Geopolítica del desastre
Mundo
ALEPO, ANKARA, BERLÍN: GEOPOLÍTICA
DEL DESASTRE. Habrá que
analizar sus consecuencias y alertar sobre los
peligros, pero a nadie puede extrañar lo ocurrido.
Era cuestión de tiempo. Tanto el asesinato del
embajador ruso en Ankara como el atentado de
Berlín se inscriben en una lógica imparable que,
fruto a su vez de una acumulación histórica
anterior, comenzó hace ya cinco años: eso que la
revista Esprit llamó “nuevo desorden global” y
Pablo Bustinduy, del modo más elocuente,
“geopolítica del desastre”
DINERO
PÚBLICO EUROPEO PARA MOET CHANDON, LOUIS
VUITTON Y TRAGAMONEDAS. Las
ayudas del BCE a las corporaciones europeas no han
sido publicitadas, pero un estudio del
observatorio CEO ha localizado los destinatarios
de las ayudas. Las empresas energéticas son las
más beneficiadas de una lista en la que también
aparecen empresas del sector del lujo.
CORRUPCIÓN
Y EXTRACTIVISMOS: MUTUAMENTE ASOCIADOS
se pone en evidencia que son tendencias
sectoriales al quedar en claro que no hay ninguna
forma de extractivismo o de este tipo de
apropiaciones de los recursos naturales que sea
inmune al dinero que fluye desde la corrupción.
Latinoamérica
BOLIVIA:
ÁLVARO GARCÍA LINERA, VICEPRESIDENTE
BOLIVIANO: “LAS CLASES ALTAS NO TRAGAN QUE
GOBIERNE UN INDÍGENA” Seguirá
acompañando al presidente Evo en todas las
batallas futuras, de eso no cabe la menor duda.
Pero soy más útil en otra trinchera, que considero
más difícil: Publicar, escribir, tener un programa
de radio o tv, formar cuadros, lo que sea posible
en la batalla de las ideas, clave de la
continuidad y donde estamos más débiles. Para un
revolucionario, es mejor estar por fuera del
Gobierno.
BRASIL: “NO VAMOS A DAR SOSIEGO A
ESE GOBIERNO”, DICE LA CUT SOBRE LA REFORMA
LABORAL. Sindicatos
critican propuestas del Gobierno y prometen
fuerte oposición
ECUADOR:
INDÍGENAS COMPARTIERON SUS CONOCIMIENTOS SOBRE
LA AGRICULTURA Para los indígenas
kichwas el miércoles 21 de diciembre, se inicia la
época del Kapak Raymi (Fiesta de la Sabiduría, en
español). Este ciclo se extiende hasta marzo
próximo, explica Shayri Quimbo, estudioso de esta
cultura originaria.
COLOMBIA:
LA CUMBRE AGRARIA PRESENTA INFORME SOBRE
ASESINATOS DE LÍDERES SOCIALES
Sigue la preocupación por la violencia contra
líderes sociales y defensores de derechos humanos
en el país, tras haberse logrado un acuerdo de paz
con las Farc.
Mundo
ALEPO, ANKARA, BERLÍN: GEOPOLÍTICA DEL
DESASTRE
Santiago
Alba Rico
Habrá que analizar sus consecuencias
y alertar sobre los peligros, pero a nadie puede
extrañar lo ocurrido. Era cuestión de tiempo.
Tanto el asesinato del embajador ruso en Ankara
como el atentado de Berlín se inscriben en una
lógica imparable que, fruto a su vez de una
acumulación histórica anterior, comenzó hace ya
cinco años: eso que la revista Esprit llamó “nuevo
desorden global” y Pablo Bustinduy, del modo más
elocuente, “geopolítica del desastre
Para
entender ese marco catastrófico que demanda nuevas
catástrofes, en un rebote sin fin entre paredes
cerradas, conviene abordar el contexto desde la
denuncia de una ilusión muy peligrosa que parece
imponerse entre la izquierda, y ello precisamente
cuando la izquierda retrocede en todo el mundo.
