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From: Marisa Rosa
Sent: Sunday, May 13, 2001 3:58 PM
Subject: Trasladan a 155 internos del penal de Yanamayo
Trasladan a 155 internos del penal de
Yanamayo
El aeropuerto Manco Cápac fue escenario de una nueva operación
de seguridad
debido al traslado de los reclusos de Yanamayo a distintas cárceles del país
(Foto: Calros Fernández).
Caminaban a paso corto, las esposas que inmovilizaban sus manos y pies
hacían lento su avance. Habían salido de su encierro, pero todavía eran
prisioneros. Son los últimos presos en abandonar el penal de Yanamayo, antes
de que las autoridades del Instituto Nacional Penitenciario (INPE)
reconstruyan este centro.
Se trataba de 129 presos por terrorismo que ayer se mudaron a diez distintas
cárceles del país, y otros 26 al vecino penal de la Capilla de Juliaca.
Camino al aeropuerto, los puneños presenciaron en vivo una película
policial. Más de cien efectivos de la Policía y miembros del Ejército
realizaron un impresionante despliegue para resguardar los nueve ómnibus que
trasladaban a los internos.
El primer grupo abandonó Puno a las 3:05 de la tarde y el segundo lo hizo
media hora después a bordo de dos aviones Hércules de la FAP. Trascendió que
entre ellos se encontraban Américo Gilvonio, Walter Vargas Cárdenas,
Gilberto Iparraguirre Quispe, Mario Gilvonio Misari, Yuri Huamaní Gajari,
Jorge Olivares del Carpio y Abelardo Cachique Rivera.
En Yanamayo sólo quedaron 120. Esta inusual operación contó con la
observación de funcionarios del INPE de Lima y de Puno; un comisionado de la
Defensoría del Pueblo y representantes de la Pastoral Carcelaria. Según
informaron autoridades penitenciarias, ya no habrían más traslados y los
trabajos de refacción comenzarían mañana lunes.
El destino de estos terroristas estaba anunciado. Serían acogidos por los
penales de máxima seguridad en Cusco, Chiclayo, Arequipa, Pucallpa, Ica,
Tumbes, y posiblemente de Ayacucho, Trujillo, Cajamarca, Huancayo y Piura.
Arequipa fue el primer anfitrión. Allí bajaron nueve reclusos, dos de ellos
mujeres. Este grupo fue trasladado a las cárceles de varones y mujeres de
Socabaya poco después de las cuatro de la tarde, en un ómnibus de la Tercera
Región del INPE.
En el terminal Alfredo Rodríguez trascendió que la nave FAP continuó su
viaje hacia Lima, pero que antes haría una escala en el puerto de Pisco
(Ica), para dejar a otro grupo.
El centro de distribución
El ómnibus que transportaba a 30 internos de alta peligrosidad provenientes
del penal de Cachiche (Ica) a Lima habría pasado como un vehículo para
turistas celosamente cuidados si no fuera por los grilletes. Y es que el
vehículo en que viajaban no tenía cubiertas las ventanas. Por eso a los reos
se les veía de la cintura para arriba. Unos sonreían, mientras otros no
dejaban de mover la cabeza para ver las calles del vecino puerto. El avión
de la FAP que los trajo a la capital llegó al Grupo Aéreo 8, a las 6:30
p.m., y veinte minutos después eran trasladados al penal del Callao.
El interior del grupo aéreo sirvió como centro de distribución pues, según
versiones obtenidas por este Diario, el resto de reclusos sería enviado a
diez distintas cárceles. Cuando usted lea esto, los reclusos ya habrán
llegado a su destino y en el penal de Yanamayo todos se preparan para la
reconstrucción.
debido al traslado de los reclusos de Yanamayo a distintas cárceles del país
(Foto: Calros Fernández).
Caminaban a paso corto, las esposas que inmovilizaban sus manos y pies
hacían lento su avance. Habían salido de su encierro, pero todavía eran
prisioneros. Son los últimos presos en abandonar el penal de Yanamayo, antes
de que las autoridades del Instituto Nacional Penitenciario (INPE)
reconstruyan este centro.
Se trataba de 129 presos por terrorismo que ayer se mudaron a diez distintas
cárceles del país, y otros 26 al vecino penal de la Capilla de Juliaca.
Camino al aeropuerto, los puneños presenciaron en vivo una película
policial. Más de cien efectivos de la Policía y miembros del Ejército
realizaron un impresionante despliegue para resguardar los nueve ómnibus que
trasladaban a los internos.
El primer grupo abandonó Puno a las 3:05 de la tarde y el segundo lo hizo
media hora después a bordo de dos aviones Hércules de la FAP. Trascendió que
entre ellos se encontraban Américo Gilvonio, Walter Vargas Cárdenas,
Gilberto Iparraguirre Quispe, Mario Gilvonio Misari, Yuri Huamaní Gajari,
Jorge Olivares del Carpio y Abelardo Cachique Rivera.
En Yanamayo sólo quedaron 120. Esta inusual operación contó con la
observación de funcionarios del INPE de Lima y de Puno; un comisionado de la
Defensoría del Pueblo y representantes de la Pastoral Carcelaria. Según
informaron autoridades penitenciarias, ya no habrían más traslados y los
trabajos de refacción comenzarían mañana lunes.
El destino de estos terroristas estaba anunciado. Serían acogidos por los
penales de máxima seguridad en Cusco, Chiclayo, Arequipa, Pucallpa, Ica,
Tumbes, y posiblemente de Ayacucho, Trujillo, Cajamarca, Huancayo y Piura.
Arequipa fue el primer anfitrión. Allí bajaron nueve reclusos, dos de ellos
mujeres. Este grupo fue trasladado a las cárceles de varones y mujeres de
Socabaya poco después de las cuatro de la tarde, en un ómnibus de la Tercera
Región del INPE.
En el terminal Alfredo Rodríguez trascendió que la nave FAP continuó su
viaje hacia Lima, pero que antes haría una escala en el puerto de Pisco
(Ica), para dejar a otro grupo.
El centro de distribución
El ómnibus que transportaba a 30 internos de alta peligrosidad provenientes
del penal de Cachiche (Ica) a Lima habría pasado como un vehículo para
turistas celosamente cuidados si no fuera por los grilletes. Y es que el
vehículo en que viajaban no tenía cubiertas las ventanas. Por eso a los reos
se les veía de la cintura para arriba. Unos sonreían, mientras otros no
dejaban de mover la cabeza para ver las calles del vecino puerto. El avión
de la FAP que los trajo a la capital llegó al Grupo Aéreo 8, a las 6:30
p.m., y veinte minutos después eran trasladados al penal del Callao.
El interior del grupo aéreo sirvió como centro de distribución pues, según
versiones obtenidas por este Diario, el resto de reclusos sería enviado a
diez distintas cárceles. Cuando usted lea esto, los reclusos ya habrán
llegado a su destino y en el penal de Yanamayo todos se preparan para la
reconstrucción.