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VENEZUELA:EDUCACION-Gobierno ensancha puerta universitaria
- Subject: VENEZUELA:EDUCACION-Gobierno ensancha puerta universitaria
- From: "nello margiotta" <nellomargiotta55@virgilio.it>
- Date: Tue, 7 Oct 2003 00:25:11 +0200
Humberto Márquez
CARACAS, oct (IPS) - El gobierno de Venezuela lanzó un plan para que en los
próximos 15 meses ingresen a la universidad medio millón de egresados del
bachillerato, que no pudieron acceder a esa educación superior en las dos
últimas décadas por falta de cupos.
El programa llamado Misión Sucre, criticado desde ámbitos académicos que
dudan de su calidad, se propone absorber a los 30.000 jóvenes que quedan
cada año fuera de las altas casas de estudio de los 200.000 que se gradúan
de la enseñanza secundaria.
"Se trata de encarar la deuda de la sociedad y del Estado con los cientos de
miles de bachilleres excluidos, que nunca consiguieron cupo y se quedaron
rezagados año tras año", dijo en entrevista con IPS el ministro de Educación
Superior, Héctor Navarro.
El gobierno entregó en los últimos días de septiembre 550.000 planillas a
bachilleres sin cupo, independientemente de la fecha en la que egresaron de
esa enseñanza media, de las cuales ya recogió para procesar 420.000
solicitudes y que serán tramitadas entre marzo y diciembre de 2004, explicó
Navarro.
En Venezuela, con 24 millones de habitantes y ocho millones de estudiantes
regulares en los tres estamentos, existen hoy unos 800.000 alumnos que se
reparten en 41 universidades y otros 152 institutos terciarios con carreras
de entre tres y cinco años de duración, tanto en el ámbito estatal como
privado.
La expansión de las universidades privadas aumentó el cupo de acceso a
estudios superiores, pero sólo beneficia a los jóvenes pertenecientes a las
clases media y alta que pueden pagar sus costosa matrícula.
Las cuotas para que los bachilleres ingresen a la educación superior hasta
ahora se deciden sobre la base de un examen de aptitud académica que se
rinde en el central Consejo Nacional de Universidades, al que luego algunas
casas de estudios agregan su propia evaluación.
El ministro Navarro entiende que el examen de aptitudes y calificaciones
debe reemplazarse por uno de carácter vocacional y así lo propone.
La opinión se basa en que la tendencia de ingreso en las universidades
públicas para los sectores de menores recursos está en franco retroceso
desde al menos dos décadas atrás, a diferencia de los estratos más altos de
la sociedad.
En 1984, de los 5.612 bachilleres del quintil de población con ingresos más
altos que solicitaron cupo, lograron sortear el examen 55 por ciento,
mientras que en 1998 prácticamente los 4.647 jóvenes que se presentaron
lograron acceder a la universidad.
En cambio, en el universo de solicitantes del quintil de población con menos
ingresos fue a la inversa. En 1984 accedieron a la educación superior casi
71 por ciento de los 1.885 que pidieron ser admitidos, mientras que en 1998
sólo lo consiguió el 20 por ciento de los 1.993 peticionantes.
"Espero desde hace seis años y no he conseguido cupo ni en Caracas ni en el
interior del país. Al fin tengo la oportunidad y espero quedar en la carrera
de Comunicación Social", dijo a IPS Daniela Quintero, de 25 años, mientras
aguardaba ser atendida en una larga fila de solicitantes.
El caso de María de Sánchez, quien se graduó de bachiller hace 18 años, es
algo distinto.
"Me casé poco después de egresar de secundaria y me dediqué a un negocito
familiar y tuve a mis hijos. Si entro a estudiar, espero que Educación,
después de julio del año próximo, podré ir a la universidad al mismo tiempo
que mi hijo mayor, que estudia quinto año (el último de la secundaria)",
narró a IPS.
El plan de acceso masivo a la universidad, cuyo nombre es en homenaje a
Antonio José de Sucre, uno de los próceres de la independencia sudamericana,
se suma a otros lanzados este año en distintas áreas por el presidente Hugo
Chávez, asediado por la oposición que procura desalojarlo anticipadamente
del gobierno.
