grupo pro iraní Hezbollah, además de la organización pro palestino Hamas. Ni Asunción ni Washington, en ningún caso, ofrecieron pruebas de sus observaciones y acusaciones. Caso 3.- El 19 de noviembre del 2001, el analista Yerko Montero escribió en el periódico La Razón de Bolivia que el presidente del Brasil, Fernando Henrique Cardoso, se reunió con su homólogo norteamericano, George W. Bush, a fin de mantener contactos fluidos sobre los movimientos de los presuntos terroristas islámicos en el punto fronterizo entre Brasil, Argentina y Paraguay. Nuevamente faltaron las pruebas, pues ni Cardoso ni W.Bush pudieron aportarlas. Caso 4.- Sobre el mismo asunto, Montero recuerda el artículo "U.S. Coalition Against Terrorism should include Latin America", del analista político Stephen Johnson, adscrito a la Heritage Foundation, que coincide con la preocupación de los mandatarios y especifica otro tipo de actividad terrorista en la región. La citada nota periodística afirma que diez de las treinta organizaciones que dirige Osama Ben Laden se sitúan en Latinoamérica. En la Triple Frontera, afirma el artículo, Paraguay es un huésped involuntario. Sus despobladas fronteras con Argentina y Brasil han atraído a traficantes de drogas y armas así como a terroristas sospechosos ligados al Grupo Islámico Egipcio, el iraní Hezbollah y el pro palestino Hamas, que circulan en una larga comunidad de inmigrantes, afirma el autor. Además, el propio Johnson sostiene que hay dos tipos de actividad terrorista, la de Cuba y la de Colombia. El primer caso es considerado por el Departamento de Estado norteamericano como país patrocinante del terrorismo al tener capacidad ofensiva en electrónica y armas biológicas. El segundo, tiene como antecedente grupos guerrilleros desde hace 40 años. Desde 1995, el número de rebeldes creció geométricamente y se expandió en la mitad del territorio nacional totalizando más de 1.000 millones de dólares recibidos por año de extorsión y tráfico de drogas, financiados por Bin Laden, y otros grupos terroristas, incluyendo al IRA irlandés y los separatistas vascos. Conviene aquí recordar que el supuesto "terrorismo" biológico cubano fue desmentido por el ex presidente estadounidense James Carter y que nunca nadie probó las "ayudas" financieras de Bin Laden al movimiento revolucionario colombiano. Pero para ir acercándonos a la verdadera naturaleza de este asunto, sería útil continuar con las interpretaciones de los analistas de la ultraderechita Heritage Foundation, los que, más alla de sus intenciones, desnudan los verdaderos propósitos de Washington. Dicen esos expertos: Estados Unidos necesita una política regional que fortalezca la inteligencia norteamericana, desarrolle estrategias de defensa cooperativa, revitalice las economías débiles, realice programas antiterrorismo, y promueva el respeto a la ley. Si falla, dará luz verde a los terroristas para realizar poderosas alianzas en la región al sur de su territorio. Caso 5.- El 14 de enero de este año, las agencias de noticias internacionales informaron que una misión de legisladores estadounidenses llegó a Paraguay para visitar la zona fronteriza con Argentina y Brasil, área que se especula sirve de residencia para grupos extremistas islámicos. Con anterioridad a la visita de los legisladores, Paraguay había recibido, en diciembre último, al coordinador antiterrorista del gobierno estadounidense, Francis Taylor, quien también estuvo en Ciudad del Este. En ambos casos, los jerarcas norteamericanos aseguraron que la Triple Frontera es "un nido" de terroristas islámicos, pero -otra vez- nadie vio las pruebas. Caso 6.- Pese a que ninguna de la investigaciones policiales que vienen hostilizando a los más de 15.000 habitantes de origen árabe que viven en la zona de la Triple Frontera -muchos de ellos inmigrantes de tercera generación- tuvo éxito, la propaganda norteamericana pasa casi sin filtro a través de la prensa internacional. Un ejemplo de ello es el artículo publicado por el diario El Mundo, de Madrid, en el que, después de constatar la existencia de una fuerte actividad comercial informal, que muchas veces se mueve en la órbita del contrabando pero que nada tiene que ver con las "finanzas del terrorismo islámico", su autor se apoya en las repetitivas versiones de Washington, sin ofrecer prueba alguna. El enviado especial de ese periódico español, Ramy Wurgaft, escribió textualmente: "El Federal Bureau of Investigation (FBI) asegura que un porcentaje importante de las ganancias recaudadas llega a las arcas de los grupos islámicos de Oriente Próximo. Francis Taylor, coordinador de la oficina antiterrorista del Departamento de Estado, sostiene que aquí, en el corazón de Suramérica, existen «células dormidas» del Hizbulá e incluso de Qaeda, la organización que dirige Osama Bin Laden. (...). Mucho antes de que se produjeran los atentados del 11 de Septiembre, la Inteligencia norteamericana había informado a los gobiernos pertinentes sobre la existencia en esta zona de un dispositivo que apoya a los terroristas. «Existen fuertes indicios de que la Triple Frontera está sirviendo de santuario a islamistas prófugos. Allí se ocultarían por un tiempo, para luego resurgir bajo una nueva identidad y a veces detrás de una nueva fisonomía, ya que algunos se someten a la cirugía plástica», dice una parte del informe, al que tuvo acceso el rotativo argentino Clarín. Al respecto sólo bastaría con recordar cuán eficaz fueron el gobierno y los servicios de inteligencia norteamericanos a la hora de prevenir los atentados del 11 de setiembre, según se desprende del escándalo que vivió Washington en las últimas semanas, mientras el FBI y la CIA se culpan recíprocamente de falta de eficacia". Caso 7.- Pero el gobierno norteamericano insiste. Hace poco también se sumo la DEA (agencia antidrogas). El 26 de abril pasado, otra vez sin ofrecer prueba alguna, el Jefe de la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA), Asa Hutchinson, aseguro que la zona de la Triple Frontera "sigue siendo un refugio de extremistas islámicos, en particular para miembros de los grupos terroristas Hamas y Hezbollah". El funcionario evaluó que la situación en esa región "pone de manifiesto la facilidad con la que las organizaciones terroristas pueden infiltrarse y asimilarse en otros países y pasar relativamente inadvertidas durante un largo período de tiempo". Durante un informe que días atrás realizó ante la Comisión de Relaciones Internacionales de la Cámara de Representantes estadounidense, el funcionario enumeró a otros grupos terroristas "extremadamente violentos que operan en el Hemisferio Occidental y el mundo entero". Así mencionó a "Sendero Luminoso en Perú y tres grupos designados como terroristas por el Departamento de Estado en Colombia, las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC), el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC)". "Si bien la DEA no apunta directamente a los terroristas", señaló Hutchinson, "tomará como blanco y rastreará a los traficantes de drogas y organizaciones del tráfico involucradas en actos terroristas". Hutchinson no hizo otra cosa que repetir los conceptos enunciados el 11 de octubre del año pasado por el director de la Oficina de Contraterrorismo del Departamento de Estado, Francis Taylor. Esta campaña de desinformación esta avalada por las autoridades del Pentágono. En el artículo "Ciudad del Este", publicado en su número de enero-febrero de este año, la Military Review, portavoz estratégico de las fuerzas armadas y de los servicios de inteligencia de Washington, afirma sin pudor que esa debe ser la línea a seguir para presionar a los gobiernos de la región a favor de las concepciones "antiterroristas" de la administración de George W. Bush. (continuará) ************************************************** Nello change the world before the world changes you because another world is possible
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