¿Tienen alma los refugiados?
Mundo
¿TIENEN ALMA LOS REFUGIADOS?
Alguien alguna vez tendría que hacer algo, ya no sé si
con los millones de refugiados que nadie atiende, sino
con quienes generan políticas y acciones para que un
zapatero sirio de Homs o un campesino somalí de Baidoa,
terminen sus vidas abrazados en el lecho del
Mediterráneo.
CERTIFICACIÓN LIBRE DE
GLIFOSATO La certificación libre de
residuos de glifosato para productos alimenticios de los
Estados Unidos ha sido lanzada ayer martes 21 de marzo,
por The Detox Project , en un movimiento que ofrece a
los consumidores una manera de evitar el químico
"probablemente carcinogénico".
Latinoamérica
JÓVENES CONCURSAN POR
LA MEJOR IDEA PARA UNA NUEVA ECONOMÍA. Hasta ahora participan
investigadores de 11 países de América Latina. El
concurso titulado Economía Por-Venir busca promover la
reflexión sobre los dilemas económicos en el continente
CONTRA EL TLCAN.
En México el TLCAN generó el abandono de una estrategia
industrial que abasteció el mercado nacional, destruyó
importantes sectores productivos, provocó dependencia
alimentaria y concentró en pocas manos los beneficios de
la especialización secundaria exportadora.
LA MEDITERRANEIDAD DE
BOLIVIA, UNA GRAN INJUSTICIA. El que a
Bolivia se le prive de ese derecho no es solo una grave
injusticia sino un obstáculo a la unidad e integración
de América Latina y el Caribe. Hagamos votos porque La
Haya repare este agravio y porque Chile no le ponga
obstáculo alguno.
Mundo
¿TIENEN ALMA LOS
REFUGIADOS?
Guadi
Calvo
Frente a la controversia de si los indios
americanos tenían alma o no, lo que permitió a los
conquistadores explotarlos hasta su desintegración,
cargándose, número más número menos, entre 30 y 60
millones, el Papa Pablo III en 1537 emitió su bula
Sublimis Deus en que palabras más palabras menos decía:
“Nos, que aunque indignos, ejercemos en la tierra el
poder de Nuestro Señor… consideramos sin embargo que los
indios son verdaderos hombres y que no solo son capaces
de entender la fe católica, sino que, de acuerdo con
nuestras informaciones, se hallan deseosos de recibirla
”.
A la sombra de semejante revelación, creo que ya es hora
de que nuestro amado Santo Padre Francisco, dictamine de
una vez y por los siglos de los siglos, si también los
refugiados tienen alma. Para que al final de todo, no
nos llevemos la sorpresa que nos asaremos en los altos
hornos del infierno, por no atender como se debe a esos
que no se sabe bien de donde salieron y pasan por
indecibles suplicios, de los que nosotros nos
desayunamos entre jugo de naranja, cafés, croissants,
mantequilla y ese exquisito dulce de pera que la tía
Ernestina, tan cariñosa ella, siempre nos envía desde el
campo.
Alguien alguna vez tendría que hacer algo, ya no sé si
con los millones de refugiados que nadie atiende, sino
con quienes generan políticas y acciones para que un
zapatero sirio de Homs o un campesino somalí de Baidoa,
terminen sus vidas abrazados en el lecho del
Mediterráneo.
Son infinitos los artículos y más infinitas todavía las
imágenes para que cada uno de nosotros pueda decirse que
no lo sabe y pueda seguir desayunando sin vomitar sobre
la mesa.
El viernes último, se conoció que por lo menos 42
refugiados somalíes, que partieron del puerto yemení Ras
Arra, fueron acribillados por un helicóptero Apache.
El informe oficial explica, que los refugiados con
documentos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas
para los Refugiados (ACNUR), intentaban cruzar el
estrecho de Bal al-Mnadeb , más irónicamente que nunca,
en castellano el Estrecho de las Lamentaciones, para
alcanzar Sudán. Según el informe de ACNUR, no está claro
todavía a qué fuerzas pertenecía la nave atacante, como
si eso fuera a resolverá alguna cosa.