Conocidos militantes anti-imperialistas
latinoamericanos, por ejemplo, interpretan el
asesinato del embajador ruso en Turquía como una
“respuesta” al creciente protagonismo de Rusia y
China en el mundo, describiendo ese protagonismo,
en tono positivo, como “la peor pesadilla para
EEUU”. Esta interpretación incurre, a mi juicio,
en una doble ceguera. La primera es la de
considerar que el pistolero turco, al disparar
sobre el diplomático, estaba defendiendo de algún
modo los intereses estadounidenses, si es que no
estaba dirigido o comandado directamente desde
Washington. La segunda, más grave, es la de
considerar que una “pesadilla para los EEUU” es
necesariamente una liberación para la Humanidad;
que cualquier acontecimiento o alianza o cambio
geoestratégico que ponga en dificultad a los EEUU
se corresponde automáticamente con una erosión del
capitalismo y un fortalecimiento de la democracia,
la justicia social y los DDHH en todo el mundo.
Se diría
más bien que está ocurriendo lo contrario de lo
que esperábamos y deseábamos. El declive indudable
de los EEUU se corresponde con una
desdemocratización radical que anticipa a escala
ampliada y global una repetición negra del
sangriento siglo XX, pero con una nueva
polarización autista y sin esperanza. Estamos de
nuevo –podríamos decir– en 1914, si bien no hay
ninguna revolución de Octubre a la vista y sí, en
cambio, un aumento colosal de las “fuerzas
destructivas” y de los imperialismos –y
neofascismos– que las gestionan. Los radicales van
ganando y, aún más, están ya en los gobiernos; no
somos “nosotros” ni “la clase obrera” ni el
“proletariado en armas construyendo el
socialismo”. Los radicales son los otros y sería
un error imaginarse como “alternativa radical”
–cuando la “alternativa radical” también son los
otros– y no menos apostar por uno de los radicales
enfrentados arguyendo que sus bombardeos aéreos,
sus violaciones de los DDHH, su autoritarismo y su
capitalismo mafioso pone en aprietos a los EEUU.
La justa indignación contra un mal concreto no
introduce necesariamente en el mundo ningún bien
concreto y, si no tenemos recursos para proponer
materialmente una alternativa, podemos acabar
multiplicando y hasta magnificando los males
concretos.
La
izquierda tiene razón en obsesionarse con Siria.
Hay que comenzar por alguna parte. Podríamos
empezar por Sykes-Picot o por el pacto del Quincey
o por Afganistán o por la más reciente y criminal
invasión de Irak. Cualquier punto es al mismo
tiempo una condensación y una oportunidad de
intervención. Pero es bueno comenzar allí donde de
pronto son los pueblos los que toman la palabra.
Empecemos en 2011. Una parte de la izquierda
insiste en reprochar a esos pueblos
–sospechosamente “árabes”– su inoportunidad y
torpeza, como culpables de esta nueva geopolítica
del desastre, en una acusación semejante a la del
juez machista que exime de responsabilidad al
violador porque su víctima llevaba una falda corta
o tenía pelo y cuerpo o sencillamente respiraba.
Si esos pueblos, que no podían ganar, no se
hubieran levantado contra el opresor…
Este
argumento es tan ultraconservador –tan “soviético”
si se quiere– que en realidad es tremendamente “de
derechas”. Lo es hasta el punto de proporcionar
argumentos a las nostalgias imperiales: cuánto
mejor hubiera sido que los filipinos hubieran
aceptado el yugo español en 1898, más benigno que
el estadounidense que lo siguió; y qué error el de
los árabes en 1914 al rebelarse contra el imperio
otomano, sustituido por el atroz colonialismo
inglés y francés; y qué locura la de los
palestinos en 1936, cuando se rebelaron contra el
protectorado británico sin comprender que iban a
caer en las garras de Israel. Eso por no hablar de
los revolucionarios rusos que en 1917 no
comprendieron que su levantamiento contra el
zarismo iba a traer consigo la guerra civil, el
estalinismo, los gulags y, setenta años más tarde,
la más catastrófica restauración del capitalismo
(y del zarismo).
