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COLOMBIA:Iglesia Católica celebra tregua de paramilitares





Yadira Ferrer

BOGOTA, 29 nov (IPS) - El anuncio de cese del fuego indefinido efectuado
este viernes por las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC),
que regirá desde el domingo próximo, es un paso significativo para la paz,
sostuvo la Iglesia Católica.

El cardenal católico Darío Castrillón estimó que la decisión de las
derechistas AUC, divulgada en una carta de 12 puntos fechada este viernes y
dirigida al presidente Alvaro Uribe y a la jerarquía eclesiástica, "es una
señal de buen tiempo para Colombia".

El documento lleva la firma de los jefes máximos de las AUC, Carlos Castaño
y Salvatore Mancuso --requeridos por tribunales de Estados Unidos bajo
cargos de narcotráfico-- y de 26 comandantes de frentes.

Otros grupos paramilitares minoritarios, que no reconocen el liderazgo de
dos comandantes de las AUC, están considerando sumarse al intento de
negociación con el gobierno.

El anuncio de tregua de las AUC debe servir de ejemplo a los otros grupos
armados irregulares que actúan en Colombia, dijo el prelado desde Roma a la
radioemisora Caracol.

Las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC),
principal grupo armado, deben revisar su posición de no dialogar, si se
abren caminos de paz con las AUC, según Castrillón.

En su opinión, es posible que esa posición de la guerrilla fuera importante
en otras circunstancias, pero la situación ha cambiado por la nueva visión
de la comunidad internacional sobre el conflicto, y la respuesta que da el
pueblo colombiano a la guerra que padece.

"Las cosas han cambiado: están los cargos por terrorismo, la presión
internacional, el rechazo de la sociedad colombiana y bajo esa nueva óptica,
la guerrilla, que también tiene hombres muy inteligentes, debe hacer su
análisis", sugirió el cardenal.

Las AUC, con casi 10.000 combatientes, afirmaron que el cese del fuego y de
hostilidades se mantendrá hasta que se materialice y consolide un proceso de
paz con el gobierno, que concluya con la desmovilización de la organización.


Las AUC reclamaron ser reconocidas y ratificadas como "actores del conflicto
armado y político" del país y se manifestaron dispuestas a aceptar la
participación de la Iglesia Católica, la Organización de Estados Americanos
y la Organización de las Naciones Unidas, como mediadores en una eventual
negociación.

Asimismo solicitaron la intervención del Fondo de las Naciones Unidas para
la Infancia para entregar a los niños que revistan en sus filas y que, según
su versión, fueron "rescatados" de manos de las guerrillas izquierdistas.

En los 12 puntos del documento, las AUC agregan que sólo responderán
militarmente cuando la guerrilla incursione en los territorios bajo su
dominio.

Los paramilitares también solicitaron la libertad de varios miembros de su
organización bajo un acuerdo humanitario, mecanismos de financiación para
sustituir cultivos ilícitos de coca y asistencia del Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los Refugiados para el retorno de los desplazados a sus
hogares.

El senador Carlos Gaviria, del izquierdista movimiento Polo Democrático,
dijo a IPS que las AUC deben ser reconocidas como uno de los actores del
conflicto armado.

No obstante, algunas peticiones, como la excarcelación masiva de
combatientes, no son posibles pues el Estado incurriría en una situación de
impunidad. "Un proceso de paz no puede levantarse sobre hechos de
impunidad", dijo Gaviria.

El presidente del Congreso legislativo Luis Ramos, del Partido Conservador,
también celebró el anuncio de las AUC y confió en la capacidad de las
Fuerzas Armadas para proteger a todos los colombianos.

Otros legisladores señalaron que los contactos del gobierno con los
paramilitares están avanzados, lo que explica que el Poder Ejecutivo haya
enviado al parlamento un proyecto para eliminar de la Ley de Orden Público
el condicionamiento del estatuto político.

La ley establece que el gobierno sólo puede negociar la paz con grupos que
tengan reconocimiento político, y las AUC se encuentran fuera de esa
categoría.

Las organizaciones paramilitares de derecha surgieron en los años 70 como
grupos de autodefensa financiados por campesinos y hacendados y apoyados por
el ejército para combatir a la guerrilla izquierdista.

En 1989 fueron ilegalizadas por sus nexos con el narcotráfico y por sus
continuos ataques contra sindicalistas y políticos de izquierda.

Según algunos analistas, tras las elecciones del pasado 26 de mayo, en las
que resultó electo Uribe, el líder paramilitar Carlos Castaño comenzó a
considerar el inicio de negociaciones de paz con el nuevo gobierno.

Castaño hizo pública su decisión el 24 de septiembre, cuando el secretario
de Justicia de Estados Unidos, John Ashcroft, anunció en Washington un
pedido de extradición para procesarlo por delitos de contrabando de drogas,
junto a otros dos miembros de la organización

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Nello

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