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Obispos católicos le hacen la cruz al ALCA




Raúl Pierri

MONTEVIDEO, 4 sep (IPS) - El ALCA no parece un verdadero proyecto de
integración regional, sino más bien un plan "neocolonialista" que arrasará
con las comunidades más pobres y no respetará la soberanía de los países,
opinaron obispos católicos del Mercosur, Bolivia y Chile.
"Lo que condenamos es que este proyecto tenga el único objeto de aumentar el
flujo de intercambio comercial, sin importar que así arrase con todo y con
todos", explicó a IPS el secretario general de la Conferencia Episcopal del
Uruguay y obispo de la meridional ciudad uruguaya de San José, Pablo
Galimberti.

Los obispos católicos de los países del Mercosur (Argentina, Brasil,
Paraguay y Uruguay), de Bolivia y de Chile se reunieron del martes a este
jueves en Montevideo para reflexionar sobre los desafíos de la integración
en América Latina y analizar desde un punto de vista "ético y moral" la
creación del ALCA (Area de Libre Comercio de las Américas).

Ese proyecto, impulsado por Estados Unidos, busca crear para 2005 una zona
de libre comercio con 34 países de América, todos menos Cuba, que suman 800
millones de habitantes y un producto interno bruto de más de 11 billones de
dólares.

Las principales objeciones de los obispos al ALCA fueron que beneficiará a
los países más ricos como Estados Unidos y Canadá, en perjuicio de los menos
competitivos, y consolidará el liberalismo "salvaje" en todo el continente.

"La ética y la visión cristiana abarcan todo, no sólo lo moral. Abarcan lo
espiritual y lo económico. No separamos entre lo religioso y lo social. Por
eso nos preocupa un proyecto que se basa en el poder y el atropello", afirmó
Galimberti.

Los obispos expresaron que la creación del ALCA tendrá "consecuencias
 graves", debido a "la excesiva desproporción de las capacidades
competitivas entre los países, algunos de ellos con economías muy fuertes y
desarrolladas, y otros muy débiles".

"Este proyecto tendería a propiciar una concentración del poder económico en
pocas manos, favoreciendo la formación de monopolios y oligopolios, que
terminarían por imponer su hegemonía a los gobiernos, especialmente en los
países más débiles del continente americano", señalaron en un comunicado.

"Más que una integración, podría tratarse de un neocolonialismo con un
impacto negativo sobre las comunidades (...) Un proyecto como el ALCA
debería tener como primera motivación la promoción del bien común y de la
solidaridad entre los pueblos, y no la búsqueda del mayor provecho de
algunos pocos", alegaron.

Los prelados también expresaron preocupación por el futuro de comunidades
indígenas o rurales, "que en este sistema correrían el riesgo de ser
desplazadas o anuladas", y sostuvieron que los recursos naturales
estratégicos de los países pobres "no deben ser susceptibles de apropiación
privada".

"Un verdadero proceso de integración de América debe basarse en una política
continental que tenga en cuenta a los derechos humanos y los principios de
soberanía, justicia, solidaridad y respeto a las identidades culturales de
los pueblos", según el comunicado.

El secretario general de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil y
obispo auxiliar de Sao Paulo, Odilo Scherer, dijo a IPS que la iglesia
católica brasileña trabaja con organizaciones no gubernamentales en una
campaña para crear consciencia sobre el ALCA, que incluirá la realización de
un nuevo "referendo popular" sobre ese proyecto.

"Se trata de un referendo popular, no oficial, que se hará en las primeras
semanas de este mes sólo para que los brasileños expresen su opinión sobre
el ALCA. Nuestra gran preocupación es el ser humano, que debe estar siempre
en el primer lugar", explicó.

En una movilización similar que se llevó a cabo en Brasil en septiembre del
año pasado, 10 millones de personas expresaron su rechazo al proyecto de
libre comercio impulsado por Washington, según los organizadores.

El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Eduardo Mirás, subrayó
el impacto negativo sobre su país de las políticas de los organismos
multilaterales de crédito.

"Sin duda que nuestros países necesitan ayuda, pero no una invasión de
nuestra soberanía que a la vez signifique una pérdida de nuestra identidad.
Al intervenir en los programas educativos, por ejemplo, hieren la libre
determinación de los pueblos" dijo a IPS Mirás, arzobispo de la oriental
ciudad argentina de Rosario.

Los obispos reunidos en Montevideo no acordaron ninguna estrategia común
concreta ni se comprometieron a discutir sus puntos de vista con sus
respectivos gobiernos.

"Estamos logrando un acercamiento con los políticos, pero no somos un
partido. Esto sólo tiene el objetivo de formar la fe de los cristianos con
una dimensión social", adujo Galimberti.

La declaración firmada este jueves por los obispos del Mercosur, Bolivia y
Chile coincide con el documento "Iglesia en América", que el papa Juan Pablo
II hizo público en México en 1999, en el que definió al neoliberalismo
como "una concepción puramente económica de la persona" y "un sistema que
tiene como únicos parámetros la ganancia y la ley del mercado".

La opinión de la Iglesia Católica tiene gran importancia en América, donde
habitan 528 millones de sus fieles, casi la mitad de los 1.100 millones que
hay en el mundo, según estadísticas del Vaticano.

Sin embargo, el obispo de la central ciudad boliviana de Potosí, Walter
Pérez, reconoció que los religiosos católicos muchas veces tienen
dificultades y limitaciones para incidir en la realidad social.

Pérez citó como ejemplo el fracaso del llamado Reencuentro Nacional de
Bolivia, una mesa de diálogo que buscaba un acuerdo entre el gobierno del
presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y la oposición, que exige un cambio en
la política económica y rechaza el ALCA