AMERICA LATINA INFANCIA-:Cada vez más niños al trabajo



Abraham Lama

LIMA, 6 may (IPS) - Unos 20 millones de niños, niñas y adolescentes de 5 a
17 años de América Latina, uno de cada cinco, trabaja para sobrevivir o
ayudar a sus familias, advirtió este lunes en la capital peruana la
Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El trabajo infantil, una violación flagrante de los derechos del niño, es
consecuencia de la pobreza, por lo cual se perpetúa y compromete el
crecimiento económico y social equitativo.
La comunidad internacional desarrolla una intensa campaña, promovida por la
OIT, para eliminar el trabajo infantil, desde la adopción en 1989 de la
Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño.
El informe anual de la OIT, titulado "Un futuro sin trabajo infantil", da
cuenta de la situación mundial del trabajo de los menores de 18 años, así
como del nivel de compromiso de los gobiernos para erradicarlo y los avances
al respecto de cada país.
El documento aclara los limites conceptuales de la campaña mundial por la
abolición del trabajo infantil, precisando que no incluye todos los tipos de
actividades económica realizadas por menores de 18 años.
Esta precisión es flexible y toma en cuenta las diferentes circunstancias
locales y culturales, así como la voluntad de los padres de familia de
contribuir con la formación y capacitación de sus hijos, permitiéndoles
realizar ciertos tipos de labores económicas admisibles.
"Millones de niños en el mundo realizan trabajos legítimos, remunerados o
no, que son adecuados para su edad y grado de madurez, y al realizarlos
aprenden a asumir responsabilidades, adquieren aptitudes y ayudan a sus
familias", señaló Agustín Muñoz, el director de la OIT para América Latina.
Los convenios 138 y 182 de la OIT, suscritos por todos los países miembros,
señalan las categorías de trabajo que debe abolirse.
Uno de los tipos de trabajo que debe desaparecer es el realizado por niños
que no alcancen la edad mínima según la legislación nacional y las normas
internacionales, que en Europa es de 15 años y en América Latina de 14 años.
También deberá eliminarse todo tipo de trabajo peligroso que ponga en riesgo
el bienestar físico, mental o moral del niño, ya sea por la propia
naturaleza de la actividad o por las condiciones en que se realiza.
El convenio 182 de la OIT contempla la abolición de la esclavitud, los
trabajos forzados, la servidumbre por deudas, el reclutamiento forzoso en
conflictos armados, la prostitución, la pornografía y las actividades
ilícitas de niños, niñas y adolescentes.
El estudio de la OIT agrega que los 10 países de América del Sur, además de
asumir el compromiso de erradicar progresivamente el trabajo de niños
menores de 14 años, han aceptado formar parte del Programa Internacional
para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC).
Cincuenta por ciento de los niños y niñas trabajadores de América Latina,
sacrificando sus derechos a la educación y al desarrollo físico, mental y
moral, se concentran en las comunidades agrícolas, según la OIT.
A menudo, los menores trabajan en condiciones de abuso. Noventa por ciento
reciben un ingreso menor o igual al mínimo legal y muchos ni siquiera
reciben paga alguna, pues se integran en la categoría de trabajo familiar no
remunerado.
Mientras, el servicio doméstico en hogares de terceros constituye una forma
de trabajo infantil virtualmente invisible, amparado en una permisividad
cultural que encubre condiciones de explotación extrema o servidumbre.
En cuanto a la proporción de menores de 14 años que trabajan en América
Latina, Paraguay, con casi 40 por cuento, encabeza la lista, mientras el
índice de Chile es el más bajo, con 1,93 por ciento.
En el segundo puesto, con 20 por ciento, figuran Bolivia, Ecuador y Perú,
mientras el resto se sitúan entre 14 y ocho por ciento de los menores de 14
años en el mercado de trabajo.
El trabajo infantil tiene impacto negativo en la educación. Apenas 25 por
ciento de los niños y niñas trabajadores de América Latina asisten a la
escuela, proporción que se reduce a 15 por ciento en las áreas rurales,
según la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el
Caribe (Cepal).
"De los niños latinoamericanos que trabajan, sólo 50 por ciento concluyen la
educación primaria y menos de 20 por ciento la secundaria", informó el jefe
de estudios del área andina de Cepal, Eduardo Araujo.
Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú,
Uruguay y Venezuela han constituido comités nacionales del IPEC y se han
comprometido a mejorar los sistemas de información estadística sobre trabajo
infantil.
Bolivia, Perú, Uruguay y Venezuela aún no han desarrollado secciones
especiales al respecto en sus encuestas oficiales de hogares. Sin embargo,
las autoridades de la región confían en que los sistemas de información en
la materia serán homogéneos en los próximos años.
Los expertos admiten que el trabajo infantil no podrá erradicarse totalmente
mientras subsistan las elevadas pobreza y pobreza extrema y la desocupación
de los adultos, pero se espera que los gobiernos ejerzan en los próximos
años una voluntad política real en ese sentido.
"Se ha pedido a los gobiernos" de los países en que es más grave el trabajo
infantil "para que se fijen metas y plazos" hacia su reducción, informó el
ministro de Trabajo de Perú, Fernando Villarán. El gobierno de este país se
propone lograrlo en 10 años, agregó

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Nello

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