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El Martirio en la Universidad Centroamericana 16 de Noviembre de 1989



A 11 años del Asesinato de los sacerdotes Jesuitas. (El Salvador)
Por Carlos Figueroa.


La violencia no tiene justificación, venga de donde venga, las ideas se
combaten con ideas...


I.- Este 16 de Noviembre se cumplen 11 años del asesinato de 6
sacerdotes jesuitas y 2 de sus colaboradores, en el marco de un
enfrentamiento militar entre el Frente Farabundo Martí para la Liberación
Nacional, FMLN y el Ejército, donde las violaciones a los derechos
humanos estaban a la orden del día, situación que hasta el momento,
continua generando protestas, por la evidente impunidad en la cual esta
el hecho.

Varios jefes militares intermedios fueron enjuiciados y encontrados
culpables, como responsables materiales del hecho, aunque una ley de
amnistía (de dudosa reputación Constitucional) posteriormente los dejó
en libertad. Pero los autores intelectuales, los que planearon el genocidio
jamás enfrentaron a la justicia.

Ahora después de 10 años del hecho, la Compañía de Jesús
(congregación jesuita) en El Salvador, junto a los familiares de las
víctimas iniciaron un camino legal para buscar que sean enjuiciados los
autores intelectuales, donde se señalan al ex presidente arenero, Alfredo
Crsitiani, y a la cúpula militar de su administración.

Esto ha generado un debate sobre la conveniencia o no de iniciar un
juicio a estas alturas de la historia. Los que se oponen a establecer todo
un mecanismo legal, se basan en posiciones y razonamientos políticos,
sobre la inconveniencia de enjuiciar el pasado; a pesar de que los que
están a favor, tiene varias vías legales a seguir; en primer lugar
nacionales, y después internacionales, para obtener justicia.

El sacerdote José María Tojeira, Rector de la UCA, afirma que la
institución está realizando todo el proceso estrictamente dentro del marco
jurídico nacional, en total apego a las leyes y que si por decisiones
políticas nacionales no se quiere iniciar el proceso, estos podrían buscar
caminos jurídicos internacionales, como pedir un juicio desde España,
opción que nunca han descartado.

Académicamente, está comprobado que estudiar la historia, es necesario
para corregir errores y poder planificar el futuro, saber en qué nos
equivocamos y no volverlo hacer, recordemos que el que no conoce su
historia está condenado a repetirla. No se puede construir un futuro
nacional sobre la base de mentiras del pasado, recuerden que el
Vaticano en el marco de la celebración del año jubilar, asegura que no
puede haber paz sin justicia social.

Construir una sociedad sobre impunidad nunca trae nada bueno, él
ultimo ejemplo, es la conclusión del pueblo alemán, quienes aseguran
que uno de los orígenes de los problemas sociales de hoy en día, es la
no suficiente investigación que se dio durante el Holocausto, y que es
necesario profundizar en su investigación, un hecho de más de medio
siglo. De los buenos ejemplos se debe aprenderŠ.







II.- Un jueves 16 de Noviembre de 1989.

Era la madrugada de un día como hoy, 16 de noviembre de 1989, el
único ruido que percibía San Salvador eran los gritos tanto de efectivos
del ejército como de la guerrilla y las detonaciones características de una
ofensiva militar, acción en la cual perdieron la vida muchas personas
inocentes, tal vez por estar en el momento y lugar equivocado o tal vez
únicamente por decir la verdad y seguir sus ideales.

Tal es el caso de los 6 sacerdotes jesuitas, la opinión anterior es
compartida por gran parte del pueblo salvadoreño entre los que se
encuentra la directora de Tutela Legal del arzobispado María Julia
Hernández, ³eso no cabe duda los jesuitas mueren cumpliendo sus
objetivos y sus ideales³. Pero si los jesuitas fueron una élite de hombres
pensantes y principalmente muy cristianos por qué asesinarlos. ³Estaba
el concepto ideológico de que todos eran subversivos, que eran
comunistas, nunca quisieron comprender debido a los intereses que
realmente guardaban, que la prédica era de una sociedad mejor.²

Según las investigaciones, los sujetos armados que ingresaron al
campus de la universidad, estaban vestidos con uniformes del batallón
Atlacatl (grupo militar élite de las fuerzas armadas del país). Ordenaron a
5 de las religiosos salir de sus habitaciones y acostarse boca abajo en el
llamado jardín de la rosas, allí procedieron a consumar el crimen, el sexto
jesuita fue asesinado en uno de los pasillos y las mujeres en sus
respectivas habitaciones.

