AGRICOLTURA: gli USA impongono la legge del piu' forte



EEUU impone la ley del más fuerte

Raúl Pierri

MONTEVIDEO, 9 may (IPS) - Una ola de indignación desató en América del Sur y
Europa la ley agrícola aprobada por el Congreso legislativo de Estados
Unidos, autoproclamado campeón del libre comercio, que incrementa casi 80
por ciento los subsidios para el sector.
Argentina y Brasil anunciaron que recurrirán a la Organización Mundial del
Comercio (OMC), mientras Uruguay, otro país agropecuario, todavía estudia
los pasos a seguir.
La ley agrícola (Farm Bill), derogatoria de una norma de 1996 que restaba
beneficios públicos a los agricultores, establece un aumento de casi 80 por
ciento a los actuales subsidios, que llegarán así a sumar 170.000 millones
de dólares en los próximos 10 años.
El proyecto había sido aprobado el viernes pasado por la Cámara de
Representantes, y el Senado, dominado por legisladores del Partido
Demócrata, lo sancionó el miércoles por 64 votos contra 35.
La OMC prohíbe que los incentivos agrícolas de Estados Unidos excedan los
19.100 millones de dólares anuales, por lo que la nueva ley ordena al
Departamento de Agricultura que ajuste los subsidios dentro de esos límites.
La ley garantiza a los agricultores estadounidenses un ingreso más estable
al aumentar los subsidios para los granos y el algodón, además de restaurar
los incentivos a la producción de lana y miel, leche, maní y lentejas.
También prevé un incremento de casi 80 por ciento para el gasto en programas
destinados a la conservación de tierras, en beneficio de los ganaderos y
granjas de frutos y vegetales, históricos huérfanos de la protección
oficial.
El presidente George W. Bush prometió promulgr la ley, pese a las críticas
de Australia, Canadá, la Unión Europea y en especial de países agropecuarios
sudamericanos, cuyo desarrollo depende en gran medida de las exportaciones
de ese sector.
Las esportaciones agropecuarias de Argentina representan 52 por ciento del
total nacional, las de Bolivia, 39 por ciento, las de Brasil, 33 por ciento,
las de Chile, 15 por ciento, las de Colombia, 37 por ciento, las de Ecuador,
67 por ciento, las de Perú, 24 por ciento, y las de Uruguay, 55 por ciento.
Varios gobiernos criticaron la contradicción entre el discurso liberal y las
políticas internas de Washington.
Estados Unidos apoyó en septiembre un llamado del Grupo de Cairns, integrado
por 18 países agropecuarios, a una profunda reforma del sistema
internacional de comercio y a eliminar "todas las formas de ayuda interna
que (lo) distorsionan".
El representante (ministro) de Comercio Exterior estadounidense, Robert
Zoellick, aseguró el martes que la ley agrícola no debe poner en duda la
intención del gobierno de Bush "de eliminar los subsidios a las
exportaciones y mejorar el acceso a los mercados".
No obstante, reconoció que Washington no hace todo lo que debería por el
libre comercio. "Nos merecemos las críticas que nos hacen. Tenemos que
buscar más apertura", dijo Zoellick.
El canciller de Brasil, Celso Lafer, anunció que prepara un arsenal legal
contra Estados Unidos para presentar ante la OMC, pues la ley afecta las
exportaciones de su país, en particular las de soja.
Brasilia calculó en 9.600 millones de dólares las pérdidas que sufrirá en
los próximos cuatro años a causa de la nueva ley agrícola, que aumentará
drásticamente la oferta estadounidense y le hará perder mercados a los
exportadores sudamericanos.
Por su parte, el secretario de Agricultura de Argentina, Rafael Delpech,
afirmó el miércoles que Buenos Aires "no se va a quedar de brazos cruzados
si los ingresos de los productores se deterioran por los elevados subsidios
agrícolas" estadounidenses.
Delpech advirtió que la ley aprobada el miércoles causará "daños profundos
en el comercio internacional" y anunció que su país también recurrirá a la
OMC.
El ministro de Agricultura de Uruguay, Gonzalo González, todavía estudia la
nueva norma estadounidense, pero el sector productivo uruguayo ya reaccionó
con dureza.
"La ley nos crea un escepticismo muy grande sobre las negociaciones que
Estados Unidos estaba llevando a cabo con Uruguay para un acuerdo comercial"
, dijo a IPS el vicepresidente de la uruguaya Asociación de Cultivadores de
Arroz, Hugo Manini Ríos.
"No se le puede cerrar la puerta a un país que quiere trabajar en lo que
tiene que trabajar. Hay una falta de sensibilidad hacia los países
emergentes, cuya principal opción para el desarrollo es la producción
agropecuaria. No podemos estar regidos por la ley del más fuerte", añadió el
dirigente.
Manini Ríos advirtió que la ley estadounidense dañará a los productores
brasileños de soja y algodón, que podrían volcarse a la producción de arroz,
que competirá con cultivos uruguayos, originando así en un "círculo vicioso
que producirá un desastre" en el Cono Sur de América.
Mientras, el premio Nobel de Economía estadounidense Joseph Stiglitz dijo
que la ley agrícola aprobada el miércoles "es la perfecta ilustración de la
hipocresía del gobierno de Bush" en relación con la libertad comercial.
La norma también causó malestar en los más cercanos aliados de Estados
Unidos, como Canadá, su principal socio en el Tratado de Libre Comercio de
América del Norte (TLCAN).
El ministro de Agricultura canadiense Lyle Vanclief dijo que los subsidios
serán "un serio golpe para la credibilidad de Estados Unidos" en la próxima
ronda de comercio mundial, acordada por la IV Conferencia Ministerial de la
OMC celebrada el año pasado en Doha.
Los subsidios también podrían afectar la competitividad de Australia en
Asia, principal destino de muchos productos agropecuarios estadounidenses.
Varios senadores del gobernante Partido Republicano se habían opuesto a la
iniciativa porque implicaba un enorme costo financiero y un paso atrás en la
política de liberalización comercial, y el propio Bush la había rechazado en
un comienzo por su temor a que causara una sobreproducción.
Pero Bush reconoció la importancia de la ley de cara a las elecciones
legislativas de noviembre, en las que estados agropecuarios como Arkansas,
Dakota del Sur, Georgia, Iowa, Minnesota y Missouri pueden determinar que la
mayoría del Senado siga en manos demócratas.
La diferencia a favor del Partido Demócrata en la cámara alta es hoy de un
solo voto.
"De ahí que tanto actuales senadores como nuevos aspirantes quieran
proyectar una imagen positiva ante los agricultores, incluso si sus
intereses están en conflicto con pares del mismo partido o si significan dar
la espalda a la ley de 1996 que dio inicio a una nueva era en la agricultura
de Estados Unidos", señaló esta semana el diario The Miami Herald.
Además, para obtener la reelección en 2004, Bush necesita mantener los votos
que ganó en esos estados del centro y el sur del país
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Nello

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