Diez estrategias
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LAS DIEZ ESTRATEGIAS DE MANIPULACIÓN MASIVA DESCRITAS POR SYLVAIN TIMSIT. El escritor francés Sylvain Timsit formuló en 2002 las diez estrategias que el poder económico y sus valedores políticos utilizan para ejercer un control masivo sobre la ciudadanía. LA TRANSICIÓN FLORECE, AUNQUE NO LA VEAMOS. Estamos transitando hacia un mundo nuevo, poscapitalista. En la medida que es un proceso que estamos viviendo, no tenemos la suficiente distancia para saber en qué periodo estamos, pero todo indica que atravesamos las fases iniciales de dicha transición. Aunque tiene hondas similitudes con las anteriores (transiciones de la antigüedad al feudalismo y de éste al capitalismo), un hecho notable es la incapacidad para comprender lo que sucede ante nuestros ojos: un verdadero proceso de construcción colectiva de mundos nuevos. LA COMUNICACIÓN EN LAS ELECCIONES ECUATORIANAS El proceso electoral ecuatoriano ocurre en un momento particular: el mundo está cambiando, desordenándose, poniendo en entredicho su diseño multipolar, porque empieza a esbozarse otro, bipolar, bicéfalo y esquizofrénico, con la innegable presencia referencial de Pekín en paralelo a Washington. Leer en http://attac-info.blogspot.com
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PRESIDENTES-GERENTES: NUEVO FORMATO DE PODER No hay que “analizar” demasiado: sólo hay que observar cómo marchan las cosas en el mundo occidental del capitalismo salvaje, donde todo es más bien sencillo, tan sencillo que raya en la elemental simpleza. Ahora para ser presidente de un país no hay que tener dotes políticas ni cualidades intelectuales o de estadista. Lo que hay que ser es un gerente o empresario exitoso, para convertirse luego en un hábil manipulador de fondos públicos, como si se tratara de un negocio más: BOLIVIA Y ECUADOR CRITICAN LA DECISIÓN DE TRUMP DE AUMENTAR EL PRESUPUESTO MILITAR El presidente Evo Morales afirmó el martes que vivir de guerras es genocidio y vivir de la muerte es inhumano, al criticar los gastos millonarios para intervenciones militares norteamericanas. “Armar y forzar guerras es para vender armas, vivir de guerras es genocidio. Vivir de la muerte es inhumano”, ¿SE ASUSTAN DE TRUMP? EN AMÉRICA LATINA LA DERECHA NO ES MUY DIFERENTE – Las clases dominantes latinoamericanas se sienten predestinadas naturalmente a ejercer el poder, y son tan autoritarias, xenófobas y misóginas como Donald Trump. Desmontar esa mentalidad colonial no es cosa de un día para otro, ni tampoco asunto solamente de educación (aunque con ella se puede hacer bastante), sino de cambiar las estructuras económicas de explotación que tal mentalidad discriminatoria sustenta. ESCONDIDA: HUELGA EN UNA DE LAS MAYORES MINAS DE COBRE DEL MUNDO. En manos de dos gigantes del sector privado, BHP Billiton y Río Tinto PLC (capitales anglo-australianos), Escondida es la mayor productora de «oro rojo» del mundo con la extracción de 900.000 toneladas anuales, es decir, el 20 % de la producción chilena (nación que posee la principal reserva mundial de este mineral). MURO EN LA FRONTERA MÉXICO-ESTADOS UNIDOS . El muro de Trump ya existe y es mortal. Donald Trump subió a la presidencia de EE.UU. prometiendo una pared divisoria con México. Pero esta ya existe. Extracto del libro "Trumplandia", que cuenta la historia de la barrera fronteriza.
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LAS DIEZ ESTRATEGIAS DE MANIPULACIÓN MASIVA DESCRITAS POR SYLVAIN TIMSIT El escritor francés Sylvain Timsit formuló en 2002 las diez estrategias que el poder económico y sus valedores políticos utilizan para ejercer un control masivo sobre la ciudadanía. El propósito de esta manipulación a gran escala es crear una sociedad de individuos dóciles e insolidarios, donde triunfen los valores del capitalismo, el neoliberalismo y la desigualdad. La publicación de Timsit en su página web personal dio lugar a una gran difusión viral de este top ten de la manipulación de masas. En algún momento, a lo largo de esta difusión, la autoría del decálogo pasó a ser erróneamente atribuida al pensador estadounidense Noam Chomsky. Pese a que Chomsky lo ha negado repetidamente (1) , aún circula en algunos sitios de internet su nombre como autor del decálogo. Sí es cierto que la propuesta de Timsit pudo encontrar cierta inspiración en el pensamiento de Chomsky y su análisis crítico del papel de los medios de comunicación (2), así como que existe coincidencia ideológica en el cuestionamiento del sistema neoliberal. Pero nada más que eso.
