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Argentina: sullo sciopero geenrale
ARGENTINA:
Huelga, protestas y propuestas contra la crisis
Marcela Valente
BUENOS AIRES, 13 dic (IPS) - La séptima huelga general realizada en
Argentina en dos años de gobierno de Fernando de la Rúa, convocada por las
tres centrales sindicales del país, tuvo este jueves un fuerte impacto
debido, en parte, al acatamiento masivo de los trabajadores del transporte
público.
Las estaciones de tren, ómnibus y subterráneo amanecieron este jueves
desiertas y aumentó la circulación de automóviles particulares.
Por otra parte, los hospitales públicos funcionaron solo con guardias de
emergencia. Los educadores adhirieron mayoritariamente a la medida de
fuerza, que podría repetirse la semana próxima por 48 horas.
La crisis económica tiene sus principales ingredientes en una recesión que
se arrastra desde hace 38 meses, una deuda externa de 130.000 millones de
dólares con fuertes vencimientos, y un déficit fiscal creciente que el
gobierno ya no puede paliar con préstamos debido a las altas tasas de
interés que le exigirían.
Ante este panorama, el Ministerio de Economía procura al mismo tiempo
renegociar los vencimientos de la deuda externa, combatir la evasión fiscal,
procurar fondos frescos aun a costa de eliminar medidas de reactivación en
curso y evitar a toda costa el colapso del sistema bancario y la devaluación
de la moneda.
Las protestas han tenido éxito a pesar de la mala imagen pública de los
sindicalistas convocantes, pues trabajadores y jubilados sienten un
creciente desconcierto y malhumor a causa de la crisis.
Por ejemplo, los jubilados, que cobran una pensión mínima de 150 dólares,
supieron el miércoles que su paga se atrasaría una semana.
El llanto de ancianos por televisión mostrando las monedas que les quedaban
en el bolsillo, las imágenes de personas muy mayores, con bastón, al borde
del desmayo por las altas temperaturas y la angustia, decidieron al gobierno
este jueves a liquidar este viernes esos haberes, y no la semana próxima.
Así mismo, los educadores de la central provincia de Buenos Aires, que aún
no cobraron los salarios de noviembre, recibieron una propuesta para
percibir sus sueldos de diciembre completamente -- y no en parte, como hasta
ahora--en bonos que emite el gobierno provincial, que aseguró no poder
entregarles efectivo.
"No sé si conviene o no. Las alternativas son todas malas porque si no
aceptamos los bonos a lo mejor no nos pagan nada", comentó una educadora al
conocer la medida.
La huelga de este jueves fue convocada por la Confederación General del
Trabajo (CGT) mayoritaria, la CGT compuesta por sindicatos disidentes y el
Congreso de Trabajadores Argentinos (CTA).
La quietud que ocasionó la medida contrastó con las protestas callejeras del
miércoles, cuando hubo marchas, actos, cortes de ruta, apagones y
"cacerolazos".
El CTA, junto con organizaciones sociales y políticas, prevé realizar del
viernes al lunes próximos una consulta popular por la creación de un seguro
de desempleo para jefes y jefas de hogar de 380 dólares mensuales, y un
seguro de 60 por cada hijo en edad escolar.
La iniciativa había sido lanzada hace dos años con la correspondiente
propuesta de financiamiento, y a partir de este viernes la población podrá
votar el proyecto, cuya implementación permitiría reactivar el mercado
interno, para solicitar su aprobación en el Congreso legislativo.
El economista Claudio Lozano, de la Asociación de Trabajadores del Estado,
explicó a IPS que la crítica coyuntura impulsa la iniciativa, que propone
redistribuir los ingresos mediante una política en que los que opinan y
deciden son los ciudadanos, no los gobernantes.
"Lo novedoso de esta propuesta es que quienes la convocamos no somos
políticos que queremos ser candidatos mañana, sino que queremos" ubicar "en
el centro del debate la cuestión de cómo se debe distribuir el ingreso",
subrayó Lozano, uno de los autores del programa del Frente Nacional contra
la Pobreza.
La huelga fue convocada para protestar contra las medidas que restringieron
el retiro de efectivo de los bancos y para pedir la renuncia del ministro de
Economía Domingo Cavallo, aunque en cada sector se sumaron consignas propias
como la entrega de sueldos atrasados y la restauración de beneficios
eliminados.
La protesta más tradicional el miércoles fue una marcha de trabajadores
organizada por la CGT disidente, en que participaron varios miles de
personas. Pero hubo también partidos de izquierda cuyos activistas se
manifestaron apenas cubiertos con cajas de cartón, así como una inédita
protesta de comerciantes.
"Nunca antes participé de algo así, pero este miércoles lo hice y me siento
mejor", comentó a IPS Nilda Lazo, dueña de un comercio de ropa. Afectados
seriamente por la crisis económica en un mes históricamente bueno, los
pequeños comerciantes salieron a las calles golpeando cacerolas y cortando
calles y avenidas.
Por la noche hubo además un apagón de 15 minutos que fue contundente en las
zonas comerciales y en los barrios más poblados de la ciudad de Buenos
Aires.
Victoria Morales, propietaria de un comercio de ropa para niños, comentó a
IPS que nunca había vivido una época tan mala como ésta.
Las grandes cadenas que compiten con su establecimiento están por convocar a
sus acreedores porque no pueden mantener su actividad, pero, aun así, los
comercios chicos no pueden capitalizar esas caídas.
"El problema es que nadie compra, y aunque vendamos algo, yo creo que cuando
empiece a hacer las cuentas no me habrá quedado ninguna diferencia que
justifique seguir pagando el alquiler, los impuestos, los servicios y todo
lo que tenemos que pagar para mantener el negocio abierto", dijo.
Menos clientes que los habituales acudieron al comercio de Morales debido a
las restricciones al uso de efectivo, y la inmensa mayoría pagó con tarjetas
bancarias de débito.
El alquiler de los aparatos que registran telefónicamente el pago mediante
tarjetas de débito costaba hasta ahora 96 dólares al mes. Como las últimas
medidas obligaron a una masificación del uso de tarjetas, el gobierno acordó
con las empresas proveedoras del servicio que bajen el costo a 30 dólares.
"Yo llamé para pedir que me bajen el costo mensual de la máquina de 96 a 30,
pero me dijeron que no porque ya la tenía de antes", dijo Morales, azorada.
Además, afirmó, empresas operadoras de tarjetas de crédito decidieron
unilateralmente convertir las cuotas de pesos, la moneda argentina, a
dólares, entre otras arbitrariedades que preocupan a la comerciante.
"No sé qué va a pasar, pero algo tiene que suceder porque esto no va a
terminar así", dijo otro comerciante en la protesta. En su caso, las ventas
cayeron 50 por ciento desde las medidas de restricción al uso de efectivo.
Este comerciante no tiene el aparato para registrar compras con tarjeta de
débito, pues no sólo no podía pagar el alquiler sino que le cortaron el
teléfono al que debería conectar la máquina.
Nello
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