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Argentina: Según encuestas, 69% de electore "jamás votarían" por Carlos Menem



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La gran derrota, para los que inflaron a López Murphy
Califican la victoria de Menem de "sorprendentemente pobre"
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 28 de abril. El día después de la primera vuelta de las
elecciones presidenciales, la actuación de los dos partidos tradicionales de
Argentina, el Justicialista (peronista), que contendió por primera vez
dividido en tres fórmulas enfrentadas entre sí, y la Unión Cívica Radical
(UCR), cuya línea oficial hizo la peor elección en su centenaria historia,
aunque el tercer y cuarto lugares fueron para disidentes del partido,
plantea un nuevo panorama.
Para los seguidores del ex presidente Carlos Menem y del poder financiero
local y mundial que le "agradece su gestión tan favorable a sus intereses",
como señala un analista, fue una victoria sorprendentemente pobre.
Menem contó con la campaña más cara y más favorecida por medios de prensa
propios y ajenos, además del visto bueno del establishment financiero. Contó
con el voto de esos sectores, así como de los más pobres del interior, que
sufragaron por su figura triunfalista y su carisma, una especie de
electorado cautivo, pese a que en su presidencia se sentaron las bases para
la actual crisis y reinaron los escándalos de corrupción.
Pero ahora tendrá que hacer frente a 69 por ciento de electores consultados
en las encuestas previas a las elecciones, que declaraban que "jamás
votarían" por él.
Un análisis de opinión estima que "en la primera elección presidencial del
siglo XXI podemos observar un nuevo fenómeno de la realidad política
argentina: el bi-peronismo, esquema en el cual un mismo
partido -sobreviviendo de la darwiniana competencia por la obtención y
preservación del poder en Argentina- ha sido capaz de ofrecer dos modelos
posibles de país que sintetizan una importante porción del espectro
ideológico nacional".
Para otros analistas, la "operación" de encuestadores -hoy muy criticados- y
del poder económico que impusieron en la recta final la figura del llamado
"bulldog del neoliberalismo", el candidato del Movimiento Federal Recrear,
Ricardo López Murphy, tenía varias intenciones. Una de ellas era una
advertencia al menemismo por la historia de corrupción que se trae,
imponiendo un candidato presuntamente limpio, aunque fue ministro durante la
gestión de Fernando de la Rúa. La otra, al determinar que López Murphy
trepaba velozmente hasta el primero o el segundo lugar, y cuando ya la
población estaba asustada por la posibilidad de un triunfo de Menem, se
aseguraban una corrida de votos para este candidato en detrimento de los
otros favoritos.
El porcentaje alcanzado por López Murphy, aunque fue primero en capital, no
refleja una consolidación de ese movimiento, sino una suma de votos
desesperados, incluso de sectores progresistas y de radicales antimenemistas
sin opción.
"La gran derrota es del diario La Nación, los banqueros mafiosos, las
empresas privatizadas, y varias encuestadoras que inflaron el globo de
Ricardo López Murphy, mismo que se pinchó. Triunfó la opción inducida por el
duhaldismo. Las instituciones del viejo régimen están debilitadas y
Argentina avanza hacia una crisis social, económica y política", señala el
analista Emilio Corbieri, quien habla de una elección amañada, donde "se
quedan todos", en alusión a aquella consigna generalizada apenas hace año y
medio de: "que se vayan todos", ante el desprestigio de la clase políticas
tras el estallido de la peor crisis económica de la historia.
El analista dice que "en la polarización artificial producida ahora y la que
tendrá lugar el 18 de mayo lo más probable es que triunfe la fórmula de
Néstor Kirchner", y sostiene que las empresas privatizadas "pusieron los
huevos en las dos canastas: López Murphy y Menem. Querían llegar sin
sobresaltos con los amanuenses del FMI y del capital concentrado. De todas
maneras los comicios reflejan la crisis de la vieja política argentina, que
se hace insostenible. Habría que haber llamado a una Constituyente para que
los argentinos eligieran realmente su futuro".
Por su parte, el analista José María Pasquini Durán señala que "pese a la
disconfomidad popular por la vieja política, la participación en estas
elecciones demuestra que la ciudadanía quiere quedarse dentro de los límites
de la democracia republicana y si es así será importante que el ballotagge
del 18 de mayo permita aclarar las ideas, por ahora ausentes, con las que
cada uno enfrenta este tipo de decisiones".
Lo cierto es que la campaña ya comenzó y se impone el pronóstico de que
Kirchner será finalmente el ganador en segunda vuelta, aunque una visión del
país real también debe hacer recordar que Argentina es algo más que la
capital federal y la provincia de Buenos Aires. Algo que muchos sectores
progresistas nunca entendieron -como una izquierda que hizo una pésima
elección- aunque la diputada y candidata de Afirmación para una República
Igualitaria, Elisa Carrió, logró votos en lugares nunca tocados por otros
políticos, pese a que su partido tiene apenas un año y ninguna aportación
empresaria para su campaña.
De algún, modo, en todo caso, aunque la Unión Cívica Radical quedó
despedazada con menos de 2.5 puntos para su candidato Leopoldo Moreau, dos
disidentes de ese partido, Carrió por el lado progresista y López Murphy por
el lado derechista, lograron una muy buena elección.