Sea lo que fuere, el decálogo de Timsit ya se ha convertido en patrimonio compartido del pensamiento crítico. La intención, desde el principio, fue la divulgación y que sirviera para el debate. En el presente documento se presenta el decálogo, recogiendo las ideas originales de su autor y explicando el sentido de las mismas. La lucidez de ideas de Timsit ha sido respetada en todo momento, sólo ha sido modificada ligeramente la redacción original (traducida desde el francés) para hacerla más comprensible, ejemplificando y destacando los matices psicológicos que encierran estas estrategias de manipulación.
1 http://www.legrandsoir.info/A-propos-des-dix-strategies-de-manipulation-de-masses-attribue-a-Noam-Chomsky.html 2 Chomsky, N. (1999). Profit over people: Neoliberalism and global order . Nueva York: Seven Stories. 2 Chomsky, N. (2002). Media control: The spectacular achievements of propaganda . Nueva York: Seven Stories. LAS DIEZ ESTRATEGIAS DE MANIPULACIÓN MASIVA
1. La estrategia de la distracción. El elemento primordial del control sobre la sociedad es la distracción: desviar la atención del público de los asuntos importantes. Mediante la inundación con continuas distracciones e informaciones sobre asuntos banales, el público no se interesará por las cuestiones esenciales de la política, la cultura, la economía o la problemática social. Se trata de mantener la atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivándolo por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado y ocupado por banalidades, sin tiempo ni espacio para pensar.
2. Crear problemas y, después, ofrecer soluciones. Este método consiste en crear un problema para causar cierta reacción en el público, y que éste acepte de buen grado (o, incluso, pida) las medidas de solución que el poder quería implantar desde el principio. Por ejemplo, crear una crisis económica para que el público acepte como un “mal necesario” el retroceso de los derechos laborales y el desmantelamiento de los servicios públicos. O por ejemplo, dejar que se desarrolle o se intensifique la violencia urbana, para que el público demande políticas coercitivas y represivas.
3. La estrategia de la gradualidad. Para lograr que la ciudadanía acepte medidas injustas, éstas se van aplicando gradualmente, a cuentagotas, en años sucesivos. Es así como ciertas condiciones socioeconómicas han sido impuestas desde finales del siglo XX: se va presentado al liberalismo económico como la única opción posible; se reducen los impuestos a las rentas altas; se recorta la inversión estatal y se van privatizando servicios públicos; se aplican reformas laborales que reducen los derechos laborales; el trabajo se va haciendo precario e inestable; va apareciendo el desempleo en masa; y, finalmente, el mercado ofrece salarios y condiciones laborales indecentes, que son aceptados por el miedo al paro. Tales cambios hubieran podido provocar una revolución social si se hubieran aplicado de una sola vez.
4. La estrategia de diferir.
Otra manera de que el público acepte condiciones sociales injustas es presentarlas como algo “doloroso y necesario en el presente”, pero “mejor para todos en el futuro”. Se espera ingenuamente que “todo mejorará mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser entonces compensado. Esto da tiempo a que la ciudadanía se vaya acostumbrando a la situación insatisfactoria y que la acabe aceptando con normalidad, por un efecto de habituación. Y cuando llegue el momento futuro en que no se produzca la mejora prometida, la población ya estará resignada, pues habrá tenido tiempo de acostumbrase y de “normalizar” las condiciones de vida injustas. 5. Dirigirse al público como si fueran niños. La mayoría de contenidos mediáticos y publicitarios dirigidos al gran público utilizan discursos, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o, peor aún, un ser poco inteligente. Cuanto más se pretende manipular al espectador, más se adopta un tono infantilizante: si uno se dirige constantemente a alguien como si fuese un niño, éste tenderá a una respuesta o reacción también infantil y sumisa, es decir, desprovista de sentido crítico.
6. Utilizar el aspecto emocional más que la reflexión. Apelar a lo emocional es una técnica ya clásica para causar un cortocircuito en el análisis crítico de los ciudadanos e inducir más fácilmente los comportamientos que se pretenden. La utilización del registro emocional en la emisión facilita una respuesta emocional en la recepción, implantando en el público miedos y dudas, pero también compulsiones y deseos (por ejemplo, consumistas). Pero también emociones positivas, como un tipo de optimismo banal que facilitará la despreocupación y el consumismo.
7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad. Hacer que el público se aleje de la cultura, del saber y del conocimiento es mantenerlo en una suerte de esclavitud. La premisa manipuladora genérica es que la educación dada a la población y los contenidos mediáticos deben ser tan pobres y mediocres como sea posible, pues así el público quedará en la ignorancia y las desigualdades sociales permanecerán como algo imposible de superar.
8. Estimular al público para que sea complaciente con la mediocridad. Promover que el público crea que ser estúpido, vulgar, maleducado e inculto es la “moda”; que se identifique el estilo de vida “moderno” con ser admirador de gentes sin talento, despreciativo de lo intelectual, exagerado en el culto al cuerpo y la apariencia, hipnotizado por la oferta consumista, insolidario, egoísta y despreocupado. Una ciudadanía banalizada es una ciudadanía inactiva, individualista y complaciente con los intereses de las oligarquías económicas.
