Argentina: scoppia il conflitto sociale



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El argumento siempre es el mismo: que no tienen nada que poner en la mesa
las próximas navidades. Pero la novedad es geográfica. Los reclamos por
alimentos llegaron al Gran Buenos Aires donde miles de personas rodearon
cuatro supermercados hasta que el gobierno provincial les prometió planes
Trabajar y algo de comida. También hubo tensión en Mendoza, Salta y
Concordia y en Rosario la policía se enfrentó con los indigentes.
  Después de los saqueos del fin de semana, la situación es cada vez más
frágil en Concordia, Rosario y Mendoza, pero la novedad más importante es
que los conflictos por la falta de alimentos llegaron al Gran Buenos Aires.
Grupos de desocupados se concentraron frente a los supermercados Auchán,
Makro, Vital y Carrefour de Quilmes, y las protestas sólo se desactivaron
mediante promesas de envío de comida y el pago de planes Trabajar. Mientras
tanto, el Ministerio de Desarrollo Social dispuso enviar 200 mil kilos de
comida para las zonas en conflicto, apostando a enfriar los ánimos.
En Concordia, escenario de copamiento de negocios durante los últimos días,
dos mil personas se instalaron en la playa de estacionamiento del
supermercado Norte. La tensión sólo comenzó a aflojar cuando el director de
Asistencia Social provincial, Héctor Londra, informó que 8 mil familias de
la ciudad recibirán ayuda del gobierno entrerriano.
En Mendoza, los saqueos se evitaron a duras penas. En la capital provincial
y en las localidades de Las Heras y Guaymallén, la policía frustró los
intentos de distintos grupos que intentaron ingresar a los supermercados.
Según fuentes policiales, hubo 15 personas detenidas por estos hechos, entre
los cuales están dos militantes peronistas vinculados a un concejal de esa
fuerza. En Salta, donde muchos recuerdan los piquetes de Tartagal y General
Mosconi, se redobló la presencia policial en los supermercados de la
capital, y en Rosario los pedidos fueron reprimidos a balazos (ver aparte).
El Ministerio de Seguridad bonaerense aseguraba manejar un informe de
inteligencia que advertía que se iban a multiplicar los reclamos por
alimentos. El fantasma de los saqueos asusta al Gobierno nacional, porque le
recuerda los últimos meses de Raúl Alfonsín en 1989, pero también a Carlos
Ruckauf. Además del informe que posee el ministro Juan José Alvarez, el
vicegobernador Felipe Solá negocia con los hipermercados la distribución de
bolsas de comida junto a la Corriente Clasista Combativa (CCC), para
ahuyentar posibles desbordes. Sin embargo, el problema se presenta con
aquellos pobres no encuadrados en esa organización.
Precisamente ayer fue la Coordinadora de Trabajadores Desocupados (CTD)
Aníbal Verón la protagonista de la protesta en Quilmes, ciudad gobernada por
el aliancista Fernando Geronés. Unas dos mil personas exigieron comida
frente al supermercado Auchán. Luego fueron al Carrefour de la Avenida
Calchaquí, en donde permanecieron hasta el atardecer. La CTD es un grupo
mucho más intransigente que la CCC y que la Federación de Tierra y Vivienda
que conduce Luis D'Elía, a quienes aquella acusa de ser una "burocracia
piquetera".
En Quilmes, recién cerca de las 20 una asamblea de los desocupados decidió
aceptar la propuesta tripartita hecha por la Nación, el gobierno bonaerense
y los supermercados: que se distribuyan entre los manifestantes 3 mil
bolsones de alimentos frescos de 20 kilos cada uno, y que el viernes se
salden los pagos adeudados por los planes Trabajar.
"Es una situación gravísima la que se vive por la situación económica, por
la recesión, en resumen, por el estado de necesidades básicas que no están
satisfechas", dijo el sacerdote y dirigente de la CTD Alberto Spagnolo."
Hace seis meses que venimos reclamando alimentos y no tenemos respuestas a
los reclamos; seguimos sin un plan alimentario en serio", agregó.
Pero el tema no está cerrado. "Si no se cumple con lo acordado, el miércoles
estaremos con el plan de lucha nuevamente en la calle", señaló Spagnolo, y
advirtió que "si el Gobierno y la clase política siguen sin oír los reclamos
de los pobres y los desocupados, desgraciadamente, estamos yendo hacia
estallidos sociales mucho más graves aún antes de fin de año".
En el Carrefour de Avellaneda, un distrito donde es intendente el frepasista
Oscar Laborde, cerraron sus puertas a las 18, ante la presenciade grupos de
desocupados que también pedían comida. Al levantarse la protesta en Quilmes,
ellos hicieron lo mismo.
"Es muy difícil que tanto la provincia como la Nación cumplan con lo que
pedimos", asumía un colaborador de la CTD. "Por lo tanto, lo más probable es
que el miércoles volvamos a reclamar", decía, en sintonía con Spagnolo.
Por su parte, el Gobierno nacional observa con creciente preocupación el
encadenamiento de protestas. Saben que las deudas que todavía mantiene con
las provincias es uno de los causantes del problema. Ante ese panorama, el
Ejecutivo apuesta a que el envío de comida y la regularización de los pagos
de los planes Trabajar puedan descomprimir la situación. Además, confían en
que la decisión de Domingo Cavallo de permitir extraer 500 pesos más de las
cuentas bancarias de sueldos inyecte efectivo y se calmen algo los ánimos.
Con los saqueos del fin de semana dando vueltas en el ambiente, el Gobierno
apostó a la promesa de enviar alimentos a las provincias en conflicto a
través del Desarrollo Social. Según informaron en esa cartera, Sartor
dispuso mandar 200 mil kilos de comida a Santa Fe, Entre Ríos y Mendoza.
Precisamente ayer el ministro estuvo reunido por la tarde con el gobernador
mendocino, Roberto Iglesias, mantuvo contactos telefónicos con el mandatario
entrerriano Sergio Montiel, y hoy tiene previsto recibir al mediodía al
santafesino Carlos Reutemann.
El ministro de Trabajo, José Dumón, había revelado que las instrucciones de
Fernando de la Rúa son "colaborar codo a codo con las provincias que tienen
problemas".



Nello

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