Ahora
bien, es cierto que Siria es de alguna manera la
vía muerta de la revolución democrática que
comenzó en 2011, así como el principio de la
desdemocratización que, desde allí, se extiende
hoy por el mundo. Siria devuelve el protagonismo a
las dictaduras: las ya existentes se envalentonan
(Arabia Saudí o Irán), las nuevas son aún más
severas que las derrocadas (Sisi en Egipto y la
sombra de Hafter en Libia) y las que parecían
superadas se contraen (la deriva autoritaria de
Erdogan en Turquía). Siria es también la causa de
la doble radicalización que caracteriza el
neofascismo europeo: el ascenso de la extrema
derecha y la reactivación del yihadismo
terrorista. Siria es también la causa de la
decadencia de la hegemonía estadounidense que, de
manera indirecta, explica a su vez el triunfo
electoral del neofascista Trump en Washington.
Siria es también la causa, en fin, del retorno de
la Rusia putinesca, hipernacionalista y mafiosa, a
la escena internacional, mediante bombas no menos
destructivas ni más liberadoras que las de EEUU en
Irak y en Afganistán o las de Israel en Gaza.
De todas
estas calamidades, cierto, son responsables los
pueblos que reclamaron pacíficamente una pizca de
democracia, unos gramos de dignidad, unos
centímetros de justicia social y no la dictadura
que les respondió con bombas de barril; las
potencias occidentales que los abandonaron; las
teocracias del golfo que aprovecharon
la ocasión para imponer sus agendas; las milicias
yihadistas que se nutrieron de huérfanos
desesperados y nihilistas europeos y los países
–Rusia e Irán– que utilizaron todos los medios a
su alcance –los mismos que EEUU tantas veces en
América Latina o en Vietnam o en Irak– para
sostener hasta el límite a un tirano asesino al
que no le gusta que su pueblo tenga pelo y cuerpo
y respire. De la desdemocratización del planeta
tienen la culpa las mujeres y hombres que pedían
democracia, ¿o todos aquellos que, de derechas y
de izquierdas, de forma activa o pasiva, los han
sacrificado? El paralelismo de la guerra civil
española no es ni exagerado ni fraudulento: la
victoria allí del fascismo fue el umbral, no lo
olvidemos, de la segunda guerra mundial. La
diferencia hoy es que la izquierda no juega ningún
papel y por lo tanto la “guerra mundial” que se
avecina –terror contra terror en metástasis
locales– no dejará ningún margen a las luchas
democráticas. La democracia ha muerto. Los DDHH
–apenas una buena idea– pertenecen al pasado.
Asad, gran triunfador, es el modelo; y a la
izquierda impotente y vencida le gusta ese modelo
porque incluso en EEUU se ha impuesto, como ellos
querían, un protodictador. El mundo multipolar es
un mundo multidespótico, lo que sin duda es un
gran progreso para los que creen que los pueblos
del mundo llevan medio siglo pidiendo a gritos
(¡libertad! ¡libertad!) bombas multinacionales
–rusas, iraníes, chinas, indias, sirias, egipcias–
en lugar de solo “americanas”.
No me
gusta la palabra “fascismo”. En primer lugar
porque funciona ya como una lítote: es decir, a
fuerza de utilizarla sin criterio para subrayar la
gravedad de un fenómeno ha acabado por quitar
importancia a su objeto. A nadie la asusta el
“fascismo”, que pertenece al pasado y no define
sino nuestro deseo subjetivo de indignación. Y sin
embargo hay motivos para asustarse. No sabemos
cómo llamar al nuevo fascismo, que es además muy
diferente del de los años 20 y 30 del siglo
pasado. El fascismo clásico era antirreligioso,
anticonservador y “revolucionario”; incluso
“anticapitalista” en su discurso y su liderazgo.
