[Disarmo] "Integrity Initiartive": Españoles trabajando para el M-15 y M-16




Ricevo e giro da Ojos para la Paz

Jure Eler

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Da: p.delablanca
Data: 22-ago-2019 10.50
Ogg: INTEGRITY INITIATIVE, ESPAÑOLES TRABAJANDO PARA EL M-15 Y M-16

Ojos para la Paz
Dicen que hay mal vendidos, que hay mala gente a patadas por este mundo. Es el caso del llamado "Integrity Initiative", un apéndice de loe servicios secretos británicos, M-15 y M-16, que se creó en España bajo la paranoia ....¡de combatir a Rusia!. Y aquí los tenemos: NICOLÁS DE PEDRO, BORJA LAS HERAS, Y QUIQUE BADÍA MASSONI, tres perlas que deben cobrar demasiado dinero para dedicarse a trabajar para un mafioso gobierno extranjero.

¿QUÉ ES EL "INTEGRITY INITIATIVE"?
UN SERVICIO SECRETO DE PROPAGANDA ANTIRUSA PARA LA PROMOCIÓN DE UNA NUEVA GUERRA FRÍA.
INTERFIRIÓ EN EL GOBIERNO ESPAÑOL PARA IMPEDIR EL NOMBRAMIENTO DE PEDRO BAÑOS COMO RESPONSABLE DEL DEPARTAMENTO DE SEGURIDAD NACIONAL DE LA PRESIDENCIA DEL GOBIERNO. DE "INTEGRITY" NADA DE NADA.
HAY QUE DESENMASCARARLOS
(Canarias Semanal)
Este servicio secreto internacional, con sede en el Reino Unido, posee plena capacidad para interferir en la política española
Gracias a la filtración de sus documentos internos, conocemos los objetivos, los integrantes, las operaciones encubiertas y las fuentes de financiación de este instrumento de propaganda anti-Rusia llamado Integrity Initiative, que funciona bajo el paraguas del think tank británico Institute for Statecraft. Los mismos documentos han revelado cómo influyó este servicio secreto en el nombramiento del director del Departamento de Seguridad Nacional de la Presidencia del Gobierno de España. Pero nada de esto fue noticia en los grandes medios.
Por TITA BARAHONA(*) PARA CANARIAS SEMANAL
Hace siglo y medio, Marx y Engels señalaban que el Estado es el consejo de administración que rige los intereses colectivos de la clase burguesa. Esto es hoy quizás más evidente que nunca, como lo es que la concentración de capital y la amplitud de la miseria han alcanzado niveles sin precedentes. Las grandes corporaciones financieras y empresariales mantienen estrechos lazos con los gobiernos de los Estados, que las protegen, subvencionan y les facilitan importantes mercados. Una de las manifestaciones de esta alianza es lo que en Estados Unidos es denominado “complejo militar-industrial”, en el que confluyen compañías privadas - de armamento, entre otras -, fuerzas armadas y policiales, servicios de inteligencia y una densa nube de burocracia. Este complejo opera dentro y fuera de las fronteras nacionales, y ahora también en el ciber-espacio, lo que se llama “guerra híbrida”. La propia reproducción y el crecimiento de esta gigantesca maquinaria exige el mantenimiento de un mundo bi-polar en permanente enfrentamiento.
Después de la II Guerra Mundial, fue la Guerra Fría entre los países del centro capitalista (liderados por Estados Unidos) y la URSS lo que justificó la carrera de armamentos. Desaparecida ésta, se buscó un nuevo enemigo en el terrorismo islamista. Al mismo tiempo avanzaban a paso veloz y firme las llamadas potencias emergentes, especialmente China y Rusia. Estos dos países, con economías capitalistas que también cuentan con un importante complejo militar-industrial, son los que “Occidente” (léase sobre todo la OTAN) señala ahora como principales amenazas justificativas del aumento del gasto en Defensa. Pese a la indudable mayor importancia de China como competidor económico, es la más cercana Rusia la elegida para presidir el podio de la rivalidad, no sólo por su apoyo a los Estados que figuran en la lista negra de la Casa Blanca, sino también porque, desde el punto de vista político-ideológico, su reciente pasado soviético facilita la reconstrucción de una nueva atmósfera de Guerra Fría, en la que armar, a la vez, un eficaz instrumento de control social.