Otro comunicado, desde la confortable Ginebra, de otra
mega estructura de las que para nada sirven,
la Organización Internacional para las Migraciones
(OIM), indica que han sido recuperados 42 cadáveres, y
que son cerca de 80 los supervivientes trasladados a
hospitales en Hodeidah (Yemen), zona bajo control
hutíes.
Los hutíes, estigmatizados por la prensa occidental por
su cercanías a Irán, tienen una organización de base
tribal, conformado por la colectividad chií y sectores
populares suníes de Yemen, a los que Arabia Saudita,
junto a una importante alianza ataca desde hace dos
años, provocando 15 mil muertos y 50 mil heridos, además
de millones de desplazados.
El éxodo somalí ya alcanza los dos millones de personas,
la mayoría hacinados en campos de concentración en los
países vecinos como Kenia o Etiopía. El campo de
refugiados de Dadaab , en la provincia keniata de
Garissa, es el más grande del mundo, con cerca de 400
mil personas, de los cuales casi 350 mil son somalís.
A pesar de la guerra en Yemen, los somalíes han seguido
considerando que tienen más posibilidades de morir de
hambre en su país que en un bombardeo saudita en Yemen,
por lo que el número de refugiados somalíes no se detuvo
en estos dos años de guerra, empujados ya no solo por la
anarquía que estalló tras la guerra civil de 1991 (y hoy
reflejada en la guerra entre al-Shabbab , tributarios
de al-Qaeda y la Misión de la Unión Africana en
Somalia, (en inglés AMISOM) sino también por las
catastróficas condiciones climáticas.
La región sufre con marcada frecuencia sequías bíblicas
que hacen imposible mantener un régimen agrícola, por
modesto que fuera. El país se encuentra a las puertas de
la tercera gran hambruna en los últimos 25 años: en este
momento casi 6.5 millones de somalíes necesitan
asistencia humanitaria, la mitad de manera urgente. La
escasez de agua potable pone en riesgo de contraer
cólera a 5.5 millones de personas. Las cifras si bien
son espeluznantes, lo son mucho más si entendemos que la
población total del país no llega a los 11 millones.
Quizás esta última enumeración de algunos datos de la
realidad somalí, explique la razón por la que millones
de personas huyen a una aventura muy lejana de tener
final feliz.
Conociendo someramente la realidad de Sudán,
entenderíamos la trágica situación de Somalia, para que
los fusilados desde el helicóptero Apache en el estrecho
de las Lamentaciones, este último jueves, hayan elegido
el país del déspota Omar al-Bashir, antes que regresar
al suyo.
¿De qué sirve la indignación?
A un año de la vigencia del acuerdo sobre refugiados
entre la Unión Europea (UE) y Turquía, los números han
sido positivos, queda por ver si esa efectividad también
rige para las personas que son tratados como simple
stock empresarial: tengo tanto, te devuelvo tanto, me
quedo con tanto, sin que quede en claro el estado de ese
“tanto”.
De un promedio de 1740 personas llegadas a Grecia por
día en 2016 se bajó a 43, el número de ahogados, de un
año al otro respecto al eje Grecia-Turquía, descendió de
1100 a 70.
Todo un éxito que sin duda sería para alegrase, si no
fuera porque poco o nada se sabe de la suerte de los
casi 4.5 millones de refugiados con que se han quedado
en territorio turco y si los 3 mil millones de euros que
la UE aportó a Ankara para su sostenimiento llegaron a
ellos o sirvieron para fomentar los planes megalómanos
del presidente turco, Recep Erdogan, que sueña con la
reconstrucción del Imperio Otomano.
Si bien el cierre de fronteras funcionó en el eje
Turquía-Grecia, se ha incrementado en lo que se conoce
como “la ruta italiana”, es decir Libia-Italia, cuyos
números tienen al desenfreno. Sólo en 2017, los cuerpos
recuperados en el Mediterráneo son 537, el año pasado la
cifra arañó los 5 mil.