Al mismo tiempo arraigó y se extendió en una
Europa ideológicamente polarizada y realmente
revolucionaria que ya no existe. Pero podemos
llamar “fascismo” con prudencia a lo que viene –a
lo que se está imponiendo– en el sentido de que el
fascismo clásico fue el resultado de y acompañó a
un proceso de desdemocratización radical,
exactamente igual que ahora. Si Siria es, de
alguna manera, la fuente contaminante –o una de
ellas– la responsabilidad de las grandes potencias
y de la propia izquierda en este proceso de
desdemocratización es innegable y reprobable. En
un mundo en el que ya no hay alternativa
sistémica, ni siquiera imaginaria, y en el que los
medios de destrucción se han multiplicado al
infinito, se va cerrando cada vez más el campo de
nuestras elecciones políticas. En un mundo así la
lucha por la democracia, los DDHH y la justicia
social queda postergada sine die -y prohibida y
criminalizada– en nombre de la seguridad física y
“cultural”. En un mundo así, entre bombardeos y
atentados terroristas, habrá que buscar y
encontraremos sin duda buenos motivos egoístas,
antropológicos, de pura supervivencia geopolítica,
para escoger entre una dictadura u otra: Trump,
Putin, Asad, Le Pen o el ISIS. Pero ninguno de
esos motivos podrá ser nunca “de izquierdas”.
En la
Historia todo ha empezado siempre ya. Pero todo
empezó esta vez porque unos pueblos locos
quisieron respirar y reclamaron democracia,
justicia y dignidad. Y todos los gobiernos y todos
los partidos –sin excepción– corrieron a
enterrarlos e imponer, contra ellos, contra todos
nosotros, un neofascismo global. Alepo, Ankara,
Berlín son algunos de sus terrenos de juego.
Fuente: https://www.cuartopoder.es/tribuna/2016/12/21/alepo-ankara-berlin-geopolitica-del-desastre/9436
DINERO PÚBLICO EUROPEO PARA MOET
CHANDON, LOUIS VUITTON Y TRAGAMONEDAS
Diagonal
Las ayudas del BCE a las
corporaciones europeas no han sido publicitadas,
pero un estudio del observatorio CEO ha localizado
los destinatarios de las ayudas. Las empresas
energéticas son las más beneficiadas de una lista
en la que también aparecen empresas del sector del
lujo.
Iberdrola,
Telefónica, Gas Natural, DIA, así hasta una decena
de empresas. Desde marzo, el Banco Central Europeo
ha puesto en marcha un programa de compras de
bonos de distintas empresas para mover la economía
y las empresas españolas han tomado buena nota.
Hasta quince operaciones de este tipo han
beneficiado a Telefónica, once a Gas Natural, diez
a Iberdrola y cinco a Repsol. Son los resultados
"españoles" de las compras de bonos llevadas a
cabo por el Banco Central Europea, recopiladas por
el Corporate Europe Observatory, radicado en
Bruselas.
El
estudio de CEO incluye menciones honoríficas a las
inversiones más bizarras o extrañas, como los
subsidios destinados a Novomatic –dedicada a
casinos, tragaperras y bingos–, o los fondos
públicos destinados a empresas del sector del lujo
como Moet Chandon, el cognac Hennessy o la empresa
de bolsos Louis Vuitton.
Shell,
Volkswagen, BMW, Unilever, Ryanair o la armera
Thales también han sido beneficiadas por estos
fondos. Como señala el observatorio CEO, "los
resultados son preocupantes, a menos que usted
piense que el petróleo, los coches de lujo, las
autopistas, el champán, y el juego son buenos
lugares para poner dinero público".
Pese a
que gracias a la investigación de CEO se conoce el
nombre de las compañías, Banco Central Europeo no
ha especificado cómo se han repartido los 4.600
millones de euros que se han puesto en circulación
en este programa expansivo, llamado Programa de
Adquisición de Valores Corporativos (CSPP por sus
siglas en inglés), poco más de un tercio de los
12.500 que se pondrán a disposición de las
multinacionales hasta septiembre de 2017.