Las “fuerzas del mal” habitan en el Kremlin
En los últimos años y sobre todo en los países anglófonos, se viene esparciendo en todas direcciones el eslogan de que Rusia es una amenaza a la seguridad de Occidente y a sus “valores” democráticos (más falsos que moneda de madera). En Estados Unidos, este eslogan ha dado pie a una histérica campaña anti-rusa aliñada con teorías conspirativas de todo tipo, en las que participan tanto republicanos como demócratas. Ya la derrota de Hillary Clinton frente a Donald Trump lo atribuyó la oligarquía demócrata a la “interferencia” del presidente ruso, Vladimir Putin. A partir de ahí, los medios corporativos se dedicaron a señalar a Moscú como responsable de un sinnúmero de desgracias nacionales, como informamos en otro lugar. 1 Hasta el reciente, alegado suicidio del millonario pedófilo Jeffrey Epstein, algunos locutores de la cadena “progre” MSNBC lo han atribuido a la injerencia de Putin -que no es, dicho sea de paso, santo de nuestra devoción, ni lo creemos en posesión de dones sobrenaturales-. Según la versión oficial, para operar estas maldades, el Kremlin se vale de la “desinformación” o “noticias falsas” que difunde en las redes sociales y otros sitios de Internet, aparte de sus cadenas RT y Sputnik.
La rusofobia creó su opuesto, la rusofilia; porque ya el asunto se ponía en términos de esas polarizaciones o dicotomías planas características de la ideología dominante. Así, toda persona, grupo o institución que cuestione cualquier aspecto de la política económica, social o exterior del Imperio occidental, es sistemáticamente etiquetado de pro-ruso. Posee el mismo carácter y finalidad que la etiqueta anti-semita, que automáticamente recae sobre quienes critican al Estado de Israel. En Reino Unido, el establishment conservador acusa al líder laborista Jeremy Corbyn de ser anti-semita además de un “tonto útil de Putin”. Al parlamentario escocés, Neil Findlay, por protestar la visita oficial del político de extrema derecha ucraniano, Andriy Prubiy, -fundador de dos partidos neo-nazis- se le dijo que estaba transmitiendo “el mensaje del Kremlin”.2 El Washington Post llegó a publicar una lista negra de medios (todos críticos con la política exterior estadounidense) acusados de trabajar para el Kremlin. Y los gigantes tecnológicos como Facebook, que junto a Google y Amazon ya forman parte del complejo militar-industrial de Occidente, aplicaron algoritmos para arrinconar a estos medios en los buscadores. 3
Integrity Initiative: desinformación para combatir la desinformación
En toda esta propaganda anti-Rusia tiene mucho que ver el complejo militar-industrial británico, incluidos sus servicios secretos M-15 y M-16. Lo prueban los documentos de uno de sus órganos, el llamado Integrity Initiative, que fueron filtrados en 2018, supuestamente por Anonymous Europa. 4 Este órgano funciona como un servicio secreto que tiene en nómina a periodistas, académicos, políticos y militares en cada uno de los Estados donde tiene instaladas sus células (“clusters”). Estos son, aparte del Reino Unido, España, Francia, Alemania, Italia, Grecia, Países Bajos, Lituania, Noruega, Serbia, Montenegro, y se están formando otras en EEUU, Canadá y más países de la Europa del Este.
Según sus documentos, Integrity Initiative tiene por finalidad “ofrecer una respuesta coordinada de Occidente a la desinformación de Rusia y otros elementos de la guerra híbrida”. Pone, además, especial interés en influir la opinión pública dentro de Rusia y otros espacios ruso-parlantes. En realidad, se trata de presentar al gobierno ruso como una amenaza a la seguridad mundial, especialmente a la europea, con el fin de crear un ambiente de neo-guerra fría que genere aceptación social al incremento del gasto de Defensa y la permanencia/integración en la OTAN.