El acuerdo migratorio entre Turquía y la Unión Europea,
ha tensado a punto de quiebre las relaciones entre
Ankara y Bruselas. El presidente Erdogan ha amenazado en
varias oportunidades con la ruptura del acuerdo, lo que
sin duda sería para Europa literalmente “el fin del
mundo”. El ministro turco de Interior, Süleyman Soylu,
acaba de declarar: “Si queréis cada mes abrimos el
camino a 15000 refugiados y perdéis la cabeza”.
La crisis de refugiados ha puesto en alerta máxima a los
países que conforman la ruta europea desde Grecia, punto
de partida para su asalto a Alemania, el lugar elegido
por la mayoría de los refugiados: Macedonia, Serbia,
Croacia, Hungría y otros países por donde se bifurcan
esos caminos han cerrado sus fronteras e incrementado
las penalidades para aquellos que ingresen a su
territorio sin papeles. Esta cuestión es lo que ha
obligado a Grecia a quedarse con cerca de 70 mil
refugiados que se encuentran en un limbo jurídico, que
Atenas quiere resolver enviándolos de vuelta a Turquía,
y Ankara, amparándose en la letra chica del contrato,
se demora en aceptarlos, por ejemplo en 2016 fueron
devueltos solo 916 personas.
Las islas de acogida griegas como Lesbos, Samos, Quíos,
Kos y Leros, están sobrepasadas de refugiados de los que
nadie quiere responsabilizarse, a la espera de una
resolución respecto a sus pedidos de asilo el que nunca
llegan.
El hacinamiento, las contingencias del clima, el mal
trato, la falta de condiciones sanitarias, la escasez de
agua y aliento, sumados al temor constante a ser
deportados a Turquía y de allí a sus países de origen
como podrían ser Siria, Irak, Afganistán, Pakistán o
Bangladesh, han hecho que los índices de violencia se
disparen dentro de los campos de refugiados. Asesinatos,
intentos de suicidio, autolesiones y violaciones a
mujeres y niños, se han convertido en hechos frecuentes.
Más allá que la llegada de refugiados a Grecia ha
disminuido, el número de los que parten desde Libia
sigue en aumento. Esta problemática se debe a que en
Turquía existe un gobierno fuerte y despótico en
condiciones de hacer cumplir a rajatabla las ordenes de
Ejecutivo, por ejemplo los casi 900 kilómetros de
frontera con Siria están herméticamente cerrados, lo que
hace que la llegada de refugiados sirios sea hoy un
número ínfimo.
En el caso de Libia, un país sin gobierno, las bandas de
traficantes ya no solo de personas sino de lo que se les
ocurra: desde droga a armas y petróleo, transitan a su
libre arbitrio, pagando algún peaje a alguna banda
armada enseñoreada en algún punto u otro del país y las
amplias fronteras.
Así es que en las proximidades de los puertos de Misrata
y Sirte de donde parten hacia Italia, la mayoría de las
embarcaciones abarrotadas de “pasajeros”, es encuentran
más de un millón de refugiados llegados del África
Subsahariana, Somalia, Eritrea, Sudán y los países del
Medio Oriente y Asía Central, esperando una plaza para
intentar dar el salto a Europa.
Por eso, mientras esperamos la nueva encomienda de las
mermeladas de pera de la tía Ernestina, el Santo Padre
deberá decir de una vez si los refugiados tienen alma,
por aquello de los infiernos y la santa indignación,
¿vio?
Guadi Calvo es
escritor y periodista argentino. Analista
Internacional especializado en África, Medio Oriente
y Asia Central.
CERTIFICACIÓN LIBRE DE
GLIFOSATO
Graciela
Vizcay Gomez
Un nuevo cambio de
transparencia para los consumidores estadounidenses
La certificación libre de residuos de
glifosato para productos alimenticios de los Estados
Unidos ha sido lanzada ayer martes 21 de marzo, por The
Detox Project , en un movimiento que ofrece a los
consumidores una manera de evitar el químico "probablemente
carcinogénico".