El
programa es similar al que funciona desde 2015
para el sector bancario. Dinero a intereses
extraordinariamente bajos puesto a disposición de
las empresas en forma de crédito. Éstas emiten una
serie de bonos, con fechas de pago de los
intereses al banco central y una fecha de pago del
valor nominal del bono. El beneficio surge de esos
bonos, impulsados con emisiones del banco que
dirige Mario Draghi.
De
hecho, como se puede comprobar en el listado de
beneficiadas publicado por Corporate Europe
Observatory, sólo las multinacionales optan a
estos subsidios, que "requieren un conocimiento
experto de los mercados financieros", señala CEO
en su estudio. "No es un mundo accesible para las
pequeñas y medianas empresas", más acostumbradas a
pedir créditos que a la emisión de bonos. Salvo el
Bundesbank, los seis bancos centrales implicados
como intermediarios en estas operaciones –el Banco
de España y los bancos centrales de Italia,
Francia, Bélgica y Finlandia– no aportan los
nombres de las entidades beneficiadas, que CEO ha
divulgado tras identificar a las empresas mediante
los códigos de sus bonos.
Las
compras han favorecido especialmente a empresas
implicadas en el cambio climático. Shell, Eni,
Enel, Gas Natural Fenosa o Repsol entre las
energéticas o las automovilísticas Daimler AG, BMW
o Renault han sido algunas de las industrias
sucias favorecidas por la política de subsidios
para empresas. También Volkswagen ha obtenido
estas ayudas públicas, pese a que hace apenas un
año y dos meses se conoció el escándalo de la
falsificación de datos de emisiones, el
'dieselgate'.
Veolia
Vivendi o Suez, actores principales en los
procesos de privatización del agua, también han
sido beneficiadas por la varita mágica de la
institución que dirige Mario Draghi.
Fuente:
https://www.diagonalperiodico.net/global/32551-dinero-publico-europeo-para-moet-chandon-louis-vutton-y-tragaperras.HTML
CORRUPCIÓN Y EXTRACTIVISMOS:
MUTUAMENTE ASOCIADOS
Eduardo
Gudynas
Los casos de
corrupción han proliferado en toda América del
Sur, y casi siempre la mayor atención está puesta
en los políticos implicados o los grandes
volúmenes de dinero manejado. Pero detrás de esas
noticias existe una particularidad más que
llamativa: buena parte de los casos de corrupción
están relacionados directa o indirectamente con
los extractivismos minero, petrolero o agrícola.
Dicho de otro modo, se observa que allí donde hay
aprovechamientos muy intensivos de recursos
naturales, con todos sus impactos sociales y
ambientales, es mucho más probable que opere la
corrupción. Estamos ante una íntima relación entre
extractivismos y corrupción, y ese es otro de los
aspectos negativos de ese tipo de desarrollo.La
evidencia es abrumadora.
En Brasil
siguen avanzando las investigaciones, con 118
personas detenidas, incluyendo políticos y
empresarios destacados, y se estima que desde la
petrolera estatal Petrobras y las empresas de
construcción se desviaron unos 1 895 millones de
dólares. Ecuador no ha escapado a esa
problemática, y sigue su marcha la investigación
de una extendida red de corrupción vinculada a los
negocios de la petrolera estatal Petroecuador, que
involucran a gerentes y un ministro. El impacto en
los medios de prensa internacionales del hallazgo
de sobres con decenas de miles de dólares
escondidos en un cielorraso, se igualó con el caso
argentino de los bolsos de dinero que se
intentaban esconder en un convento. En Venezuela
se han indicado casos de corrupción en el sector
petrolero y en el minero, sin olvidar que también
fue un factor en los asesinatos de meses atrás
para controlar yacimientos de minerales en el sur
del país. En Argentina prosiguen las indagaciones,
que incluyen, por ejemplo, negocios fraudulentos
con la importación de gas natural.
En todos
los países, en todos los sectores
Una
investigación que hemos realizado desde CLAES
(Centro Latino Americano de Ecología Social), que
está en su etapa final, ya permite señalar algunas
conclusiones. La primera es que en todos los
países sudamericanos se han identificado casos de
corrupción que envuelven a los extractivismos. No
se han salvado ni siquiera las dos naciones que
exhibían los mejores registros de transparencia
ante la corrupción, que son Chile y Uruguay.