María Julia Hernández fue una de las primeras personas en acudir al
lugar de la tragedia por lo que testifica con autoridad, ³Creo que es el
único caso en El Salvador en el que se logra condenar a los autores
materiales, no se llega a los autores intelectuales, ósea los
procedimientos jurídicos no dieron para eso, no quisieron los poderosos
llegar a eso²

Sin embargo los autores materiales quedan en libertad gracias a la mano
salvadora de las autoridades de aquella época, ³el gobierno que dio esta
amnistía que era el del ex presidente Cristiani no podía auto amnistiarse,
según nuestra Constitución, artículo 214 y 244, en ese sentido el
gobierno no podía dar amnistía, pero ellos violentando y violando nuestra
Constitución dan amnistía e inmediatamente dejan en libertad a los
autores materiales, los militares.²

Ahora 11 años después el caso ha quedado en una total impunidad y lo
que es peor ³Nuestro proceso de paz no pudo superar las causa del
conflicto, si detuvo la guerra, detuvo las armas, no hay más
enfrentamientos tipo operativos militares como los teníamos, pero las
causas del conflicto se han profundizado en lugar de haberse superado.²

Primero fue Mons. Oscar Arnulfo Romero. 9 años después los jesuitas. El
pecado cometido decir la verdad, ojalá el Supremo Creador perdone a
los autores materiales como intelectuales de estos actos, pero algo si es
seguro los mártires de la UCA ya los han perdonado.






III.- El Costo de hablar con la Verdad.

A través del tiempo decir la verdad en muchas oportunidades ha
desencadenado en acciones violentas. El Salvador es un claro ejemplo
de esta terrible afirmación; el caso más conocido en nuestra típica
historia fue el cobarde asesinato de Mons. Oscar Arnulfo Romero, quien
por decir la verdad pagó con su vida. El hecho más reciente en la triste
historia salvadoreña fue el asesinato de los 6 sacerdotes jesuitas y 2 de
sus colaboradoras, quienes por manifestar la verdad fueron brutalmente
asesinados.

Para Monseñor Gregorio Rosa Chávez, arzobispo de San Salvador, los
sacerdotes jesuitas tenían muchos ideales, pero todos coincidían en que
El Salvador de aquellos días estaba marcado por la injusticia ³Cada uno
de los padres asesinados tenía una obsesión, un ideal, una ilusión, una
utopía, pero todos coincidían en una cosa, no estaban contentos con el
país que teníamos. Un país marcado por la injusticia, la violencia, la
insolidaridad, el desprecio a la dignidad de la persona humana, sobre
todo de los más pobres. También estaban de acuerdo en el país que
querían, un país justo, fraterno, solidario, donde la persona humana;
hombre, la mujer fueran el centro, donde los pobre recuperaran su
dignidad, donde la sociedad estuviera organizada de otra manera de
modo que el sol de la justicia de la libertad de la democracia participativa
y de la paz brillara para todos.²

A criterio de mons. Rosa Chávez, hoy día existen varias conclusiones a la
que se puede llegar, del motivo por que los asesinaron, pero hay una
razón en particular que según él, merece análisis, ³Yo quería recordar
una en especial, la cadena radial que el gobierno organizo en el marco
de la ofensiva del FMLN, envenenó las mentes, yo personalmente
recuerdo el dolor en mi corazón cuando al encender el radio muy
temprano, lo que escuche fue ataques contra gente de la iglesia, como si
fuéramos los responsables de todo lo que pasara en el país, la heroica
emisora de la iglesia de aquel entonces la YSAX, no pudo soportar este
tipo de lenguaje, y el director de entonces Mons. Roberto Amilcar
Torreilla escribió un editorial memorable, en el cual explicaba el por qué
la radio no podía ser cómplice de ese tipo de mensaje, fuimos la única
emisora que dejó la cadena radial. Días después, los hechos nos dieron
la razón, porque el veneno que se vertía a través de esas ondas terminó
envenenando las mentes de quienes después decidieron apretar el
gatillo, que acabó con la vida de 6 sacerdotes.²

El religioso es enfático al sostener que todos estamos obligados en hacer
buen uso de la palabra y ahora en este nuevo aniversario debemos
reflexionar del mal uso que de esta se hizo, ³El poder de la palabra que
construye y que destruye, queda aquí muy en evidencia por eso, en el
aniversario del asesinato de los mártires de la UCA, queremos hacer un
llamado a que sepamos valorar la palabra, como medio de comunicación
y de comunión, como instrumento para crear fraternidad, solidaridad,
como instrumento para hacer un mundo más humano, más justo y
solidario, mas fraterno y acorde, a lo que Dios pensó cuando creó el
mundo y dio al hombre y la mujer la capacidad de ser libres y por lo tanto
de hacer historia.²

Mons. Rosa Chávez fue claro y directo al señalar que la violencia no
tiene justificación venga de donde venga y además cuáles son los
reprochables efectos que puede causar el mal uso de la palabra, los
mártires jesuitas son el fiel testimonio de fe y entrega, y a demás de cómo
en una sociedad carente de principios y valores religiosos las acciones
bestiales se anteponen a los razonamientos de toda persona civilizada.






IV.- Todo un hecho de bárbaros el asesinato de los jesuitas.