El glifosato es el pesticida más utilizado en el mundo y
tiene el perfil público más alto de cualquier producto
químico utilizado en la producción de alimentos. Se ha
encontrado en una gama de productos alimentarios
americanos populares y en la orina del 93% de la gente
probada por la Universidad de California San Francisco
(UCSF).
La revelación de la OMS de la Agencia Internacional para
la Investigación del Cáncer (IARC) en 2015 que el
glifosato es un "probable carcinógeno humano" ha llevado
a los consumidores de todo el mundo pidiendo
transparencia en cuanto a los niveles de glifosato en
sus alimentos.
Certificación de Residuos de Glifosato
Henry Rowlands , Director del Proyecto Detox, declaró
que "la certificación de libre de residuos de glifosato
permite a los fabricantes de alimentos dar a los
consumidores lo que realmente quieren - alimentos libres
de residuos de glifosato". Rowlands además es un amigo y
dueño del portal Sustainable Pulse , a quien conocí en
Berlín.
"Actualmente, las normas de pruebas químicas
tóxicas para los alimentos no orgánicos y orgánicos
son muy débiles, pero tratamos de cambiar esto
mediante la prueba de productos alimenticios
directamente de la plataforma - los consumidores
tienen derecho a saber qué productos químicos tóxicos
en los alimentos que compran en la tienda de
comestibles Tiendas en los Estados Unidos "
Los productos alimenticios libres de glifosato deben
contener residuos de glifosato o AMPA que excedan los
límites de detección de laboratorio (entre 0,1 partes
por billón (ppb) y 20 ppb, dependiendo del producto), un
patrón más resistente o igual que Los límites máximos de
residuos (LMR) de la Agencia de Protección Ambiental de
los Estados Unidos.
El programa de pruebas de certificación de Libres de
Residuos de Glifosato se basa en el trabajo de un
laboratorio independiente registrado por la FDA con más
de 70 años de experiencia analítica: Laboratorios Anresco
Rowlands continuó; "Nos aseguraremos de que los
productos sean probados al menos 3 veces al año y
también nos aseguraremos de que se realicen controles
periódicos".
Los Consumidores Quieren Certificación
Transparente
El éxito mundial del mercado de alimentos no OMG ha
demostrado que los consumidores están presionando por
más y más transparencia y es un hecho que los
plaguicidas son aún más altos en su lista de
preocupaciones de los consumidores que los OMG.
Encuestas de consumidores estadounidenses
INFORMES DE CONSUMIDORES Encuesta de 2014: encontró que
los pesticidas son una preocupación para el 85% de los
consumidores estadounidenses, más que cualquier otro
problema relacionado con los alimentos.
LINDBERG INTERNATIONAL Encuesta 2013: 71% de los
estadounidenses están preocupados por los pesticidas en
sus alimentos y casi tres de cada cuatro encuestados les
gustaría comer alimentos producidos con menos
plaguicidas.
Rowlands concluyó; "El Proyecto Detox ya está trabajando
con una amplia gama de fabricantes de alimentos y
tiendas de abarrotes en los EE.UU. para permitir a los
consumidores a evitar el glifosato y otros productos
químicos tóxicos en sus alimentos - Es hora de un cambio
hacia la plena transparencia en la industria alimentaria
y apuntamos Para ayudar a todas las partes a lograr esto
JÓVENES CONCURSAN POR LA
MEJOR IDEA PARA UNA NUEVA ECONOMÍA.
CELAG
Hasta ahora participan investigadores de
11 países de América Latina. El concurso titulado
Economía Por-Venir busca promover la reflexión sobre los
dilemas económicos en el continente .
Más de 26 ensayos han sido enviados desde 11 países
latinoamericanos al concurso Economía Por-Venir, tras
una convocatoria para hacer propuestas que contribuyan
con una nueva agenda económica progresista en la región.
La convocatoria sigue abierta hasta el 30 de marzo.
La Unidad de Debates Económicos del Centro Estratégico
Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) en coordinación
con la organización social Códigos Libres (Red para
producir y pensar en común) y con el apoyo del Banco de
Desarrollo Económico (BANDES), abrieron el pasado 10 de
diciembre el concurso “Economía Por-Venir: ensayo
económico sobre América Latina y el Caribe”, con el
objetivo de promover el debate y la reflexión sobre los
actuales dilemas económicos de la región en plena
transición geoeconómica.