9. La estrategia de la autoculpabilidad. Hacer creer al ciudadano que solamente él es el culpable de su propia desgracia, por causa de su poca inteligencia, capacidades o esfuerzos. Crear en la sociedad una cultura de la atribución interna para el éxito y para el fracaso. Así, la persona que se encuentra en una situación social o económica injusta no se rebelará contra un sistema injusto, sino que se culpará a sí misma y no al sistema. Entre los efectos que esto tendrá se encuentra la inhibición de la acción y la complacencia con la injusticia. Y sin acción no hay posibilidad de cambio social.
10. Conocer con precisión los modos de actuación del público. Los avances en las ciencias biológicas, psicológicas y sociales han permitido un conocimiento avanzado de la conducta humana, que las oligarquías económicas han sabido aprovechar en su beneficio. Desde finales del siglo XX, el sistema económico dominante ha disfrutado de un conocimiento inusitado sobre el individuo común, para poder observarlo y ejercer control sobre él. Esto significa que las oligarquías podrán tener un mayor dominio sobre los ciudadanos en aspectos como publicidad, medios de comunicación, educación u opinión pública. El “sistema” conoce a los seres humanos y es capaz de manipularlos en la dirección que le convenga.
LA TRANSICIÓN FLORECE, AUNQUE NO LA VEAMOS
Raúl Zibechi La Jornada Estamos transitando hacia un mundo nuevo, poscapitalista. En la medida que es un proceso que estamos viviendo, no tenemos la suficiente distancia para saber en qué periodo estamos, pero todo indica que atravesamos las fases iniciales de dicha transición. Aunque tiene hondas similitudes con las anteriores (transiciones de la antigüedad al feudalismo y de éste al capitalismo), un hecho notable es la incapacidad para comprender lo que sucede ante nuestros ojos: un verdadero proceso de construcción colectiva de mundos nuevos.
En el pensamiento emancipatorio y en particular en el marxismo, se ha convertido en sentido común la idea de que toda transición comienza con la toma del poder a escala del Estado-nación. Este aserto debería haber sido repensado luego de los fracasos soviético y chino, pero sobre todo desde la demolición de los estados por el neoliberalismo, o sea el capital financiero y la cuarta guerra mundial en curso. Es cierto, empero, que para transitar hacia un mundo no capitalista debe tomarse el poder, pero ¿por qué a escala estatal? ¿Por qué a nivel institucional?
Este es uno de los meollos de la problemática y una enorme dificultad conceptual para poder visualizar las transiciones realmente existentes. La segunda dificultad, atada a la anterior, es que las transiciones no son homogéneas, no involucran a todo el cuerpo social de manera pareja. La historia nos enseña que suelen comenzar en las periferias del sistema-mundo y de cada nación, en remotas áreas rurales y en pequeños pueblos, en los eslabones débiles del sistema, donde cobran fuerza y se expanden luego hacia los centros del poder.
Por otro lado, las transiciones no sólo no son uniformes desde el punto de vista geográfico, sino también social, ya que son procesos guiados por la necesidad humana y no por ideologías. Suelen ser los pueblos que habitan el sótano, indios, negros y mestizos, los que primero construyen mundos otros; los sectores populares, las mujeres y los jóvenes suelen ser los protagonistas principales.
Quiero poner un ejemplo de algo que está sucediendo ahora mismo, que ya tiene un grado de desarrollo importante y que difícilmente puede ser revertido, salvo genocidio. Me refiero a la experiencia de la Unión de Trabajadores Desocupados (UTD) en General Mosconi, norte de Argentina. La ciudad tiene 22 mil habitantes que trabajaron en la petrolera estatal YPF hasta su privatización en la década de 1990, que dejó un tendal de desocupados. En esos años despegó un fuerte movimiento de desocupados, conocidos como piqueteros, que arrancó planes sociales a los sucesivos gobiernos.
Durante el ciclo de luchas piquetero, la UTD fue uno de los principales referentes en el conjunto del país y sus memorables cortes de ruta eran seguidos con entusiasmo por los demás movimientos. La UTD gozaba de fuerte prestigio y sus dirigentes, que sobrellevan cientos de causas ante la justicia por cortes de rutas y otros delitos, eran de los más populares en la Argentina . Las cosas cambiaron muy pronto. La llegada al gobierno de Néstor Kirchner en 2003, y la retracción de los movimientos, sacaron a la UTD del escenario mediático y de la atención de los militantes sociales. Las noticias sobre lo que sucede en el lejano norte argentino son tan escasas como nebulosas.
Sin embargo, la UTD aprovechó los planes sociales (cortados por Macri) para construir un mundo nuevo. En estos momentos funcionan 110 huertas agroecológicas de dos hectáreas cada una, donde trabajan unas 30 personas en promedio, que producen gran variedad de vegetales, además de un gallinero y cerdos en cada huerta. Cuentan con un taller de carpintería que se nutre de la abundante madera de la zona, talleres de soldadura, de clasificación de semillas y de reciclado de plásticos, en los cinco galpones con que cuenta el movimiento, como se puede leer en el reportaje de Claudia Acuña en la revista MU (julio de 2016).