La ex Procuradora para la Defensa de Los Derechos Humanos del país
la Dra. Victoria Marina Velázquez de Avilés, califica el hecho del
asesinato de los sacerdotes jesuitas y 2 de sus colaboradoras como una
acción de barbarie donde la pasión y las acciones sin razón dijeron
presentes;

³Realmente el martirio de los padres jesuitas y 2 de sus empleadas nos
hace retroceder a épocas de barbarie de polarización de intransigencia,
donde la inteligencia, el conocimiento era un obstáculo para aquellos
que querían resolver todo conflicto por la fuerza, por la violencia, y
eliminar a quien no estaba de acuerdo con sus ideas con el exterminio
físico, fue por ello que se violó, el derecho a la vida de los padres
jesuitas.²

Para la doctora de Avilez en el asesinato de los religiosos se practicó, la
muerte a la inteligencia, ³Esas muertes nos recuerdan las palabras de
Millan Astraing, cuando dijo a don Miguel de Unamuno, Rector de la
Universidad de Salamanca en 1936, Muerte a la Inteligencia; 53 años
después en este país se repite una historia, donde se matan las ideas
con el exterminio físico de las personas que trataron de ayudarnos y de
hacer cambiar a nuestra sociedad.²






V.- Los mártires marcan el camino a seguir.

Para Rogelio Poncel, párroco de las comunidades de la zona norte del
oriental departamento de Morazán, donde hoy en día florece la
comunidad Segundo Montes, los mártires asesinados marcan claramente
un camino de orientación, que la población debemos seguir; ³Es
importante que los mártires siempre nos van señalando el camino, ya
tenemos años de ir caminando después de la masacre, por lo que la
oportunidad de examinar nuestro caminar y es bueno para ver si estamos
bien o vamos mal, ciertamente los mártires señalan seguir un camino de
justicia social, que incluye también respeto a la vida, que incluye
atención a las mayorías populares².

El líder religioso de las comunidades de Morazán, al referirse al avance
democrático en materia social, asegura que si es cierto que se ha dado
un pequeño paso, pero falta mucho por hacer, ³Haciendo un análisis de
la situación de hoy en día, desde los acuerdos de paz se ha dado un
pasito cualitativo en una dirección, hacia una sociedad con justicia social
y buena democracia, pero me refiero a un pequeño pasito, porque
actualmente nos enfrentamos con 2 problemas bastante de fondo, en
primer lugar la pobreza, la que sigue golpeando a nuestro pueblo, los
niveles de pobreza son todavía inaceptables, tenemos que luchar por
superar esa pobreza y en segundo lugar otro problema que está
golpeando al pueblo es la delincuencia, así que yo diría que hemos
avanzado un poquito pero falta mucho por hacer todavía.²





VI.- Las Ideas se combaten con ideas.

A pesar de ser una de las principales frases repetidas por el ya
desaparecido José Ignacio Ellacuría, los asesinos de la democracia
asesinaron sin justificación a 6 sacerdotes jesuitas 2 colaboradoras de
estos, por el simple hecho de pensar distinto.

Hace 11 años y durante una ofensiva militar que tubo como testigo al
Gran San Salvador, un grupo de asesinos sin corazón, incursionaron en
la casa de retiro de la compañía de Jesús y sin mediar razones dieron
muerte a 6 sacerdotes jesuitas y 2 colaboradoras; Ignacio Ellacuría,
Amando López, Joaquín López y López, Ignacio Martín Baro, Segundo
Montes, Juan Ramón Moreno y las encargadas del servicio domestico
Elba y Celina Ramos, madre e hija; pagaron con sus vidas por el el
simple hecho de defender la verdad y de aportar para buscar un mejor
mañana.

Aunque los autores materiales fueron juzgados y condenados, los que
planearon este asesinato todavía gozan las mieles de la libertad. A los
autores intelectuales la justicia no ha querido llegar, porque estos
pertenecen a una clase política, social y económica dominante en el país,
como lo afirma la Dra. María Julia Hernández de Tutela Legal del
arzobispado del país.

Sin duda alguna el caso de los jesuitas es otro claro ejemplo de las
irregularidades y problemas del sistema judicial salvadoreño, en donde
hasta el momento todavía no se ha esclarecido este horrendo crimen,
como lo dijera en su oportunidad la directora de tutela legal del
arzobispado, hasta la conclusión del juicio es inconstitucional, por que
ningún gobierno puede auto-amnistiarse porque viola la carta magna
(Constitución de la República)

A pesar de su muerte los ideales que defendieron los jesuitas, hasta con
su vida, continúan siendo en nuestro país ideales, ya que a pesar de que
la guerra militar terminó, la guerra por la supervivencia continua, las
injusticias están a la orden del día.

Aunque estos fueron asesinados injustamente, la semilla que sembraron,
quedó en tierra fértil, ya que el legado rindió frutos, en un país donde la
incipiente democracia, lucha por sobrevivir.

Sería sumamente difícil resumir el gran trabajo de los sacerdotes jesuitas
en pocas palabras, pero el camino orientación en la búsqueda de
igualdad, en un país con justicia, es reconocido por propios y extraños.
(Sv/QR/Ad-Mt/Vi-Dh-Pp/mc)

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Martin E.Iglesias