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Venezuela: Gli USA hanno perso la faccia, ma non demordono
- To: <latina@peacelink.it>
- Subject: Venezuela: Gli USA hanno perso la faccia, ma non demordono
- From: "Nello Margiotta" <animarg@tin.it>
- Date: Tue, 16 Apr 2002 18:14:10 +0200
EEUU-VENEZUELA:
Washington vapuleado por los hechos
Jim Lobe
WASHINGTON, 15 abr (IPS) - El gobierno de Estados Unidos intenta recomponer
su dañada imagen ante el resto de América a sólo tres días de haber saludado
el fallido golpe de Estado contra el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
Washington provocó un serio daño a su credibilidad al congratularse por el
derrocamiento de Chávez, quien retornó triunfante a su cargo el domingo,
cuando se desmoronó la alianza golpista que lo había expulsado y arrestado
apenas dos días antes, advirtieron analistas y expertos en América Latina.
"El gobierno estadounidense no reflejó correctamente el episodio", que "dañó
severamente su credibilidad en materia democrática y reveló su propio
aislamiento en la cuestión", sostuvo el vicepresidente del no gubernamental
Inter-American Dialogue, Michael Shifter.
Fuentes del Departamento de Estado (cancillería) acusaron de la debacle
diplomática y política al secretario adjunto para Asuntos del Hemisferio
Occideental, Otto Reich, y al director para Democracia, Derechos Humanos y
Organismos Internacionales del Consejo de Seguridad Nacional, Elliott
Abrams.
"Esto borra prácticamente todo lo que hemos intentado hacer en América
Latina respecto del apoyo a la democracia. ¿Alguien pensó como verían esto
los latinoamericanos?", cuestionó una funcionaria diplomática.
La fuente se refería al comunicado del Departamento de Estado, que leyó el
viernes el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, luego que el
empresario Pedro Carmona, nombrado presidente provisorio con respaldo de un
sector de las Fuerzas Armadas, disolvió el parlamento y el Supremo Tribunal
de Justicia.
El Departamento de Estado se hizo eco de la retórica de los sectores
opuestos a Chávez, afirmando que la suerte del mandatario fue resultado de
sus propias "provocaciones", por lo cual "renunció a la presidencia. Antes
de renunciar, destituyó al vicepresidente y al gabinete".
El comunicado también saludaba el papel del ejército y acusaba a seguidores
de Chávez de "abrir fuego, siguiendo órdenes", contra unas 200.000 personas
que manifestaban frente a la sede del gobierno.
Las responsabilidades por las decenas de muertos y más de un centenar de
heridos están lejos de aclararse en Caracas, pero las afirmaciones de
Washington sobre destituciones y renuncias fueron desmentidas posteriormente
por Chávez y otros funcionarios.
"Adhirieron demasido rápido a la versión de los hechos que dio la oposición"
a Chávez, cuando "debían ser cuidadosos en extremo sobre una remoción
aparentemente inconstitucional de un jefe de Estado electo", subrayó el
vicedirector de la no gubernamental Washington Office on Latin America, Bill
Spencer.
El Departamento de Estado se negó a calificar lo ocurrido como un golpe de
Estado o "una interrupción o alteración inconstitucional del orden
democrático", tal como lo define la Carta Democrática adoptada por la
Organización de Estados Americanos (OEA) el 11 de septiembre.
Al contrario, Washington insistió en referirse a la caída de Chávez como un
simple "cambio de gobierno".
En esas condiciones, Estados Unidos quedó aislado de otros países miembros
de la OEA, en especial de los 19 gobiernos representados en la cumbre del
Grupo de Río, reunida el viernes en Costa Rica.
En una declaración publicada casi simultáneamente al comunicado de
Washington, el Grupo de Río condenó la acción contra Chávez y llamó a una
reunión urgente de la OEA en aplicación de la Carta Democrática, que prevé
la suspensión de un estado miembro que experimente un quiebre del orden
democrático.
Estados Unidos se vio obligado a modificar su posición y en la reunión de la
OEA el sábado votó en favor de "condenar la alteración del orden
constitucional en Venezuela".
Sin embargo, eso no impidió que este lunes el portavoz del Departamento de
Estado Philip Reeker insistiera en que los hechos del viernes no
constituyeron un golpe de Estado.
Del mismo modo, la asesora de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, acusó el
domingo a Chávez de causar su propio derrocamiento y de tratar al pueblo
venezolano "con mano dura".
"(Chávez) debe respetar los procesos constitucionales. Esperamos que
reconozca que todo el mundo lo está mirando, y que aproveche esta
oportunidad para enderezar su barco, que se mueve en dirección equivocada
desde hace mucho tiempo", dijo Rice.
"La aparición (de Rice) fue particularmente lamentable y paternalista", dijo
a IPS el ex embajador Robert White.
Las declaraciones de la asesora fueron "tan autoritarias en estas
circunstancias que resultan increíbles", dijo otro analista que no quiso dar
su nombre.
Los actos y las reacciones de Washington ponen en evidencia "una absoluta
incompetencia", estimó White, quien llevó a cabo casi toda su carrera
diplomática en América Latina y ahora integra el Centro de Política
Internacional.
"¿Cómo es posible que reaccionáramos de la forma en que lo hicimos sin haber
tenido un conocimiento anticipado (de lo que sucedería)?", se preguntó,
agregando que no tenía información sobre la participación de Estados Unidos
en el intento de golpe.
"Este incidente está diciendo 'creemos en la democracia siempre y cuando la
gente vote como nos convenga'", agregó el diplomático.
Reeker destacó este lunes que Washington continúa "examinando los
acontecimientos de Venezuela con gran preocupación", y subrayó la
importancia de la misión enviada por la OEA, encabezada por su secretario
general, César Gaviria.
Estados Unidos insta a "todos los venezolanos a aprovechar esta oportunidad
para promover la reconciliación y un genuino diálogo democrático", agregó
Reeker.
Pero el episodio confirma para muchos que el gobierno de George W. Bush está
más interesado en la lealtad de los gobiernos de América Latina que en los
mecanismos por los que accedieron al poder.
"El 11 de septiembre, Estados Unidos firmó la Carta Democrática, pero de
pronto todo indica que estamos otra vez en los días de la guerra fría,
cuando abrazaba a quienes le resultaban amigables y se oponía a los demás",
dijo Spencer.
"Deben contestarse muchas preguntas sobre el papel que Estados Unidos jugó
en fomentar y alentar a la oposición y en su rápida aceptación (del golpe de
Estado) como forma de cambiar el gobierno", dijo Spencer, quien pidió una
investigación del Congreso (legislativo).
"Está claro que mucha gente aquí (en Washington) esperaba y deseaba el
derrocamiento de Chávez. No sé cuánto más estaban haciendo", concluyó
Spencer (FIN)
Nello
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