AMERICA LATINA:Inmigrantes estrictamente controlados en el Norte




Kintto Lucas

QUITO, 11 sep (IPS) - La cruzada contra el terrorismo desatada tras los
atentados de hace un año en Nueva York y Washington incrementó la
persecución contra emigrantes latinoamericanos en Estados Unidos y Europa,
advirtieron organizaciones humanitarias.

"Hace un año, decenas de latinoamericanos que trabajaban en el World Trade
Center de Nueva York murieron bajo los escombros y hoy otros emigrantes son
víctimas de la deportación por no poseer papeles o por intentar radicarse en
el Norte", señaló en un comunicado la Asociación de Emigrantes Ecuador
Llactacaru.

Datos de la policía indican que en lo que va del año ya fueron detenidos en
América Central o en México unos 12.000 ecuatorianos que pretendían llegar a
Estados Unidos, mientras que el año pasado habían sido 7.000 los apresados.

Para muchos ecuatorianos lograr el "sueño americano" implica un viaje de
seis meses, en condiciones muy precarias y sometidos a vejaciones,
extorsiones y explotaciones, aseguró el embajador de Quito en México,
Gustavo Vega Delgado, ex rector de la Universidad de Cuenca.

Los traficantes de personas, llamados "coyotes", cobran hasta 8.000 dólares
por guiar a los emigrantes sin los documentos necesarios para radicarse en
Estados Unidos, con el agravante que desde el 11 de septiembre de 2001 las
posibilidades de pasar la frontera méxico-estadounidense se han reducido de
modo drástico.

Pero la situación que afrontan los emigrantes latinoamericanos en Europa
occidental tampoco difiere demasiado de los que ocurre en Estados Unidos,
como lo indica la deportación en los últimos dos meses de más de 150
ecuatorianos desde España e Italia.

Llactacaru y otras organizaciones de inmigrantes de Ecuador y Colombia
denunciaron la puesta en marcha de la llamada Operación Ludeco, un plan de
seguridad vigente desde octubre de 2001 para controlar a los inmigrantes en
esos dos países europeos.

El delegado del gobierno español para la Inmigración y Extranjería, Enrique
Fernández Miranda, señaló hace tres meses a Radio Televisión Española que
era necesario incrementar la lucha contra la inmigración ilegal, porque
estaba causando daño a su país.

Fernández Miranda arguyó que la presencia de "células dormidas del
terrorismo fundamentalista", la creciente ola de delincuencia "protagonizada
por ciudadanos extranjeros" y el "cada vez más acuciante" problema de la
prostitución eran lo nuevos frentes de la lucha contra la inmigración
ilegal.

La Operación Ludeco persigue frenar el incremento de actos delictivos
perpetrados por "grupos criminales o individuos procedentes de Ecuador y
Colombia, agregó.

Las actuaciones en el marco de ese operativo implican, entre otras, la
identificación, detención provisional y "fichado policial" de los
inmigrantes ecuatorianos y colombianos en España e Italia que sean
considerados sospechosos de ser delincuentes.

"Este proceder indiscriminado supone la persecución y el hostigamiento de un
amplio colectivo social solamente en función de su aspecto físico y su país
de procedencia, lo cual constituye un clarísimo caso de xenofobia y racismo,
a la par que vulnera derechos humanos fundamentales como la "presunción de
inocencia" y el derecho a la libertad, apuntó Ecuador Llactacaru.

Esa organización de emigrantes también apuntó que, en principio, "ese tipo
de hostigamiento está dirigido contra colombianos y ecuatorianos, aunque
nada hace pensar que dicha práctica no se haga extensible en el futuro" a
cualquier persona o colectivo "diferente" o considerado "problemático".

El plan ha creado gran preocupación en especial entre los trabajadores
ecuatorianos y colombianos que se desempeñan en áreas agrícolas de España,
ya que los furgones en que son trasladados a sus tareas son frecuentemente
interceptados.

En tanto en Italia, bares, mercados, parques y hasta escuelas son blanco de
policías uniformados y de civil que se han dado a la "caza" de quienes
tienen aspecto latinoamericano, según comentaron varios emigrantes a una
radio de Quito.

"Tenemos miedo hasta de salir a la calle a comprar cualquier cosa', dijo
Rosa Cárdenas, una emigrante de la meridional provincia ecuatoriana de
Azuay.

Estudios realizados en Ecuador calculan que unos 600.000 ciudadanos de este
país se han radicado en Nueva York, 60.000 en Washington, 100.000 en Chicago
y otros 100.000 en Los Angeles, mientras que en España viven más de 350.000.

En Estados Unidos, más de 150 organizaciones de la sociedad civil comenzaron
una movilización para proteger las libertades de estadounidenses y de
residentes extranjeros de eventuales excesos de la "guerra antiterrorista"
iniciada por el gobierno de George W. Bush tras los atentados en Nueva York
y Washington.

La alianza estadounidense "En defensa de la libertad", que reúne grupos de
tendencia izquierdista y derechista y hasta una asociación de defensa del
derecho a la posesión y porte de armas, criticó un proyecto de ley que
endurece la política relativa a los inmigrantes.

Mientras, en la III Conferencia Sudamericana de Migraciones, realizada en
agosto en Quito, se presentó un plan regional para afrontar el fenómeno del
flujo de emigraciones en la región y hacia el Norte industrializado y lanzó
una campaña contra el tráfico de personas en América del Sur.

El canadiense Brunson McKinley, director general de la Organización
Internacional para las Migraciones (OIM), organizadora del evento, reclamó
el respeto a los derechos humanos de los inmigrantes más desprotegidos luego
de los ataques del 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos.

El director de la OIM aseguró que esa protección "sólo se puede lograr con
políticas consensuadas" entre los gobiernos de los países de origen de los
inmigrantes y de las naciones receptoras.

McKinley se quejó de las trabas que muchas veces interponen los países
industrializados para el libre flujo de personas desde el mundo en
desarrollo, que se vieron aumentadas después de los atentados que
destruyeron las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono, la sede del
Departamento de Estado, en Washington.

"Aún queda mucho camino para lograr que los seres humanos disfruten de la
libre movilidad, que el mundo globalizado parece haber concedido a los
productos comerciales", puntualizó.

Agregó que es necesario cambiar la percepción de las inmigraciones como un
problema o "peor aún como una amenaza de una parte del mundo hacia otra"

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Nello

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