Construyeron viveros que reproducen la flora nativa con la que abastecen desde las plazas hasta los montes, amenazados por la expansión vertiginosa de la soya transgénica y los talamontes. Parte de su trabajo la dedican a sostener los espacios públicos de la ciudad y los bosques de los alrededores, una región donde crece el narcotráfico amparado en la complicidad estatal-policial.
Un cálculo sencillo permite constatar que de 4 a 5 mil personas hacen sus vidas en relación con el trabajo colectivo que organiza la UTD, lo que equivale a 40 por ciento de la población activa de Mosconi. Esas familias forjaron autonomía alimenticia, ya no dependen de los planes sociales, están encarando desde la producción de alimentos hasta la construcción de viviendas, o sea están reproduciendo la vida por fuera de los marcos del sistema, sin relacionarse con el capital ni depender del Estado. En suma, trabajan con dignidad.
Construcción de viviendas por y para los integrantes de UTD.
Se dirá que es una experiencia apenas local. Pero las huertas y los modos de hacer de la UTD ya se expanden a la vecina Tartagal, con el triple de población. Muchos miles de emprendimientos de este tipo existen en América Latina, porque los sectores populares comprendieron que el sistema no los necesita ni los ampara, como sucedió durante los breves años de los estados del bienestar. Hay una estrategia implícita en este conjunto de mundos nuevos que no pasa por los estados-nación, sino por fortalecer y expandir cada iniciativa, en afilar los rasgos antisistémicos y antipatriarcales, y en fortalecer las resistencias.
Un rasgo de madurez de buena parte de estos mundos nuevos consiste en mantener distancias de las instituciones partidarias y estatales, aunque siempre que pueden les exigen apoyo y arrebañan recursos con un ojo puesto en garantizar la sobrevivencia y el otro en mantener la independencia.
En la larga transición en curso, imposible saber si serán décadas o siglos, los mundos nuevos están enfrentando una de las más potentes ofensivas del sistema. Lo que han conseguido hasta ahora nos permite alentar un sereno optimismo. Nota de Rebelión: Las fotos provienen del sitio web de la Unión de Trabajadores Desocupados; Galería de fotos: http://www.utdmosconi.org/fotos.htm Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2017/03/03/opinion/020a1pol#texto Latinoamérica
PRESIDENTES-GERENTES: NUEVO FORMATO DE PODER
Gabriel Jiménez Emán No hay que “analizar” demasiado: sólo hay que observar cómo marchan las cosas en el mundo occidental del capitalismo salvaje, donde todo es más bien sencillo, tan sencillo que raya en la elemental simpleza. Ahora para ser presidente de un país no hay que tener dotes políticas ni cualidades intelectuales o de estadista. Lo que hay que ser es un gerente o empresario exitoso, para convertirse luego en un hábil manipulador de fondos públicos, como si se tratara de un negocio más: unas cosas salen bien, otras mal y otras todavía peor, pero qué se le va a hacer, así se comporta el mercado, así son las crisis del capital dentro del formato de los negocios.
Ahí tiene usted ejemplos frescos. Michel Temer en Brasil llega al poder con un golpe de facto a la presidenta Dilma Roussef con el mayor descaro, apoyado por banqueros financistas, doblados en parlamentarios, y así, de un solo golpe, ponen la constitución y el parlamento de su lado para hacerse del poder, y a los trabajadores de patitas en la calle, para favorecerse ellos con los negocios más oscuros. De ahí que se despidieran ahora de Serra, perdedor de las elecciones presidenciales frente a Dilma Roussef, quien ahora renuncia oportunamente a su cargo antes de que le abran una investigación por corrupción administrativa; entonces Temer ubica en su lugar a Moraes, otro hombre honestísimo. Jugadas de un ajedrez perverso que sólo conduce al progresivo empobrecimiento de los trabajadores y el pueblo, quienes habían conseguido sus reivindicaciones con Lula Da Silva, ahora vilmente traicionadas por esta tendencia de los gerentes-presidentes. Para hacer dinero no se necesita talento: sólo hay que tener cómplices y conformar una red que no te delate, porque si alguno lo hace caen todos y eso no es bueno.
Ahí tienen a ustedes a Mauricio Macri, otro hábil gerente, propietario de empresas, que actualmente estafan a la República Argentina de la manera más impúdica. En estos días condonó una deuda supermillonaria a su propia familia y a su propio padre por la bicoca de 70 millones de dólares, con la anuencia de legisladores amigos suyos. Macri, uno de los principales involucrados en el lavado de dinero de los Panamá Papers, maneja ahora el país como si se tratara de una empresa personal. Y encima de eso, da consejos a aquellos países que no sigan un modelo como el suyo.