En el primer
país se sufren varios casos. Por ejemplo, en el
sector minero, la empresa Sociedad Química y
Minera de Chile (SQM), enviaba dinero a
legisladores por medio de consultorías ficticias,
y con ello, entre otras cosas, logró que se votara
una reforma tributaria que le fue ventajosa. El
caso SQM es impactante por su duración en el
tiempo y por haber involucrado a todos los
partidos presentes en el parlamento. En el sector
pesquero, la empresa Corpesca también logró
ventajas gracias a pagos a legisladores y hay un
proceso legal por corrupción y fraude en marcha.
En Uruguay, aunque los casos investigados son de
una escala mucho menor, de todos modos son
significativos. Su petrolera estatal, ANCAP, está
siendo investigada por sobrecostos, y ya se han
confirmado casos de corrupción en su sector de
minería de calizas.
La segunda,
es que se han encontrado casos de corrupción para
todas las variedades de extractivismo: minero,
petrolero, forestal, agrícola y pesquero. En los
dos primeros tipos son frecuentes situaciones que
involucran corrupción en el acceso a áreas de
exploración o explotación, tráfico de influencias
para obtener ventajas tributarias, sobrecostos de
operación o triangulación con otras empresas para
captar dinero, ocultamiento de los impactos
sociales y ambientales, cobertura a los que
criminalizan o agreden a las comunidades locales,
etc. Situaciones similares se repiten con los
permisos forestales o pesqueros. En la agricultura
intensiva se repiten problemas parecidos con el
acceso a las tierras y los permisos de
deforestación, la cobertura dada a mafias que
están involucradas en el tráfico ilegal de madera,
o las redes que ocultan o impiden investigar o
sancionar la contaminación por agroquímicos.
Un tercer
aspecto es que la corrupción está presente bajo
muy distintos regímenes de propiedad en el acceso
y extracción de los recursos naturales. Nos
encontramos, otra vez, con grandes empresas
extranjeras envueltas en el pago de sobornos u
otros hechos similares, pero lo mismo aparece en
empresas mixtas estales – privadas (como Petrobras
de Brasil) o estatales (como PDVSA de Venezuela o
PetroEcuador en Ecuador, y que en ambos casos
fueron admitidas por los propios gobiernos). La
esperanza que las empresas nacionales, controladas
por el Estado, fueran inmunes a la corrupción
extractivista se ha derrumbado.
Recordemos
aquí que el concepto de extractivismo no es
exactamente un sinónimo, por ejemplo de minería o
agricultura. En efecto, esa idea se refiere a los
casos particulares de apropiación de recursos
naturales pero en grandes volúmenes o por
procedimientos intensivos de altos impactos
ambientales, para exportarlos como materias
primas. Se alude a casos específicos como la
megaminería a cielo abierto, las perforaciones de
gran profundidad de las petroleras, el fracking, o
los monocultivos de transgénicos.
Precisemos
también que estas conclusiones y las que siguen,
no quieren decir que todos los emprendimientos
extractivistas estén envueltos en corrupciones.
Sin duda hay muchos casos donde eso no se ha
podido demostrar. Lo que aquí se pone en evidencia
son tendencias sectoriales al quedar en claro que
no hay ninguna forma de este tipo de apropiaciones
de los recursos naturales que sea más inmune al
dinero que fluye desde la corrupción.
Contextos políticos y
sociales. Seguir leyendo en : http://attac-info.blogspot.com
Latinoamérica
BOLIVIA:
ÁLVARO GARCÍA LINERA, VICEPRESIDENTE BOLIVIANO:
“LAS CLASES ALTAS NO TRAGAN QUE GOBIERNE UN
INDÍGENA”
Fernando
Molina
La principal noticia del
Congreso del oficialista Movimiento al Socialismo
(MAS), que comienza este jueves, es la decisión
que ha tomado Álvaro García Linera, vicepresidente
del país y teórico del proceso político liderado
por Evo Morales, de no formar parte de la dupla
con este, a quien el MAS intentará repostular una
vez más en 2019 después de remontar el resultado
del referendo constitucional de este año, que no
autorizó esta acción.