Alfredo Serrano, director Ejecutivo de CELAG, afirmó que
confían plenamente en el pensamiento de los jóvenes
formados al calor de la transformaciones políticas de
las últimas décadas en Latinoamérica y, más allá de
buenos diagnósticos, se esperan propuestas innovadoras
que trasciendan las viejas recetas económicas.
Argentina y Venezuela destacan como los países con mayor
participación, seguidos de Colombia y Ecuador.
Igualmente, las autorías en su mayoría corresponden a
hombres. Al respecto, María Claudia Rossell,
co-fundadora de Códigos Libres, invitó especialmente a
las jóvenes latinoamericanas a motivarse a participar
dado el papel protagónico que han tenido en los procesos
de cambio del continente.
Esta convocatoria seguirá abierta hasta el 30 de marzo y
va dirigida a jóvenes investigadores menores de 35 años
que se encuentren actualmente cursando sus estudios de
grado, postgrado o doctorado, o que bien hayan
conseguido su último título académico (grado, postgrado
o doctorado) en los 2 años anteriores a la publicación
de esta convocatoria.
Se otorgará un premio general de $1.000 y dos premios
Secundarios por temáticas con un monto de $500 cada uno.
A los premiados en el Concurso se les dará la
posibilidad de realizar una estadía de investigación en
alguna de las sedes de CELAG, con gastos pagos.
Las áreas temáticas de interés son:
1. Política monetaria y política cambiaria
2. Política fiscal y tributaria
3. Políticas sociales
4. Disputa geoeconómica en Latinoamérica
5. Políticas públicas para el desarrollo
6. Comercio exterior e inserción internacional
7. Política y arquitectura financiera regional e
internacional
8. Procesos de democratización de las decisiones
económicas
9. Sociología del desarrollo
10. Políticas de Inversiones y Cambio de la Matriz
Productiva
11. Otras Políticas Económicas: Compras Públicas,
Agricultura Urbana, Economía Comunal, etc.
Para más
información sobre el concurso y cómo participar
consulta: www.celag.org
/ www.comunalizarelpoder.com.ve
CONTRA EL TLCAN
Ramón
I. Centeno
Rebelión
Cuando la Unión Soviética colapsó en 1991,
los voceros e intelectuales de Washington se apresuraron
a anunciar el fin de las ideologías. En efecto, ante el
colapso de la amenaza comunista, ¿acaso no entrábamos al
reino de la razón y el fin de las pasiones desbordadas?
La propia izquierda, a nivel mundial, asumió la derrota
dando la razón a los vencedores. Comenzaron a circular
libros y libros de autores “críticos” anunciando la
entrada a la era post-moderna , donde conceptos como
‘capitalismo' y ‘comunismo' o ‘burguesía' y ‘clase
obrera' habrían perdido toda vigencia y significado.
Lo sorprendente es que las teorías del fin de las
ideologías, tanto de derecha como de izquierda, se
ponían de moda al mismo tiempo que un proyecto mesiánico
consolidaba su poder: me refiero, por supuesto, al
neoliberalismo, la ideología que sostiene que el mejor
estado que puede tener un país es el que –como bien
explica David
Harvey – garantiza fuertes derechos de propiedad
privada, libre mercado y libre comercio. ¿Cómo llamar a
este fenómeno en el que pasa desapercibida una ideología
dominante? Gramsci le llamaba hegemonía , y es
justamente la hegemonía del neoliberalismo lo que
debemos combatir.