Chávez también puso en marcha los programas Mercal, de más de 100 expendios
de alimentos en todo el país con precios rebajados, Barrio Adentro, que
lleva centenares de médicos cubanos a comunidades pobres de Caracas, y
Robinson, que busca alfabetizar a un millón de adultos en cuestión de meses.
En el frente de la Educación Superior, la Misión Sucre se abrió paso tras
concretar el gobierno su proyecto de Universidad Bolivariana, con 6.000
estudiantes (4.000 en Caracas y 2.000 en la noroccidental ciudad de
Maracaibo).
En ese ámbito se podrán cursar en lo inmediato carreras como comunicación
social, promoción comunitaria, ingeniería ambiental, gestión en salud
pública, economía y relaciones internacionales.
La característica más llamativa de la Universidad Bolivariana es que
comienza a funcionar en sedes que fueron de la empresa estatal Petróleos de
Venezuela, desocupadas después que 18.000 de sus 39.000 empleados fueran
despedidos por participar en la huelga de diciembre y enero contra el
gobierno de Chávez.
Giuseppe Gianetto, rector de la estatal Universidad Central, la principal
del país, dijo a IPS que "la creación de la Universidad Bolivariana está
justificada, porque el Estado debe dar respuesta a los bachilleres que
demandan enseñanza, y más aún cuando la educación se mantiene como mecanismo
de ascenso social".
Pero "todavía resta por ver si su calidad estará garantizada con una
adecuada planta física, el equipamiento debido, el diseño curricular y el
plantel profesoral", advirtió Gianetto, también presidente de la asociación
de rectores y declarado opositor al gobierno.
En la Misión Sucre, "la oferta demagógica de tantos cupos responde a una
estrategia electoral del gobierno, que tiene por delante un referendo
popular", apuntó el académico en referencia al planteo de la oposición para
que en 2004 se ponga a consulta popular la revocación del mandato
presidencial de Chávez, que finaliza en 2006.
El ministro Navarro acepta el desafío. "Continuamos en la búsqueda de planta
física, no sólo en las universidades y otros institutos superiores sino
también en centros de enseñanza media, porque lo que intentamos es mucha
'tarima' y poco laboratorio, es decir, carreras poco costosas y de mucho
contacto profesor-alumno".
La Misión Sucre, insistió Navarro, trata de dar respuesta a un segmento de
población excluido. "No significa que renunciemos a las carreras de ciencias
'duras' y exigencias técnicas, que deben seguir regularmente las
universidades", indicó.
El programa fue dotado con 25 millones de dólares, sólo 1,2 por ciento de
los 2.125 millones de dólares (dos por ciento del producto bruto interno) en
que se estiman para 2004 los requerimientos presupuestarios para toda la
educación superior pública de Venezuela.
Pero, adicionalmente, Chávez anunció que los primeros 100.000 estudiantes
que ingresen a la educación superior a través de la Misión Sucre dispondrán,
si demuestran que son de escasos recursos, de una beca de 100 dólares
mensuales. En la actualidad, 60 por ciento de los venezolanos viven en algún
grado de pobreza.
Esa beca equivale a dos tercios del salario mínimo urbano de Venezuela, y
los 120 millones de dólares anuales que consumirá el subprograma se
obtendrán de utilidades de empresas estatales, se indicó a IPS.
En la mayoría de las universidades públicas no se paga matrícula, sino sólo
trámites como gastos de inscripción y algunos extras. Pero algunos centros
de altos estudios hacen cobros puntuales, aprovechando la autonomía de que
disfrutan.
Observadores señalan que proyectos como el de la Universidad Bolivariana y
en parte la Misión Sucre sirven también para la formación de profesionales
que simpaticen con los cambios que impulsa la "revolución bolivariana" de
Chávez, por lo cual despierta resistencias en parte de funcionarios públicos
medios y bajos.
"Carreras como las de promotor social o gestor ambiental estarán dirigidas a
formar, no específicamente funcionarios, sino profesionales que, además de
observar los problemas, se involucren con la comunidad y puedan liderarla en
la promoción de sus proyectos", explicó Navarro.
Más generalmente, "tenemos un proyecto político y social de país, recogido
en la Constitución y no vamos a formar profesionales que vayan contra ella",
sostuvo.
"Queremos profesionales que defiendan y desarrollen el proyecto político e
ideológico recogido esa Constitución", agregó el ministro.