[Date Prev][Date Next][Thread Prev][Thread Next][Date Index][Thread Index]

Argentina ¿Como si nada hubiera sucedido?





Daniel Campione

 En estas últimas semanas, aquí y allí aparecen noticias que parecen
querer reemplazar el "Qué se vayan todos" por la frase 'Aquí no ha
pasado nada', y demostrar que en la Argentina de 2002 las jornadas de
diciembre han pasado al recuerdo, grato para los luchadores, amargo
paralos dueños del poder.  Pero al fin no presente sino recuerdo,
destinado a desvanecerse progresivamente por el mero transcurso del
tiempo.

Menem realiza actos proselitistas en distintos lugares del país. El
eterno gobernador de Santiago del Estero, Carlos Suárez gana su
enésima elección provincial (ya no es gobernador en los papeles, pero
sí en los hechos).  El poder legislativo intenta clausurar
definitivamente el juicio político a la Corte Suprema.

  Los 'cerebros' del presidente Duhalde pergeñan una y otra vez sus
planes para garantizar que las elecciones de marzo de 2003 sirvan para
perpetuar la hegemonía política actual. Y paradoja mayor, Adolfo
Rodríguez Saa, arrojado 'cacerolazo' mediante en los últimos días de
2001 de su interinato presidencial, despunta como el candidato a
Presidente con mejores perspectivas.

La demanda tiende a diluirse, incluso por las acciones de la propia
oposición, que intentó primero un operativo mediático en torno a ella
(Carrió+Kirschner+Ibarra), y luego apostó a una movilización callejera
(Carrió+Zamora+De Gennaro), que no fue el éxito que se esperaba y que
no dio lugar, hasta ahora, a ningún movimiento o acción ulterior.
Cierta dolorida resignación, junto a un escepticismo indiscriminado
que no debería confundirse con sabiduría, aparentan volver poco a poco
a ser el talante habitual de amplios sectores de la sociedad
argentina. La idea de que nada más o menos sustancial va a cambiar, se
vuelve más plausible ante el leve adormecimiento que produce lo que
algunos llamaron 'veranito' económico: Un par de meses con el dólar
estable, la inflación importante pero en baja, e indicadores
productivos que no descienden de modo tan catastrófico como hasta hace
pocos meses. Allí están los aterradores niveles de pobreza,
desocupación y precariedad laboral, pero se cierne el peligro de  que
pasen a formar parte de una perversa 'normalidad', que neutralice el
sentimiento de indignada sorpresa que hoy producen.  La degradación de
la institucionalidad política sigue su curso, entre rumores de coimas,
tentativas de trampa electoral vía ley de lemas y otros mecanismos que
tienen en común la intención de distorsionar los resultados
electorales, y nada de lo ocurrido, está visto, ha impuesto un cambio
en los métodos y las conductas de los que ocupan esas instituciones.

Por 'abajo' las asambleas populares ocupan edificios abandonados para
realizar actividades comunitarias, arman comedores populares,
establecen centros culturales, y hasta quieren reconstruir clínicas
desactivadas hace años. Numerosas empresas (en general medianas y
pequeñas) retoman su funcionamiento bajo la dirección de sus
trabajadores, algunas como cooperativa, otras como organizaciones bajo
control obrero. Las organizaciones piqueteras continúan su trabajo en
barrios y villas, mientras fluyen trabajosamente los fondos del Plan
Jefes de Hogar, el último de los 'planes sociales' que da sustento a
las organizaciones, pero también a los 'punteros' radicales y
peronistas, que persisten en su accionar pese a la profunda crisis de
las estructuras partidarias. La  presencia ruidosa en calles y rutas
del movimiento social ha descendido, si bien esto no puede asimilarse
sin más a desmovilización, sino en muchos casos a un vuelco a trabajar
en la consolidación de las organizaciones, en la satisfacción de
problemas tan concretos como urgentes de sus miembros, en fundamentar
con mayor amplitud las críticas al sistema social imperante  y las
propuestas alternativas al mismo. Se siguen tejiendo lazos entre las
capas medias en descenso y los sectores más pobres; asambleas
populares organizan la vacunación antitetánica de los 'cartoneros' que
lastiman sus manos buscando el sustento entre la basura, o tratan de
pergeñar una obra social para el personal de las empresas tomadas; y
muchos vecinos de los barrios acomodados incorporan cada vez más la
idea de que los pobres y desempleados pueden ser sus aliados en las
soluciones, y no una parte de sus problemas.