“(Mi
decisión) ayuda a que nuestro presidente tenga un
mayor margen de maniobra en el ámbito de los
acuerdos internos y externos para cohesionar la
estructura política”, asegura García Linera en una
entrevista con este periódico. Pero no significa
que abandone a Evo, a quien “acompañaré en todas
las batallas futuras”. García Linera quiere dejar
el Estado para “ir a la primera línea” –donde
afirma que le encanta estar—“allí donde se define
nuestro destino”. Este lugar es “la batalla
cultural, la batalla por las ideas”.
Pregunta.
Usted ha dicho que “la revolución boliviana vive
un reflujo”. ¿Esto explica los hechos últimos, que
el MAS haya tenido su primera derrota electoral en
el referendo de febrero de este año y que el
Gobierno enfrente con mayor dificultad las crisis
que se van produciendo?
Respuesta.
Lo que estamos viviendo los últimos tres años es
un repliegue de la oleada. Seguimos en el momento
de hegemonía (del MAS), porque no hay un proyecto
alternativo que pueda poner en duda el tipo de
sociedad que está en marcha. Pese a la virulencia
de los opositores, la multiplicación de las
críticas, no hay un proyecto alternativo al
nuestro. El repliegue ocurre en todas las
revoluciones, a partir de un hecho claro: la gente
no puede movilizarse perpetuamente; pasado un
tiempo de heroísmo, se repliega a sus actividades
cotidianas. Es un momento normal, ineludible en
toda revolución. En cualquier revolución una parte
de la sociedad se vuelve “clase universal”, es
decir, portadora de proyectos universales, que
interesan a todos. Construye unos “comunes” que
atraen al resto de la sociedad y en torno a los
cuales se da la movilización. Esto se traduce en
políticas públicas, como (en Bolivia) la
nacionalización, la redistribución de la riqueza.
El momento del repliegue es inverso: la sociedad
se repliega en lo corporativo, lo individual, lo
local; y entonces quien se queda con el monopolio
de la universal es el Estado. Complicado para un
revolucionario que está pensando en la paulatina
disolución del Estado. En cambio, mejor para un
funcionario: es un tiempo sin mucho sobresalto
estratégico, aunque no falten los sobresaltos
tácticos. El Estado queda como un ente hegeliano.
Por eso el deber del revolucionario es impulsar
nuevamente, desde todas partes, la construcción de
“universales”, una tarea que puede durar años.
P. ¿Esta
lucha será otra vez contra el Estado?
R. No,
porque ahora el Estado es poroso, se da cuenta de
lo que está pasando y no pone exclusas a la
sociedad. Los anteriores Estados creaban sus
murallas. Este es un Estado que está demandando
más sociedad.
P. Para
ser un Estado hegeliano, se lo ve débil, dados los
problemas de gestión que se están presentando
(falta de agua en La Paz, problemas en las
instituciones).
R. Sin
ánimo de encubrir estas falencias evidentes,
pienso que hay descuido, incompetencias, errores,
pero en el marco de un Estado agigantado, que ha
crecido mucho más que los hábitos, las habilidades
y capacidades de sus funcionarios. Pasamos de ser
un Estado que administraba 600 millones de dólares
con 150.000 funcionarios, a un Estado que
administra 8.000 millones de dólares con 300.000
funcionarios. La burocracia se ha duplicado, pero
las funciones estatales han aumentado un 1.200%.
Este desencuentro explica la situación.
P.
Se nota una creciente polarización entre el
Gobierno de izquierda y las clases medias, que
parecen más conservadoras y contestatarias.
R.