El TLCAN: herramienta neoliberal
La revolución neoliberal triunfó en Estados Unidos e
Inglaterra a finales de los setenta y principios de los
ochenta del siglo pasado, y a partir de entonces estos
estados buscaron implantar su dogma en el resto del
mundo –esto es, con un internacionalismo militante sólo
comparable al movimiento comunista del siglo XX. El
neoliberalismo entró a México en 1982, cuando el Fondo
Monetario Internacional y el Banco Mundial otorgaron
–por primera vez en su historia– un rescate financiero a
cambio de “reformas estructurales.” Pero fue con el
sexenio de Carlos Salinas que el neoliberalismo dejaría
de ser una imposición y se convertiría en doctrina de
estado. Salinas dirigió una amplia privatización de
empresas estatales, privatizó los ejidos y, por
supuesto, impulsó el Tratado de Libre Comercio de
América del Norte (TLCAN).
El TLC entró en vigor en 1994. Este tratado representó
una apuesta ambiciosa de la burguesía mexicana: sería el
mecanismo que permitiría a México anexarse como último
vagón al tren de desarrollo de Estados Unidos. En esta
lógica, México pronto ingresaría al Primer Mundo. La
apuesta era ambiciosa pero también era testimonio de la
holgazanería de la clase empresarial mexicana: a fin de
ahorrarse el diseño de una estrategia interna de
desarrollo capitalista, simplemente dejó la suerte de la
economía nacional anclada al destino de la economía de
Estados Unidos. La burguesía mexicana, entonces, se
lanzó como parasitaria y socia menor de la gringa.
Veintitrés años después, el TLCAN ha sido un fracaso
rotundo en términos de los beneficios prometidos a las
mayorías. Sin embargo, el tratado ha sido un éxito para
los grandes empresarios de ambos lados de la frontera.
¿Quién ganó y quién perdió con el TLCAN?
La clase obrera tanto de México como de Estados Unidos
son los grandes perdedores del TLCAN. De acuerdo con el
académico mexicano López Bolaños (de quien
tomamos los demás datos que en el resto del texto
aparecen sin referencia), el traslado de empresas
gringas a México provocó la pérdida de unos 700 mil
puestos de trabajo en EU, lo cual significó que los
sindicatos industriales del país vecino perdieran
capacidad negociadora frente a sus patrones a la hora de
defender sus salarios y prestaciones. Básicamente, las
empresas podían decir: “acepta mis condiciones o nos
vamos a México.”
Otro efecto negativo sobre los salarios en Estados
Unidos fue provocado por la masiva entrada de migrantes
mexicanos dispuestos trabajar cambio de pocos dólares.
Esta oleada migratoria tuvo como una de sus principales
causas el colapso del sector agrícola mexicano causado
por el TLCAN, el cual orilló a millones de campesinos a
la migración. México, en este sentido, perdió soberanía
alimentaria a partir del tratado, al permitir la entrada
al país de productos agrícolas de Estados Unidos
altamente subsidiados por su gobierno. El TLC fue, en
los hechos, una sentencia de pena de muerte sobre el
grueso del campo mexicano.
A la clase trabajadora mexicana, como ya se puede
intuir, le fue todavía peor. Quedó orillada a la
migración, como decíamos, o a subsistir en la
precariedad. De este modo, como
han mostrado economistas de la UNAM , si en 1987
un trabajador que ganaba el salario mínimo debía
trabajar 4 horas y 53 minutos para poder comprar la
canasta alimenticia recomendable, para 2016 se
necesitaban 23 horas y 38 minutos de trabajo para poder
comprar la misma canasta. Si antes de 2013 los salarios
en China eran más bajos que los de México, ahora
es al revés . Por si fuera poco, el sector
informal agrupa a cerca del 70% de la población ocupada
desde 1994.
La industria mexicana, por otro lado, sufrió una
reorientación hacia Estados Unidos (como las maquilas)
que desvinculó las fuerzas productivas mexicanas de
otras ramas de la industria en el país. La manufactura
mexicana representa sólo un eslabón de las línea de
producción de EEUU, por lo que el resto de la economía
mexicana no se ha beneficiado del auge exportador.
Los grandes ganadores del tratado han sido, por
supuesto, las burguesías de ambos lados de la frontera.
