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Venezuela: Chávez: Habría estado de excepción si sigue el paro petrolero



Marchan en Venezuela simpatizantes y opositores del presidente; no hubo
incidentes

 Se cambiará toda la directiva de PDVSA, de ser necesario, afirma el
mandatario

 Habrá elecciones cuando corresponda, no cuando la oposición quiera,
sostiene

AFP, DPA Y REUTERS
http://www.jornada.unam.mx/

Caracas, 7 de diciembre. Miles de simpatizantes del gobierno venezolano
efectuaron hoy una multitudinaria marcha de respaldo al presidente Hugo
Chávez, quien afirmó que en Venezuela habrá elecciones cuando corresponda y
no cuando quiera la oposición "golpista, fascista y desestabilizadora", y
que en su momento la oposición será derrotada "una y 100 veces".

Comandos de la marina venezolana tomaron el control del petrolero Pilín León
que había sido anclado hace unos días al sumarse a la huelga general de la
oposición, esos sectores efectuaron una marcha silenciosa de luto por los
actos de violencia de la víspera, que provocaron tres muertos y más de 20
heridos.

Chávez anunció un plan para restructurar la directiva de la petrolera
estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), y dijo que de ser necesario "se
cambiará a la junta directiva completa". El pasado viernes varios directivos
de PDVSA pusieron sus cargos a disposición de la empresa después de que un
grupo de individuos disparara indiscriminadamente contra opositores reunidos
en un acto para exigir la renuncia de Chávez en la Plaza Altamira de la
capital. Algunas fuentes dijeron este sábado que el saldo de los disturbios
ascendió a cinco muertos.

El paro, reducido a sabotaje

El mandatario reiteró que el paro promovido por sus adversarios, que lleva
seis días, se ha reducido a un "sabotaje" contra la vital industria
petrolera. Admitió también que la huelga ha afectado las operaciones de
producción de la industria petrolera, y que pese a todo se sigue cumpliendo
en lo interno y lo externo.

Las fuerzas armadas venezolanas defenderán la industria petrolera para que
Venezuela pueda cumplir con sus compromisos internacionales en medio del
paro general, señaló por su parte el ministro de Defensa, José Luis Prieto.
En un mensaje a la nación, Prieto reconoció que la seguridad del país se ha
visto afectada y que las fuerzas armadas tienen importantes y trascendentes
funciones que cumplir.

El presidente llamó nuevamente a la oposición a poner fin a la huelga y dejó
abierta la posibilidad de declarar un estado de excepción si el paro
petrolero sigue, y ordenar por decreto la reanudación de labores.

Acompañado de los jefes de la aviación, armada, ejército y guardia nacional,
el ministro dijo que se ha afectado a la empresa estatal petrolera y que hay
peligro de que se produzcan fallas eléctricas, además, recordó que dejar de
honrar los compromisos comerciales internacionales de Venezuela afectará el
prestigio del país.

Lamentó los hechos de violencia del viernes y desmintió rumores en el
sentido de que habría renunciado el comandante de la aviación venezolana, y
afirmó que también es falso que esté preso el comandante general del
ejército. Atribuyó dichos rumores a "intereses perversos por desinformar y
crear confusión".

Momentos antes, el comando general del ejército emitió un comunicado en que
se declaraba "conmovido" por el ataque en la Plaza Altamira, y pedía que los
responsables "reciban la condena que la ley garantiza". El texto, firmado
por el general Julio García Montoya, citaba la "bárbara e innecesaria
manifestación de violencia", pero concluía que como institución castrense
debía cumplir su misión y mantenerse apartidista.

Ante miles de simpatizantes, el mandatario insistió en que la huelga general
contra su gobierno ha sido "un paro inexistente e irracional", y reiteró su
denuncia de que los "conspiradores" planean derrocarlo. Pero advirtió que
esta vez no lo sorprenderán como en abril, porque el gobierno está preparado
para responder "donde haya que hacerlo".

Las decenas de miles de chavistas recorrieron unos nueve kilómetros desde el
populoso sector de El Valle, en el suroeste de la capital, y culminaron la
marcha ante el presidencial Palacio de Miraflores, y prácticamente tomaron
el centro de Caracas coreando consignas de apoyo al mandatario y de repudio
a los opositores.

En su discurso, Chávez afirmó que la oposición será derrotada "una y 100
veces" porque tiene el apoyo de "ciento por ciento" en los barrios pobres,
por lo que llamó al pueblo a emprender una campaña para dotar de los
documentos de identidad a quienes no lo tienen y a inscribirlos en el padrón
electoral.

"No debemos olvidar que esto nos llevará a un nuevo proceso electoral. Es
posible que vayamos a un referéndum revocatorio -previsto en la Constitución
para agosto de 2003- para preguntarle al país si quiere que Chávez se quede
o se vaya", sostuvo.

Afirmó que "esta oposición golpista y sanguinaria que lamentablemente
tenemos, dificulta construir un camino pacífico y democrático como el que
venimos construyendo. Añadió que esa oposición "fascista y terrorista" dice
que quiere elecciones, pero en realidad "tiene una carta oculta y un puñal
escondido para clavárselo al corazón de la revolución bolivariana.

"La mayor parte de ellos no cree en la democracia y conspira por el camino
del golpismo, el terrorismo y el fascismo. Esta es la misma oposición que
perpetró el golpe de abril pasado", reiteró.

