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Bolivia: Las lecciones de la rebelión social



ALAI, América Latina en Movimiento
2003-10-20

Alex Contreras Baspineiro


Cochabamba.


"Bolivia de pie, nunca de rodillas...", estribillo en las manifestaciones
populares.


Bolivia, país ubicado en el corazón del continente americano, escribió una
digna página en su historia al destituir mediante la rebelión social al
presidente neoliberal Gonzalo Sánchez de Lozada.


En un mes de conflictos sociales en todo el territorio nacional se
registraron 77 asesinatos y más de 200 heridos de bala; además, hubo varios
detenidos, algunos torturados, otros sometidos a la huelga de hambre y los
más forzados a realizar bloqueos e impresionantes movilizaciones.


"¡ Que se vaya Goni !" fue la consigna popular, mientras el gobierno no sólo
respondía con menosprecio sino hasta desprecio a la movilización acusándola
de "narcoterrorista" y "subversiva".


Las poblaciones de Warisata, Sorata, El Alto, Ventilla, San Julián y otras,
escondidas en el territorio boliviano, fueron regadas con sangre de varios
bolivianos y bolivianas en la denominada "guerra del gas". El 17 de octubre,
al promediar las 22h30, Sánchez de Lozada, junto a su familia y personeros
de confianza partieron rumbo a Miami (Estados Unidos). Antes, dejó una
carta, dejando su mandato en manos del Parlamento Nacional. En la carta
leída antes de esa hora, Sánchez de Lozada acusó a grupos corporativos,
políticos y sindicales por forzarle a su renuncia y por atentar a la
democracia.


Agregó que se trataba de un funesto precedente para la democracia del país y
para el resto del continente.


La carta considerada en la plenaria del Parlamento Nacional dio como
resultado 85 votos por la aceptación de la renuncia y 26 por la negación.


Nuevo presidente.


El nuevo presidente Carlos Mesa, luego de ser posesionado difundió al país
un mensaje de cuatro puntos centrales: referéndum inclusivo en el tema del
gas, asamblea constituyente, conformación de un gobierno independiente sin
participación de partidos políticos y gobierno transitorio sujeto a decisión
parlamentaria.


En su discurso, en el que subrayó la lucha contra la corrupción y el clamor
a la unidad nacional, denotó esperanza para los diferentes sectores que
están confrontados.


Concluido el mensaje presidencial, en Cochabamba como en el resto del país
se escucharon petardos y muestras de júbilo por el objetivo logrado.


Como ratas.


Los dirigentes sindicales y parlamentarios de la oposición criticaron la
acción de Sánchez de Lozada que mientras se procedía a la posesión del nuevo
presidente junto a su familia y tres de sus ministros de confianza, abandonó
el país rumbo a Miami (EEUU).


"El ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada que está escapando como una rata
del país debe ser juzgado por delitos de lesa humanidad con las leyes
bolivianas; caso contrario, acudiremos a la Corte Penal Internacional",
afirmó el diputado y líder cocalero, Evo Morales Ayma. Ante la renuncia de
Sánchez de Lozada, representantes del Estado Mayor del Pueblo señalaron que
"Goni no renuncia sino que el pueblo boliviano ha derrotado a la mafia
política".


Morales Ayma dijo que para que retorne la paz al país el nuevo gobernante
debe convocar a una reunión con todos los sectores sociales para anunciar la
convocatoria a una Asamblea Popular Constituyente, la recuperación de todos
los recursos naturales sobretodo los hidrocarburos y para acabar con la
corrupción y la impunidad. El dirigente fabril Oscar Olivera dijo que se
ganó una batalla pero no la guerra.


"El sentimiento y el triunfo popular deben ser un ejemplo a nivel nacional
para continuar en nuestra labor de unidad, organización, movilización y
propuesta desde abajo, desde las bases", aseveró. El diputado cocalero
consultado sobre la posibilidad de ser parte del futuro gobierno, respondió:
"El MAS no quiere pegas, no co-gobernará con Carlos Mesa ni con nadie porque
tenemos grandes diferencias culturales e ideológicas". Sugirió que el nuevo
gobierno no ingrese al error del cuoteo político como la megacoalición sino
que priorice que todos los cargos sean institucionalizados con gente
honesta, profesional y capaz.


Sobre las medidas de presión, como los bloqueos y movilizaciones, los
portavoces del Estado Mayor del Pueblo señalaron que ellos no deciden sino
que se convocará a una reunión a nivel nacional en La Paz.


Estado de sitio.


La "guerra del gas" empezó a escribirse el 19 se septiembre con una
impresionante movilización en todo el territorio nacional. Ese día, se
estima que más de medio millón de habitantes estuvieron movilizados; el
gobierno en un acto de desprecio y menosprecio habló de apenas el uno por
ciento de la población.