Siempre ha habido un pedazo de las clases altas
que se ha opuesto belicosamente e incluso de
manera armada al “proceso de cambio”. El golpe de
2008 ha sido el epítome de esa insurgencia de las
clases, que ha sido derrotada en términos
políticos, militares y culturales. Pero esta
oposición no ha desparecido, siguen ahí, y ahora
toma más cuerpo en la critica. Estos sectores
nunca se han tragado que un indígena esté
gobernando. Antes no lo decían en tono alto, sino
en la intimidad de sus cenas y reuniones. Ahora lo
han hecho público. Sus escribanos visibilizan este
malestar racial de quienes tenían en los blancos
un capital social, de quienes hicieron de su piel,
su vestimenta, sus modales, un capital. Le dimos
un golpe muy duro al capital étnico. Lo
devaluamos. Hubo entonces una reacción. Es normal.
Lo sabíamos. Ellos nunca votaron por nosotros y
nunca lo harán, la historia inscrita en su piel es
más fuerte que las ideas. No me preocupan. Lo que
me preocupa en este nuevo humor del tiempo
histórico es la despolitización de las clases
sociales, que las vuelve más permeables a otros
referentes de construcción de opinión publica que
ya no sean los sindicatos y las asambleas. Una
población más despolitizada es también más
permeable al discurso de los bloques racistas,
que, entonces, comienzan a tener un mayor eco, una
mayor recepción a sus prejuicios.
P. ¿Este
fenómeno es parte del llamado “giro a la derecha”
que se da en Latinoamérica?
R. Si
nosotros entendemos el proceso de repliegue y
seguimos en el Gobierno, tenemos posibilidad de
remontarlo. A diferencia nuestra, en otros países
no supieron detectar la reconfiguración de las
ideologías sociales. Además, nos diferencia el
modelo económico: si no tuviéramos uno sólido
estuviéramos en otro lado. ¿Qué hace la economías?
Te da una red de protección; sin eso un error
político puede ser tu perdición; claro que no hay
que exagerar, porque demasiados errores políticos
e ideológicos pueden agotar este marco económico
de protección.
A
diferencia de lo que pasa en otros países, las
críticas contra nuestro proceso no van a la
sustancia, sino a ciertas formas de
administración. La sociedad está moralmente
conforme con el proceso general de transformación
que está en marcha. En Brasil y Argentina, en
cambio, lo que hay es una restauración neoliberal.
P. ¿Qué
papel jugará el Congreso del MAS y Álvaro García
Linera en la tarea de remontar este “reflujo”?
R.
Álvaro García ha de seguir acompañando al
presidente Evo en todas las batallas futuras, de
eso no cabe la menor duda. Pero soy más útil en
otra trinchera, que considero más difícil:
Publicar, escribir, tener un programa de radio o
tv, formar cuadros, lo que sea posible en la
batalla de las ideas, clave de la continuidad y
donde estamos más débiles. Para un revolucionario,
es mejor estar por fuera del Gobierno.
El País
“NO
VAMOS
A DAR SOSIEGO A ESE GOBIERNO”, DICE LA CUT
BRASIL SOBRE LA REFORMA LABORAL Sindicatos
critican propuestas del Gobierno y prometen
fuerte oposición
Cristiane
Sampaio
Brasil de
Fato
Después de
la llegada de la reforma de la Seguridad Social al
Congreso Nacional, la próxima amenaza que golpea
la puerta de los trabajadores brasileños puede ser
ingresada esta semana al Legislativo: la reforma
laboral.
La agenda ya
moviliza sindicatos de trabajadores, preocupados
con el contexto de flexibilización de derechos.
Pero, para ellos, el peligro no proyecta
exactamente una novedad: según levantamiento del
Departamento Intersindical de Asesoría
Parlamentaria (Diap), se han ingresado mas de 60
propuestas que buscan limitar derechos laborales
en el Legislativo federal.
Tales
iniciativas legislativas, sumadas a lo que el
gobierno federal intentar implantar, pueden
resultar en: jornada de trabajo intermitente, con
el trabajador quedando enteramente a disposición
del patrono y recibiendo pago apenas por las horas
trabajadas, cuando fuera reclutado; contratos
temporales con validez de 180 días; despidos más
baratos, con reducción de la multa del Fondo de
Garantía del Tiempo de Servicio (FGTS); entre
otros cambios
Negociación