Pide mantener la movilización

Chávez llamó al pueblo a mantenerse movilizado para defender la revolución,
ganar las calles y evitar otro golpe de Estado, así como evitar "la
operación de sabotaje que intenta paralizar el corazón económico de
Venezuela". Dijo que ha llegado la hora de "defender en la calle la
industria petrolera, ya que es de todos y no de una elite".

Añadió: "Si logran parar la industria petrolera, si logran paralizar al
país, no habría gasolina ni luz y retrocederíamos 100 años. Por eso debemos
evitar la paralización de la industria cueste lo que cueste". Por ello
reiteró la militarización de la industria petrolera y llamó a sus
partidarios a movilizarse "por todo el país" para esta defensa.

La manifestación oficialista también guardó un minuto de silencio por las
víctimas de la violencia del viernes pasado en la Plaza Altamira, donde un
grupo de militares disidentes se mantienen atrincherados desde el 22 de
octubre pasado.

"Esta no es una marcha de odio ni de desprecio a nadie. A raíz de los
acontecimientos de anoche, guardamos un minuto de silencio por las
víctimas", explicó el vicepresidente José Vicente Rangel, en tanto que los
opositores se quejaban de que el gobierno se había negado a declarar una
jornada de luto nacional por los sucesos.

La opositora Coordinadora Democrática, que aglutina a sectores empresariales
de Fedecámaras, de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) y de
los partidos opositores que buscan la caída del gobierno de Chávez, decretó
por su parte tres días de luto "activo nacional" en consonancia con el "paro
activo" que realizan.

En tanto, entre música, consignas y banderas, Rangel señaló que era una
marcha de "gente seria y sensata", y envió un mensaje de condolencias a los
familiares de las víctimas de los más recientes sucesos, mientras más
personas seguían sumándose a la manifestación.

"No al chantaje terrorista, Venezuela no se detiene", era una de las
consignas de los chavistas en la tribuna. Dirigentes del gobernante
Movimiento V República (MVR) lanzaban las consignas: "El pueblo está en la
calle y no lo para nadie", "No volverán" y "Chávez somos todos".

La marcha de la oposición partió del barrio de Chuao hasta Petare, bajo la
consigna: "por la paz y contra el terror", ya que acusan a los seguidores
del chavismo de lo que llaman "la masacre de Altamira", y no han dejado de
responsabilizar al propio mandatario, acusándolo de emitir órdenes al
respecto.

Los opositores, vestidos de negro, realizaron una serie de "homenajes" por
los tres muertos y varios heridos del viernes, cuando un sujeto disparó
indiscriminadamente contra la gente que apoyaba a los militares disidentes.

Voceros de los venezolanos contrarios a Chávez criticaron la bulliciosa
marcha oficialista con comentarios de que "así se muestra la sensibilidad"
del gobierno.

La prensa opositora, entre ésta el diario El Nacional, presentó una foto en
la que, dice, el pistolero confeso de la agresión en la plaza Altamira se
encontraba el día anterior en una concentración de simpatizantes del
presidente Chávez frente a la sede de PDVSA.

El sujeto es un taxista de 39 años de origen portugués e identificado como
Joao de Goveia, además de que la policía tiene detenidos y bajo
interrogatorio a otros seis sospechosos.

El fiscal general, Isaías Rodríguez, expresó que los detenidos serán
trasladados a los tribunales este domingo. De momento, agregó, se sabe que
el portugués ingresó en el país este año.

La oposición se mantuvo en la plaza Altamira, donde en la noche realizaba
una vigilia en honor a los caídos y un nuevo cacerolazo, con insistentes
reclamos de "elecciones ya"

El presidente venezolano, quien desde anoche destacó que los opositores ya
habían comenzado a gritar "Chávez asesino", y que aun cuando los cuerpos de
las víctimas estaban calientes, los opositores ya tenían al asesinado
identificado al señalar al presidente, pidió no adelantar conclusiones y
esperar las investigaciones sobre los hechos.

Horas antes de lax manifestaciones, Chávez aseguró ante corresponsales
extranjeros que "la gran operación de sabotaje sobre la empresa petrolera se
ha convertido en un alto riesgo para el país", y acusó a sus adversarios de
tener una "motivación política bastarda".

Señaló que el gobierno puso en marcha un plan para recuperar, con las
fuerzas armadas, el control de los 11 buques que se sumaron a la huelga, y
anunció que ya se había recuperado el control del tanquero Pilín León, el
primero que desde el jueves se había sumado a los huelguistas y cuyo capitán
fue sustituido, ya que los marineros bajo su mandono lo seguían.

Un capitán de otra de las naves varadas confirmó que un comando militar de
elite tomó el control, que se trataba de una unidad muy bien entrenada, y
calificó su esfuerzo de "desproporcionado".

Chávez dijo que esos comandos seguirán recuperando el resto de los
tanqueros, ante lo cual los opositores habían dicho inicialmente que
opondrían resistencia o que la gente los apoyaría a resistir.

Asimismo, agradeció a los trabajadores de la industria que han estado
colaborando, y dijo que lo cierto es que las órdenes para la movilización de
los buques no han estado saliendo de las oficinas de PDVSA. Comparó ese tipo
de actitudes de los gerentes con quien pone un bomba en un lugar público
para luego calificarlo de "sabotaje".

Uno de los gerentes opositores de la petrolera, Juan Fernando, admitió que
pese a las demoras en las entregas, las exportaciones siguen fluyendo al
reconocer que ayer partió a Cuba un buque con 240 mil barriles de diesel.

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Nello

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