Ante la movilización de carácter pacífico, el gobierno respondió con
violencia. En plena democracia impuso un estado de sitio de facto en base al
terror, asesinato, persecución, luto y muerte. La violencia gubernamental
fue respondida con impresionantes movilizaciones. Primero, fueron en el
altiplano paceño, luego El Alto, le siguió La Paz (sede de gobierno
boliviano), Cochabamba y la mecha se irradió por todo el territorio
nacional.


La "clase política" bajo la imposición del gobierno de Estados Unidos no
tuvo compasión del pueblo, su respuesta fue la violencia.


Casi la totalidad del territorio boliviano estuvo paralizado.


El virtual estado de sitio no intimidó a la población sino que la llenó de
coraje y salió a las calles, a los puentes, a los caminos y a las carreteras
para repudiar la política gubernamental.


Escribiendo historia.


La "guerra del gas" no surgió de la noche a la mañana ni de arriba hacia
abajo, sino en base a un pujante proceso organizativo y fundamentalmente a
la participación de ciudadanos y ciudadanas de diferentes estratos sociales,
del campo y la ciudad.


Desde la "guerra del agua" en el 2000 se transitó un difícil camino a la
"guerra de la coca" en el 2002 donde también hubo muertos y heridos. Luego
surgió la rebelión electoral con la irrupción de parlamentarios indígenas,
campesinos, intelectuales y de sectores populares que cambiaron el escenario
de la denominada "clase política".


La "guerra del gas" fue una respuesta a la política gubernamental de la
coalición MNR-MIR-UCS-NFR en el intento de exportar el Gas Natural Licuado
(LNG) a los mercados de Estados Unidos y México. Según representantes de las
inversionistas petroleras como la British Gas Sudamérica e incluso
personeros del propio gobierno la vía de exportación que ya está definida es
Chile. Las organizaciones populares plantearon hasta el cansancio de que
antes de exportar el gas, debe ser industrializado para beneficiar al país
con productos como fertilizantes, plásticos, fierro, acero e incluso la
instalación de plantas termoeléctricas.


En Bolivia existen 54.9 trillones de pies cúbicos de gas natural (TCF), 7.9
son exportados al Brasil y en los próximos 20 años podrían ascender a 12
trillones. Existen suficientes reservas para el futuro que convierten a este
país en la tercera potencia gasífera a nivel latinoamericano.


A la demanda del gas se sumaron otras como la convocatoria a una Asamblea
Popular Constituyente, la derogatoria de la Ley de Hidrocarburos, el rechazo
a la adhesión del Acuerdo de Libre Comercio para las Américas (ALCA), la
revisión del Código de Seguridad Ciudadana y otras.


Nueva organización.


La "guerra del gas" fue convocada por la "Coordinadora Nacional de
Recuperación y Defensa del Gas" pero sustentada por los sectores más pobres,
aquellos que no son tomados en cuenta por las políticas gubernamentales. La
organización de carácter social fue creada el 5 de septiembre en Oruro.


La palabra "coordinadora" no sólo que preocupa a los gobernantes y a sus
aliados, sino que en forma inmediata moviliza a los efectivos de la
represión, asusta a las transnacionales y a los empresarios, incomoda a
algunos periodistas de medios de comunicación comerciales, pero también
organiza a los sectores populares.


La coordinadora no tiene jefes sino portavoces que, según aclaran, son los
que representan a miles de hombres, mujeres, niños y ancianos que lograron
recuperar su palabra y capacidad de protestar y de decidir. En el 2000, a
través de la Coordinadora del Agua y la Vida se logró perforar el modelo
neoliberal vigente, derrotar a la política gubernamental, expulsar a una
transnacional como Bechtel-Aguas del Tunari y rechazar la privatización del
recurso natural.


En el 2002, a través del Comité de Coordinación de las Seis Federaciones del
Trópico de Cochabamba se logró rechazar la política antidrogas impuesta por
los Estados Unidos, derogar un decreto supremo que cerraba los mercados
legales de comercialización de coca, derrotar la represión y continuar con
las plantaciones de coca.


En ambas "guerras" la represión gubernamental fue derrotada por la
movilización popular.


Lección de dignidad.


En un mes de conflictos sociales en Bolivia no hubo tregua. La mecha de la
rebelión social se extendió por la mayor parte del territorio boliviano. Los
muertos y heridos, los detenidos y torturados, las viudas y los huérfanos no
intimidaron a los bolivianos y bolivianas que unieron fortalezas y
debilidades.


Los campesinos e indígenas se unieron a los mineros y obreros, los
estudiantes y universitarios a los jubilados y rentistas, los profesionales
e intelectuales a los desocupados y migrantes, los niños y jóvenes a las
amas de casa y gremiales. Todos se unieron bajo un mismo sentimiento: fuera
Goni.


Bolivia escribió una nueva página en su historia. Una página de dignidad,
soberanía, lucha y unidad que debe servir para que otros pueblos que están
oprimidos por la política neoliberal e imperialista, rompan esas cadenas...


* Periodista y escritor boliviano. alexadcb@hotmail.com




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