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Dramático suspenso en día de elecciones en Brasil



Leonel Nodal

Río de Janeiro, 6 oct (PL) Un dramático suspenso antecede el desenlace de la
telenovela electoral brasileña, que puede finalizar hoy con la proclamación
como presidente de un tornero mecánico de origen humilde, o prolongar su
angustia otras tres semanas.
Nacido en un humilde hogar de labriegos, en el municipio rural de Garanhuns,
en el desértico nordeste, abandonado por el padre antes de nacer, analfabeto
hasta los 10 años, limpiabotas, vendedor ambulante, obrero metalúrgico,
líder sindical nacional, Luis Inacio Lula da Silva cumple hoy 57 años.
Ningún otro final más melodramático, o realmente-maravilloso, para los
primeros comicios del siglo XXI en Brasil, los mayores de su historia, con
115 millones 254 mil 113 electores inscritos, que ejercerán el sufragio en
335 mil 871 urnas electrónicas.
Nada más emocionante que llegar al momento de la verdad con un 50 por ciento
de los votos válidos, como reveló a menos de 12 horas del inicio de la
votación la última encuesta del Instituto de Brasileño de Opinión (IBOPE).
Un voto, apenas un solitario y anónimo voto, decidido a última hora, quizás
en un cambio repentino de opinión, puede decidir el pleito este domingo.
Si los sofisticados métodos de estudio de los sondeos electorales resultan
tan certeros como se proclaman, poco o nada cambiará el destino del
candidato de la coalición de centro-izquierda "Lula Presidente", del líder
del Partido de los Trabajadores (PT).
Todas las encuestas coinciden en que, de ser necesario un segundo turno,
previsto para el 27 de octubre, Lula derrota a cualquiera de sus rivales por
amplio margen.
Aún así, persiste la duda, la emoción de saber quién será su adversario, si
el doctor en Economía graduado en Cornell, José Serra, de la gobernante
Socialdemocracia Brasileña (PSDB), o el locutor y predicador evangélico
Anthony Garotinho, ex gobernador de Río de Janeiro, candidato del Partido
Socialista Brasileño (PSB).
El experimentado senador Serra, de 60 años de edad, ex ministro de
Planificación y de Salud, de la admnistración saliente, está en un empate
técnico con el "muchachito", significado de Garotinho, nombre artístico
asumido por Anthony William Matheus de Oliveira cuando con 20 años disputó y
ganó su primera elección para diputado.
Ese es uno más de los muchos hechos curiosos que marcan esta elección en
Brasil, en la que por increible que parezca ningún candidato presidencial se
proclama conservador o de derecha.
Los más objetivos analistas lo atribuyen al descrédito de los tradicionales
políticos representantes de oligarquías amparadas en el poder del látigo, el
dinero y el tráfico de influencias.
El pleito entre seis candidatos que levantan como bandera alguna variante
del socialismo, condenan la corrupción y admiten el efecto negativo de la
dependencia externa, aunque propongan soluciones diferentes, indica un mayor
grado de conciencia en la sociedad.
La voluntad de cambio expresada en las más recientes encuestas, revela la
razón del favoritismo de Lula, un conocido opositor, con una vida limpia,
fundador del más moderno y mejor estructurado partido político de Brasil.
Por supuesto, tampoco se trata del comienzo de una transformación radical,
un vuelco violento, el triunfo del bien sobre el mal de la noche a la
mañana; mucho más absurdo de imaginar en un país de dimensiones
continentales.
La ilusión de los más de 50 millones de electores brasileños que se
confiesan votantes de Lula es la esperanza en un destino mejor, honradez en
el manejo de los fondos públicos, mayores oportunidades de trabajo y de
estudio para sus hijos.
Si la agonía de Lula en espera de la presidencia se prolonga, por tres
semanas más, de todos modos su dramática carrera política tendrá un
ingrediente adicional de emoción para el final feliz.
El 27 de octubre es la fecha de nacimiento de su registro de inscripción,
por tanto podrá festejar frente a un pastel de cumpleaños con 57 velitas,
con derecho a lágrimas de felicidad y el masivo grito de apoyo de sus
simpatizantes: "Ahora, es Lula". Un desenlace digno de una buena telenovela
brasileña con final feliz.

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Nello

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