Pero también están 'los otros', el conglomerado más 'silencioso' que
masculla en las esquinas contra las frecuentes manifestaciones y
cortes de calles; pide más represión para los delincuentes, mientras
sigue apostando a la preservación de su capacidad de consumo, de su
lugarcito a la sombra de algún poder, a la restauración de algún
'orden' que les permita seguir ignorando con mayor comodidad todo lo
que exceda su repliegue individualista, aunque el mundo se derrumbe a
su alrededor.

Y todavía otros más, los que instalados en el 'progresismo' o al menos
en la 'corrección política', están al acecho para partir nuevamente
rumbo al limbo de su vida privada : 'Ah viejo, si después de todo esto
la gente vota a Rodríguez Saa o a Menem, yo no quiero saber más nada',
se los escucha decir. Como otras veces, esperan que ocurra algún
sinsabor colectivo para volver a autojustificar la inacción, con la
monserga de que la mezquina sociedad en que viven no merece que
persistan en sus elevados ideales... Que estas actitudes no se
generalicen y terminen prevaleciendo no está asegurado, ya que mucho
importante pero casi nada irreversible ha ocurrido en el movimiento
social en los últimos años, días 19 y 20 incluidos.

Entretanto, se debate una reforma constitucional de carácter radical,
se espera una movilización popular que vuelva a desbordar el poder
político y reactualice los temas del último diciembre. Una parte de la
militancia lo aguarda todo de la acción de base y repite que no quiere
tomar el poder sino desenvolverse al margen de él, a riesgo de que el
poder desarticule, o directamente destruya, cualquier construcción
alternativa que decida no cuestionarlo (o peor la coopte gradualmente
mellándole su filo crítico). Otra parte insiste en confundir el avance
de la organización popular y de la radicalización del movimiento  con
el crecimiento de su propia organización y con el principio de
realización de lo que tienen 'planificado' como ineluctable futuro
revolucionario.

Sin embargo, desde el poder, el escenario está preparado para
deslizarse sin mayores novedades hasta el próximo marzo, y allí
lograr, a tuertas o derechas, que un representante de la decadente
'clase política', peronista casi con seguridad, ocupe la Presidencia,
seguramente con legitimidad 'manca' por la limpieza más que dudosa del
proceso electoral, pero con el  aparato estatal en sus manos, para
continuar haciendo lo que el gran capital ordene, que no otra
perspectiva se dibuja en el horizonte de la dirigencia, ya curtida en
demasía en propiciar flagrantes inmoralidades con altivo gesto de
estadista. Valdrá la pena tratar de impedir que esto ocurra, poner un
coto a la persistente alianza de poder económico, político y
comunicacional que no cederá un ápice sino se lo obliga a ello. Volver
a repudiar con protestas activas, abstenciones y votos nulos comicios
cada vez más farsescos.

Pero el apuntar a la construcción de una democracia radical inédita,
al afianzamiento de una cultura de la participación activa y el debate
público, la instauración de una voluntad colectiva dispuesta a correr
riesgos, a sufrir esperas y retrocesos, y a asentarse en una
perspectiva anticapitalista, requiere forzosamente plazos más largos
que los meses que van de aquí a marzo. Además de constancia en la
construcción de poder, y claridad sobre la necesidad de 'autorreforma'
de un movimiento contestatario que arrastra variadas rémoras que
abarcan desde lo más conceptual de la 'visión del mundo'  hasta el
modo de emprender las prácticas más cotidianas. Difícilmente derrotas
o victorias de largo alcance en la prosecución de esos caminos se
vinculen con el nombre del próximo presidente; y "Qué se vayan todos"
quiere decir mucho más que la terminación del mandato de unos cientos
de legisladores.

Servicio Informativo "Alai-amlatina" Agencia Latinoamericana de
Informacion info@alai.ecuanex.net.ec URL: http://alainet.org

**************************************************
Nello

change the world before the world changes you because  another world is
possible