Ahí tenemos también al superpoderoso Donald Trump, una especie de Superman de los negocios, dueño de hoteles, clubes, condominios, concursos de belleza, bienes raíces; un noble empresario que ahora va a emplear todas sus habilidades para los negocios en la administración pública de los Estados Unidos, con unas consecuencias que no podrán ser sino catastróficas.
Según una teoría política más o menos decente, los candidatos a la presidencia de cualquier país o para ocupar cualquier cargo de gobernador, alcalde, parlamentario o de juez deberían ser personas rectas y honestas, un profesionales de moral proba, economistas, abogados, sociólogos, diplomáticos, profesores universitarios, médicos, catedráticos o humanistas con credenciales humanas suficientes para ejercer tal responsabilidad; no debiera ser cualquier negociante avezado, cualquier comerciante millonario que después, cansado de acumular dinero, desea hacerse del poder político. Si permiten que financistas y adinerados continúen ocupando puestos públicos y políticos, nuestros países corren hacia el desfiladero de la inmoralidad y el abuso.
Así como antaño las leyes prohibían que los militares optaran por primeras magistraturas para impedir que se convirtieran en dictaduras, así ahora se debería impedir que negociantes y financistas se lancen a presidentes de países, o a gobernantes de provincias o estados. Si permitimos que clones de Temer, Macri o Trump sigan pululando por la política de América, vamos a entrar más temprano que tarde en la ruina moral y material, y nos va a ser más difícil salir de la crisis terminal donde parecen encontrarse hoy los países bajo ese formato, con la ayuda de políticos retirados como Felipe Calderón, Felipe González, Aznar o Uribe, y el apoyo de los brillantes presidentes Rajoy y Hollande.
Según parece, a este combo de inteligencias turbias se ha unido el presidente del Perú, Kuczcynsky (recordemos que éste fue ministro de economía del gobierno de Toledo) y otros políticos de un país donde hay una tradición de corruptos como Alberto Fujimori y Alejandro Toledo, éste último ahora juzgado por desfalco en Perú, a quienes se une ahora la sabia asesoría del inefable marqués Vargas Llosa, cuya figura ahora brilla en su máximo esplendor en la farándula española. Estos señores, cada vez más erráticos e inconsistentes, pretenden ahora inmiscuirse en la política interna de Venezuela, atacando con Trump al gobierno de Nicolás Maduro y la soberanía de Venezuela. De hombres tan rectos y honestos como estos sí deberíamos cuidarnos. http://www.alainet.org/es/articulo/183804 BOLIVIA Y ECUADOR CRITICAN LA DECISIÓN DE TRUMP DE AUMENTAR EL PRESUPUESTO MILITAR
Presidente boliviano dice que vivir de guerras es genocidio y vivir de la muerte es inhumano
El presidente Evo Morales afirmó el martes que vivir de guerras es genocidio y vivir de la muerte es inhumano, al criticar los gastos millonarios para intervenciones militares norteamericanas.
“Armar y forzar guerras es para vender armas, vivir de guerras es genocidio. Vivir de la muerte es inhumano”, escribió en sus cuenta twitter.
La Constitución Política del Estado establece que Bolivia es un país pacifista que promueve la cultura de la paz y rechaza toda guerra como instrumento de solución a los diferendos y conflictos entre estados. “Murallas para migrantes más 54.000 millones de dólares para intervenciones militares norteamericanas: esa es la cultura de la muerte”, subrayó el Presidente boliviano en otro tuit.
Bolivia, que preside desde inicios del año la presidencia del denominado Comité 1540, sobre la no proliferación de armas del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, pregona en todos los foros internacionales la vocación pacifista de su país y el compromiso de luchar contra el uso de armas no convencionales que amenazan a la humanidad.
Horas más tarde en una conferencia de prensa dictada en Cochabamba, el Primer Mandatario boliviano deploró la decisión del gobierno de Estados Unidos de aumentar a su presupuesto de Defensa más de 54.000 millones de dólares para “intervenciones militares norteamericanas, especialmente en el Medio Oriente”. “Siento que no (es) viable cuando se trata de defender la vida. Para migrantes, murallas; sin embargo, más 54.000 millones de dólares para guerras, para intervenciones norteamericanas, esa es la cultura de la muerte”, refrendó. Ecuador critica incremento en gasto militar por parte de EE.UU.
Los 54 mil millones de dólares, propuestos como gastos adicionales en Defensa en el próximo presupuesto de Estados Unidos fueron criticados por el canciller de Ecuador, Guillaume Long, quien calificó a la decisión como una “nueva afrenta a paz que pueblos buscan construir”.
“Anuncio de @realDonaldTrump de incrementar gasto militar de EEUU en 54 mil millones es nueva afrenta a paz que los pueblos buscan construir”, así reaccionó el jefe de la diplomacia ecuatoriana frente a la noticia de que el incremento, que regirá a partir de octubre en el inicio del año fiscal 2018, servirá para reconstruir el agotado ejército y preparar mejor a los militares con el fin de vencer en las guerras.
