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Bolivia: El massacre en EL ALTO: Comite de prensa CSUTCB (14/10/2003 04:39)



Civiles continúan cayendo a balazos, presidente se aferra a su silla. Frente
a la protesta siente seguridad con el apoyo de la embajada, el ejercito y la
policia.

“Aquí todos nos conocemos, aquí todos sabemos quién es quién, aquí no vamos
a dejar entrar buzos”, exclamaba uno de los vecinos presente en la
movilización contra el gobierno de Sánchez de Lozada, el lunes 13 de octubre
en la céntrica plaza San Francisco de la ciudad de La Paz. La causa de esta
actitud que apunta a impedir el ingreso de sujetos desconocidos a las
movilizaciones, se debe a que en varios momentos similares, como los del 12
y 13 de febrero de este año, fueron varios los “buzos” detectados en medio
de la multitud, alentado los ánimos para inclinar la protesta en bandalismo
y justificar la represión a bala contra la multitud. Por ello, identificar a
los infiltrados del ejército, policía e inteligencia, y a los grupos
delincuenciales que aprovechan la multitud para ejecutar su trabajo, hace
parte de las actividades que las movilizaciones contra el gobierno de
Sánchez de Lozada exigen llevar a cabo. Es la forma vecinal de prevenir que
la ordenada disciplina de las protestas se salga de cauce por cuenta de
sujetos extraños.

Gracias a esta medida comunal, el primer día de protestas en La Paz contra
la masacre sucedida el anterior fin de semana en El Alto, transcurrió sin
ningún suceso bandálico, impidiéndole a los medios de comunicación
oficialistas y al gobierno recurrir a su habitual mecanismo de justificación
de la exagerada fuerza represiva aplicada contra las multitudes armadas de
cólera, indignación, piedras y palos. Durante las más de ocho horas de
movilizaciones sólo se presentó un hecho de saqueo e incendio de propiedad
privada: el Shopping Doria, en la esquina Sagárnaga y Murillo, a una cuadra
de la plaza donde estaba concentrada la multitud, fue el blanco de la furia
popular desatada después de que un francotirador, apostado en el techo de
dicho centro comercial, disparara y asesinara a un joven que hacía parte de
las protestas.





Es así como los 53 muertos civiles, de las 54 personas fallecidas durante
los últimos dos días de protestas, no han podido ser maquillados por Sánchez
de Lozada, sus ministros y periodistas como bándalos debidamente castigados
por la justicia policial. Por lo que salta a la vista que la actitud
política gubernamental no es el diálogo que se promociona en spots
publicitarios en varias cadenas de televisión y radio, sino la bala y balín.
Se vio en El Alto durante los dos días de masacre del 11 y 12 de octubre, se
vio un día después en el centro de La Paz, se vio en la zona sur de la
misma, en Chasquipampa y Ovejuyo, y se vio en Río Seco, en El Alto, en donde
una mujer aymara, dando la cara a la cámara, contó como “nos matan como
animals, vienen y nos rodean con aviones y helicópteros y tanques, ni
siquiera a los animals se les mata así, incluso entran a las casas a matar
gente y a buscar los dirigentes. Aquí están las pruebas, aquí están las
balas….” Mientras tanto, y ante la imposibilidad de recurrir a la
justificación del bandalismo, el presidente Sánchez de Lozada improvisa una
nueva excusa: el patrocinio internacional a este plan de desestabilización
de la democracia boliviana. En contacto telefónico con CNN, sin empacho
alguno, Sánchez de Lozada le aseguró al presentador de esta cadena de
noticias, quien le pedía pruebas que nunca mostró, que algunas ONGs
internacionales, ingenuamente entrenadas, apoyan con sus recursos los ánimos
subversivos de campesinos e indios del país; pasando un poco por el cedazo
de la mesura la segunda parte de su nuevo discurso justificativo: no se
descarta que el ELN y las FARC colombianas y Sendero Luminoso peruano estén
apoyando estos mismos esfuerzos, así como gobiernos lejanos que simpatizan
con el líder opositor Evo Morales, los cuales pese a su inmensa pobreza
(africana) colaboran económicamente con lo que él ha dado por llamar
“dictadura sindical”. Y aunque el ejecutivo sigue minimizando la protesta
para poder justificar su tosudez de seguir aferrado al poder, asegurando a
diestra y siniestra que todo es resultado de una manipulación por parte de
los dirigentes sociales sobre sus bases, y que los descontentos son una
minoría violenta nada representativa, las protestas y marchas de miles se
extienden al resto del país. En Cochabamba se presentaron ayer
movilizaciones de miles, con la posterior represión lacrimógena de las
fuerzas armadas; en Oruro se inició una marcha hacia la ciudad de La Paz de
trabajadores gremialistas, al igual que en la provincia Omasuyos, del
departamento de La Paz, en donde ocurrió la masacre del 20 de septiembre,
desde donde se espera el arribo de una marcha para la tarde de hoy. En el
trópico del Chapare se activaron los bloqueos de caminos, al igual que en
Sucre, en donde se han dado esporádicamente, y en San Julián, departamento
de Santa Cruz, donde ya se presentó el primer muerto. En Potosí se convocó a
paro cívico y son varios los sectores que han declarado huelga indefinida
tras unirse al clamor de alteños y paceños: la renuncia inmediata de Sánchez
de Lozada, el presidente elegido democráticamente que más muertos ha dejado
como resultado de la represión a la protesta social, supernado incluso las
tristes estadísticas de als dictaduras militares.