Los empresarios de EEUU aumentaron sus ganancias al
reducir sus costos de mano de obra. En México, la masa
salarial (la suma de todos los salarios de los
trabajadores del país en un año) se contrajo desde que
entró el TLC en vigor. Pasó de representar el 38,4% del
PIB a tan sólo 28% en esos veinte años. En contraste las
ganancias de las empresas crecieron del 51,7% al 59,1%
del PIB en el mismo periodo. En suma, las pérdidas
obreras se tradujeron en ganancias burguesas.
En síntesis, concluye López Bolaños, “el TLCAN generó el
abandono de una estrategia industrial que abasteció el
mercado nacional, destruyó importantes sectores
productivos, provocó dependencia alimentaria y concentró
en pocas manos los beneficios de la especialización
secundaria exportadora.”
Donald Trump hizo llorar a la burguesía
mexicana
Como es sabido, Donald Trump ganó la presidencia con el
voto de la clase trabajadora de EEUU que se empobreció o
perdió su empleo cuando sus antiguas empresas se mudaron
a México o a China. Así como durante el siglo pasado en
Europa crecieron las voces que echaban la culpa a los
judíos por la crisis económica, ahora en Estados Unidos
el chivo expiatorio es otra minoría oprimida: los
mexicanos.
De este modo, el magnate Trump ha logrado eximir a su
clase social, los grandes empresarios, y ha convertido a
los mexicanos en el enemigo público. Si los mexicanos
viven en Estados Unidos, son unos ojetes por robarle
empleos a los gringos. Si son mexicanos que no salieron
de su país, también son unos ojetes por apoderarse de
las fuentes de empleo que se fueron de Estados Unidos.
En su visión del mundo, Trump promete justicia: que
México pague lo que han perdido los trabajadores de
EEUU; una forma de hacerlo, es que los mexicanos paguen
el muro.
La burguesía mexicana está horrorizada, pero no por el
sufrimiento de sus trabajadores. Le preocupa que llegue
a su fin ese acurdo comercial que les ha permitido
enriquecerse desde la hamaca, durmiendo desde hace 23
años en el último vagón del automóvil gringo. El falso
nacionalismo que hoy despliegan políticos y empresarios
mexicanos consiste en defender al TLCAN, como si hubiera
beneficiado a todos y no sólo a esa minoría encabezada
por Slim, Larrea y Salinas Pliego.
Trump se ha encargado de abrir un abismo entre los
trabajadores de EEUU y de México, justo cuando es más
necesaria la solidaridad entre ellos. Por su parte, la
élite mexicana pretende que nadie mire la verdad: que la
burguesía mexicana es una clase social parasitaria
carente de proyecto de desarrollo. Los revolucionarios
de ambos lados de la frontera debemos ofrecer una
alternativa: que los trabajadores al norte y al sur del
Río Bravo ganen; y que las respectivas burguesías,
paguen. El TLC debe terminar, pero no para dividir a los
de abajo, como busca Trump, sino para enfrentar a los de
arriba.
Urge que tanto en México como en Estados Unidos se
replantee el modelo económico, que se someta al
neoliberalismo a una crítica despiadada. Esto no
ocurrirá mientras el TLCAN permanezca como algo
intocable. Urge reinventar las bases económicas de la
región, haciendo justicia a las clases trabajadoras, las
cuales llevan mucho a tiempo contra las cuerdas.
*Este artículo fue publicado el
22/mar/2017 en Carabina
30-30 .
LA MEDITERRANEIDAD DE BOLIVIA, UNA GRAN
INJUSTICIA
Angel
Guerra Cabrera
Al compás de vigilias, rituales a la
Pachamama y de mítines y marchas convocados
por organizaciones sociales en todo el país, el Estado
Plurinacional de Bolivia entregó este 21 de marzo, la
réplica de la demanda marítima contra Chile ante la
Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya. Las
calles de las ciudades se vieron cubiertas de una marea
azul, color conque los bolivianos y bolivianas mostraban
su secular anhelo de tener acceso soberano al mar.
La réplica boliviana, que responde a la contrademanda
entregada por Chile, fue presentada por el agente del
país altiplánico ante la corte, el jurista y ex
presidente Eduardo Rodríguez Veltzé, acompañado por el
canciller Fernando Huanacuni; el ministro de Justicia,
Héctor Arce, y la presidenta de la Cámara de Diputados,
Gabriela Montaño.