En una entrevista con la cadena Fox, el jefe de Estado republicano, Donald Trump, comentó que dicha cantidad provendrá de un sector económico reactivado y recortes en otras áreas.
“Probablemente teníamos un Producto Interno Bruto de poco más de uno por ciento, y si puedo subir eso a tres por ciento o quizás más, contaremos con un panorama completamente diferente”, expresó.
Al dirigirse ayer a gobernadores del país en un encuentro en la Casa Blanca, Trump manifestó que este presupuesto, a partir de octubre en el inicio del año fiscal 2018, será de seguridad pública y seguridad nacional.
Para el gobernante, tal aumento, cuando el Departamento de Defensa dispone aproximadamente de 600 mil millones de dólares, pretende reconstruir el agotado ejército y preparar mejor a los militares con el fin de vencer en las guerras. ¿SE ASUSTAN DE TRUMP? EN AMÉRICA LATINA LA DERECHA NO ES MUY DIFERENTE – Rafael Cuevas Molina Las clases dominantes latinoamericanas se sienten predestinadas naturalmente a ejercer el poder, y son tan autoritarias, xenófobas y misóginas como Donald Trump. Desmontar esa mentalidad colonial no es cosa de un día para otro, ni tampoco asunto solamente de educación (aunque con ella se puede hacer bastante), sino de cambiar las estructuras económicas de explotación que tal mentalidad discriminatoria sustenta.
Pasadas las elecciones ecuatorianas, en donde el candidato de Alianza País obtuvo un millón de votos más que su más cercano seguidor, la derecha ecuatoriana estalló con mensajes racistas y de odio. Nada muy distinto a lo que, en el norte, expresa Donald Trump.
El racismo es una característica estructural de la mentalidad colonial latinoamericana. En nuestros países, pertenecer a los grupos dominantes es sinónimo de “blancura” o, por lo menos, de ser “morenito claro” pero nunca indio. Somos sociedades racializadas desde el período Colonial, cuando los de arriba eran los europeos y sus descendientes, y los de abajo los indígenas y los africanos importados como fuerza de trabajo esclava.
Esa mentalidad no cambió con la independencia, se ha perpetuado hasta nuestros días “naturalmente”, de tal forma que lo vivimos sin darnos cuenta diariamente, y se expresa de forma cruda y agresiva cuando el estatus quo en el que se sustenta de alguna forma se desestabiliza.
Lo hemos visto en Venezuela, por ejemplo, en relación con la apariencia de Hugo Chávez; o en Bolivia, cuando varios departamentos “blancos” trataron de independizarse de los departamentos con predominancia de cholos e indios, a los que catalogaban de mantenidos haraganes, tontos y atrasados. Lo vemos en Argentina, cuando se trata peyorativamente y se toman medidas para que dejen de llegar “cabecitas negras” desde Perú o Bolivia. Lo vemos en Guatemala, en donde la oligarquía criolla pone el grito en el cielo cuando una reforma constitucional plantea reconocer formas de justicia consuetudinaria, es decir, las atinentes a los pueblos mayas originarios, y lo vemos en Ecuador, exacerbado al calor e las elecciones generales que acaban de pasar en su primera vuelta. Es lo que podemos caracterizar como colonialismo interno.
Véase cómo se expresan nuestras sociedades racializadas en cualquier manifestación de migrantes latinoamericanos en los Estados Unidos. Véanse los rasgos de la gente que marcha, que es la gente que ha tenido que irse porque no encontraba trabajo en sus países de origen: es gente morena, con rasgos aindiados o negroides. Nada que ver con los rasgos, del presidente o el Secretario de Relaciones Exteriores de México, por ejemplo, el mismo que esta semana se encontró con dos Secretarios de Estado de los Estados Unidos. Estos son “blanquitos” y aquellos “morenitos”.
Y si los blanquitos -como el Secretario de Relaciones Exteriores de México- están peleando por los morenitos que están al otro lado de la frontera no es por solidaridad, o por “hermanamiento”, sino porque se les caen sus negocios y se les derrumba el modelo económico que, precisamente, han erigido sobre estas desigualdades. Las clases dominantes latinoamericanas se sienten predestinadas naturalmente a ejercer el poder, y son tan autoritarias, xenófobas y misóginas como Donald Trump. Desmontar esa mentalidad colonial no es cosa de un día para otro, ni tampoco asunto solamente de educación (aunque con ella se puede hacer bastante), sino de cambiar las estructuras económicas de explotación que tal mentalidad discriminatoria sustenta.
En este momento, más de uno salió corriendo y dejó de leer este artículo: ¿se está proponiendo, nada más y nada menos que cambiar las estructuras, es decir, si no me equivoco, de algo así como hacer la revolución?
