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Se agrava la crisis en Bolivia, la COB decreta huelga general



25 de septiembre del 2003


Militares y campesinos batallan por el control de los caminos

Econoticiasbolivia.com
La Paz, septiembre 24, 2003.- Una intermitente y silenciosa batalla por el
control de las principales carreteras del occidente boliviano están librando
militares y campesinos en las pampas del altiplano, a una semana de iniciada
la "guerra del gas". En las noches reina la piedra y el sudor de hombres y
mujeres del agro, de día imperan la bota y el fusil.

Los bloqueos y desbloqueos son una constante al igual que la paralización
del tráfico vehicular que ha dejada aislada por tierra a La Paz, la sede del
gobierno, donde han comenzado a surgir manifestaciones de protesta y marchas
en apoyo a los campesinos y en contra de la exportación de gas a Estados
Unidos.

Tras los sangrientos sucesos del sábado en Warisata, cuando fueron
acribillados cinco civiles y dos militares, y más de una veintena quedó
herida por bala, hay un uso "controlado" de la violencia por ambas partes.

VIOLENCIA CONTROLADA

Los campesinos, siguiendo las instrucciones de su líder, el "Mallku" Felipe
Quispe, para "bloquear sin ser masacrados", siembran piedras en las
carreteras y se retiran apenas avizoran a las patrullas militares que no se
dan abasto para controlar a los revoltosos. Casi todos, los que tienen
suerte, corren y desaparecen entre los cerros, y son relativamente pocos los
que son detenidos por los militares. Ellos, sin embargo, la pasan muy mal:
son golpeados y vejados por los uniformados y luego son trasladados como
bultos a las celdas policiales en la ciudad de La Paz.

Según el más reciente recuento policial, 46 campesinos han sido detenidos y
puestos a disposición de los estrados judiciales, donde casi siempre es ley
lo que dicen los gobernantes.

Del lado de los militares, hay la clara instrucción de no apretar el gatillo
y de evitar nuevas muertes. No es casual, por ello, que en las cercanías de
la ciudad de Oruro, dirigentes campesinos y jefes militares dialoguen, se
amenacen y mantengan el conflicto en términos aceptables para ambas partes.
Los militares insisten para que los campesinos no apedreen a los pocos
vehículos que se atreven a circular por la zona. Los campesinos, en cambio,
vigilan muy de cerca que ninguno de ellos sea detenido y aguardan
instrucciones de sus dirigentes, pendientes de las negociaciones que se
podrían abrir en La Paz.

MÁS BLOQUEOS Y CÁRCEL

Sin embargo, hasta el atardecer de hoy el líder campesino del altiplano
ratificaba su decisión de no ir a las negociaciones si las tropas militares
no eran retiradas de los caminos y si no se liberaba a los detenidos.

"El gobierno quiere que seamos mansos, que sigamos siendo pongos como
nuestros padres y abuelos. No se dan cuenta que somos indígenas de la post
modernidad", dijo el "Mallku", un ex guerrillero de la década de los 80 que
ha cursado con éxito estudios universitarios de historia y es autor de
varias obras.

"No vamos a suspender los bloqueos, no hasta que hayan soluciones. Podemos
dialogar, pero sin levantar los bloqueos porque tenemos que consultar con
los compañeros que están en los caminos. No vamos a dialogar de espaldas a
las bases", aseguró Quispe al instruir a sus dirigidos a no bajar la
guardia.

Es más, el líder campesino amenazó con acciones más radicales si sus
seguidores no eran liberados. "Si siguen apresando a nuestros hermanos,
vamos a tener que capturar a los soldaditos, pero nosotros no los vamos a
torturar como hacen ellos. Nosotros somos más humanos que ellos".

En las últimas horas dos campesinos, acusados de "asociación delictuosa" por
participar en las protestas, fueron recluidos en la cárcel en espera de un
juicio en los tribunales ordinarios, en tanto que otros nueve fueron
liberados previa la presentación de garantías. Otro dirigente sindical
agrario también guarda detención por haber participado de un proceso de
justicia comunitaria.

HUELGA GENERAL

Los campesinos del altiplano también aguardan confiados en que un ampliado
de emergencia de la Central Obrera Boliviana (COB), previsto para horas de
la tarde de hoy en el distrito minero de Huanuni, pase de las declaraciones
a los hechos, defina la fecha de la huelga general indefinida y del bloqueo
de caminos, y proceda a incorporar organizadamente a los sectores laborales
a la lucha por la reconquista del gas y el petróleo, hoy en manos de las
transnacionales.

La huelga y el corte total de rutas serían el preámbulo de una insurrección
popular si acaso el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada mantiene en pie su
decisión de aprobar la exportación de gas a Estados Unidos por un puerto
chileno. Este proyecto reportará anualmente 1.300 millones de dólares para
las transnacionales del petróleo que operan en el país y tan sólo entre 40 a
70 millones para el Estado boliviano. Este proyecto cuenta con el respaldo
de la embajada de Estados Unidos y el Fondo Monetario Internacional, pero
con escaso apoyo en el país.





SE AGRAVA LA CRISIS EN BOLIVIA, LA COB DECRETA HUELGA GENERAL

La Paz, septiembre 24, 2003.- Un ampliado de emergencia de la Central Obrera
Boliviana (COB) decretó para el lunes el inicio de una huelga general
indefinida y el bloqueo nacional de caminos para forzar al gobierno
neoliberal de Gonzalo Sánchez de Lozada a dar marcha atrás en su política
económica.

La decisión laboral agrava al extremo el conflicto social que vive Bolivia,
parcialmente paralizada por el corte de rutas en el Altiplano y una psicosis
de incertidumbre y temor que se ha apoderado de toda la población.

Delegados de las más importantes organizaciones sociales y laborales del
país, reunidos en el centro minero de Huanuni, conminaron a Sánchez de
Lozada a dejar sin efecto el proyecto de exportación de gas natural a
Estados Unidos, la ley de hidrocarburos, el decreto 21060 y la ley de
capitalización, que han servido para que las transnacionales se apoderen del
petróleo y gas bolivianos, explotándolos sin mayor beneficio para el país
más pobre de Sudamérica.

La COB, que nuclea a los obreros, campesinos, estudiantes, maestros y
sectores empobrecidos de la clase media, exigió, además, la inmediata
atención de los pliegos presentados por campesino, indígenas y cocaleros, en
un intento por unificar las luchas sectoriales y darles mayor proyección y
potencia.

Según reportó anoche el corresponsal de la radio minera de Pío XII, las
deliberaciones de los trabajadores se prolongaron durante cinco horas, en
medio de un clima de encendidas críticas al modelo económico y al deficiente
accionar gubernamental, que han puesto al país al borde de la guerra civil.