Integrity Initiative se creó en 2015. Su fundador fue Chris Donnelly, ex-consejo de Margaret Thatcher entre otros políticos británicos, asistido por funcionarios de la OTAN. Se financia en gran medida con dinero público, ya que recibe fondos del British Foreign and Commonwealth Office, la propia OTAN, el Ministerio de Defensa de Lituania, el Departamento de Estado de EEUU, Facebook y la Fundación Smith Richardson, relacionada con think tanks militaristas como el American Enterprise Institute y el Institute for the Study of War, e implicada en el diseño de la “guerra contra el terror” tras los antentados del 11-S. Las células que se están creando en Estados Unidos son promocionadas por conocidas figuras de extrema derecha como Gorka Sebastian, declarado admirador de la orden proto-fascista húngara, Vitezi Rend, que colaboró con la Alemania nazi durante la ocupación de Hungría.5
Integrity Initiative funciona bajo el paraguas de un think tank con sede en Inglaterra pero registrado en Escocia, llamado Institute for Statecraft, hasta ahora totalmente desconocido. Se dedica a buscar -y si no la encuentra, a fabricar- para su publicación “evidencia” de la interferencia rusa en los asuntos europeos. Para ello tiene un departamento de investigación en el que se estudia cómo llevar a cabo de forma efectiva campañas de desinformación online. Otra de sus tácticas es organizar eventos públicos, como la conferencia celebrada recientemente en EEUU bajo el título “Cold War Then and Now?” (¿Guerra Fría Entonces y Ahora?), que contó con la asistencia de militares británicos, oficiales de la OTAN y nacionalistas urcranianos. Una tercera táctica es coordinar campañas de desinformación online para impedir que se nombre a personas etiquetadas como “pro-Kremlin” para cargos importantes, como han logrado hacer recientemente en España.
La célula española de Integrity Initiative interfiere en nombramientos de alto nivel. Interferir para combatir la interferencia. Cuando Pedro Sánchez se estrenaba como presidente del gobierno español, el 7 de junio de 2018, pensó en el coronel Pedro Baños para dirigir el Departamento de Seguridad Nacional del Gabinete de la Presidencia del Gobierno. Baños es parte de esa minoría de militares y políticos que se opone a la provocación militar y las sanciones contra Rusia, postura que comparte con sectores de las clases dirigentes de Alemania y Francia. Esto encendió las alarmas en Integrity Initiative, que vio en el coronel español una amenaza a los intereses del Reino Unido y un obstáculo a la campaña anti-Rusia.
Siempre según los documentos filtrados, a medio día del referido 7 de junio, la célula española de Integrity Initiative se entera -por soplos procedentes del PSOE- de que “una conocida voz pro-Kremlin, Pedro Baños, va a ser oficialmente nombrado el día 9 director del Departamento de Seguridad Nacional.” Entonces se pone en marcha un operativo coordinado entre las células española y británica, que incluye “[preparar] un dossier para llevarlo a los principales medios. El grupo mientras tanto inicia una campaña en Twitter (…) intentando impedir el nombramiento”. 6

LA CÉLULA ESPAÑOLA está liderada por NICOLÁS DE PEDRO, miembro del Institute for Statecraft y otros think tanks como la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), para la que hizo misiones de observación electoral en Rusia, Kirguistán, Ucrania y Tayikistán, y de la Fundación Elcano. De Pedro escribe en El País y otros medios españoles sobre temas de Asia. Junto a él está BORJA LASHERAS, que también trabajó para la OSCE, pero en Bosnia-Herzegovina y Albania, y ha sido director de la sede madrileña del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores. El tercero es QUIQUE BADÍA MASSONI, periodista catalán, ex-redactor de Vice News y asociado a la revista El Temps. 9 Los tres son escritores conocidos por sus posturas anti-rusas.
