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CAFE:Crisis mundial alienta industrialización en Brasil





Mario Osava

RIO DE JANEIRO, 6 feb (IPS) - Las malas perspectivas del mercado mundial del
café, que presenta los precios más bajos en 30 años, inducen en Brasil a
aumentar la industrialización del producto, para agregar mayor valor a su
exportación.

"No se ha comprobado el exceso de producción mundial. Lo que hay son
especulaciones que los importadores usan para bajar los precios", dijo a IPS
uno de los coordinadores del Departamento de Café del Ministerio de
Agricultura brasileño, Eduardo Shacur.

Pero la actual crisis se atribuye a la superproducción y a las elevadas
existencias de café en los países de gran consumo, como Estados Unidos. Los
precios tienden a caer más ante la gran cosecha brasileña prevista para el
año cafetero 2002/2003, que comienza en mayo.


El Ministerio de Agricultura prevé una cosecha de 37,9 a 39,6 millones de
sacos de 60 kilogramos, casi 40 por ciento más que el año anterior. Pero hay
estimaciones de hasta 45 millones entre operadores internacionales, volumen
sin precedentes en Brasil, cuyo récord fue de 42,9 millones de sacos en el
año 1987/1988.

Los países productores de Africa y América Central serán los primeros en
sufrir los efectos del agravamiento de la crisis, dada la debilidad
financiera que les impide apoyar a los caficultores, según Lauro Kfouri
Marino, experto de la FNP, empresa brasileña de consultoría en agronegocios.

Pero las pérdidas serían generalizadas, porque recuperar el equilibrio del
mercado exige un largo esfuerzo, pues se trata de un cultivo permanente cuya
reducción de oferta es necesariamente lenta, observó Kfouri Marino.

Los daños sociales son graves porque la caficultura emplea a muchas
personas. Cada hectárea de cafetales erradicados deja "un mendigo más en las
calles", resumió Manuel Bertoni, ex presidente del Consejo Nacional del
Café, organización representativa de los 250.000 caficultores brasileños.

La Asociación de Países Productores de Café intentó sostener los precios,
pero fracasó en su intento de contener la expansión de la oferta mediante un
plan de retención de 20 por ciento de las exportaciones, iniciado en mayo de
2000 y abandonado en septiembre pasado.

La asociación prácticamente se extinguió, quedando solo como foro de
discusiones a partir de este mes.

Brasil decidió, en medio de esa situación adversa, renunciar por el momento
a acciones reguladoras y adoptar una política de estímulo a la
industrialización, para aumentar las exportaciones de café tostado, molido y
soluble, con mayor valor agregado, anunció Shacur.

Una desventaja de los países productores, todos en desarrollo y muchos
extremadamente pobres, es que exportan la casi totalidad de su café en
bruto, luego procesado en los países ricos del Norte industrial, que
reexportan parte del producto. Alemania es un gran exportador de café sin
poseer un solo cafetal.

Esa división del mercado cafetero se estableció en el pasado y se consolidó
por mecanismos adoptados por los países importadores, como la exención
arancelaria del café en bruto y la gravación del industrializado.

Los mercados ricos ya son, además, rigidamente dominados por marcas locales
de café listo para el consumo, lo que dificulta mucho la introducción de un
producto de los países cultivadores, dijo a IPS Mauro Malta, economista de
la Asociación Brasileña de la Industria de Café Soluble (ABICS).

Brasil, el mayor productor y exportador mundial, no tiene una sola marca de
café tostado y molido en los supermercados europeos, ejemplificó Malta.

Un intento de disputar ese mercado exige un esfuerzo demasiado fuerte de
promoción y un sistema de distribución y venta de difícil implantación, dada
la hostilidad de los competidores.

Por eso, la industria debe buscar nuevos mercados, donde la promoción de su
café pueda lograr mejores resultados con inversiones más bajas, recomendó,
basado sobre la experiencia de ABICS.

La industria brasileña de café soluble conquistó y desarrolló importantes
mercados en Europa oriental y en Japón. En Rusia se venden 20 marcas
brasileñas de café soluble que ya empiezan a tener falsificaciones, "una
comprobación de su éxito", destacó Malta.

China es el nuevo gran desafío. El esfuerzo de exportar café industrializado
"debe empezar por el soluble", según él.

Además de más valor agregado, tiene la ventaja de atraer con más facilidad
el consumidor tradicional de té, porque el modo de preparación es similar y
se acerca más al rito, tan importante en la cultura asiática, argumentó
Malta.

La batalla por el mercado internacional, sin embargo, no será fácil. El
comercio mundial de café soluble equivale hoy a nueve millones de sacos de
café en grano, pero la mayor parte, cerca de 55 por ciento, es exportada por
países ricos que importan la materia prima, concluyó Malta.


Nello

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