[Date Prev][Date Next][Thread Prev][Thread Next][Date Index][Thread Index]

Colombia: los Muertos de la Gabarra



23 de junio de 2004
Los Muertos de la Gabarra 
Domínico Nadal


Ya la oligarquía colombiana ha demostrado que utiliza a gentes comunes y 
corrientes, a gentes del pueblo, para defender sus intereses y una vez logrados 
sus objetivos, los asesina. El alcalde de Cúcuta, Ramiro Suárez Corzo, es 
acusado de tener (o de haber tenido) estrechas relaciones con el “Gato” uno de 
los jefes de los paramilitares del Bloque Fronteras, y según el diario El 
Tiempo en su edición electrónica (uno de sus propietarios es el vicepresidente 
Francisco Santos), el felino apareció muerto.



Si algo muestra la perversidad del presidente narco-paramilitar, Álvaro Uribe 
Vélez, es la posición que adopta frente a la muerte de los colombianos.

La categorización de perverso está sustentada en la ausencia de culpa que 
manifiesta cuando va a Bruselas a “presentar un informe ante la OIT” y en 
desarrollo de tal informe se ufana de que su respeto a los derechos humanos se 
manifiesta en que los asesinatos de sindicalistas durante su gobierno ha bajado 
hasta “90 en el 2.003, menor que la del 2.002 cuando se contabilizaron 184” y 
trata de sacar pecho de semejante situación al decir que “durante los primeros 
cuatro meses de 2.004 los asesinatos de sindicalistas en el país se redujeron 
en un 25%. Mientras a mayo primero de 2004 se habían denunciado 17 homicidios 
de sindicalistas en Colombia, en el mismo período de 2003 se registraron 22.”

Perversidad manifiesta al “no sentir ninguna culpa” por la muerte de 129 
sindicalistas reportados por él, y por el contrario cree que “está produciendo 
bien” al “salvarle” la vida a 25 sindicalistas comparando las cifras con el 
2.002. Pero lo que calla son las cifras que su “Seguridad Democrática” ha 
producido a todo lo ancho y largo del país, con detenciones masivas, 
desapariciones, ejecuciones extrajudiciales, desplazamiento forzado, etc.

Su perversidad también está manifiesta en el profundo desprecio por la vida 
humana de sus compatriotas al engendrar y desarrollar las fuerzas 
militares-paramilitares desde su posición de gobernador de Antioquia, y más 
ahora, como presidente de Colombia.

Los muertos de la Gabarra

Igual alteración psiquiátrica es la que demuestra cuando “llora lágrimas de 
cocodrilo” por la muerte de 34 narco-paramilitares, precisamente en un sembrado 
de coca, en una incursión armada de las FARC en La Gabarra, en desarrollo del 
combate sin cuartel que la organización guerrillera adelanta contra las fuerzas 
militares-paramilitares del régimen fascista colombiano; lucha armada que es 
entre otras cosas, la única forma de hacer oposición en Colombia.

El departamento de Norte de Santander, donde está ubicado el municipio de Tibú 
y al cual pertenece la Gabarra, es donde más escándalos por paramilitarismo se 
han presentado en los últimos meses. El alcalde de Cúcuta, Ramiro Suárez Corzo, 
es acusado de tener (o de haber tenido) estrechas relaciones con el “Gato” uno 
de los jefes de los paramilitares del Bloque Fronteras, y según el diario El 
Tiempo en su edición electrónica (uno de sus propietarios es el vicepresidente 
Francisco Santos), el felino apareció muerto. 

Qué le importa a AUV que hayan muerto 34 “perros de la guerra” –como llamaba 
Frederick Forsyth a los mercenarios en sus obras- si lo que le es 
imprescindible en el momento es desembarazarse de unos aliados “incómodos”, que 
ya jugaron subpapel (asesinar la oposición desarmada en Colombia).

Ya la oligarquía colombiana ha demostrado que utiliza a gentes comunes y 
corrientes, a gentes del pueblo, para defender sus intereses y una vez logrados 
sus objetivos, los asesina. Ejemplo de ello fueron los “guerrilleros 
liberales”, que una vez los sectores oligárquicos enfrentados por el poder en 
los años cincuenta se “arreglaron” en el Frente Nacional, los cuales fueron 
asesinados por el Estado una vez entregadas las armas, y cuya muestra más 
palpable fue el asesinato de Guadalupe Salcedo.

Ahora, son los paramilitares. Ya asesinaron en Santa Marta al comandante Doble 
Cero, fundador de los paramilitares junto a los Castaño, en donde se escondía 
por haber denunciado el dominio del sector “paraco” comprometido en el 
narcotráfico. Y así seguirán asesinando a los que ya no les sean útiles, ahora 
sí usando a las Fuerzas Militares Oficiales, para mostrar que ellos sí 
persiguen a “los grupos armados ilegales.”

Los perversos medios de comunicación burgueses

Los medios de comunicación burgueses, como siempre, magnifican la muerte de los 
34 narco-paramilitares, y tratan de confundir a la opinión presentándolos como 
campesinos, “raspachines de coca”, y como muestra de la brutalidad de la 
insurgencia armada.

Nada más alejado de la realidad. Los paramilitares han tratado de establecer su 
dominio en la zona del Catatumbo, con la planificación, orientación y apoyo 
logístico de las fuerzas militares estatales, a fin de dominar la región, la 
cual es rica en petróleo y, además, zona de cultivo de coca.

En razón de sus riquezas y por la presencia de las compañías multinacionales 
del petróleo, las Fuerzas Militares oficiales la convirtieron en “zona de 
guerra” y ya se les ha olvidado a los periodistas de esos medios que hace 
algunos años, los campesinos –esos sí de verdad campesinos- sufrieron 
desplazamiento forzado por las amenazas de los militares de “prepárense que 
atrás vienen los paramilitares”, y muchos de ellos murieron a manos de los 
“paracos”, siendo sus propiedades “coptadas” por los paramilitares.

Perversos son, tanto el presidente Álvaro Uribe, como los dueños de los medios 
de comunicación como El Tiempo, y perversos también son sus periodistas (“los 
avestruces”), que creen hacerle un bien al país al no sentir un ápice de dolor 
por la muerte de sus compatriotas y, por el contrario, esas muertes se 
convierten en elemento del “ajedrez político” para tratar de ganarle la guerra 
a la insurgencia colombiana.

Que AUV lo haga está bien, se entiende (pero no se justifica); que “El Tiempo” 
y sus áulicos lo hagan también se entiende. Ya los colombianos estamos 
enterados que ese diario desde hace muchísimos años está comprometido con la 
política de guerra que el Pentágono y la oligarquía colombiana desarrollan 
contra el propio pueblo, y también que desde su largo historial siempre ha sido 
el vocero de la “Inteligencia Militar”, la cual cree estar ganando la guerra, 
pero en los titulares de El Tiempo.

El Doctor Ternura tiene mucho por hacer y explicar a los colombianos sobre esta 
patología de la Perversidad, claro está que desde su posición de siquiatra y no 
como Comisionado de Paz. Esperamos que él no sea también un perverso...

                
---------------------------------
Yahoo! Companion - Scarica gratis la toolbar di Ricerca di Yahoo!