El 7 de junio a las 15:45, según los papeles filtrados, “El jefe del grupo español contacta con el británico, que activa la red para generar apoyo internacional a la campaña por Twitter. El grupo británico crea un grupo de WhatsApp (…) para coordinar la reacción en Twitter, obtiene contactos en esta red para extender la preocupación y alentar a la gente a que retuitee este material. Se publica material escrito por el director del grupo español Niko de Pedro en la versión española de StopFake, que también es retuiteado por figuras influyentes”. StopFake es la página web asociada a Integrity Initiative, traducida a varios idiomas, cuya responsable para España es Alina Mosendz, integrante de la célula serbia. 10
Este grupo envía asimismo su “dossier” a El País, uno de los incluidos en la lista de los “medios amigos”, y a El Mundo. Ambos publican artículos acusando al coronel Baños de “simpatía con Rusia”. El País da como prueba de ello su “presencia regular” en RT y Sputnik, medios financiados por la administración Putin -como la BBC lo está por la de Boris Johnson. Los documentos continúan registrando que, hacia las 19:45, apenas ocho horas después del inicio de la operación, “la campaña había hecho bastante ruido en Twitter (…) Los contactos en el Partido Socialista confirmaron que esta información llegó al Primer Ministro. Algunos diplomáticos españoles también expresaron su preocupación. Al final, tanto el Partido Popular como Ciudadanos pidieron a Sánchez que parara el nombramiento”. Se había logrado el objetivo: al día siguiente Sánchez nombraba a Miguel Ángel Ballesteros director general del Departamento de Seguridad Nacional. 11
La campaña contra Baños es un claro ejemplo de las maniobras internas de los servicios de Inteligencia en colaboración con periodistas y académicos “independientes”, a los que benévolamente podemos calificar como liberales pro-OTAN. Los mismos que acusan a Rusia de interferir en los asuntos internos de las naciones europeas están interfiriendo para impedir que los gobiernos electos nombren a determinados cargos cuando ello entra en conflicto con sus intereses. Y usan las redes sociales de la misma manera que acusan al Kremlin de hacerlo.
En este contexto se entiende que, el año pasado, El País emprendiera una campaña paranoica sobre el conflicto de Cataluña, que según sus periodistas “independientes” no fue provocada por la respuesta represiva del gobierno del Partido Popular, sino por Moscú y sus “noticias falsas”. Citaba como fuentes, nada casualmente, a “especialistas” del Instituto Elcano y el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores. Como hemos visto, los papeles filtrados demuestran que algunos integrantes de estos organismos pertenecen a su vez a la célula de Integrity Intiative en España. El Instituto Elcano tuvo, además, a una de las figuras más destacadas, Mira Milosevich-Juaristi, declarando en el Parlamento que Rusia estaba promoviendo noticias falsas en relación a Cataluña, aunque no aportó ninguna prueba. 12
Integrity Initiative tenía una página web, cuyo contenido borró cuando se enteró de la filtración de sus documentos internos, y cerró su cuenta de Twitter. Ahora en la web sólo hay una nota en la que se avisa de que están “pendientes de una investigación en el robo de datos del Institute for Statecraft y su programa, the Integrity Initiative. Los hallazgos iniciales indican que el robo fue parte de una campaña para socavar el trabajo de Integrity Initiative en investigar, publicar y contrarrestar la amenaza a las democracias europeas de la desinformación y la guerra híbrida. La página será relanzada en breve (…) Estamos ocupados en rastrear tanto la fuente del hackeo como el uso que se ha dado a nuestros datos -algunos genuinos, algunos falsos-”. 13 Les han destapado, pero seguirán operando.
A las clases trabajadoras no nos conviene tomar partido en estos enfrentamientos entre oligarquías capitalistas. Esté quien esté de huésped en la Moncloa, la Casa Blanca, Downing Street o el Kremlin, sólo podemos esperar más miseria. Pero es importante estar informados y alertas de cómo se nos intenta manipular alimentando el miedo a supuestas amenazas interiores y exteriores. Mientras siguen destruyendo nuestros derechos sociales y laborales, pretenden convencernos de que es mejor derivar el grueso de las plusvalías y los impuestos que nos extraen al complejo militar-industrial (como se hace ya en Estados Unidos), que no sólo mata a seres inocentes afuera, sino también reprime, cada vez con más saña, adentro, a quienes luchamos contra la explotación y la injusticia.
(*) Tita Barahona es miembo de la redacción de Canarias Semanal