Trasnochado articulista, desfasado de la realidad actual que vivimos en donde hay que estar al tanto de la medida de las posibilidades, de las estrategias del cambio tomando en cuenta el contexto contemporáneo. Está bien puede ser que tengamos que aceptarlo y concluyamos que no se puede hacer tal cosa; pero entonces no nos asustemos cuando la era, en vez de parir un corazón, como nos anunciaba Silvio Rodríguez hace casi cuatro décadas, para este tipo de monstruos, como el tal Trump en los Estados Unidos, porque no son más que la expresión descarnada, sin antifaz, de lo que también existe en América Latina. (*) Rafael Cuevas Molina. Escritor, filósofo, pintor, investigador y profesor universitario nacido en Guatemala. Ha publicado tres novelas y cuentos y poemas en revistas. Es catedrático e investigador del Instituto de Estudios Latinoamericanos (Idela) de la Universidad de Costa Rica y presidente AUNA-Costa Rica ESCONDIDA: HUELGA EN UNA DE LAS MAYORES MINAS DE COBRE DEL MUNDO
Franck Gaudichaud Desde el pasado 9 de febrero 2.500 trabajadores están en huelga en la mina «Escondida», situada en el norte de Chile.
En manos de dos gigantes del sector privado, BHP Billiton y Río Tinto PLC (capitales anglo-australianos), Escondida es la mayor productora de «oro rojo» del mundo con la extracción de 900.000 toneladas anuales, es decir, el 20 % de la producción chilena (nación que posee la principal reserva mundial de este mineral).
Frente al anuncio de una huelga «ilimitada», el grupo empresarial paralizó las actividades de la mina alarmando a los especuladores de la Bolsa de Londres. A pesar de las amenazas del presidente de la mina, Marcelo Castillo, y la presión del Gobierno de Michelle Bachelet (socialista), los mineros mantienen su postura y han establecido un piquete de huelga por turnos y un campamento en el exterior de la mina (a 3.100 metros de altitud en pleno desierto de Atacama), después de haber reunido un importante fondo de apoyo solidario. El ministro de Economía, Rodrigo Valdés, no ha esperado para denunciar esta lucha y legitimar a las transnacionales: «esta huelga podría afectar más gravemente al Producto Interior Bruto que los incendios forestales –los más graves de la historia de Chile- que asolaron el país a finales de enero» .
Fue después de romper las negociaciones colectivas y frente a la tozudez de la empresa cuando el principal sindicato de Escondida se lanzó a la huelga con la reivindicación principal de una revalorización de los salarios, mientras el precio del cobre ha conocido un aumento del 27 % en 2016 y se prevé que seguirá subiendo al mismo ritmo hasta 2020, para mayor beneficio de los accionistas extranjeros. «Lo mínimo que pedimos –reiteró el dirigente del sindicato Jaime Thenoux– es poder mantener los beneficios del convenio colectivo actual» , en particular para los jóvenes mineros que se acaban de incorporar a la plantilla de Escondida.
Una posición estratégica en el neoliberalismo...
La orientación de las empresas mineras en los últimos años ha sido siempre buscar cada vez más flexibilización laboral, mientras miles de empleos fueron suprimidos por los numerosos subcontratistas. Por su parte el sindicato número uno de Escondida exige un aumento salarial del 7 % y un bono excepcional de alrededor de 38.000 dólares por persona.
Aunque a menudo se califica a los mineros de «aristocracia obrera» debido a sus altos salarios en comparación con la inmensa mayoría del pueblo chileno, esos trabajadores tienen que soportar condiciones de trabajo extremas y peligrosas. Y sobre todo es la posición estratégica que ocupan en la economía «primo-exportadora» neoliberal del país la que da un gran peso a sus resistencias y reivindicaciones.
En un contexto de fuerte atomización del movimiento sindical y obrero, heredada de la dictadura y de 25 años de modelo ultraliberal (administrado en gran parte por las fuerzas social-liberales de los gobiernos de la Concertación), esta huelga podría señalar el camino de futuros conflictos de clases. Sobre todo cuando la Central Unitaria de los Trabajadores (CUT) continúa en manos de una burocracia poco legítima y ampliamente cooptada por los partidos del Gobierno (entre los cuales se encuentra el Partido Comunista).
En los últimos días ronda el fantasma de la gran huelga de Escondida de 2006, para disgusto de los medios conservadores y de la patronal. Aquel severo conflicto, que duró 25 días, hizo temblar al sector minero mundial y contribuyó a la revitalización sindical en todo el país. En su época Salvador Allende señaló hasta qué punto el cobre representa el «sueldo de Chile». En la actualidad estos recursos están de nuevo ampliamente en las manos del capital transnacional: en estas condiciones los llamamientos a la renacionalización de los recursos mineros bajo control democrático de la población y de los asalariados resuenan con fuerza.
Texto en francés: https://npa2009.org/actualite/international/chili-greve-dans-lune-des-plus-grandes-mines-de-cuivre-du-monde Fuente: http://rebelion.org/noticia.php?id=223604 MURO EN LA FRONTERA MÉXICO-ESTADOS UNIDOS.
