VENEZUELA: Un coronel infunde nueva energía a la oposición



Andrés Cañizález

CARACAS, 8 feb (IPS) - El apoyo de las Fuerzas Armadas de Venezuela al
gobierno de Hugo Chávez, uno de los principales pilares en que se sostiene
la "revolución bolivariana" comenzada hace tres años, fue puesto a examen
tras la intervención de un coronel en servicio activo que pidió la dimisión
del mandatario.

El coronel de aviación Pedro Soto se presentó en un hotel de Caracas, donde
los principales medios de comunicación del país realizaban un foro sobre la
libertad de expresión, y solicitó la renuncia de Chávez, a quien acusó de
manipular políticamente a las Fuerzas Armadas y de encabezar un gobierno "no
democrático".

La duda a aclarar consiste en si Soto actuó por su sola cuenta o si, en el
caso extremo, sus palabras representan un estado general de opinión en las
Fuerzas Armadas. El coronel dijo que representaba a 75 por ciento de
oficiales, pero se presentó solo en la conferencia y se negó a identificar a
otros militares descontentos con Chávez.


El punto es crucial para el gobierno venezolano. Chávez, un militar
retirado, no cuenta con una organización política sólida, pues su partido,
el Movimiento V República, fue creado con fines expresamente electorales y
comprende una heterogeneidad de actores políticos y militares.

Un número importante de puestos de confianza en el Poder Ejecutivo es hoy
ocupado por militares activos o en situación de retiro. Las Fuerzas Armadas,
a través del llamado Plan Bolívar, prácticamente coordinan la mayor parte de
la política social en el país, en lo cual pone énfasis el jefe de Estado.

La aparición pública de Soto, un militar desconocido hasta este jueves,
provocó un estado de protestas y manifestaciones públicas, principalmente en
la capital.

Varias semanas de manifestaciones callejeras de la opisición precedieron el
episodio de este jueves. La oposición, aplastada por los triunfos
electorales iniciales de Chávez, ha despertado con vigor. La pérdida de
popularidad del presidente se observa especialmente en Caracas.

La oposición es una masa aún no solidificada de partidos políticos y
organizaciones de la sociedad civil y de empresarios, y no tiene un
liderazgo claro.

Chávez, un presidente dado a apariciones públicas, ya sea por mediación de
la radio y la televisión, o directamente, en manifestaciones callejeras,
como lo hizo el lunes, para conmemorar los 10 años del fallido golpe de
Estado que le dio notoriedad y apoyo para ganar la presidencia en
elecciones, este jueves optó por el silencio.

El mandatario permanece en sus oficinas del Palacio de Miraflores, sede del
Poder Ejecutivo, mientras ministros y líderes del oficialismo intentaban
restar trascendencia al caso de Soto y a las manifestaciones de la
oposición.

Pero los portavoces del oficialismo también llamaron a los partidarios del
gobierno a salir a la calle para renovar su compromiso con la revolución
bolivariana.

El alto mando militar y el gobierno mantuvieron reuniones hasta la madrugada
de este viernes, después de conocerse la denuncia de Soto y luego de que el
intento de detención del coronel causara demostraciones callejeras en su
apoyo y en contra de Chávez.

Otra pregunta que flota entre los analistas del país es sobre las vías para
superar el clima de polarización política que rodea la gestión presidencial
de Chávez desde fines del año pasado.

Lógicamente, esa efervescencia política, salpicado de rumores constantes, no
es el mejor ambiente para el gobierno, que se ha empeñado en reformas
institucionales y sólo ahora, después de tres años de actuación, encaraba
los problemas sociales.

La mayoría de los 23 millones de habitantes de Venezuela viven por debajo de
la línea de pobreza.

Nello

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