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Bolivia: Ejército frena avance de mineros; dos muertos y ocho heridos



10 de octubre del 2003


Econoticiasbolivia.com
La Paz, octubre 9, 2003.- Fuerzas combinadas del ejército y la policía
frenaron parcialmente hoy con balas y granadas de guerra, gases y balines el
avance hacia la ciudad de La Paz de los trabajadores mineros y vecinos de
los barrios más pobres que exigen la renuncia del presidente Gonzalo Sánchez
de Lozada y la re-nacionalización del gas y el petróleo.

El saldo inicial de la balacera en la localidad de Ventilla, a pocos
kilómetros del ingreso a la ciudad, ha sido un minero muerto (José Luis
Atahuichi), destrozado por una granada del Ejército, otro vecino muerto a
bala, ocho heridos de bala, una veintena herida por balines y gases y cerca
de una decena de detenidos. Entre los heridos y detenidos están trabajadores
mineros del distrito de Huanuni y vecinos de la ciudad de El Alto, ubicada
en el techo de la ciudad de La Paz.

"Ha sido una verdadera carnicería", relató consternado el dirigente de la
Central Obrera Regional de El Alto, Roberto de la Cruz, que había intentado,
junto a centenares de vecinos, auxiliar a los mineros, flanqueados por las
tropas leales a Sánchez de Lozada.

El objetivo gubernamental era romper el bloqueo de la principal ruta
caminera que une la sede de gobierno con Oruro, Potosí y Cochabamba y evitar
el ingreso de los mineros a la ciudad de La Paz, que está virtualmente
sitiada por las protestas populares y con sus tres principales accesos
cortados por los trabajadores de El Alto, campesinos del Altiplano y
colonizadores y cocaleros de los Yungas.

El enfrentamiento se prolongó por varias horas hasta el mediodía de hoy. Los
mineros combatieron con lo que pudieron. Unos, lanzando con hondas las
dinamitas encendidas, y otros, los más, con palos y piedras.

"Nos han baleado a quemarropa. Hay hartos heridos", dijo uno de los mineros
contusos, cuando era atendido por los vecinos de la zona, solidarios con la
protesta y la lucha de los trabajadores del distrito minero del que es
dirigente el principal ejecutivo de la Central Obrera Boliviana (COB), Jaime
Solares, uno de los principales líderes de la rebelión.

La balacera de Ventilla generó una inmediata solidaridad con los mineros y
la repulsa al gobierno. En las calles de la ciudad de La Paz, miles de
maestros urbanos y de las provincias, junto a comerciantes minoristas,
ganaron las calles exigiendo la cabeza del Presidente.

En la ciudad de Oruro, región donde está ubicada la mina de estaño de
Huanuni, las protestas se convirtieron en enfrentamientos entre la población
civil y efectivos de la Policía.

Al promediar el mediodía, la balacera dejó espacio a una tensa calma. En la
ciudad de La Paz, las autoridades de gobierno acusaban de violentos y
criminales a los mineros, mientras que en El Alto, los mineros velaban el
cuerpo destrozado de José Luis Atahuichi.


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