El 24 de abril de 2013, Bolivia ingresó la demanda
contra Chile ante la CIJ, en la que solicita que el alto
tribunal de la ONU determine que Santiago tiene la
obligación de negociar con La Paz una salida soberana a
las costas del Pacífico, sobre la base de los
compromisos que realizó desde 1904.
Al año siguiente, el 15 de julio de 2014, Chile objetó
la competencia de la corte. Sin embargo, el 24 de
septiembre de 2015, La Haya se declaró competente.
Chile deberá preparar su respuesta para entregar al
tribunal antes del 21 de septiembre de este año. Cuando
lo haga, iniciará la etapa oral del proceso y después se
conocerá el fallo de la CIJ sobre el diferendo.
Bolivia quedó sin salida al mar a consecuencia de la
guerra del Guano y Salitre, o Guerra del Pacífico
(1879-1873). Entonces perdió un territorio de 120 mil
kilómetros cuadrados de extensión y 400 kilómetros de
costa como desenlace del conflicto en el que
participaron Chile, que inició la agresión armada,
contra Bolivia y Perú como aliados. Al margen de los
argumentos aducidos por intereses e historiadores
oligárquicos de los tres países, de lo que no cabe duda
es que el agresor fue Chile y que se trató de una guerra
de despojo territorial y de recursos naturales, en cuyo
fondo estaba la disputa oligárquica e imperialista por
el salitre y el guano. Eran compañías británicas las que
explotaban el salitre en Chile y resultaron inmensamente
beneficiadas cuando las salitreras bolivianas pasaron a
manos chilenas al terminar la guerra. Ambas materias
primas tenían entonces un enorme valor en el mercado
internacional como fertilizantes hasta que apareció el
salitre sintético a fines de la Primera Guerra Mundial,
además de que el salitre natural era utilizado para
fabricar pólvora y dinamita.
El hecho de no disponer de una salida al mar es un grave
obstáculo al desarrollo económico de Bolivia, que se ve
obligada a utilizar ocho puertos en Chile, Brasil, Perú
y Paraguay (en este caso fluvial), sobre los que no
tiene soberanía. La soberanía no solo tiene importante
connotación económica. Sobre todo, posee políticamente
un valor simbólico incalculable. Constituiría la
reparación por Chile de un despojo inaudito que su
oligarquía se ha negado a reconocer. Del lado
gubernamental en Santiago únicamente Salvador Allende,
siendo presidente, proclamó que era necesaria poner fin
a esa injusticia, pero la actitud de los partidos de
derecha de ese país y luego el golpe de Estado fascista
fraguado por Estados Unidos impidieron que Allende
cumpliera con sus nobles propósitos.
En un incidente muy sospechoso, dos días antes de que
Bolivia presentara su réplica a Chile en La Haya, las
autoridades chilenas apresaron a siete aduaneros y dos
soldados bolivianos, a quienes, sin que mediara juicio y
menos sentencia de un juez, la presidente Michel
Bachelet acusó de haberse robado nueve camiones
chilenos. Un video circulado profusamente en las redes
de internet parece demostrar que los bolivianos
perseguían a contrabandistas chilenos en el momento de
su captura, presuntamente en territorio boliviano.
Fidel Castro y Hugo Chávez se pronunciaron muchas veces
por el derecho de Bolivia a un acceso soberano al mar.
Igualmente lo han hecho muchas personalidades relevantes
en el mundo, lo que no gusta nada al gobierno de
Santiago.
El que a Bolivia se le prive de ese derecho no es solo
una grave injusticia sino un obstáculo a la unidad e
integración de América Latina y el Caribe. Hagamos
votos porque La Haya repare este agravio y porque Chile
no le ponga obstáculo alguno.
RTF: http://archive.attac.org/attacinfoes/attacinfo904.zip
PDF: http://archive.attac.org/attacinfoes/attacinfo904.pdf
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Distribución: Tom Roberts
Edición: Susana Merino
Co-fundadora de ATTAC Argentina