Argentina: l chiesa critica e preoccupata



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LA IGLESIA CRITICO A LA DIRIGENCIA Y ALERTO SOBRE LA SITUACION SOCIAL
"Una deuda que puede derivar en anarquía"

Los obispos emitieron un documento donde se remontaron a la génesis de la
crisis social, resaltando el papel del Estado, hoy ausente, y negando que
vayan a ocupar el papel de mediadores. Dura crítica al neoliberalismo.

Monseñor Karlic, titular de la Comisión Episcopal, dio a conocer el nuevo
documento de la Iglesia.


Por W. U.

 Al finalizar una semana en la que se multiplicaron los contactos entre las
máximas autoridades de la Iglesia Católica y representantes políticos,
sociales y religiosos, los obispos dieron a conocer ayer un comunicado en el
que, utilizando palabras del papa Pablo VI, advierten a los dirigentes
argentinos que "no olviden que ciertas crisis de la historia habrían podido
tener otras orientaciones si las reformas necesarias hubiesen prevenido
tempestivamente, con sacrificios valientes, las revoluciones explosivas de
la desesperación". El documento, de apenas tres carillas y con el título
"Queremos ser Nación", es un llamado a la responsabilidad de todos los
sectores sociales en la búsqueda de soluciones para la crisis. En el mismo
los obispos señalan que "no queremos ocupar un lugar que no nos corresponde"
, en clara alusión al pedido que algunos les plantearon para que actúen como
mediadores.
El texto de la jerarquía católica comienza advirtiendo sobre el sentido
mismo de la crisis, para señalar que es "inédita" e "histórica" y que
"supone un largo proceso de deterioro en nuestra moral social, la cual es
médula de la Nación, que hoy corre el peligro de quedar paralizada". Afirman
también que el éxito en la "reconstrucción" sólo se alcanzará si se asume
que la crisis es "fruto del propio actuar" y no se pierde tiempo "en
responsabilizar de la misma sólo a los otros".
Dirigiéndose "a los que han recibido más bienes materiales o gozan de
privilegios" los obispos de la Comisión Permanente les recuerdan "un
principio básico de la moral: que el derecho de propiedad no debe jamás
ejercitarse con detrimento de la utilidad común". Y agregan que "si se
llegase al conflicto entre los derechos privados adquiridos y las exigencias
comunitarias primordiales, toca a los poderes públicos procurar una solución
con la activa participación de las personas y de los grupos sociales". A los
trabajadores los obispos les recuerdan "el principio del bien común" que
respetado "hace que sean justos sus reclamos" y que por fuera del mismo las
demandas corran el riesgo de convertirse en "injusta agresión contra el todo
social, y pueden dificultar grandemente la reconstrucción de la Argentina".
Desde el punto de vista doctrinario, el documento episcopal crítica tanto al
"endiosamiento del Estado" del que "surgió una interpretación cuasi mágica
del Estado que todavía hoy inmoviliza al hombre argentino", como al
"envilecimiento del Estado, propio del más crudo liberalismo". Respecto de
esta última perspectiva dicen que "alarmados por los peligros del estatismo,
se procedió a vender las empresas del Estado, pero sin un diseño racional
del mismo" y sin tener en cuenta que el propio Estado "es un instrumento
creado para servir al bien común, y para ser el garante de la equidad y de
la solidaridad del entramado social". Agregan además que "tampoco se
organizó previamente una red adecuada de contención social, dando lugar a la
marginalidad y a la exclusión creciente".
Los obispos católicos caracterizan la situación como "deuda social" que
"grava el futuro de nuestro pueblo" y que "amenaza derivar en anarquía
social de imprevisibles consecuencias". En la base de los problemas actuales
se ubican dos "enfermedades" aseguran: "la evasión de los impuestos, y el
despilfarro de los dineros del Estado, que son dineros sudados por el
 pueblo" que "comprometen la equidad social y la justa distribución del
ingreso".
A la hora de reclamar acciones los obispos comienzan señalando a los propios
cristianos que "no estamos exentos de responsabilidad en esta crisis" y que
por lo tanto "debemos cotejar nuestra conducta social con el Evangelio,
asumir nuestro puesto en la superación de la misma, aún a precio de grandes
sacrificios, y crecer en nuestra conciencia como ciudadanos". Y para no
quedarse afuera de la autocrítica los obispos dicen que ellos mismos deben
revisar su forma de actuar, examinado el contenido y la "pedagogía" de sus
anuncios pero sin pretender "ocupar un lugar que no nos corresponde". Por
tal motivo el Episcopado pide "a todos losactores sociales que actúen según
su responsabilidad en el marco de las instituciones republicanas" y exhorta
a los dirigentes a actuar con "magnanimidad" y con "generosidad".



Nello

www.peacelink.it/tematiche/latina/latina.htm