Marina Aizen Arizona es uno de los lugares más peligrosos para cruzar la frontera (de México hacia Estados Unidos), pero se volvió una ruta inevitable para la migración cuando se empezó a erigir un muro muy parecido al que pregonaba Trump en sus actos, recogiendo vivaces gritos de ¡Hurrah! The Wall. “Voy a construir una muralla hermosa”, decía, y la gente aplaudía como si no existiera. Pero el cerco existe. Se empezó a construir por los grandes centros urbanos, como San Diego, en California, y El Paso, en Texas, paradójicamente en la época de Bill Clinton. Hoy cubre un tercio de los 3 mil kilómetros de línea común entre ambos países. Con George Bush hijo, y el 9/11 sacudiendo la conciencia nacional, siguió creciendo hasta donde fue posible. Y si no avanzó más fue porque el relieve natural era muy escarpado y habría sido una tontería poner una pared, o porque los dueños de los terrenos donde debería haberse levantado se negaron.
Más muro significó más muertes en Arizona. De hecho, fue diseñado para encauzar el flujo migratorio hacia el terreno más difícil, sabiendo perfectamente que iba a suceder lo que sucedió: una crisis humanitaria que muy pocos reconocen como tal. ¿Quién le iba a decir tal cosa al gobierno de los Estados Unidos? Sabían —porque así lo dicen los documentos internos— que la gente iba a perder la vida, pero creían confiados que esas historias terribles iban a actuar como factor disuasivo para nuevos migrantes. Esas muertes iban a servir de lección, imaginaron en Washington.
Muro en la frontera México-Estados Unidos.
Para atravesar el límite entre los dos países hay que caminar unos 80 kilómetros por el desierto atravesando montañas, valles y quebradas. Un trayecto durísimo, que puede llevar días, pasando por territorios indígenas. Hay mapas que marcan con puntos dónde se produjo cada muerte. Son miles de puntos. A veces se superponen. Es gente que muere junta, exhausta. Madres con sus hijos. Desconocidos. A veces se encuentran rastros y se pueden reconstruir algunas historias, como se reconstruyen los crímenes. A pesar de que quedan pocos elementos, porque en la mayoría de los casos fueron devorados por los animales y el sol destruyó los tejidos. Otras veces, donde hubo un cuerpo sólo queda una mancha aceitosa, como el rastro de una vida que parece haberse esfumado. Los médicos forenses de Tucson reciben restos de huesos, los colocan sobre una mesa, tratan de entender a quiénes pertenecieron.
Víctor Clark Alfaro, director del Centro Binacional de Derechos Humanos de Tijuana, y profesor del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de San Diego, afirma que todos los días se registra al menos una muerte en el desierto. María Ochoa, de Tucson Samaritans, una organización que deja agua para los caminantes, también me cuenta algunas historias. Lo hace de manera sincopada. Es una mujer de rostro serio, nariz prominente, sonrisa hermosa. Sus tíos, que habían emigrado a los Estados Unidos desde México, vivían siempre con miedo a la posibilidad de la deportación. Eso impregnó su memoria. Y la hizo una mujer muy solidaria. Ahora, ella y yo estamos en un Starbucks dentro de un Walmart. Hay que hacer una cola bárbara para obtener un vaso de cartón lleno de café feliz. Me pregunto si toda esta gente de la que María me habla atraviesa el desierto de Sonora para pertenecer a esta clase que consume una bebida hirviente. Llueve a lo loco. Pinche huracán Newton, dirían los mexicanos. Buscamos refugio en el aire acondicionado del supermercado y se nos mete el frío mojado en los huesos. María cuenta la historia de una niña de 15 años que venía con su hermano. Ella se cansó, pero le pidió a él que siguiera. Nunca la volvieron a encontrar.
También relata la historia de una mujer de 19 años que estaba embarazada. Venía con su esposo y con su tío. El tío murió durante la noche. Ella se cansó, el esposo fue a buscar ayuda. La buscaron durante semanas, pero nunca la hallaron. En los rastreos, en cambio, encontraron los restos de otra mujer. María los vio. Sólo quedaban unos huesos y un poco de ropa. Era una parte del pantalón. “En una época la patrulla los dejaba en el hospital y luego se desentendía. Eso empezó a cambiar con Bush (hijo) y continuó, claro, con Obama”, me dice. La patrulla a veces salva a alguien de morir, pero también ayuda a que se pierdan en el desierto. Si un helicóptero levanta mucho polvo en un sobrevuelo bajo —una táctica usada comúnmente— los grupos se dispersan, y al separarse, se pierden: las personas se esconden, se desorientan, y quedan boyando entre las espinas hasta la muerte. Una vez que el cuerpo dejó de producir sudor, sube su temperatura interna y comienza el implacable proceso de deshidratación, algo perfectamente posible cuando hay 46 grados centígrados. Si no se ataja a tiempo, chau.
* Este fragmento sobre el muro con México pertenece al flamante libro de Marina Aizen, Trumplandia (Ediciones B), donde se explica por qué Donald Trump llegó a la presidencia de Estados Unidos.
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