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COSTA RICA:Una nueva era de fragmentación política




Néfer Muñoz

SAN JOSE, 4 feb (IPS) - Las elecciones del domingo en Costa Rica confirmaron
el resquebrajamiento del bipartidismo, aunque los candidatos de los partidos
tradicionales, el oficialista Abel Pacheco y el opositor Rolando Araya,
lograron pasar a la segunda vuelta, que se realizará el 7 de abril.

El centroderechista Pacheco, del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), y
el centrista Araya, del Partido Liberación Nacional (PLN), deberán desplegar
un gran esfuerzo de negociación para captar el fortalecido voto de los
grupos menores.

Y quien de ellos logre finalmente la presidencia estará obligado a buscar el
apoyo de otros partidos para la aprobación de sus principales iniciativas.


El Congreso legislativo unicameral, de 57 escaños, se compondrá de 19
legisladores del PUSC, 17 del PLN, 14 del centrista Partido Acción Ciudadana
(PAC), seis del derechista Movimiento Libertario y uno del Partido
Renovación Costarricense, definido como cristiano.

"Costa Rica está viviendo una transformación política", dijo a IPS la
diputada electa Epsy Campbell, del PAC, un partido con 14 meses de
trayectoria que nutrió sus listas de dirigentes de organizaciones no
gubernamentales, de la sociedad civil y ambientalistas.

El resultado de las elecciones indica que el PUSC y el PLN, que se han
alternado en el poder en los últimos 50 años, han sido cuestionados porque
sus dirigentes se distanciaron de las necesidades del pueblo, afirmó
Campbell.

Pacheco resultó el candidato más favorecido por los votantes, con 38,5 por
ciento de los sufragios, pero no alcanzó el 40 por ciento requerido para
alcanzar la presidencia en la primera vuelta electoral. Araya recibió 31 por
ciento de los votos, y Ottón Solís, del PAC, 26,3 por ciento.

La abstención, entre 2,2 millones de votantes habilitados, ascendió a cerca
de 30 por ciento. Los comicios tenían la finalidad de elegir presidente, dos
vicepresidentes, 57 diputados y 501 regidores municipales. El PLN había
ganado siete de las últimas 12 elecciones.

El principal reto político del próximo presidente será hacer que la
población recupere la confianza en la política y en sus instituciones, dijo
a IPS el sociólogo que coordina el informe nacional de desarrollo humano
Proyecto del Estado de la Nación, Miguel Gutiérrez.

"Para esto es indispensable generar nuevos acuerdos, con reglas muy
transparentes" destinados a "reducir la pobreza, mejorar la educación" y
aceitar el vínculo entre los sectores económicos más dinámicos, sostuvo
Gutiérrez.

Veinte por ciento de los 3,8 millones de habitantes de este país viven
debajo del umbral de pobreza.

El ascenso del PAC, según analistas, es la culminación de las protestas
iniciadas en 2000, cuando miles de costarricenses se lanzaron a las calles
para rechazar el fin del monopolio de la electricidad y las
telecomunicaciones acordado por el PUSC y el PLN, que debieron dejar de lado
el proyecto de ley al respecto.

Al mismo tiempo, la representación parlamentaria del Movimiento Libertario,
encabezado por su hasta hoy único legislador, Otto Guevara, se multiplicó
por seis, en parte por la insatisfacción de un sector de la derecha
tradicionalmente votante del PUSC, según explicó el propio candidato.

Guevara resaltó en sus discursos valores como la libertad económica, la
ruptura de los monopolios para aumentar la riqueza y la eficiencia del
Estado.

La campaña del Movimiento Libertario no apuntaba a obtener la presidencia,
sino a aumentar su bancada parlamentaria, una estrategia que resultó
exitosa. "Si con uno hicimos muchas cosas, con muchos diputados haremos
más", indicó uno de sus últimos mensajes publicitarios.

La sociedad costarricense pasa por un momento de transición en los que busca
nuevos espacios de conciencia, dijo a IPS el profesor de la Universidad de
Costa Rica Roberto Salom.

"El próximo gobierno deberá ser capaz de negociar, y a plena luz del día,
porque ya no se podrán hacer pactos bajo la mesa. Será necesaria una mayor
transparencia", opinó Salom, de profesión sociólogo.

El crecimiento del producto interno bruto se redujo en 2000 a 1,7 por
ciento, frente a 8,4 por ciento de 1999 y a seis por ciento promedio de la
década del 90.

En ese mismo año, el déficit fiscal ascendió a 3,8 por ciento del producto,
0,6 puntos porcentuales más que en 1999 y 1,8 por ciento más que en 1998.

El proóximo presidente tendrá que desplegar una gran capacidad negociadora
para poder encaminar el país, según Salom. "El otro escenario posible que
podría presentarse es la ingobernabilidad", advirtió el experto.

Una serie de hechos de corrupción también influyeron en el resultado de las
elecciones. Los aún no aclarados desvíos millonarios de dinero procedente
del Fondo de Emergencias Nacionales y del Fondo de Asignaciones
Familiares --ambos estatales-- cansaron a la población, advierten analistas.

A estos escándalos se sumó la quiebra del Banco Anglo Costarricense, el más
antiguo del país, durante el gobierno de José María Figueres (1994-1998),
así como constantes denuncias de tráfico de influencias, enriquecimiento
ilícito y mala gestión administrativas.

"El próximo mandatario recibirá a una Costa Rica en crisis política, pues
los partidos que pierdan" se embarcarán en un "boicot contra el nuevo
gobierno", dijo a IPS el analista costarricense Francisco Escobar.

Escobar consideró que la nueva administración tendrá que tomar medidas
económicas drásticas, las cuales podrían abrir un periodo de inestabilidad
política.

Nello

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