Messico:Castañeda abre un nuevo capítulo de tensión en las relaciones México-Cuba




 El apoyo privado a las fiestas echa por tierra el argumento de "austeridad"
esgrimido por la SRE

GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL http://www.jornada.unam.mx

La Habana, 2 de septiembre. La decisión de la cancillería mexicana de frenar
a su embajada aquí en la celebración de las fiestas patrias abrió un nuevo
capítulo de tensión en las deterioradas relaciones bilaterales, cuya
explicación esta vez es un enigma.

La orden de la Secretaría de Relaciones Exteriores de que la embajada en La
Habana no organice ni participe en las festividades implica: a) la
cancelación de actividades promovidas por la misión por sí sola o en
conjunto con instituciones cubanas, y b) el obligado desaire del personal
mexicano en La Habana a los actos promovidos por el gobierno cubano.

De acuerdo con la información disponible, el canciller Jorge G. Castañeda ha
decidido arrastrar al gobierno del presidente Vicente Fox a una crispación
infinita en las relaciones con Cuba, hasta el extremo de impedir que el
embajador Ricardo Pascoe asista aquí, por ejemplo, a un festival de
canciones rancheras o a una exposición de artesanías.

La misma línea que en Miami

Esa línea fundamentalista sólo tiene como referente a la ultraderecha
anticastrista radicada en Miami y condena a la embajada mexicana y al
gobierno de Fox al aislamiento, la inmovilidad y la anulación política en la
plaza.

Ni siquiera corresponde a la línea de acción del Departamento de Estado
estadunidense, que desde 1992 mantiene como opción alterna hacia Cuba el
Carril Dos, esquema basado en una intensa relación social y cultural entre
los dos países, con el ánimo de ganar en la isla adeptos a los valores
políticos de Estados Unidos.

Pascoe y otros funcionarios de la misión han rehusado hacer precisiones a la
prensa. Pero la carta que el embajador mexicano distribuyó aquí el viernes
en miles de ejemplares tiene un elemento clave: dice que la cancillería "nos
ha indicado no organizar ni participar en celebración alguna con motivo de
las fiestas patrias".

La Jornada pudo constatar que el origen de esa orden era este lunes motivo
de conjeturas en medios diplomáticos en La Habana y que, con sorpresa, las
autoridades cubanas tomaban nota de la decisión, aunque todos se
preguntaban: ¿por qué?

La primera consecuencia práctica surgió esta mañana. El programa de las
celebraciones iba a ser anunciado públicamente en el Centro de Prensa
Internacional de la cancillería por funcionarios del Ministerio de Cultura y
de la embajada de México. La reunión se canceló ante la obligada ausencia de
los mexicanos.

Un efecto más del arrebato de Castañeda es que deja el protagonismo de la
relación a otros actores. Por ejemplo, en lo inmediato, una delegación de
alto nivel de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, que viene en
misión de trabajo la semana próxima; gobiernos estatales, como los de
Hidalgo, Michoacán y Veracruz, que han comprometido el envío de grupos
artísticos y culturales para las fiestas septembrinas, y los diputados y
senadores que asistirán a la reunión interparlamentaria, programada del 18
al 22 de septiembre próximos.

Los cubanos mantendrán las actividades que habían previsto: un concurso
nacional de interpretación de música mexicana en la Casa de la Música (7 y 8
de septiembre); un ciclo de cine mexicano contemporáneo en las salas Yara y
La Rampa (del 8 al 14); un foro de análisis sobre la presencia artística
mexicana en Cuba, en el Teatro Amadeo Roldán (10) y la presentación del
libro Cartas de Martí a Manuel Mercado, a cargo del escritor Cintio Vitier,
Premio Juan Rulfo 2002, en el Centro de Estudios Martianos.

También siguen en pie un concierto de música virreinal mexicana del grupo
cubano Ars Longa, en la iglesia de San Francisco de Paula (12); una función
de homenaje a Agustín Lara en el Gran Teatro de La Habana (12); un festival
musical en el Teatro América (13); un espectáculo ranchero en el Museo
Etnográfico de Madruga (Provincia de La Habana, 14); un espectáculo ranchero
en el Novotel Miramar (15); una exposición de los fotógrafos Aracelia
Valdivia y Nilo Ramírez en el Centro Nacional de Conservación, Restauración
y Museología (18), y un concurso de música en la Casa Benito Juárez (20).

La embajada, por su parte, cancela la entrega de una bandera de la Armada
mexicana al puerto de La Habana (13); una exposición de pintura y cerámica
en la Casa Benito Juárez (13); la ceremonia del Grito y una verbena popular
en el anfiteatro de la ciudad (15); la colocación de sendas ofrendas
florales en los monumentos a José Martí y Miguel Hidalgo (16) y la recepción
en la residencia del embajador (16).

Aún están en el aire otras actividades originadas en México, pero fuera del
ámbito de decisión de la cancillería, porque son auspiciadas por los
gobiernos estatales, la Universidad Nacional Autónoma de México y la
Autónoma de Guerrero.

Las jornadas culturales mexicanas de septiembre en Cuba son una tradición de
décadas, pero la recepción del día 16 se había convertido en un
acontecimiento singular en el mundo diplomático de La Habana. La nutrida y
prolongada concurrencia de dirigentes políticos, ministros, altos jefes
militares, directores de organismos y empresas, intelectuales y artistas,
había sido un signo de la capacidad de interlocución que tenía en su momento
el embajador mexicano en turno, subrayada por la invariable presencia del
presidente Fidel Castro.

El argumento esgrimido el viernes pasado por la cancillería mexicana, de que
todo se originó en una medida de austeridad presupuestal, fue cuestionado
aquí por fuentes empresariales, que confirmaron a este diario la disposición
de algunas compañías a sufragar los gastos más fuertes de las celebraciones.

Según esas fuentes, ya estaba formalizado el compromiso de apoyo financiero
de la aerolínea Aerocaribe, filial regional de Mexicana de Aviación; de
Cubacel, la operadora cubana de telefonía celular con capital mexicano, y de
las comercializadoras mexicanas Dibermex y Expomayab.

Como todos los años, las festividades mexicanas se preparaban con meses de
anticipación. Apenas en julio pasado llegó a La Habana el nuevo agregado
cultural mexicano, el ex rector de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez
Rubén Lau. A mediados de agosto ya circulaba públicamente aquí el programa
oficial de las celebraciones, lo cual indica que era conocido por Relaciones
Exteriores en México.

¿Por qué la cancelación casi a última hora? ¿Para qué?

Estas son las preguntas del caso.

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Nello

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